Lo que llamas amor

Page 1


Créditos FUNDACIÓN IDEA DIGNIDAD: www.ideadignidad.org Coordinación General: Myriam Pérez Gallo Coordinación editorial, taller de escritura y corrección de estilo: Francisco Ortíz Arroba Autoras: Belén, Daniela, Marnie, Salomé, Isabel, Alejandra, Mónica, Yurani, Nathalie, Nicole, Karla, Karla C., Sandra y Estefanía. Acompañamiento psicosocial: Mónica Rojas, Andrea Andrade, Luz Arpi, Myriam Pérez. Colaboración: Aura Pata, Claudia Macías Ilustraciones: Claudia Patricia Hernández Diseño y Diagramación: David Morillo Quito, Ecuador, septiembre de 2021 Este documento ha sido posible gracias a la colaboración de la Embajada de Francia. Ha sido creado para facilitar la labor de las personas e instituciones que orientan su trabajo o acciones hacia la construcción de espacios y relaciones libres de violencia basada en género.

2


11


Este relato analógico, hace alusión a los ideales retrógrados que se han manifestado por décadas en nuestros entornos; intruso que aún perdura entre nosotros, el patriarcado, camuflado como principios de amor y la osadía de un alma agonizante, invadida por la cólera y frustración de no poder fluir.

LO QUE LLAMAS “AMOR”

Por: Nicole Zambrano (Manabí) Te encuentras de pie, a segundos de volverlo a hacer… mi vida es una tortura como un círculo vicioso. Atada por tus cadenas intento respirar, pero me asfixias y me quitas el poco oxígeno que tengo para resollar. Me exiges levantarme una y otra vez mientras tiras y tiras de la cadena que llamas amor, mi rostro implora clemencia, algo ilusorio ante tus ojos.

Me gustaría creer que la esclavitud ha acabado, pero lo cierto es que somos muchos los que vivimos como súbditos de nuestros cuerpos, encadenados al verdugo que anida en ti y en tus vástagos, subsistiendo bajo la umbría del berenjenal en el que intentaste florecer, el cual se ha vuelto nuestro hogar para crecer y caminar, justo al borde del abismo. Es tu manera de adoctrinarnos.

55


Por mucho tiempo reinaste, la persuasión y esta lucha se ejerció de la manera incorrecta, aturdidos sin poderlo ver, competíamos uno contra el otro para ser merecedores de un trono que aparentaba ser benevolente pero, a nuestro alrededor, todo era dolor y lobreguez, destinados a subsistir dentro de ti o morir. Se siente tan agotador seguir tu rastro de luz entre la tiniebla que has creado a mi paso, cultivando mi miedo a generar mi propia luz. Y vivo en un conflicto mental que me sofoca e intento huir día a día desesperadamente de mi cuerpo, suplico no ser lo que he vivido y me castigo por aquello que ha lacerado mi piel, sintiéndome esposada a un mundo caótico donde mi único fin para no ser parte de ti es fenecer. En medio del caos ocasionado por el intento de rebelarme e ir en contra de tu idealismo, me convertiste en el enemigo de mis aliados, tu daga heredada era el arma con la cual me atacarían tu mortífera fetidez se impregnó en ellos, quienes cayeron en tu hoguera, en búsqueda de una luz más intensa que la que sus miedos les permitió generar. Me tomas de la mano como si fueses a sostenerla en el camino, pero sacas tu daga y trazas todo aquello que pretendes que yo sea sobre mi piel. Has hecho de mi cuerpo una prisión, condenando a morir lo que he ansiado ser y mi osadía se vuelve tan minúscula cuando quiero huir, que solo me quedo a ver cómo caen las gotas de sangre.

