La pobreza en la Argentina
Según la ONG Cáritas, de la Iglesia Católica Argentina, en el último lustro, cada vez más personas humildes piden lugar en sus comedores.
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Los datos oficiales sobre pobreza y crecimiento económico en nuestro país son muy controversiales desde el año 2007 cuando el gobierno argentino intervino de hecho el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos. A fines de 2010, la Casa Rosada tuvo que aceptar la asistencia técnica de su archienemigo declarado: el Fondo Monetario Internacional. Según el desprestigiado INDEC, tuvimos en el año 2010 sólo un 12 por ciento de la población viviendo en la pobreza, con una tasa de indigencia de apenas el tres por ciento. Esos datos son propios de potencias del primer mundo, como la mayoría de los países del sur europeo. Sin embargo, cinco instituciones privadas distintas, que también hacen mediciones sobre el tema, desmienten categóricamente las cifras oficiales del manoseado organismo. Para ECOLATINA, el 31,4 por ciento de los argentinos es pobre, con una indigencia del 11,5 por ciento. Para IDESA (Instituto para el Desarrollo Social), el 33 por ciento de los compatriotas es pobre, con una indigencia que alcanza al diez por ciento de la población total. Para IADER (Instituto Argentino para el Desarrollo de las Economías), el 32 por ciento de quienes habitamos este suelo nacional somos pobres, ubicando la indigencia en el 12 por ciento del universo poblacional. Para el Centro de Estudios Sociales de la CTA (Central de Trabajadores Argentinos) que dirige el diputado nacional Claudio Lozano, el 33,1 por ciento de los argentinos es pobre, con una pobreza muy alta, que asciende al 14,3 por ciento, Finalmente, la Iglesia Católica argentina, que tiene miles de comedores en todo el país y un contacto con las necesidades extremas permanente a través de Cáritas, la pobreza ya trepó al 40 por ciento de los hogares del país, Este deterioro se dio a pesar de la presión tributaria récord, de la creación de un millón de puestos en los estados municipales, provinciales y nacional en la última década y de la incorporación de dos millones de nuevos jubilados al sistema previsional, a pesar de no contar con el total de aportes que el ANSES antes requería.