Lloviendo semillas de locura

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Lloviendo semillas de locura



Lloviendo semillas de locura


legal


Autorretrato de Tamara de Lempika un su auto

Navego una ciudad de polvo escudriño las esquinas el final es un algo definido que contiene la sombra.

Apenas, la melancolía se me acerca mañosa, la detengo entre mis labios con algún amante al borde de la locura y su madriguera de sueños.

Yo

No soy una línea curva, indecisa, incertera, que mezcla sombras.

7h


Estoy frĂ­a.

Es el viento.

8h


Bullying femenino

Mis pies no tienen las mismas rayas ni los dactilares comulgan con la geografía que fui, perdí manos y cara, desaprendí a las mujeres que conocía sus palabras y rostros, como loca caminé una vez más entre ellas.

Mis piernas dejaron de sostener las murallas, tu MURALLA me caí de la pendiente de la vena aorta deje de ser.

Quienes me aman Gritaron fuerte mi nombre,

9h


Cumplí maleficios por torpe, reafirmé teorías por triste, por el silencio que inundo mis calles y la casa, creí que ningún pedazo de tierra sostendría mi boca.

Y no me caí, no me caeré para ti te escribo, la que escondió sus palabras tras todas las bocas.

Tu muralla, que hace barcos con el pellejo del corazón nunca será el desaliento de mis gaviotas, caníbales hambrientos, siembras caníbales hambrientos, cosechas.

El viento de tu isla repetirá el secreto, conocerás la negrura, y ahí no podrás

10h


jamĂĄs volver a romper el horizonte de ninguna gaviota que no sea tuya, no todos los sueĂąos son para ti, aunque vuelen por tu cielo.

11h


Desde este lugar digo adiós

Desde este lugar digo adiós a las mentiras que planean el aire y se sientan en el resquicio de una azotea, a observar y aniquilar transeúntes en un maltrecho de sus propias carencias.

Digo adiós a mis raíces de ráfagas luz que navegan en aguas subterráneas y se ríen de las palabras con sus escombros.

A la locura donde el piso se agrieta. A los niños que dejé en las raíces del árbol triste. A las mujeres que lavan ropa, cocinan y lloran la incertidumbre y la jauría, a ellas dejo esta piel. 12h


Digo adi贸s porque es necesario cerrar puertas, y abrir ventanas.

13h


Sonrisa

Llueve

habrá que salir de casa a respirar el paisaje, después, regar granos de arroz en la ladera por los segundos que transcurren

es hora, que la seriedad se desarme, sentarse en un banco a escuchar la plática de los pájaros, reírse del pasado, esperar bajo las gotas que los cabellos viejos se diluyan y croen este tiempo

sola,

14h


la noche se beberรก el agua en su piel, y las piedras brillarรกn cubriendo huecos, los perros lamerรกn de charcos, y la luz serรก, en ese momento, sin avisar un color que se dibuja, en los ojos.

15h


De donde vengo

gaviotas vuelan bocarriba mares no conocen petróleo y peces se reproducen de luna, mientras vientos arrasan el olor de corales muertos.

ríos mecen recuerdos de raíces y la piel se eriza cuando mujeres ríen, se aceitan cabellos en la orilla de un lago desértico, ahí, sentadas en la cornisa del mundo, cantan al unísono una melodía de cuna,

es por esto que, no quise ser niño.

16h


Somos pacifistas

Un día desperté y era una mosca roja, entre otras mutantes, chiquitas y efímeras, confundidas entre alas y olas vertiginosas

mis (yos) llenaron páginas y páginas de incertidumbre por un vuelo no planeado

y tenía cara, y ojos, y oídos, no sabía que las alas eran ese instante donde se salta al vértigo y se decide no volver,

alguien sabe, cómo se disecta el cuerpo de una mosca

y se le extrae esa maña por mutarse con la basura y la sangre,

y cómo se le supura el mimetismo con los vampiros y el afán de no ser vista, y diminuta,

la alineación es el suicidio de cualquier mamífero o anfibio, colgado y a la pendiente del universo, 17h


una mosca es la flaqueza de los (yos) chillando dando vueltas al mundo, juzgado por otras, con sensación de grandeza,

el (yo) mosca no está en el status quo, es un estado del cielo, que cambia en el algún momento de gaseoso a líquido y a sólido,

estamos en una tarde de verano, tomamos el sol, platicamos

y no hay otra forma de sobrevivir ante abismales cambios de la naturaleza,

Kafka ya sabía que ser mosca es cuestión de un solo sueño, mientras se despierta, por favor no aplaste nada.

