Historia de Montserrat Abad Miguel Muntadas

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— 82 — á mediodía con sus hatillos de cabras y vacas , cantando baladas á la Virgen y á Jesucristo que los habia librado del yugo de los sarracenos , alternándolas con las que exaltaban las proezas y heroísmo de los Castellanos de la misma Montaña. Eran siete los pastores, y distribuidos en otros tantos puntos con sus cabras y vacas , eran felices formando sus coros, y repitiendo uno los cantos que concluian los oíros , encargándose los ecos de trasmitir su inocente al gazara de valle en valle , hasta confundirse con los mur mullos del Llobregat. Tales eran los goces; y esto constituía, y esto era toda la ambicion de estos sencillos é inocentes Pastores. Volvian un dia al caer del sol hácia Riusecti , cuando fueron sorprendidos por ciertas luces, cuya multitud y resplandor , no menos que la hora y el sitio de la apari cion, excitaron vivamente su pensamiento. Era un sá bado. La noche se les venia encima á pasos agigantados, y el temor de ser sorprendidos por ella y de dar un disgus to á sus amos, los obligó á suspender la contemplacion de lo que no coinprendian. Pero convinieron en que la prudencia aconsejaba ser reservados por entonces. Nada vieron en los dias siguientes , y esto los confir maba en que habia sido prudente su reserva. Pero vino otro sábado , y en la misma hora y sobre el mismo punto notaron lo que en el sábado anterior. Con disimulo preguntaban á sus amos sobre algunos puntos de astrología , para asi averiguar si lo que veian era ó no natural ; -pero todavía no dieron á comprender oí porqué de sus preguntas , ni sus amos lo sospechaban por ellas. En la Montaña conferian entre sí muchas veces sobre


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