Versos con profunda carga humana, vivencial, social, y por ende política, conforman este poemario. Aquí, no se trata de la formalidad poética; Luis Perales deja a un lado el ornato, la metáfora fácil presente en fórmulas tantas veces reiteradas, para dar paso al sentimiento sencillo, cercano y por tanto verdadero. La voz protesta, protesta por la vida y lo humano, al mismo tiempo, esa voz que surge de lo individual expresa lo íntimo, volviéndolo colectivo. Una sola palabra alzándose ante
las miserias del alma: de la sociedad. Lenguaje camarada que se deja escuchar
entre Hojas del tiempo.