“PENSAMIENTO Y ACCIÓN FUNDIDOS EN ARMAS CONTRA LA INJUSTICIA”
res que tienen muy definida su participación electoral carecen de la debida beligerancia para hacerse sentir en los debates nacionales sobre el tema electoral, o sencillamente no tenemos posiciones y estos nos pasan desapercibidos. No se trata de establecer una división simplista o dogmática: participación o abstención; insurrección o votación; o plantearnos ese famoso “¿Y si no participamos en las elecciones qué hacemos?” La izquierda como representante de un proyecto nuevo de sociedad, hasta en el modo de participar en las elecciones, si así fuere, tiene que diferenciarse, en contenido, en propuestas, en accionar. Para contraponer y poder competir con todo el dinero turbio con que se mueven las campañas de los partidos tradicionales, no solo se necesitan recursos monetarios sino principalmente búsqueda de nuevas alternativas de creatividad organizativa y nueva “imaginería”. La izquierda, aún participe en las elecciones que se organizan como uno de los cosméticos del sistema, tiene la obligación de seguir denunciando esas instituciones viciadas y amañadas, seguir denunciando y desenmascarando la característica excluyente de nuestra “democracia electoral”. Las derrotas políticas e ideológicas, los errores y desaciertos, las deficiencias, debilidades y carencias, ha llevado, a no pocos y pocas, en caer en la trampa de que el problema es que somos muy “radicales”, o que hay que cambiar el “discurso” o que simplemente el problemas es que la gente nos ve como “desfasados” y “desfasadas”; llegamos incluso a considerar que no sería táctico llamarse de izquierda. Y es que el mal no esta en la sábana. Las ideas izquierdistas, las ideas de justicia social e igualdad y democracia están más vigentes hoy que nunca; y no solo como ideal, sino como posibilidad concreta que tiene la amplia posibilidad de diferenciarse del llamado socialismo “real”, como bien se expresa hoy en día en varios gobiernos de la región que empujan en esa dirección. Los abanderados del ideal humanitario de igualdad y justicia social, los abanderados del socialismo y de una sociedad anticapitalista, nunca dejan de insistir y empujar en esa dirección, ni mucho menos de proclamar sus ideales a los cuatros vientos como una utopía posible, que al decir de Galeano, nos sirve, como la línea del horizonte cuando estamos en la mar, para avanzar. Más aún cuando hoy en día, al decir de más de un intelectual, ya se empieza a percibir que ser anti-neoliberal, por sí mismo y sin enfrentar las contradicciones fundamentales del capital, no garantiza que podamos dirigirnos más allá de un simple post liberalismo que los mismos sectores hoy neoliberales pueden reajustar a sus intereses; por aquellos de la capacidad del capitalismo de regenerarse. Y no es que lo sectores de izquierda y socialistas no puedan propugnar, generar y pactar alianzas más amplias -fundamentales y necesarias- con sectores progresistas y patrióticos de la nación, en base a un programa que incluso no contenga todo lo que como izquierda se pueda desear en un momento determinado. Pero no entendemos que para que una alianza de esta naturaleza se dé la izquierda tenga que dejar de ser izquierda, “bailar pero sin alborotarse”, o simplemente tener que tener una especie de “amores escandio” con aquellos que le hagan “el favor” de invitarla a bailar. Parecería que, además de los “renegados”, “vendidos” o “conversos”, nos estamos encontrando con una especie nueva dentro de las izquierdas: los y las “izquierdistas vergonzantes”. La unidad no puede ser simplemente un problema ético o de consigna, que agregamos a nuestras líneas políticas para hacernos ver bien. Si hablamos de unidad es porque sabemos que solos no podemos, que los demás nos son necesarios; que así mismo tendremos que ceder para ganar, tendremos que tolerar y escuchar. A la necesidad de seguir siendo cada cual su propia identidad tenemos que añadirle, si queremos unidad, que en alguna medida nos convertiremos en parte del otro. No entendemos una unidad donde no estén vinculados los movimientos sociales reivindicativos ni donde la izquierda y los que sean abanderado del socialismo no puedan estar con su propia identidad; pero tampoco entendemos una unidad que se limite a las izquierdas organizadas y no trascienda; hacia personalidades y movimientos que comparten nuestros mismos ideales y aspiraciones desde la más amplia diversidad. Sería apropiado concluir con estas palabras de Mercader, aparecidas en uno de los artículos aquí publicados: “La victoria no se logra solamente en el momento de la derrota del adversario, sino en el mismo momento que se emprende la lucha. Todos los pasos hacia la unidad, son pequeñas victoria que nos conducen a una mayor: la toma del poder”. “Trabajemos en una sola vía, la primera, la única, la fuerte, la honesta, la unitaria. Con la unidad ganamos todos. Con la dispersión perdemos todos”. Noviembre 2007
CONTENIDO 4. Notas sin solfeo 5. Y al gobierno se lo llevó el ventarrón 7. Agua vendita para los reformitas 8. Cuarta vía, Cativía 10. Foro Social Alternativo 13. ¿Qué hacer después del paro? 14. XV Encuentro Norte-Sur 17. Desafíos de la izquierda 20. Discurso de Guillermo Moreno en SFM 23. Surge “Movimiento Rebelde” 25. Carta del PCT 29. Respuestas de los CC a PCT 31. De los CC a la unidad de izquierda 33. Homenaje a Amín 34. Algunas ideas para salir del limbo 35. Liderazgo, cargos y reelección 40. La estrategia del prójimo 44. La verdad de la unidad nos hará libre 45. Por qué socialismo 48. Marxismo, crisis económica y lucha de los pueblos
“Pensamiento y Acción Fundidos en Armas Contra la Injusticia”* Coordinación: Félix Severino ● H. Galván ● Julio Salvador Pérez-Alvarado Información, sugerencias y opiniones: haciaunanuevaizquierdard@gmail.com
Los artículos son responsabilidad de quienes los firman y no necesariamente expresan las opiniones consensuada de la coordinación.
*Slogan del grupo estudiantil Fragua de la década IZQUIERDA VIVA -3-
del 60.