Revista Somos MPN / Edición Junio-Julio 2014
2
“Votemos por el martillito”
L
a aparición del Movimiento Popular Neuquino en la joven provincia del Neuquén, produjo un impacto político y social en los diversos estamentos sociales, que hasta hoy perdura. Y la zona norte, específicamente el Alto Neuquén no fue la excepción, representado en la influyente personalidad de Rofolfo "Fito" Acuña, único firmante del Dep. Minas en el acta de constitución del Partido en Zapala el 4 de junio de 1961. No es intención, ahora, hacer historia fina sino más bien rescatar hechos, actitudes, anécdotas simples quizá, que relatan el arraigo popular de una propuesta que se mantiene en el corazón y sentimientos del pueblo. Y precisamente, una anécdota, marca a un pueblo en particular: Huinganco; pueblo-paraje que, como muchos de los pueblos alejados de los centros del poder, se expresa políticamente desde su corazón peronista de agricultores, mineros y crianceros, alrededor de la figura emblemática del Director de la escuela, Temístocles Figueroa y su familia. Cuando el MPN surge y se afirma en la Provincia, Huinganco viene de una sencilla experiencia que será significativa para el arraigo del partido en la población. Sin muchas estridencias, recién salidos del Territorio, en el año 1952 participan en las primeras elecciones presidenciales, sufren el golpe y la proscripción del peronismo en el 55 y en
el año 1958 eligen el primer Gobernador neuquino constitucional. En el año 1960 se llevan a cabo las elecciones para la renovación parcial de la Cámara de Diputados nacionales con la proscripción directa de todo lo que signifique algún tipo de apoyo "al tirano prófugo", avalada por el débil gobierno de la UCRI, asediado por los militares golpistas del 55. Ante la prohibición, Perón desde Madrid lanza su consigna y su ofensiva sobre el gobierno y sobre los militares: "Voto en Blanco". Y el voto en blanco, con un record del 30% se impone en todo el País, ¡menos en Huinganco, donde triunfa el Partido Comunista!!!!....
origen: Sito web
Decirse miembro del Partido Comunista en aquellos años -y durante muchos años después-, no era un esnobismo militante inocente ya que tenía sus consecuencias no tan satisfactoria en sus confesos seguidores. Y en Huinganco, ante este triunfo único del PC en toda la
República, pronto comenzó a recibir visitas de "hombres de negro" en averiguaciones, fichajes, preguntas y todo tipo de acciones para desenmascarar la causa y el causante de este resultado. Se sospechaba que las directivas habrían salido de la familia del Director de la escuela, precisamente de su hija Raquel, quien durante el gobierno peronista hasta el 55, en su pequeña Unidad Básica femenina, fue la encargada del reparto de los regalos que en ropa y juguetes recibía la población desde el Gobierno y que ahora cumplía su papel de agente sanitario como enfermera en la salita de Salud. No la pasaron bien el Director, su familia y los maestros expuestos a todo tipo de sospechas. En una oportunidad el joven cura misionero Pedro Rotter, en la primera visita a la pequeña población después de las elecciones y con el trasfondo del barullo armado por el resonante triunfo del PC, se negó a pisar la casa de los Figueroa, que desde antigua tradición era el punto de alojo de los sacerdotes misioneros, atendidos diligentemente por la devota y católica esposa del Director. Y peor aún, se negó a dar misa de campaña en la escuela como lo hacía habitualmente. En su lugar, convocó a la gente a una misa al aire libre en la calle, frente a la escuela y allí se despachó a su gusto contra: "la dirigente solapada del comunismo internacional, sin Dios, sin Pátria y sin Iglesia".