Propuesta para el Manejo Sostenible de Fauna Silvestre y Lineamientos para Promover el Biocomercio

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Manejo sostenible de fauna silvestre y lineamientos para promover el biocomercio en el departamento de Santa Cruz Gobierno Departamental Autónomo de Santa Cruz

comerciales en su zona. Los resultados de los registros voluntarios de cacería y datos sobre la disponibilidad temporal de frutos para la fauna fueron evaluados directamente con los cazadores participantes (TOWNSEND, 1996c). Al mismo tiempo, las comunidades vecinas de San Lorenzo y Santo Rosario también contribuyeron con registros de su caza (ARRIEN, 1997), aunque este estudio no fue planteado como pasos al manejo de fauna. Una evaluación del auto registro de los cazadores de Lomerío (MORALES, 1999), mostró que la captura de animales pequeños era subestimada, pero que en general el método permitía caracterizar la cosecha. En 1996, seguidamente a la creación del Parque Nacional y Área de Manejo Integrado Kaa-Iya, la Capitania del Alto y Bajo Isoso (CABI) comenzó con WCS un gran proyecto de manejo de fauna silvestre en las tierras originarias del Pueblo Isoseño-Guaraní en coordinación con el manejo del área protegida (PAINTER y NOSS, 2000). En dicho proyecto cazadores Isoseños participaron en todas las actividades de manejo de fauna silvestre comunitaria, desde el registro de la cacería que llevaron a cabo monitores designados en las comunidades (LEAÑOS y CUELLAR, 2000; CUELLAR, 2000), hasta en las evaluaciones de poblaciones realizadas por parabiólogos Isoseños y biólogos de WCS (AYALA 2000). Además, coleccionaron material biológico de los animales cazados para su posterior análisis por profesionales para la evaluación de la estructura de edades, reproducción y dieta (MAFFEI 2000). Los parabiólogos Isoseños actualmente manejan herramientas y prácticas sofisticadas en el estudio de fauna silvestre como son la radio telemetría, el uso de GPS, los censos por transectos terrestres y aéreos, el monitoreo fenológico y otras técnicas de evaluación de la biodiversidad (CUELLAR 2006). La salud de los animales cazados también ha sido un enfoque de estudio en el Kaa-Iya. Los parabiólogos y monitores de la cacería han sido capacitados para reconocer ciertas señales de enfermedad en los animales colectados y para recolectar especímenes para estudios de laboratorio. En un proyecto ejecutado por CIDOB (La Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia) entre 1997-2001, varias comunidades indígenas tuvieron la oportunidad de investigar temas de su interés en el manejo de sus recursos naturales, y cuatro de los 20 proyectos seleccionados tuvieron que ver con el manejo de fauna (Townsend et al., 2001; INO et al. 2001; SALVATIERRA et al., 2001; ETACORE et al., 2001; CHIGUEÑO et al., 2001). Dos de estos proyectos fueron evaluaciones de poblaciones de fauna, una la ya mencionada investigación de los Sirionó, y la otra sobre las poblaciones de lagarto en el Río Itonamas. Este último estudio, al igual que todas las investigaciones de este proyecto, fue llevado a cabo por un investigador académico y varios investigadores indígenas, pero en este caso el investigador académico también fue un indígena Itonama. Ellos lograron estimar la población y el porcentaje de cosecha sostenible para varios cuerpos de agua en la cuenca del Río Itonamas (SALVATIERRA et al. 2001). Dos comunidades de Ayoreos también desarrollaron investigaciones participativas sobre especies de su interés. Ambas comunidades quisieron explorar el potencial de la zoocría de dos especies apetecidas pero que son escasas en sus tierras ahora rodeadas por la agroindustria: La comunidad de El Porvenir decidió estudiar la peta negra (Chelonoides carbonaria), y la comunidad de Poza Verde escogió estudiar el tatú (Dasypus novemcinctus). En el Porvenir se pusieron 10 tortugas en un corral de ¼ de hectárea, donde las mujeres Ayoreas se encargaron de alimentarlas, medirlas, pesarlas y de registrar su comportamiento para mostrar su ciclo estacional de actividades (TOWNSEND, 2003). En Poza Verde se hizo un estudio por radio telemetria para ver las actividades de los armadillos en libertad y así determinar que tan grande tendría que ser su jaula para la producción en cautiverio. Usando este método se logró el seguimiento de un animal por sólo 21 días debido a la dificultad de adherir el radio trasmisor a su caparazón ya que éste se suelta en capas como nuestra piel (EMMONS com. pers.). Los estudios de comportamiento de la fauna silvestre de los Ayoreos comenzaron con la recolección de conocimientos tradicionales sobre el tatu (CHIGUEÑO et al, 2001) y la peta negra (ETACORE et al., 2001), porque sus propios cazadores tienen muchos años observando los movimientos y actividades de la fauna que persiguen.

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