DOS
y Carlos Saura. Borau, hombre polifacético donde los haya, ha sido presidente de la Academia de Cine, director, productor, guionista, actor y crítico de cine. Y Saura, natural de Huesca pero afincado en Madrid desde hace años, acaba de cumplir los 80 y sigue al pie del cañón produciendo obras de inmensa calidad, como su último trabajo Flamenco, Flamenco. Ha ganado Goyas, Osos de Oro y ha estado nominado en varias ocasiones a los Oscar y a la Palma de Oro. El último galardón (Medalla Internacional de las Artes de la Comunidad de Madrid) lo recogió el pasado mes de diciembre. Y la lista continúa: Alfredo Mañas, Antonio Artero, Adolfo Aznar, Antonio Sau, José Antonio Maenza, Alejo Lorén o los 5 jinetes de Moncayo Films (Emilio Alfaro, José Luis Pomarón, José Antonio Duce, Víctor Monreal y Julián Muro), una productora zaragozana que en la década de los sesenta impulsó la creación de una industria cinematográfica propia en Aragón y produjo una decena de largometrajes con espíritu comercial, como Culpable para un delito. De Moncayo Films fue el último largo comercial que se realizó en Zaragoza hasta que en el 2003 el zaragozano Miguel Ángel Lamata irrumpió en la capital aragonesa para rodar su ópera prima Una de zombis.
Últimos rodajes Cuenta Lamata que fue en la sesión de tarde del cine Fleta cuando decidió dedicarse al cine. Era 1975 y proyectaban Tiburón, de Steven Spielberg. Después llegaron los cortos (Rencor visceral y Robando el rock and roll), el teatro y el salto a la televisión. Debutó en el cine con Una de Zombis, una película producida por su colega Santiago Segura, ro078 | WWW.ARAGONEX.COM
VOCACIÓN El salto al largometraje ha sido como una carrera de fondo “más que por el tiempo que separa un corto de un largo, por la responsabilidad y la resistencia que requiere, puesto que a nivel artístico, narrativo, empresarial y humano no es lo mismo provocar emociones durante diez minutos que durante hora y media”, dice Paula Ortíz
dada en Zaragoza y protagonizada por aragoneses: Miguel Aparicio, Francho Aijón, Nacho Rubio, Mayte Navales y Salomé Jiménez. Hacía casi cuarenta años que ningún director aragonés paraba en Zaragoza y Lamata, ni corto ni perezoso, colapsó el Paseo Independencia para rodar una escena de un atasco en plena mañana de domingo. Desde entonces ha realizado dos películas (la segunda parte de Isi/Disi y Tensión sexual no resuelta) y ahora parece que va camino de la cuarta: El hombre que hizo el amor con la muerte. Alrededor de Lamata han girado otros aragoneses que un día decidieron, como él, marcharse a Madrid a probar suerte: Jorge Blas (Cuarto Milenio); Nacho Rubio (actor y productor) y Nacho Blasco (director), que obtuvieron en 2009 el premio al Mejor Corto Aragonés en el Festival de Cine de Zaragoza con El Sobrino; o Germán Roda, director granadino, formado en Zaragoza, que culminó el pasado mes de agosto el rodaje de El encamado. Un filme que narra la historia de un publicista casado que en la Nochevieja de 2005 decide meterse en la cama y no salir más. Un proyecto rodado en Murillo de Gállego y Zaragoza que ha contado con actores, técnicos y productores aragoneses. El aragonés Nacho García Velilla ha trabajado como director tanto en cine (Fuera de Carta y Que se mueran los feos) como en televisión (7 vidas, Aída, Gominolas y Los Quién). En 2009, durante el rodaje de Que se mueran los feos, puso Huesca patas arriba. Rodó mas de tres semanas por Ansó, Hecho, Jaca y Huesca capital y despertó la curiosidad de cientos de oscenses que nunca antes habían presenciado, ni par-
1
2
4
3