Vida Abundante enero/febrero 2014

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Nuestra visión / Distrito Uruguay

Una pastoral con los pies en la tierra y los ojos abiertos

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n nuestro país y el Distrito Uruguay estamos en un momento de transiciones y cambios; algunos legislativos, otros de conyuntura política y nos encontramos con debates éticos y una creciente efervescencia social. ¿Qué pastoral puede responder a estos debates y estas realidades? Pastoral es el acompañamiento a una determinada situación, mostrando presencia. Lo primero y principal es estar ahí, acompañando. Acompañar significa dialogar, orar, reír, llorar, anunciar y denunciar. Estas situaciones se reflejan e impactan en nuestras comunidades, nuevas realidades generan crisis, desafíos y posibilidades de acción y transformación. Quizás estas palabras: coyuntura, desafío y cambio reflejan la realidad del país y de las congregaciones del Distrito. El pastor Emilio Castro nos desafiaba con las palabras de Karl Barth, diciendo que una proclamación pertinente tenía en una mano la Biblia y en la otra el periódico. ¿Qué significa eso? Es la Palabra de Dios que irrumpe en la realidad. Es la

gracia que libera que se hace presente en nuestra cotidianidad y nos declara libres. Nos da la posibilidad de abrirnos, de dejar de mirarnos el ombligo, de ampliar el horizonte, de incluir a otros y otras y no sólo nuestros propios problemas. En ese momento de gracia nos movilizamos para anunciar la Palabra de Dios. En ese momento surgen las preguntas éticas. ¿Qué opinamos acerca de la megaminería a cielo abierto o del monocultivo? ¿Qué hacemos frente a la explotación sexual comercial? ¿Qué implica la baja de la edad de imputabilidad y la criminalización de los adolescentes? ¿Cómo actuamos frente a la situación en las cárceles? ¿Qué decimos sobre La ley de Medios? Es necesario que nuestra prédica no se quede sólo en las palabras, sino que nuestro testimonio esté desafiado por las realidades humanas, por los temas que afectan a las personas y que están presentes en las discusiones y debates de las familias, en las calles, los ámbitos laborales, los medios de comunicación e incluso en nuestras iglesias. ¿Cómo ver más allá de la frágil y limitada seguridad que dan nuestras casas enrejadas, las calles con más policías o las cárceles repletas? ¿Cuál es nuestro rol y el de nuestras comunidades? Creo que el camino comienza en cada uno y no dejarse

ganar por el discurso del miedo al otro, promoviendo que nuestras comunidades puedan convertirse en instrumento de paz y nosotros en pacificadores en el ámbito que nos toque estar. ¿Qué es lo que ya se está haciendo y qué queda por delante? El trabajo desde los proyectos diacónicos, tanto desde la Obra Ecuménica del Barrio Borro, el Hogar Amanecer o la campaña “Un trato por el buen trato” nos acercan al encuentro con las realidades de los niños, niñas y adolescentes más estigmatizados por los medios de comunicación. Abordamos las problemáticas de fondo que se viven. Nos queda por revisar el vínculo de las congregaciones con los proyectos. En este sentido no es suficiente hacerse cargo de la responsabilidad jurídica y económica de los proyectos diacónicos, sino apuntar hacia un ida y vuelta más fluido entre la vida de las congregaciones y los proyectos. Contamos con una valiosa herramienta de trabajo desde el Centro Emmanuel, un espacio para reflexionar y proponer desde la fe y la Agroecología, un lugar para construir una crítica esperanzada sobre el modelo de desarrollo y el estilo de vida que estamos llevando. Cuando permitimos que la gracia de Dios y su Palabra nos guíen en esta realidad es cuando dejamos de mirarnos el ombligo y podemos ver a la otra persona en su totalidad. Es ahí cuando podemos ampliar el horizonte y plantear los temas que son relevantes para nosotros como cristianos y cristianas, para nuestra so-

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ciedad actual e incluso para generaciones futuras. Quizás un desafío para nuestro distrito es pensar que los modelos de las congregaciones, eclesiales y las pastorales se adapten a estos nuevos desafíos. Porque no podemos repetir los modelos de pastoral de siempre si estamos enfrentados a nuevas realidades y queremos abrirnos a la sociedad. Se hace necesario un nuevo modelo pastoral, más inclusivo más participativo, que articule lo diacónico y donde el lugar de los jóvenes y los niños sea más significativo. Nicolás Iglesias Schneider. Trabajador Social, miembro de la CEAM y Co-coordinador de la Campaña “Un trato por el buen trato”.

agenda Marzo  06: Reunión de la Mesa Ejecutiva de la IERP en Buenos Aires

 15: Conferencia Distrital y

Asamblea General Ordinaria FEDIPA-IERP, en la Congregación Alto Paraná, Distrito Paraguay

Abril  02-03: Foro de Pastores y

Presidentes Distritales en la IERP

 03-05: Reunión de la Junta Directiva de la IERP en Buenos Aires

 07-11: Conferencia de

Liderazgo Federación Luterana Mundial (FLM) en México


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