novela la mujer de mi hermano

Page 84

como le gustaría que otro la tocase. No comprende cómo Ignacio puede detestar bañarse en agua caliente. Le parece absurdo que él prefiera darse un baño rápido, en agua fría, incluso cuando madruga y el clima está helado como esa mañana. Zoe no cambia su ducha en agua caliente por nada en el mundo. Cuando era niña, tenía que darse un baño muy rápido, no más de tres minutos, porque el agua caliente debía alcanzar para sus padres y, como el calentador era muy pequeño, se acababa pronto y luego su padre se quejaba de que no le habían dejado agua caliente. Por eso Zoe, cuando su marido construyó la casa en la que ahora viven, puso énfasis en que el calentador de agua debía ser lo suficientemente espacioso como para que ella pudiese darse duchas de una hora en agua hirviendo, capricho que, por supuesto, le fue complacido. –Qué rico despertar y oír tu voz –continúa el mensaje de Gonzalo–. Gracias por la invitación a cenar. Hace tanto tiempo que no voy a tu casa. Será un placer, por supuesto. Menos mal, piensa Zoe y sonríe. Te adoro, Gonzalo. No podías fallarme. No podías dejarme sola. Eres el mejor cuñado del mundo. –Llámame cuando puedas y dime a qué hora quieres que vaya y si quieres que te lleve algo –añade él–. De repente quieres que te cocine el postre –bromea. Luego deja pasar un par de segundos y agrega–: Tengo un par de ideas buenísimas para el postre. Lo dice con una voz traviesa, como jugando, y Zoe se ríe al pie del teléfono y piensa: eres un cabrón, Gonzalo, cómo te gusta jugar conmigo. –Voy a estar acá pintando –termina él–. Llámame. Sorpréndeme otra vez. Lo ha dicho con un tono cómplice y cariñoso que le arranca una sonrisa a Zoe. Ella no puede evitar coger el teléfono y llamarlo de inmediato. –Soy Zoe. ¿Estás ahí? –Hey –se apresura en contestar Gonzalo. –¿No interrumpo? ¿Ya estás pintando? –Estaba desayunando. –Ya es hora de almorzar, dormilón –se ríe ella–. ¿Qué estás comiendo? –Un plátano y una manzana. –¿Sólo frutas de desayuno? –Sólo frutas. –¿Ni una tostadita con mantequilla y mermelada? –Ni una. –¿Te encantan las frutas, ah? –Me encantan. –Entonces a la noche cenaremos plátanos y manzanas. Ríen. 84


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.