La fortaleza del turismo de reuniones, congresos y viajes de incentivos (MICE en sus siglas en inglés) ha quedado demostrada durante la crisis porque, aunque se ha visto afectado, es uno de los subsectores que la está padeciendo con menos crudeza, ya que el número de eventos parece mantenerse, a pesar de que se reducen los asistentes. El turismo congresual trajo a España a 4,3 millones de turistas en 2009, que generaron un total de 4.824 millones de euros, según los datos de Turespaña.