Los seres humanos vinimos al mundo con singulares dones y compartimos la Creación con millones de criaturas, y en virtud de nuestra vida consciente tenemos atributos especiales que se manifiestan con el don del lenguaje, el poder de reflexión, la capacidad del amor y el talento para la creación. Con esos atributos constituimos una porción singular en la totalidad de lo viviente.