FIGURITA REPETIDA Por Manuela Zurita (Desde Lima, Perú) En el 2001 hubo en Argentina una ráfaga masiva de esperanza de la que emergieron ideas de negocio disruptivas, pero para nada nuevas. El trueque invadió la ciudad descolocando el consenso sobre el valor de las cosas, las necesidades y los deseos.
La obsesión por conseguir hasta la última calcomanía ha sido movilizadora, al menos en la capital peruana, donde vive, como en Buenos Aires, alrededor de un tercio de población del territorio. Cual nuevo Iphone, Samsung y, últimamente, Huawei, la gente hace colas en las librerías para comprar los “paquetones”, un set de 104 unidades a S/215 (1.500 pesos), que a más de uno le habrá generado –a esta altura- moras e n e l b a n c o . Pe r o l a a n s i e d a d h a s i d o integradora. Reúne a desconocidos en salas, comedores, oficinas, cafeterías, parques y hasta centros comerciales para intercambiar las repetidas. Este furor social, que construye hábitos fútiles como sacar del bolsillo y chequear con cierta frecuencia la lis ta enumerada de las que faltan para no confundirse o a revisar en Facebook las que no tienen los “amigos”, dice más de lo que uno podría imaginar. Esos encuentros casuales, ejecutivos, a los que llega uno con la tarea hecha nos enfrentan al otro de manera genuina. Es allí donde el juego y el negocio hacen match, donde empatamos aspiraciones y el anonimato pierde escala. Y todo sea por completar el álbum.
El mundial de fútbol ha surtido en el Perú un efecto similar. El Perú clasificó a Rusia 2018 después de 36 años de no participar en el megaevento y los tres partidos que jugará al mando de Ricardo “El Tigre” Gareca en Saransk (a 605 km de Moscú), Ekaterimburgo (a 1.767 km) y Sochi (a 1.622 km, a orillas del Mar Negro) es el corto plazo más soñado. En esa dulce y excitante espera ha sucedido un hecho trascendental: se comenzó a vender el “Panini”. Este álbum de figuritas que lleva el apellido de los cuatro hermanos italianos que lo crearon, ha pasado a formar parte de la familia de la noche para la mañana y ha despertado el a f á n c o l e c c i o n i s t a d e l o s p e r u a n o s y, sinceramente, también de los que amamos el Perú. Y todo ello por una aguja básica del mercado: la escasez. La expectativa popular se les fue de las manos a los proveedores, que no previeron la demanda y han debido dar excusas radiales a todo el país por tremendo desatino.
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Eterna