18h


Conjugación

un hombre extraño se mete a mis sueños, antes de ser conocido y se presenta reeduca los impulsos del conejo solar que brinca para todas partes menos en el mismo lugar, está nueva conjugación del tuyo, mío, nuestro, se pelea con todas las terminaciones en (o), es el colmo para una cabeza hueca, donde viven las azucenas egoístas, porque les gusta conjugar solas en la primavera, pero el tiempo nos mete en su bolsillo se abrocha para no dejarnos salir hasta que la tarea esté hecha y podamos dejar las dudas, los cambios de persona llegan intransigentes y necesarios con un invierno meticuloso y plural, nosotros ya teníamos el cuerpo fragmentado que el cubismo sabe dibujar

19h


as铆 el plural se nos qued贸 definido, con fragmentos en el cuerpo.

20h


La mujer que vino de ultramar

La mujer que vino de ultramar se comió mi sombra.

Al borde de los fractales de una planta, me dejó sin ropa con el miedo expuesto y la caja de pandora a la deriva.

Sacó mi piel vieja y el parásito que se adhirió hace tiempo.

Acarició mi rostro, las narices se abrieron al olor de una luna que nunca muere y los ojos al conejo que plantó la semilla por todas las tierras. 21h


Me casó con las estrellas y pego a los dientes las brisas. Me quito las caries y sobre la espalda escribió de la ternura como: El agua fría en una alberca El árbol solitario en la planicie de una tierra La carne de gallina.

Vino del país del rayo blanco y babeó mi boca con el ansia de querer. Me llevo entre sus ojos lamió mis uñas me derribó sin máscara trajo en su morral los sueños secretos pocas palabras

22h


cerillos y un morado que contagi贸 absolutamente todo.

Me coloreo las manos los ojos pasaron a la dimensi贸n donde nacen los rayos. Incendi贸 con malicia mi carne y corto de tajo todo todo lo que no soy.

23h


Citadina

I Me coloreo unas hojas a la orilla de ese árbol, de mi vientre renace el racimo de flores que hace tiempo deseché en un destelladero de asfalto, a ratos no sé como nombrarme, me siento a la orilla de un puente, miro pasar los autos.

Las flores renacen. Yo no sabía, que los tallos tienden a la resurrección y las raíces a buscar casa por diferentes lugares.

II

24h


En mis manos crecen árboles, con el susurrar de sus ramas en las líneas y en las palmas se trazan las rutas que he caminado: la Condesa, la Nápoles, tráfico, el centro, su mercado, zapatero árbol moribundo, paloma que se cae del cielo, nubes que se rasgan e iluminan un día más que pasa, ya duerme:

sueña que se le endurece la piel y va perdiendo su terreno; la sangre se le contamina y mezcla con un aceite tóxico, la gente que corre sobre ella le produce angustia.

Hay un enjambre de moscas rondando por las calles:

25h


la histeria es una gripa que también se contagia.

La calma, las pesadillas también terminan.

III Mañana es otro día.

Mi cuerpo no es una ciudad dormitorio de invierno ni un fuuuuuuuuuuu que se descobija solo ni un galope desbocado que se hiere a sí mismo. Mañana puedo hacer bocetos ligeros de mis pasos y Jakci Chan dejará de perseguirme con sus constantes amenazas.

IV Hoy, hay una luna creciente

26h


con palomas engordando en el resquicio de una ventana.

Abro las cortinas y con el viento dejo que mi cabeza se despabile y los sue単os cabalguen libres sin deberle, nada a nadie.

27h


Metro la raza

En la adolescencia transité entre los pasillos de la ciencia con llanto en los pechos, y un dolor de la periferia al corazón.

