4 parte 2 1ra mitad

Page 22

Los inmigrantes europeos y migrantes de países limítrofes o del interior del país, en general, no poseían capital y se endeudaron a través de créditos de colonización. Trabajaron como peones y/o cultivando hortalizas pues los cultivos anuales no alcanzaban a cubrir los gastos de la propiedad y la familia. Muchas veces, la inversión inicial para la puesta en producción de la parcela era cubierta por préstamos de colonización del Banco Hipotecario Nacional, que sólo se otorgaban sobre tierras desmontadas, emparejadas y con mejoras, en las que debía efectuarse la plantación mixta durante el primer año. Como resultado de tales condiciones, hubo entre los productores quienes contaron con un capital inicial propio y pudieron así instalar y mantener la chacra hasta tanto tuviera producción comercializable. Esto, dado el ciclo productivo del frutal en las condiciones técnicas de la época, ocurría recién al sexto año aproximadamente. Pero también estuvieron aquellos que debieron encontrar otros medios para subsanar la falta de ese capital. En este caso, recurrieron a los préstamos pero también a la venta de su fuerza de trabajo como peón en otras chacras, a fin de incrementar los ingresos del grupo familiar (Blanco, G. 2002). “Antonio Francisco Martínez Fernández llegó a Allen en 1919 (…) Su padre, Rafael Martínez de los Marcelino, había estado ya tres veces en la zona y como muchos compatriotas venían para la cosecha y regresaban a España. ‘Ganaba aquí 300 pesos y el pasaje le costaba 80- recuerda su hijo con precisión-. Mi padre, consiguió trabajo de tomero y decidió volver aquí con mi madre, María Teresa Fernández. Teníamos unos tíos en la zona. Tuvo ese empleo un tiempo largo, trabajaba todo el año y para poder ahorrar, trabajó en algunas chacras hasta que pudo comprar un pedazo de tierra’” (Yappert, S. 2005).

Sin duda, acceder a ese pedacito de tierra no fue nada fácil para los inmigrantes que llegaban al valle con poco o ningún capital. Y obtener el título de propiedad, como se mencionó anteriormente, fue igual de difícil. María Inés Mariani señala que los trámites se realizaban en Gral. Roca y que, para llegar, las personas debían viajar en sulky durante un día entero por caminos intransitables. Ante tales condiciones los colonos retrasaban cuanto podían la realización del trámite. Esto los llevó en muchas ocasiones a perder sus bienes. No faltaron situaciones arbitrarias en las que, desde Buenos Aires y mapa mediante, se adquirieron tierras sin tener en cuenta a sus moradores, quienes debieron abandonar cultivos y viviendas sin poder hacer ningún reclamo. Otro problema fue que se transferían solares sin títulos definitivos a través de documentos que eran firmados sin leer por los pobladores como parte de un compromiso verbal y, cuando las condiciones que se es64

tablecían en ellos no eran cumplidas, los bienes eran ejecutados. Así las personas perdían todo y esto contribuyó a que se acapararan las posesiones en pocas manos. Si se observa el trazado del pueblo hacia 1930 se comprueba que existía una distribución muy desigual de la tierra. De este modo, un número importante de propietarios y/o arrendatarios accedió a superficies de dimensiones menores que las que habían caracterizado la entrega de las tierras públicas en la etapa anterior. Sin embargo, las condiciones impuestas obligaban a una inversión inicial de capital que impidió, en la práctica, el acceso masivo a la propiedad de la tierra, favoreciendo en definitiva una distribución limitada que terminó en una nueva concentración de la propiedad por efecto de ventas sucesivas entre particulares. La normativa de tierras exigía completar la exploración, mensura y subdivisión de los terrenos antes de su entrega, y para ello se debía usar un criterio fundamentado en la productividad de cada zona. No obstante, su aplicación sirvió fundamentalmente para facilitar que antiguos propietarios aprovechasen para anexar más superficies a las que ya tenían, ya que eran de las pocas personas que podían cumplirla. Por lo cual puede afirmarse que el cambio en la modalidad de acceso a la tierra no significó efectos distintos en la práctica (Bandieri, S. 2005). A continuación, el texto original del informe de 1920, en donde el Inspector Justino Riobó denuncia que Allen tiene acumulación de tierras y sus dueños son cuatro: Patricio Piñeiro Sorondo, Hans Flügel, Manuel Cordiviola y la sucesión Zorrilla.

