VIDA PROVINCIAL Informe del Visitador general
el retorno al Evangelio le hará cobrar nueva vida. La Provincia de la Santísima Trinidad tiene un entorno geográfico, socio-político y eclesial propio que hay que destacar. i. Entorno geográfico: La Provincia de la Santísima Trinidad de Chile desarrolla su vida y misión en una larga y estrecha franja de territorio chileno; desde Iquique, al Norte, hasta Castro al Sur en una extensión de 3.044 Kms., en una geografía de contrastes: desértica y rica en minerales por el Norte, verde y fecunda por el Sur. Actualmente esta Provincia es el resultado de la fusión de la Custodia de Cristo Rey de Chillán y últimamente con la Custodia de San José. La distinta formación y tradición de los hermanos y la tan extensa geografía chilena han sido un obstáculo para alcanzar una verdadera identidad como Provincia, única identidad a la que pertenecen todos los hermanos después de las fusiones. Sin embargo, ha tenido el acierto de dividir el territorio ocupado por la Provincia en siete Zonas, con sus respectivas fraternidades: 1° Zona Norte grande: fraternidades de Iquique y Antofagasta; 2° Zona Norte chico: fraternidades de La Serena y Salamanca; 3° Zona Aconcagua: fraternidades de Valparaíso, Limache y El Totoral; 4° Zona Metropolitana: fraternidades de San Francisco de la Alameda, Recoleta, La Cisterna , San Felipe de Jesús, Rapel y Mostazal; 5° Zona Bío Bío: fraterni-
dades de Parral, Chillán y Concepción; 6° Zona La Frontera: fraternidades de Angol y Temuco; 7° Zona Austral: fraternidades de Castro y Osorno. Cada Zona está a cargo de un definidor que transmite a los hermanos de las Zonas los asuntos tratados y decisiones tomadas por el Definitorio provincial y un hermano, elegido por la Zona, para desempeñar las funciones de Presidente, encargado de coordinar y animar la vida y misión de las fraternidades en cada una de las Zonas. ii. Entorno socio-político: Después de 20 años de vida democrática, Chile cuenta por primera vez, desde marzo del 2010, con un gobierno de derecha. Estos dos primeros años del gobierno han estado marcados por dos situaciones particulares: en primer lugar, la toma de posesión del nuevo gobierno tiene lugar después del terremoto de febrero del 2010 y, en segundo lugar, los movimientos sociales que demandan mejoras en diversos ambientes de la sociedad chilena, especialmente en el ámbito de la educación. Estos dos hechos significativos han marcado la pauta de la convivencia social del país. Las consecuencias catastróficas del terremoto han desafiado al gobierno a implementar políticas orientadas a la reconstrucción del país, un proceso difícil por las complicaciones sociales que aún subsisten. Sin embargo, el país ha crecido rápidamente; se calcula que las economías en Latinoamérica en su conjunto crecieron un 6% el año 2010
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