Apellidos Milenarios
li Familia
La historia de don Along Li y la recuperación de su apellido. por Delia Barrera Li
E
s en los primeros años del siglo XX que don Along Li, mi abuelo, arriba al puerto de Salaverry, Trujillo, y da inicio a la historia de mi familia materna. Por el año 1915, mi abuelo se establece en Virú y se ve obligado a cambiar su apellido oriental Li por el de Ganoza, para lograr así la nacionalidad peruana. Dos años más tarde contrae matrimonio con mi abuela Petronila Carranza López, con quien tendría cinco hijos: Manuela, Rosa, Julio, Pedro y Dolores, mi madre. Gracias a su propio esfuerzo y con la ayuda de sus hijos, el abuelo Along logró abrir una panadería, además de una granja donde criaba distintos animales, negocios con los que sustentaba la economía familiar y el futuro de sus hijos. A pesar de haber pasado gran parte de su vida en Perú, nunca aprendió a hablar el español, pero eso no fue una barrera para mostrar el inmenso cariño que profesaba a su esposa e hijos. Dolores, la hija menor y mi madre, heredó ese espíritu emprendedor de mi abuelo, y, siguiendo su ejemplo, inauguró también una panadería. En 1938 se casa con Gonzalo Barrera, mi padre, y de ese gran amor nacimos Margarita, Pacho, Maruja y yo. En 1955 el gobierno del presiden-
Arriba, en el centro Dolores Li y sus hermanos, todos hijos de don Along Li (abajo).
te Odría expide la Ley N° 12391 que otorgó el voto femenino a la mujer peruana. En ese contexto, mi madre y sus hermanos viajan a la provincia de Virú, La Libertad, para tramitar sus partidas de nacimiento. Allí les infor-
man de la existencia de una amnistía por la cual la familia podía recuperar su apellido de origen. Es así como se tramitan los documentos y la familia obtiene de vuelta su apellido original: Li. Los nietos de don Along Li no tuvimos ese problema, puesto que mis padres y mis tíos asentaron a sus hijos con este apellido. Entre las grandes enseñanzas que nos dejó el abuelo están la perseverancia, la honestidad y, sobre todo, la entrega, tanto en el trabajo como con la familia. Ahora, a mis 78 años, las trasmito a mis tres queridos hijos, siete nietos y dos bisnietos.
Con ayuda de nuestros lectores, esta sección intentará seguir las huellas de las familias chinas que a mediados del siglo XIX migraron a América y se asentaron en el Perú. Cuéntenos su historia enviándonos las fotos, recuerdos y cualquier documento testimonial que conserve de sus raíces familiares a: prensa.integracion@apch.com.pe
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