Cero coma cero (0,0)

Page 175

dijo su mejor amiga y compañera de clases. El vaso de agua se tambaleó un poco, varias gotas de agua cayeron sobre la cabeza de la colegiala y lo frío le dio escalofrío a la muchacha. «Pero», fue todo lo que pudo decir unas cuantas veces antes de que su amiga la tomara de la mano y la trajera consigo. Cuando reaccionó, ya estaba en la parada de camioneta. Subieron a un bus que venía sin un solo pasajero y se fueron a los asientos de atrás. La amiga cogió el asiento con ventana, y ella el de a la par. Entonces divisaron una mariposa revoloteando en los asientos contiguos. «Quiere salir, pero la ventana está cerrada», dijo la amiga. El vaso de agua se agitó una vez más, aunque ahora no derramó nada. «Pero ya no tarda en encontrar la ventana de al lado —que sí estaba abierta— y

entonces ya va a poder salir», siguió diciendo la amiga. Mientras ambas observaban el vuelo de la mariposa, el piloto estacionó el bus, descendió de este y se dirigió a un chiclero. «Pobre mariposa», dijo entonces la colegiala. «¿Y si le abrimos la ventana para que se pueda ir?». «Con acercarte lo único que vas a hacer es asustarla», respondió la amiga. Breve silencio. Larga espera. «Llevás la blusa de fuera, componétela», mandó nuestra colegiala a su amiga, con cierto nerviosismo. Pero la amiga simplemente puso su mano en la pierna de la colegiala y, sin más preámbulos, la besó en la boca. El vaso se desplomó al suelo y el agua empapó a la turbada colegiala. El piloto, que no vio nada, por fin regresó y reanudó la marcha. La mariposa ya no estaba.

Columna Texto en contexto Magazine 21 13 de marzo de 2005


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.