Desarrollo más allá de la economía

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Geografía y desarrollo en América Latina

Producto agrícola por agricultor, 1994

Fuente: FAO (1999).

colas y animales y por las condiciones de la tierra, reforzadas por siglos de cambios tecnológicos sesgados en favor de las zonas más ricas. La disparidad entre la productividad agrícola tropical y no tropical por agricultor (Gráfico 3.12) es aún más pronunciada que la disparidad de los niveles de ingreso de las zonas tropicales y no tropicales (Gráfico 3.5). La historia de la mayoría de los cultivos individuales es similar. En nueve de las diez categorías importantes de cultivos que presenta el Cuadro 3.2, los rendimientos no tropicales son más elevados que los tropicales. Ello ocurre especialmente en el caso de los cultivos de clima templado como el trigo, pero también de algunos cultivos tropicales como el maíz o la caña de azúcar. Las diferencias pueden deberse, total o parcialmente, a los insumos utilizados. Los fertilizantes, los tractores, las semillas mejoradas y la mano de obra afectan los rendimientos, independientemente de que el clima sea ideal o no para el cultivo. Los agricultores de los países más ricos usan más intensamente insumos distintos de la mano de obra porque, en comparación con su propio trabajo y el valor de las tierras, aquéllos son mucho más baratos. De manera que la pobreza puede ser la causa de los bajos rendimientos característica de los trópicos, en vez de ser la baja productividad un factor que contribuye a la pobreza.

Sin embargo, los cálculos de Gallup y Sachs (1999) muestran que el rendimiento de los cultivos tropicales es menor aun cuando se neutralizan las diferencias en el uso de insumos17. El rendimiento de los cultivos de las zonas ecológicas tropicales y secas que conforman la mayoría de los trópicos geográficos es de un 30% a un 40% más bajo que el rendimiento de los cultivos de zonas ecológicas templadas, incluso usando los mismos insumos en las dos zonas. Además, la productividad agrícola creció un 2 % más lentamente en las ecozonas tropicales y secas que en las templadas. Por lo tanto, aunque el origen de las diferencias en la productividad puede ser natural, no hay duda de que, a lo largo del tiempo, el desarrollo tecnológico ha ayudado a aumentar las diferencias. El desarrollo tecnológico se ha concentrado en las zonas más ricas, las que además tienen una ecología más homogénea que contribuye a que las especies y la tecnología se difundan mejor18.

17

Las políticas de precios y otras políticas agrícolas tienen un efecto sustancial sobre las cantidades que producen los agricultores y en la cantidad de insumos que utilizan pero, en principio, no deberían afectar la productividad, si se aplican los mismos insumos. 18

Véase un análisis extenso y documentación sobre este punto en Diamond (1997).

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Gráfico 3.12

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