Me volví roja entre las piernas con los pezones a punto de reventar y las axilas húmedas, quise besarme con cada novio bajo la bóveda celeste, creí en los labios de los 16 , de los 17, de los 20 que sostuvieron mi mano, a los 27 el amor es una trasgresión del egoísmo que sólo sabe reciclar experiencias.

28h


El amor es el único cántico norteño qué aprendí con humildad en el barrio de los que nunca tuvieron pretensiones, y que irremediablemente saben que el tiempo pasa para nunca ser otra vez el mismo segundo como ley de gravedad de todos los humanos.

Hoy regreso a la ciudad con una mochila al hombro con todas las historias de la mujer que soy y no temo, en el pasaje de la ciencia busco mi constelación como niña de cinco que guarda cada uno de mis genes fotográficos.

29h


Lenia, la cubana

Sentada con la mirada de caimana no ve por las barras de un imperio, el son de su frontera le tiene las caderas derrotadas.

En lo ancho, su vientre es el de una oaxaqueña maternal y caliente, que perdió la esperanza con la última amiga que se marchó con el viento de oriente que devastó La Habana.

Mece las piernas con el coño vomitado por el favor de un italiano, descamina el destino con malos guiones, queriendo a costa de las manos que se quedan sin paciencia y hablan de cerca con el suicidio. 30h


Es cierto, hay una revoluci贸n en estas calles, en tu carne que se levanta todos los d铆as y se lava los dientes con el hilo de la patria o la muerte.

31h


Infiel

Te dejo donde duermes con el silencio de las mujeres que no te amanecen.


Ausencia

Se me arremolinó el aire en el pecho de súbito cayeron los postes, sus luces, los hombros, me explotó en la memoria el nombre que conocí.

Me quedé inmóvil: esto es un juego a quemarropa y mi carne un trapo que mira a través de la ventana de un camión.

33h


Espejo

descalza: pis hinchados desnuda: saca la dolencia de un colmillo enterrado mira de frente: (

)

De esto no hemos hablado.


Chilangas

Las mujeres de esta tierra son serpientes morenas, que en abril mutan el venado regresa a su corazón utópico abren las ventanas de la casa hacen fluir el aire sucio, vomitan las mentiras y no confunden pequeñas historias con grandes acontecimientos de cama.

Caminan dentro de ellas entre los anuncios espirituflaúticos, viajan en metrobús orgullosas de sus bolsas cansadas por los zapatos, sonríen a quien aman y huyen de los transgresores con sus sombras.

35h


Limpian casi todos los dĂ­as riegan tranquilas sus plantas. Importante se baĂąan y quitan los animales chiquitos como costras.

Son verdaderas pocas, muchas las curvas.

36h


Invierno A mi abuela

El oto単o limpia el piso, la primavera espera con su continuidad en los colores de las hojas.

Una anciana se despide, ha visto resurgir a sus muertos y enterrar a los vivos. Esto es un devenir que sabe sentarse otra vez en nuestro regazo.

37h


PerĂş

Me hubiese gustado mirar mĂĄs claro a los diecisĂŠis hablar mĂĄs fuerte a los cinco y nunca olvidar mirar de frente.

A los casi treinta he regresado sobre los propios pasos, vulgar y protagonista al menos con dedos llenos de paisajes que sollozan todas las palabras las no dichas las no gritadas.

Con manos de alas en los vientos las alturas lamen los cabellos cierran los ojos

38h


y se llevan en el levante la pรกgina esta pรกgina.

Machu Pichu, 2007

39h


Adioses

Decir adiós con la certeza que viene persiguiéndonos cada presente, con un nuevo día inmaculado con su propio hueco. Hay adioses (ya lo escribieron) adioses que se presentan antes de ser dichos, creadores del vaivén del presente que danzamos.

40h


Gitana

Hay de corazones a corazones los hay solitarios y en manada, mi hermana dice tener corazón de condominio, Areli de hotel barato, está el famoso corazón de hojalata y de león que no tiene valor para nada.

El mío es rojo con bolitas negras (gitano) con pasión velluda y maldad de jejen, bailarín de zapateado, desnudo o vestido, tarimero en noche de fandango.

