Los Jesuitas en Honda, 1634 - 1767 Tomo 1

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C a p í t u l o I . L a s f u e n t e s d e l s i s t e m a e d u c at i vo j e s u í t i co

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Como es natural, la vida histórica de las ideas y de las instituciones sufre, con el correr de los tiempos, grandes mutaciones, porque en definitiva están no solo al servicio del hombre en perpetuo devenir, sino también al servicio de la sociedad en que el hombre desarrolla su existencia. Al comenzar el siglo XVIII, ya el neoclasicismo francés había diseñado nuevos valores culturales y literarios que no tardaron en difundirse por toda Europa. Esa encrucijada también la vivió la Compañía de Jesús59, pero se impuso la línea tradicional que insistía en los modelos aceptados como clásicos. De esta suerte, la Congregación General XIV promulgó como obligatoria la obra de Juvencio [Jouvancy] Ratio discendi et docendi60. Quien desee adentrarse en lo que fue el método jesuítico de la enseñanza de las humanidades, encontrará en Juvencio una de las más limpias y profundas interpretaciones de la Ratio Studiorum. El autor divide su tratado en dos partes. En la primera, sobre el arte de aprender, insiste en el conocimiento de las lenguas, de las ciencias y de la metodología del estudio privado. En la segunda, sobre el método de enseñar, apela a las virtudes del profesor, a los libros que debe utilizar el maestro, con los métodos específicos de la enseñanza de la gramática, las humanidades y la retórica, para concluir con algunos consejos prácticos. También en España se dan a mediados del siglo XVIII intentos renovadores de los estudios de humanidades clásicas y hasta el presente vienen referidos fundamentalmente a dos grandes personalidades: José Finestres (1688-1777)61 en la Universidad de Cervera, y Gregorio Mayans y Siscar (1699-1781), en Valencia62. Una guía importante para el estudio de todo este proceso se encuentra en Humanistas, políticos e ilustrados de Antonio Mestre63. De igual forma, existieron dentro de la Compañía de Jesús hispana algunos brotes renovadores que, así hayan pasado inadvertidos para los analistas, se pueden verificar, aunque su vigencia haya sido tan exigua. Como es lógico, las personalidades jesuíticas preocupadas por los estudios clásicos también tienen sus vinculaciones con los renovadores antes

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F. Dainville, L’éducation des jesuites (París: Editions de Minuit, 1978), 194-208.

Juventius, Ratio discendi et docendi (Florencia, 1703). La única traducción castellana que conocemos se debe a nuestro admirado amigo el P. Martín Muguruza y la publicamos tanto en La Pedagogía jesuítica en la Venezuela hispánica, 639-752, como en la revista Paramillo 2-3 (1984): 829-907. Debemos reconocer que no hemos encontrado ningún ejemplar de este libro de Juvencio en las Bibliotecas de los Colegios jesuíticos venezolanos durante el periodo hispánico.

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Miguel Batllori, “Finestres y de Montalvo, José”, en O’Neill y Domínguez, Diccionario histórico, t. II, 1461.

Miguel Batllori, “Mayans y Siscar, Gregorio”, en O’Neill y Domínguez, Diccionario histórico, t. III, 2584-2585.

Antonio Mestre Sanchis, Humanistas, políticos e ilustrados (Universidad de Alicante, 2002).

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