HUMANITAS 76

Page 41

toda su fuerza las palabras de Jesús: «Que el hombre no separe lo que Dios ha unido», con su llamada a la reconciliación de los cónyuges y por lo tanto al mutuo respeto de su identidad relacional, teniendo en cuenta toda su relevancia para ellos mismos, para los hijos y para la sociedad. La una caro no ha sido el mero producto de la voluntad humana: es Dios mismo, creador del hombre y de la mujer, de su relacionalidad natural, quien ha unido su ser masculino y femenino en matrimonio. Y el para siempre pertenece a la configuración natural de tal unión, a su estructura jurídica esencial. Se permanece marido y mujer también cuando parece haber muy buenas razones para disolver tal enlace, cuando por motivos justificados o no se ha instaurado una separación, o cuando se ha buscado establecer una nueva unión. Es innegable que en este vínculo de justicia que resta intacto en cualquier circunstancia se descubre un misterio, que se ilumina en el contexto del plano salvífico de Dios para la humanidad en Cristo (cfr. especialmente Ef. 5, 21-33), pero no ha de olvidarse que la iluminación mediante la fe presupone el diseño natural, creacional, del principio. En el acoger la indisolubilidad de la una sola carne, se toma con absoluta seriedad el ser relacional según justicia de la unión entre hombre y mujer. Volver a vivir y a percibir el matrimonio en toda su riqueza natural es tarea particularmente importante en nuestra época, precisamente porque la tentación de banalizar la sexualidad humana es muy fuerte. Es un camino fecundo para el diálogo cultural que requiere nuestra sociedad para dar fundamento a la ciencia del derecho de la familia, y para remarcar que la realidad matrimonial, con su intrínseca componente jurídica, debe ser objeto de diversas disciplinas y de muchas acciones prácticas a todos los niveles. Cualesquiera que sean las dificultades y las deformaciones que puedan socialmente prevalecer, mi objetivo fundamental ha sido recordar que las palabras de Jesús, proclamando aquella que es la verdad desde el principio, están todavía plenamente vigentes y operativas por medio de su gracia: «¿No han leído ustedes que el Creador, desde el principio, los hizo varón y mujer; y que dijo: Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre para unirse a su mujer, y los dos no serán sino una sola carne? De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Que el hombre no separe lo que Dios ha unido». (Mt 19,4-6).

LA UNA CARO NO HA SIDO EL MERO PRODUCTO DE LA VOLUNTAD HUMANA: ES DIOS MISMO, CREADOR DEL HOMBRE Y DE LA MUJER, DE SU RELACIONALIDAD NATURAL, QUIEN HA UNIDO SU SER MASCULINO Y FEMENINO EN MATRIMONIO. Y EL PARA SIEMPRE PERTENECE A LA CONFIGURACIÓN NATURAL DE TAL UNIÓN, A SU ESTRUCTURA JURÍDICA ESENCIAL

H 39


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.