lazos de amor

Page 60

Habiéndolos tratado independientemente y sin sospechar en ningún momento que pudiera existir un vínculo entre ellos, no me di cuenta de su relación. Se habían amado y perdido mutuamente a través de sus vidas anteriores. ¿ Por qué no lo vi antes? ¿ Podía incluso ser ése mi destino? ¿ Convertirme en una especie de casamentero cósmico? ¿ Estaba distraído, cansado, o negaba la realidad? ¿ Descartaba de un modo racional las «coincidencias»? O tal vez la idea me vino a la mente en el momento adecuado, tal y como estaba planeado. Se me ocurrió aquella misma noche. «¿Eli?» Era Elizabeth. Se lo había oído decir a ella, semanas antes, en mi consulta. Sin ninguna duda, era Elizabeth. Ese día, unas horas antes, Pedro no podía recordar su nombre. En pleno trance hipnótico, se había trasladado a una vida pasada, una vida que había evocado en otra ocasión en mi consulta. En ella, había muerto después de ser arrastrado por unos soldados vestidos de cuero. Su vida se consumía poco a poco mientras su cabeza reposaba sobre el regazo de su querida hija, que le acunaba con desespero. En esa sesión Pedro regresó de nuevo a aquella vida. Tal vez todavía tenía que aprender de ella. Volvió a verse moribundo en los brazos de su hija, mientras su vida se iba apagando. Le pedí que la mirara muy de cerca, fijamente a los ojos, y que observara si podía reconocerla como alguien de su vida actual. -No -respondió entristecido-. No la conozco. -¿ Sabes cómo te llamas? -le pregunté intentando centrar por completo su atención en aquella vida anterior en Palestina. -No -dijo finalmente después de quedarse unos momentos pensando. -Te daré unas cuantas palmadas en la frente mientras cuento hacia atrás de tres a uno. Deja que el nombre entre fugazmente en tu mente, en tu conciencia. Cualquier nombre que recibas será válido. No se le ocurrió ninguno. -No sé cómo me llamo. ¡No me viene nada a la mente! Pero algo de pronto irrumpió en mi mente, como una explosión silenciosa, algo vívido y claro. -¡Eli! -dije gritando-. ¿Te llamas Eli? -¿Cómo lo sabes? -contestó desde las profundidades ancestrales-. Ése es mi nombre. Algunos me llaman Elihu y otros Eli... ¿ Cómo lo sabes? ¿ Tú también estabas allí? -No lo sabía –le contesté honestamente-. Se me acaba de ocurrir. Estaba muy sorprendido por lo que acababa de pasar. ¿ Cómo podía yo saberlo? En el pasado había tenido destellos «psíquicos» o intuitivos, aunque no a menudo. En este caso parecía que estaba recordando algo y no recibiendo un mensaje «psíquico». Pero ¿recordando desde qué momento? No podía situarlo. Mi mente hizo un esfuerzo para recordar, pero no lo conseguí. Sabía por experiencia que era mejor que no me esforzara más por recordar. «No te preocupes tanto -me dije a mí mismo-, ve haciendo tus cosas, ya verás cómo obtendrás la respuesta en poco tiempo y de un modo espontáneo.» Este extraño rompecabezas no estaba completo. Le faltaba una pieza importante sin la cual no podía realizar la conexión esencial. Sí, pero ¿una conexión con qué? Intenté, en vano, concentrarme en otras cosas. Un poco más tarde, esa misma noche, me vino de pronto a la mente la pieza que andaba buscando. De golpe, fui consciente de ello. Era Elizabeth. Hacía dos meses, había recordado una vida pasada en la que había sido hija de un alfarero en la antigua Palestina. Unos soldados romanos habían matado «accidentalmente»a su padre después de haberle arrastrado atado a un caballo. Los soldados no dieron ninguna importancia a lo que le había ocurrido. Destrozado y sangrante, murió lentamente acunado por su hija sobre una calle polvorienta. En aquella vida Elizabeth había recordado su nombre: Eli. Mi mente empezó a trabajar a toda prisa. Los detalles de cada una de las dos vidas en Palestina cuadraban. Los recuerdos evocados por Pedro y Elizabeth concordaban a la perfección. Las descripciones físicas, los hechos y los nombres eran los mismos en ambos casos. Padre e hija. He trabajado con mucha gente, por lo común parejas, que se han encontrado en vidas pasadas. Muchas personas han reconocido a sus almas gemelas viajando con ellas a través del tiempo y se han reunido una vez más en su vida actual. Nunca me había encontrado con almas gemelas que todavía no se hubieran encontrado en su vida actual. En este caso, _e trataba de almas gemelas que habían viajado durante .casi dos mil años para reunirse de nuevo.

60


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.