Estableciendo el apego a través de los sentidos Es fundamental para establecer el vínculo mantener una lactancia materna óptima. El amamantamiento debe ser gratificante para el binomio madre-hijo, precoz, antes de la primera hora del nacimiento, y debe ser sin dolor, con una buena técnica (boca bien abierta, labios evertidos, nariz y mentón tocando la mama, panza con panza). Además, tiene que ser a demanda, cuando el bebé lo pida y el rato que quiera. A través de los sentidos, se logra establecer y reforzar ese apego tan preciado en la primera etapa de vida del bebé, que alrededor de
Atravesar el dolor Es frecuente, en particular durante los primeros días de lactancia, la aparición de dolor, grietas y lesiones a nivel de las mamas. Con el objetivo de evitarlas, se recomienda la aplicación de calor local previo a la lactada, realizar masajes, aplicar frío tras la toma o compresas diseñadas para tal fin, que favorezcan la temperatura y la humedad óptimas para la recuperación de las mamas. los tres meses comienza a ser capaz de percibir colores y enfocar la vista en cosas que estén próximas a ellos. Esto es casi suficiente para que pueda ver el rostro de la madre mientras lo amamanta, e incluso establecer el contacto visual durante unos instantes. El tacto, a su vez, es increíblemente importante para el bebé: las caricias, el balanceo y los mimos son modos perfectos
para hacer que se relaje y se sienta seguro. Hablar de forma suave al recién nacido también ayuda a desarrollar una relación bidireccional, lo cual es importante para sus futuras habilidades sociales. Tengamos en cuenta que el oído de un niño nacido a término está bien desarrollado y que los fetos responden a los sonidos a partir de las 19 semanas de embarazo.
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pio cuerpo. De este modo, un buen apego será el cimiento de la futura estabilidad emocional del niño.