Hay versos de amor y desamor, ateologías varias, notas viajeras, apuntes sentenciosos, ropa casual y trajes de ceremonia. Revuélvelo todo sin prisa y ojalá encuentres algo que te siente bien, aunque sea solo un foulard o las mínimas sílabas de un haiku. Y si te apetece puedes añadir, cortar, retocar para que te siente todavía mejor. Tú tienes la última palabra; sin ella, todo son pretenciosas palabras vacías. El poeta es un pequeño dios, decía Vicente Huido bro. ¡Y tan pequeño! Hace muñecos de barro que solo cobran vida con el aliento del lector.
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LUCIDEZ Qué lucidez ahora que has renunciado a ella. Ya sin mentira y sin verdad el mundo te muestra al fin su rostro verdadero. Lo blanco es negro y es lo negro blanco y todo es gris de todos los colores. Qué hermoso es el no ser detrás del ser, la noche que no acaba en la mañana, el big bang repentino que inicia el universo, la danza de neutrones y neutrinos, las tachadas palabras de la Historia, el cisne negro en el silencio claro que la orquesta del cosmos interpreta y que dirige un Dios omnipotente hecho de nada y niebla y amor solo.
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