56


He sido notable como sierva para desbordar tu locura cuando el resto intentó doblegarse, y así, poco a poco, conseguir que desvaneciera mi cordura. Todo esto disfrazado de amor y al rehusarme a tomarlo, me tiras al suelo. Tus manos envuelven a mi cuello, cada vez con más fuerza, sin importar el daño que estás causando. El oxígeno se vuelve escaso, mi piel se torna violeta, la sangre empieza a dejar de circular, puedo ver tu cara de satisfacción a punto de acabar con mi vida y la frustración de no poder hacerlo, envías a tus súbditos a continuar tu trabajo con la orden de mantenerme con vida. Te acercas a mí susurrando tus lamentos, mientras pateas mi estómago una y otra vez. Escupiendo sangre espero unos segundos para cerrar mis ojos, suplicando que me lleve, y junto a ello, que todas mis heridas se cierren. Sin llegar a entender cuál dolor es más grande, pero sintiendo cómo mis ansias de rendirme intentaban consumirme, pensé: otra vez estoy sangrando. No estoy segura que detenerlo sea lo correcto, al fallar te otorgo la oportunidad de volverme a lastimar, mi cuerpo me vuelve frágil, es una tortura tener melanina en esta pugna sangrienta. Percibes mis ansias de rendirme y volviendo más rudo el juego, me dices que ya es momento de marcharme, así que me sueltas. Cada paso que doy se siente pesado y extenuante, de un momento a otro tropiezo con el mundo real y me culpas por no

57


ser capaz de levantarme cuando has roto cada parte de mí. Y ahora me pides que vuelva a reunir cada pedazo y me vuelva a construir y aunque he intentado pegar pieza por pieza, ya no sé por dónde empezar. Titubear no es una opción, es un suceso que parece que nunca acaecerá, y comienzo a cuestionarme: ¿Cómo es que a pesar de que me has soltado sigo sintiéndome atada? Vaya concepto de amor que tus miedos te inculcaron, crees que amar es lastimar y me obligaste a amarme a tu manera. Ahora me lastimo creyendo que es la manera correcta de amar las ruinas que dejaste. Estoy entrelazada a tu alma, y en el intento de buscar lo que soy, en cada una de las piezas, solo puedo divisar el rastro de cada herida. Me he obsesionado por encontrar los sedimentos de lo que algún día fui, siempre me intimida tu presencia en las gotas de sangre que no llegaron a coagular en mi piel. He perdido batallas contra mí misma y mi miedo se ha vuelto mi temor más grande. Mi piel se empieza a sentir como una rígida y escamosa capa que me impide salir de esta prisión en la que convertiste mi cuerpo. Perdí el control de mis movimientos y no comprendo qué jugada es la que intento hacer, deambulo en mi mente intentando entender lo que nunca pudiste ver a través de mí y que ahora se me imposibilita exteriorizar.

58


Quisiera creer que todo es un triste sueño. Los momentos de descanso se han vuelto lo que quisiera fuera realidad, quién diría que la vida se tornaría completamente distinta a todo aquello que nos resumiste y para lo cual nos adoctrinaste. Puedo ver cómo están muriendo y debajo de ellas, el charco de sangre tiene el mismo color de tu veneno. Los únicos culpables que buscan están frente a cada uno de ellos. Volverán a cortarse con el filo de la misma hoja mientras no sepan por dónde tocar, creyendo que la solución está en cortar. He luchado para no estar atrapada entre la sombra de los demás, pero cuando creo haberlo conseguido, me encuentro atrapada en mi propia sombra. Un espejismo, el reflejo de tus palabras, tus emociones son sentimientos de naufragio, el resultado de tu inestabilidad emocional, me he vuelto el peso en mi conciencia que he deseado desechar. He desperdiciado tanto tiempo intentando coincidir con tus cadenas, y duele tanto cada palabra que has escrito sobre mí, cada

rastro de veneno que dejaste, y que no puedo quitar, y al sentir que pierdo lo único que tengo, sucumbo a la desesperación. Me indigna ver cómo hemos sido parte del circo, un títere más de un absurdo régimen opresor creado por nosotros mismos, recubriéndolo bajo la palabra amor. Me encuentro sola, a la intemperie, fuera de tus caudales, y aunque no siento la misma calidez que tu sombra emanaba al

59


envolverme en ella, el frío no me quema como el hielo de tus palabras, ni las hojas de los árboles me cortan como el filo de tus dagas. El acantilado no parece ser tan alto a pesar de que mi corteza prefrontal aún almacena mis lamentos, y aunque detesto aquellos momentos en los que me siento tan frágil como un diente de león, es exquisito sentir su libertad y su fluidez en el viento lejos de ti, en busca de la metamorfosis que aguarda por mí. Aunque no me he ido, me espero de vuelta.

60