Estilo DF Weekend Lewis Hamilton

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Semanario

Espectáculos

De t int a y

t int os

(lo que se quedó en el tintero)

Víctor Hugo Sánchez

C

uando joven, lo mismo entrevistaba a figuras consagradas que a los valores emergentes. Muchas veces acerté en impulsar talentos que, tarde o temprano, llegarían. He contado ya de las primeras notas que generé sobre Diego Luna, Arath de la Torre, Sebastián Ligarde, Ernesto Laguardia, Salma Hayek, Nailea Norvind, Ana de la Reguera, Yadhira Carrillo, Adriana Fonseca y muchos, muchos talentos que, por suerte y buen ojo clínico, entrevisté por primera vez en sus carreras. Y así como acerté apoyando a unos, igual la regué NO entrevistando a otros que, al tiempo, alcanzaron prestigio, se colaron al top ten de los artistas que, siempre, tendré la sensación de que les quedé a deber algo. Y es que, bueno, en esto de ser periodista y ser imparcial… la neta es que es un juego, una apreciación. Porque, por un lado, los jefes piden notas “que vendan”, que llamen la atención y, en ese escudo, uno va dejando de lado a muchos talentos que piden, claman una oportunidad en medios porque, al fin y al cabo, ahora

Los Sueños de Jaramar Rodrigo Araiza P. La polifacética artista mexicana Jaramar presentará Sueños, su nuevo disco, con un espectáculo único integrado por música y visuales, el próximo sábado 4 de noviembre en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris. “Cada uno de mis proyectos es temático; en los últimos 10 años mi trabajo se ha diversificado porque cuando yo empecé estaba muy vinculado con las músicas tradicionales antiguas, y luego avancé hasta el punto en que ya había composiciones mías”, explica Jaramar. Para esta nueva producción de estudio, la tercera con composiciones propias, Jaramar cuenta que “quería que se abriera una puerta nueva, experimentar con otra manera de

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sostengo: todos tenemos una (o muchas) historia qué contar. La primera actriz que ignoré, literalmente, fue a Cynthia Klitbo. Formaba parte de la compañía teatral que comandaba el maestro Héctor Mendoza, ley y leyenda en el mundo de los escenarios. Aunque daba clases en la escuela de Televisa, en aquellos años llamado “Star system”, Mendoza se había ganado cierta fama de izquierdosoculturoso por sus montajes teatrales, pero en 1990 había reunido por primera vez un elenco con varias, muchas figuras de la TV y, en aquellos años, era más notorio el tema de “si haces tele, eres malo en teatro”, y así, los de cine eran grupúsculos que no dejaban entrar a otros, y los de teatro y los de TV, igual. En la rueda de prensa para presentar el elenco de La desconfianza, me agarré a los que ya conocía: Ernesto Laguardia, al propio maestro Mendoza, a Marisol Santacruz y, al final, alguien me había echado a andar a la Klitbo y yo, con el pretexto de que ya tenía que irme, sólo anoté su teléfono para, luego, entrevistarla; entrevista que, cabe decir, nunca llegó. ¿Por qué? No sé. Nunca lo supe.

sonar; así empezó Sueños, con esa necesidad de creación”. El año pasado, la también pintora obtuvo un Latin Grammy con su anterior creación, El hilo invisible, al lado del Cuarteto Latinoamericano, y aunque eso le inyectó una pizca de presión para superarse en Sueños, dice: “Simplemente traté de ser lo más honestamente posible conmigo, y decirlo de la mejor manera”. A lo largo de 12 canciones que componen Sueños, la nacida en la Ciudad de México nos lleva a un viaje donde todo es posible, pues afirma que “esta idea de los sueños siempre ha estado presente en mi proceso creativo, pensando en ellos como ese espacio en el que tenemos la libertad de inventarnos a nosotros, ser ese que nos imaginamos, y como somos los capitanes del barco, sucede”. Una de las características que hace especial a Sueños es que se concibió como un proyecto multidisciplinario que fuera más allá de la música. Incluso la idea de un disco vino después de su presentación como espectáculo en un festival de Guadalajara.

Igual me ocurrió con Vanessa Bauche que, siendo una niña (o casi), llegó a la redacción de El Heraldo de México para que la entrevistaran, porque era nominada a ganar el premio al debut cinematográfico del año por su participación en la cinta Un año perdido. Yo, trepado en la mamonería de codearme con Luis Miguel, los ejecutivos de Televisa y otras celebridades, no vi lo que otros vieron: el futuro promisorio de una tremenda actriz. Yo, por pendejo, le hice una entrevista horrenda, de esas por salir del paso y no, no la volví a ver, sino hasta el año 20082009, cuando fui RP de una obra de teatro que ella protagonizaba con Roberto Sosa y Rafael Amaya. De todos mis errores, el que más pena me da es Tiaré Scanda. La conocí cuando Televisa grababa Muchachitas, uno de los éxitos noventeros y donde yo me desboqué en alguien que, al tiempo, desaparecería de la farándula para hacer una vida familiar, alejada del bullicio y de la falsa sociedad: Emma Laura. No pelé a Cecilia Tijerina ni a Kate del Castillo que, cabe decir, nunca me cayó bien (en aquellos años me parecía impuesta

por el papá, don Eric del Castillo, y como metida con calzador a los proyectos, razón por la cual no la consideraba mucho en mis entrevistas y visitas al foro), pero a la que menos pelé fue a Tiaré Scanda que, al tiempo, se convirtió en una de las actrices más respetadas de la industria, abarcando terrenos que estaban prohibidos y que rara vez se entrelazaban, como el cine, el teatro y la TV. Hoy, no hay día en que me la encuentre, me salude amablemente, incluso cordial, o seré yo, que cargo esa vergüenza de no haberla apoyado desde mi trinchera, pero siento que se me cae la cara cada vez que me la topo en algún evento y me reconoce. Han transcurrido 30 años desde mi primera entrevista, desde mi primer reportaje, y es absurdo que aún aplique esa máxima de que los medios necesitan caras que vendan revistas y periódicos porque, más que nunca, creo que desde hace mucho debimos apostarle a las historias que todos y cada uno tenemos que contar. Vaya, pues, una disculpa a todos esos talentos que alguna vez ignoramos. Vanessa, Tiaré, Cynthia, mis respetos, hoy y siempre.

“Sueños, en su primera versión, se estrenó el año pasado como espectáculo escénico, y pensé que debía tener una salida, pero no sabía cómo porque todo era muy visual. Y pensé que un disco no era suficiente, quería hacer algo innovador”, agrega Jaramar. Para lograr el cometido, además de lanzar los cortes en plataformas digitales, Jaramar prepara un libro: “Pensamos en un libro que pudiera contener el guión escénico; escribí una especie de cuento donde empezaba relatando el clima emocional, cómo lo imaginaba visualmente; es un guión largo donde cuento una historia e intercalo las canciones, los fragmentos de un poema de Carmen Villoro; además están todas las pinturas e ilustraciones que hice”. Toda la idea y concepto de Sueños podrán ser apreciados cuando Jaramar presente el disco en el Teatro de la Ciudad. Para ello preparó un show en el que también incluirá canciones de sus dos anteriores producciones musicales, pero todo bajo el sonido de su nueva placa de estudio. (Foto: Sandra Trejo)


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