Texto original extraído del Archivo Histórico de Río Negro. Tomo 5 de 1919 – 1920. Territorio Pueblo Allen. Expediente 3551 – 1920. Informe numero 209. Informe General Sobre el pueblo Allen

Tiene el pueblo Allen, situado a 20 Km. al Oeste de Roca Nuevo, sobre la línea del ferrocarril Sud, la ubicación mas ventajosa que cualquier otro pueblo del valle, con respecto a la topografía del terreno. En efecto, Allen, está edificado en uno de los puntos más altos del valle cerca de la altiplanicie, en un sitio seco, bien ventilado y al abrigo de las inundaciones. Ocupa este pueblo los lotes 43, 44, 55, 56 y 57 de la Colonia General Roca, con un total de 313 hectáreas, subdivi-

didas en 54 manzanas, 47 quintas y 2 fracciones reservadas, una para el cementerio y otra para el potrero policial. A pesar de las ventajas de su ubicación, lo que ha traído como consecuencia una mejor distribución de la edificación y de que esta sea mejor que la de Roca, Allen es un pueblo estacionario y sin vida activa en la actualidad. Y es que Allen es uno de los pueblos que más ha sufrido los efectos de la paralización del movimiento comercial y del trabajo determinado por la pasada guerra. Pueblo creado y poblado cuando las noticias de las estupendas riquezas del valle dieron origen a la fiebre de la especulación que llevó a esta región un capital inmenso en hombres y dinero, ha debido ser de los primeros en soportar el rudo golpe ocasionado por la restricción del capital y la paralización del comercio, en cuyas condiciones le fue difícil luego afrontar los nuevos inconvenientes que vinieron surgiendo a la agricultura, y de los cuales no es el menor, el originado por la presencia del salitre en los suelos y la falta de desagües en la zona de irrigación . Hay además otros motivos – tal vez el más grave- que determina esta situación de estancamiento de Allen Nos referimos a la escasa subdivisión de la propiedad en la cercanía de este pueblo, el que se encuentra materialmente envuelto y ahogado por grandes latifundios, como son los de Piñeiro Sorondo por el sur con sus 400 hectáreas aparentes y tal vez 1000 en realidad; el de Hans Flüger (sic) , con cerca de 1000 hectáreas a continuación del anterior; el de la Sucesión Zorrilla con 1000 hectáreas tan bien, cerrando el paso por el Oeste y un poco más allá el Doctor Manuel Cordiviola con 500 hectáreas, y así siguen estos latifundios que han nacido al margen de la Ley, burlando sus disposiciones y pisoteando su espíritu, para servir solo de rémora al progreso de los pueblos, de las colonias y el país. A pesar de todo esto, Allen vive y su existencia es todavía precaria, es indudable que no tardará en levantarse y avanzar en la senda del progreso, obedeciendo al impulso de las actividades que renacen en esta nueva era de paz y de progreso. Cuenta ya con un comercio relativamente bueno y con algunos edificios públicos. Tiene Municipalidad, Comisaría, Juzgado de Paz, Oficina de Correos y Telégrafos, Estación de Ferrocarril y Escuelas (…) (…) Las vías de comunicación que vinculan a Allen con otras partes del territorio y del país, son: en primer lugar el ferrocarril Sud, con su línea de Bahía Blanca a Neuquén, la cual pasa por el centro del pueblo, donde tiene su estación. De Allen a Neuquén hay media hora de tren, y a Bahía Blanca 14 horas. Transferencia de solares: Durante la inspección realizada


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.