IDEAS 114

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los asegurados son más propensos a conducir sin cuidado que los no asegurados, quienes tienen que pagar las consecuencias completas de sus malos hábitos de conducir. Uno podría dar el argumento que hay millones de personas que conducen con mucho cuidado aún con su seguro, así que el problema de riesgo moral podría ser un poco exagerado en un caso específico. Sin embargo, sorprende que en el mundo de compensación para los altos ejecutivos es donde los incentivos reinan, pudiendo premiar a los ejecutivos al mismo tiempo que estos rompen reglas éticas muy básicas de conducta. Solamente de cara a una crítica pública muy intensa, se podría volver a examinar estas indemnizaciones en términos de su equidad. Dado que Dominique StraussKahn solamente recibirá una “irrisoria” suma de US$250,000, casi nadie se dará cuenta. Los abogados de los “paracaídas dorados” han sostenido que son necesarios para atraer el talento de alta calidad para los puestos ejecutivos. Además, ayudan a mantener la objetividad de los ejecutivos durante las adquisiciones corporativas. Sin embargo, en muchos casos, como los que se mencionaron al principio, el despido puede ser por cualquier razón. En estos casos, el uso de dicho “paracaídas” da lugar a muchos incentivos perversos, dado que la conducta no ética de un ejecutivo puede provocar su renuncia o despido así como el pago de una indemnización muy generosa. Una solución a este problema es la legislación y algunos países han empezado a regular esta práctica. Aún así, uno tiene que preguntarse qué pasa con el sentido común de los miembros de los consejos de dirección que contratan estos ejecutivos y negocian estos paquetes de compensación. De ninguna manera puede ser beneficiosos para los accionistas que representan. Los consejos de dirección (o consejo ejecutivo en el caso del FMI) necesitan negociar con mucho cuidado las condiciones bajo las cuales se pagarán las indemnizaciones. Claramente los ejecutivos deben asumir el riesgo asociado con su propia mala conducta, la cual está completamente bajo su propio control. Cualquier consejero delegado debe poder entender esto. ¡Son las mismas reglas que aplican al resto de nosotros!

to pay the full consequences of their poor driving habits. One might argue that there are many millions of people who drive safely regardless of their auto insurance coverage – so the problem of moral hazard may be a bit exaggerated on a case-by-case basis. But it is surprising that, in the world of high executive compensation where incentives are king, executives can be rewarded even as they break basic moral rules of conduct. Only in the face of intense public criticism can these severance packages be re-examined in terms of basic conceptions of fairness. Given that StraussKahn will only see a paltry USD 250,000, hardly anyone will blink an eye. Proponents of golden parachutes have argued that they are necessary to attract high-quality talent for executive positions. In addition, they help maintain the objectivity of executives during a takeover. Clearly, a position in favour of such generous severance packages would make sense where certain circumstances, like a company takeover, existed. However, in many cases, such as those mentioned earlier, the dismissal may be for any reason. In such cases, the use of golden parachutes

is ripe with perverse incentives – an executive’s unethical conduct can trigger his resignation or dismissal as well as the payment of a generous severance package. Certainly one solution is legislation and some countries have begun to regulate the practice. Still, one has to wonder what happens to the good common sense of the boards that hire these executives and negotiate their compensation packages. Clearly, golden parachutes in the case of dismissals for misconduct cannot be good for stockholders. Boards of directors (or the board of governors in the case of the IMF) need to negotiate carefully the terms upon which severance packages are paid. Executives should bear the risk associated with their own misconduct, which is entirely under their own control. Any good CEO should understand that – those are the rules that apply to the rest of us!


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