mortífagos de Rowling: Lo más “fuerte” que hemos visto en Harry Potter fue una bruja dándole una poción de amor a un mortal para hacerlo su amante contra su voluntad. Acá las mujeres tienen que buscar maneras más realistas para protegerse, viviendo en esta sociedad patriarcal medieval en donde se desarrolla la historia. Tenemos a Arya Stark, por ejemplo, que de ser la hija de un noble acabó, a sus nueve
años, aprendiendo a matar para vengarse de quienes asesinaron a su familia. O a Danaerys, quien a sus 13 años fue vendida por su hermano al jefe de una tribu a cambio de un ejército; solo usando su sexualidad pudo voltear la torta y ponerlo de su parte para intentar recobrar el trono para su familia. Igualmente, los hombres tienen carta libre para desatar sus pasiones, no solo con mujeres sino con otros hombres,
aún las más enfermas: capturar un prisionero y quebrarlo arrancándole pedazos enteros de piel es tal vez una de las cosas más vomitivas que haya leído en mucho tiempo. Pero, por alguna razón, seguimos pegados. Y es que si el género fantástico habla de las hazañas de reyes y caballeros, es porque no muestra lo que hace el pueblo llano, ya que no existe heroísmo clásico en ellos. Nadie escribe una canción sobre el pueblo a donde la tropa fue a robar tras la batalla perdida, y mucho menos sobre las acciones barbáricas de la tropa misma. Martin sí escribe sobre ellos, sobre lo que hacen los soldados que son obligados a pelear en nombre de un estandarte. Los reyes no se ensucian las manos; los perros, sí. Tywin Lannister es un hombre de guerra, respetado por sus pares y sus vasallos, y todos dirían que tiene las manos limpias pero ¿cómo terminó la dinastía Targaryen? Cuando uno de sus hombres estrella la cabeza del pequeño príncipe Aegon contra una pared, para luego violar a su madre aún con las manos manchadas de sangre. Tywin Lannister no participó en la matanza, pero dio su visto bueno a los cuerpos de los niños colocados al pie del trono como muestra de lealtad. La adaptación de HBO tampoco se reprime en la exhibición de violencia y sexualidad explícita, aunque no es tanto como la gente cree: en la primera temporada solo hay 16 minutos de desnudos (alguien contó) en 10 capitulos de una hora. Pero sí, tenemos escenas en las que un hombre corta en dos a un caballo, o una decapitación que no salió a la primera y tuvimos que esperar el quinto hachazo para que funcione bien. HBO ya ha confirmado su cuarta temporada, que narrará la segunda parte del libro tercero (que consta de dos volúmenes). Para quienes hemos leído no es sorpresa saber que vienen escenas más crudas, más salvajes, más violentas, pero, sobre todo, más interesantes. Lunes 8 de abril del 2013 VELAVERDE
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