Es una casa a orillas del sonido del mar con camas de arena, cantos de pájaro heredados por mi abuela, un espacio habitable

41h


no importa el tiempo sea sólo una noche o le guste quedarse más, puede hablar o callarse, él acepta.

Es un calidoscopio que encontrará con matices azules y otros de caverna, en solitario es un lobo y un chango, en manada.

Sólo recuerde un consejo lo grande despacio se puebla con investigación y tacto.

42h


Exterminio

Salieron tormentas del vaso de agua, los gritos agrietaron los l贸bulos, (ensordecidos) murieron a cuchilladas.

43h


Orfanato

Hay una cosa que mata al amor: madres celosas (voces) lloviendo locura.

44h


La rata

Con sĂ­ndrome de ornitorrinco, pasea por la caca, se come la angustia. Es una narcisa con aspiraciones de un conejo blanco, que se fecunda con cualquier semen, y deja “mijosâ€? hasta provocar el terror del doberman con sicosis en los colmillos. Su exterminio cubre ciudades, pedos sueltos, siempre latentes, como moscas verdes.

45h


Nacimiento

I Bebo el agua de su vientre mientras la casa me hace llorar con los gritos,

Rompí las burbujas de su sangre resistencia y desesperación. y ensanché los huesos.

II Sueño con la voz de ese nombre que suena y suena afuera me ve está en silencio al calor de su cuerpo mi madre suelta su carne.

46h


Su respiración es un árbol creciendo abro la garganta,soy una hoja que brota.

III Respiraba la noche como el día con el viento inadecuado sin que el cabello naciera.

Mis manos eran muñones de cielo que todavía no brotan.

Ella estaba lastimada de un ojo, el izquierdo, y no lo sabía.

Ella reía, lloraba, amaba, odiaba

47h


y todo sucedía en la voz de una ola, ahí estaba yo, esperaba que mis dedos salieran de su capullo para abrazar, acurrucar.

Me supe sola el silencio traería tantas cosas y mejor tarareaba la canción de mi padre porque él estaba, también, solo.

IV Varias noches mi madre no durmió sus venas estaban hinchadas del genocidio que mi abuelo dejo en sus ojos verdes.

Apenas pasó la adolescencia con callos grietas los cabellos castaños le resbalaban la espalda


¿que hace una mujer, con la belleza, la ausencia y la juventud?

Y en ese momento germinó la incomprensión de una niña un embarazo sin sueño.

Ahora yo mujer, duermo, duermo, duermo.

V Soñé mi vida antes de vivirla.

VI Mi padre escribe de noche y hace collages sobre vasos, monta un cuadro de una ciudad pinta calles atornilla edificios, me gusta el olor de sus tizas de maestro

49h


y ese saco manchado de blanco con parches en los codos.

VII Ellos, hombre y mujer, tenían la sonrisa de cantos de pájaro los pies de ramas y el amor de las bestias.

Sus cuerpos un día callaron.

Hubo un terremoto.

VIII Aprendí a susurrarle al futuro a mirar tranquila árboles y oxigenar una esperanza.

50h


Comí el viento de la noche buscando a mi madre que miraba a través de la ventana.

Ella pedía cosas que yo no reconocía, Yo sólo tenía una esperanza.

IX Mis manos.

Crecen los dedos de noche dibujan figuras y se dejan llevar por el agua, la respiración se estrella contra las paredes imperceptible en la movilidad del vientre.

Mis ojos descubren algo más que en mí es extraño.


X Escuché la voz de mi padre tropezar con alambres. Le temí a los fuegos de las historias que mi madre contaba para sí, la vida de mi abuela,

Madre. No repitas esas historias.

Estas uñas.

XII Amanecí un día en casa me llamaron Haydee era tan grande que mi madre no podía cargarme era tan morena que en la noche me perdía.


Mi padre tenía consuelo en mi rostro parecido a la cara de un poeta: triste, exigente, caprichosa temía de los naufragios de mi madre de la calma a la tormenta.

No sabía que había que temerle al amor aprendí a cobijarme de su sombra y quedé fría.

53h


colofon


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