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Fotografías cedidas por Bodegas Aalto.
Gastronomía | INNOVA
Javier Zaccagnini y Mariano García posan en el exterior de su Bodega Aalto, cuyas instalaciones se muestran en página izquierda. Ambos, forman un prestigioso tándem desde hace 8 años, cuyo fruto comienza a saborearse gracias a vinos de gran personalidad como Aalto 2004 y Aalto P.S.
sí. Juntos, como socios, fundamos Bodegas Aalto en el año 99. Mariano, considerado uno de los grandes enólogos españoles, aporta sus habilidades enológicas y de viticultura, siendo el Director Técnico. Y yo aporto mi experiencia de dirección de empresas, como Director Gestor de la bodega. Pensamos que ésta podría ser una sinergia interesante y que podríamos llegar a presentar nuestros productos en el mundo”. Efectivamente, el objetivo final del proyecto era crear un gran vino, consecuencia de un trabajo y una experiencia incuestionables, que aportasen un estilo novedoso y único al consumidor final, continúa explicado Javier Zaccagnini: “En Ribera del Duero hay una uva, la Tinto Fino, que en los mejores viñedos viejos, en las mejores orientaciones, en un gran año... da una calidad tan alta como pueda dar una cabernet en el Merlot o una sira en el Ródano. Si se conjugan una gran materia prima y un enólogo de altísimo nivel, evidentemente se puede hacer un vino excepcional, que es nuestro
proyecto. Ahora bien, la incógnita era: ¿se puede hacer un vino excepcional pero nuevo, diferente de los que ya hay?” La opinión de Mariano García fue clara al respecto: “Sí, se puede hacer algo nuevo y diferente. Sólo quiero unos años para dar vida a ciertas ideas que ya tengo en la cabeza y si nos planteamos que el vino esté entre los más grandes del mundo, que sea a 20 años vista”. Así se puso en marcha un proyecto innovador que ya ha cosechado notables reconocimientos, como cita el señor Zaccagnini: “Llevamos siete años y en el 2005 se nos votó como el mejor vino de España, el famoso Robert Parker nos ha dado 94 puntos sobre 100... Quiero decir que, aparentemente, en los primeros siete años hemos subido los escalones correspondientes”. En abril de 2007, Aalto 2004 fue presentado en público a un grupo de periodistas y expertos vinícolas en la vinacoteca Lavinia, en Madrid. El acto merecía la pena ya que 2004 fue añada “excepcional” en la D.O. Ribera del Duero, “y el mejor año desde que
se fundó Aalto, en el 99. Fue un año propicio que tuvo unas condiciones meteorológicas del invierno anterior con lluvia suficiente para que las plantas, aunque viniesen muchos calores en verano, pudieran tener reserva de agua suficiente. Hubo una primavera magnífica sin problema de helada y con una brotación en su momento. Luego vino una floración perfecta en junio, que es muy importante en el mundo del vino porque puede tener ciertos peligros como lluvia o vientos muy fuertes que dificulten la maduración del fruto. Y, finalmente, llegamos a la vendimia sin ninguna dificultad. Para mí, la única eventualidad que se dio, al igual que en 2003, 2005 y 2006 matiza Javier Zaccagnini- fue de excesivo calor en verano. Afortunadamente, la Ribera del Duero tiene noches frías y en 2004, a pesar de los 34 grados de día, teníamos 18 grados de noche. Si hubiéramos tenido menos longitud de calor en julio y agosto, yo creo que hubiera sido un vino todavía más elegante”.
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