La producción de frutas pequeñas es muy sensible a las condiciones ambientales y conlleva un alto grado de riesgo. Las condiciones meteorológicas extremas como heladas tempranas y tardías, altas temperaturas y insolación, granizo, lluvia de verano, viento y otros factores fuera del control de los productores afectan terriblemente la producción y la calidad de la fruta con respecto a los daños, la vida útil y el valor nutricional. El nº de enfermedades y plagas en la producción de frutas pequeñas está aumentando y las herramientas disponibles para luchar contra esos desafíos no están aumentando en la misma proporción, especialmente si consideramos que el mercado mundial demanda hoy reducir el uso de pesticidas. La gestión y las buenas prácticas agrícolas son necesarias para reducir el impacto de esos eventos y esenciales para maximizar el rendimiento y la calidad de la fruta.