Teoría Política
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La filosofía política anglosajona, específicamente la del comunitarista escocés Alasdair MacIntyre, ha pretendido rejuvenecer las viejas políticas clásicas griegas, anexándolas a las sociedades contemporáneas, con ello, se pretende impulsar y solucionar las crisis que padecen los Estados actualmente, es decir, se reprocha la teórica política liberal y se revalúan los “placeres” liberales; por lo tanto, la justicia, la libertad, la igualdad, el derecho y los individuo son considerados lesivos para la sociedad contemporánea, según los comunitaristas. En este contexto, la teoría política y la filosofía política, adquieren un papel importante; puesto que para el Liberalismo y los comunitaristas, en la justicia deben cimentarse la sociedad justa, ordenada y la sociedad para una vida buena; sin olvidar que para ambas la búsqueda de la verdad está en las sociedades e individuos, a partir de la defensa de los Derechos, los cuales deben ser fundamentados desde lo filosófico, lo político, lo ético y lo jurídico, de tal modo que las sociedades tengan asentimiento propio para sus propios intereses. Con este séquito de teóricos, revestido de cierta Phrónesis, pero que son traslapados, libertarios y algunas veces societarios, puede argumentarse en aras de la democracia, la verdad y la justicia, sin dejar de reconocer que seguirán siendo el ágape de los intelectuales y políticos hoy. En síntesis, los liberales pretenden darle prioridad a la libertad, por encima de la igualdad, para así asegurar las libertades civiles y políticas; por el otro lado, pero mirando a los liberales, los comunitaristas, dan prioridad a lo que llaman ellos concepciones de la vida buena, esto les permitirá demostrar las limitaciones del Liberalismo. A raíz de la caída del bloque soviético y del tibio comunismo cubano, los teóricos liberales y la literatura liberal, pensó que por fin se había desaparecido el enemigo principal del Liberalismo, de la forma más estruendosa y por ansiedad de hambre y de poder, sus únicos oponentes: el comunismo y el socialismo. Había desaparecido un elemento de estorbo para el Liberalismo, por ello, no se hizo raro la forma como Francis Fukuyama fulminó la oposición del Liberalismo en su obra: El fin de la Historia y el último Hombre. El Liberalismo, fue duramente criticado por opositores del “derrumbado sistema”, por tanto, todo quedaba claro y abierto, al derrumbarse dicho sistema, los liberales creyeron, que por fin, no tendrían oponentes para debatir sus teorías, desde los clásicos y las nuevas teorías, como la tesis de la prioridad de lo justo sobre el bien.