Padres y Colegios Nº 124 - enero 2018

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PADRES Enero de 2018

educar hoy

En estas escuelas se aplican pedagogías no tan habituales en las aulas escolares.

Pedagogías alternativas

Escuela democrática: ¿el futuro de la Educación? Responsabilizar al niño de su propia Educación y formación hasta sus últimas consecuencias. Es el objetivo prioritario de la escuela democrática, un

TERRY GRAGERA En las escuelas democráticas no hay un programa oficial, ni notas, ni deberes, ni exámenes. En las escuelas democráticas hay enseñanza abierta, un modelo asambleario de solución de conflictos, aprendizaje cooperativo, trabajo por proyectos… Es un modelo radicalmente distinto en la forma de enseñar, que sitúa a los docentes y a los escolares en el mismo plano de responsabilidad. Las escuelas democráticas no siguen un programa prefijado de contenidos que hay que cubrir, no hay un curriculum obligatorio. Los conocimientos suelen ser transversales, de modo que cubran varias de las materias consideradas tradicionales, organizando el trabajo por proyectos. Dependiendo de las escuelas, los estudiantes tienen más o menos autonomía para elegir lo

movimiento pedagógico que persigue una participación igualitaria de docentes y alumnado para formar ciudadanos y atender a la diversidad.

¿QUÉ SUCEDE AL LLEGAR A LA UNIVERSIDAD? n “Aunque en las escuelas democráticas se valoran cosas que no aparecen en informes oficiales, como el Informe Pisa, lo cierto es que cuando estos escolares llegan a la Universidad no se percibe un menor rendimiento académico; sus resultados son buenos”, explica el profesor Rafael Feito, catedrático de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid. “Sí es más frecuente que en estudios superiores el alumnado de las escuelas democráticas opte por enseñanzas artísticas, Filosofía, Historia… y algo menos por materias de Ciencias”, señala el experto.

que quieren aprender, movidos por su propio interés o por sus propias capacidades, lo que facilita la atención a la diversidad. Por ejemplo, en la Escuela “El Dragón” de Madrid, son ellos quienes trimestralmente se organizan su propio horario, en el que pueden elegir hasta el 70% de las materias, entre las que están: cocina, técni-

cas artísticas, artes marciales, robótica, realización de proyectos, matemáticas y educación financiera, danza, yoga, diseño, dibujo… Tal como explica Samuel González, coordinador de Secundaria de este centro, “no se trata de una libertad extrema, porque en un futuro esas elecciones pueden hacer que no sean libres, pero tratamos de que

desarrollen conciencia de lo que van a necesitar en su vida profesional. Nosotros vamos viendo cómo van focalizando su aprendizaje y si es necesario negociamos con ellos, o con sus padres en último término, para que profundicen en algunas materias básicas, como matemáticas o inglés”.“El resultado –explica– es que se ven muchos progresos y transformaciones en lo emocional, social, psicológico…”. NI EXÁMENES NI NOTAS En las escuelas democráticas no hay deberes ni exámenes. Se califica al alumno de otro modo: muchas veces de forma continua, a través de autoevaluaciones,contutorías,mediante observaciones del trabajo realizado… Tampoco hay libros de texto.“En estos colegios se manejan libros de verdad, no libros de texto. Y está demostrado que cuando desaparece el libro de texto se refuerza el papel del profesor en el aula”, exponeRafaelFeito,catedráticodeSociología de la Universidad Complutense de Madrid .Tampoco las aulas son al uso. Los niños disponen de

Un movimiento de largo recorrido n Las escuelas democráticas

no son nuevas. Ya en 1921 se fundó en Alemania la pionera y mítica Summerhill. En esta institución, que aún sigue viva, los niños tomaban el control de su aprendizaje con el objetivo último de que enseñanza y entusiasmo fuesen de la mano. n En los últimos años, las tendencias de renovación pedagógica han vuelto a dar visibilidad a este movimiento que puede encontrarse tanto en la escuela pública, como en la concertada y en la privada.

otros espacios abiertos y no estructurados de aprendizaje. Este sistema de enseñanza precisa de una alta implicación de las familias y de un contacto permanente con el centro. Sin embargo, “no es cierto que las escuelas democráticas solo sean para familias acomodadas. Hay escuelas democráticas públicas, ya que no han de estar adscritas a ninguna corriente pedagógica concreta”, reivindica el catedrático. Uno de sus objetivos es funcionar como un espejo de la sociedad, “ser un microcosmos de la realidad que van a encontrar en un futuro”, como señala el coordinador de“El Dragón”. Por este motivo funciona el sistema de asamblea para resolver conflictos.


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