CANDIDATURA DE LOS VAQUEIROS DE ALZADA COMO COLECTIVO HUMANO AL PREMIO AL PUEBLO EJEMPLAR Fundación Príncipe de Asturias Calle General Yague 2 Oviedo 33004 Correo info@fpa.es
Gonzalo Gayo Corbella, presidente de la Asociación Cultural Vaqueiros de Alzada de Asturias La Brañina y Vaqueiro de Honor del XLIV Festival Vaqueiro y de la Vaqueirada en la Braña de Ariestébano, presenta a los Premios Príncipe de Asturias 2011 en la categoría de Premio al Pueblo Ejemplar de Asturias la candidatura como grupo humano a “Los vaqueiros de alzada de Asturias” por su defensa del patrimonio natural y ecológico, sus profundas raíces culturales, tradiciones y rico folklore y sacrificado esfuerzo a lo largo de los siglos. En el último año hemos desarrollado una amplia labor en la difusión de la cultura vaqueira a través de las redes sociales e Internet con un amplio apoyo a la presentación de esta candidatura. INTRODUCCION Los vaqueiros de alzada de Asturias constituyen un grupo humano asturiano de profundas raíces y costumbres ancestrales cuyos orígenes aun son motivo de estudios. Los vaqueiros de alzada han sido y son los verdaderos guardianes del paraíso natural que es hoy Asturias. Su actividad ganadera y los amplios pastos por los que han transitado durante siglos en la trashumancia contribuyen a conservar intacta una naturaleza que hoy es el mayor patrimonio de los asturianos. La naturaleza y la vida de los vaqueiros se funden en una larga historia que ha marcado la forma de ser de estas gentes nobles, amantes de su libertad y laboriosas a lo largo de toda Asturias y especialmente en el occidente. Un colectivo que tuvo por bandera la libertad dada su plena convivencia con la naturaleza lo que sin duda le granjeó conflictos y discriminaciones sufridas en la edad media, bien por la falta de pago en los diezmos o por el carácter trashumante de los vaqueiros. Gaspar Melchor de Jovellanos definió a los habitantes de las brañas como “vaqueiros” porque vivían de la cría de ganado vacuno, y “de alzada” porque su asiento no es fijo, sino que “alzan” su morada y residencia para emigrar anualmente, al llegar la primavera, con sus familias y ganados a los altos pastos FUNDAMENTOS
Los vaqueiros rigen su vida y costumbres en una mágica comunión con la naturaleza. Para el mes de mayo las familias subían con el ganado hasta las montañas del interior en busca de frescos prados para regresar de cara al invierno a las brañas más próximas a la costa donde las comunidades vaqueiras desarrollaban sus actividades. Hay dos fechas que marcan el inicio y fin de la alzada: San Miguel de Mayo y San Miguel de Septiembre. Llegada esta fecha los vaqueiros regresan de las altas montañas del interior a las zonas bajas junto a la costa. La revolución de los transportes ha afectado, lógicamente, a este viaje entre las brañas, que ahora se hace con medios motorizados, subiendo y bajando el ganado y los enseres con camiones, en vez de formar esas procesiones en las que antaño las familias enteras con sus enseres practicaban la trashumancia. La cultura vaqueira se centra principalmente en costumbres, bailes, vestimenta y un amplio folklore que se conservaban aun hoy en las brañas sin influencias externas. También destaca el sentido solidario del vaqueiro que está recogido por Acevedo que narra como en todas las brañas existía el cargo de celador de la caridad que se ejercía por turno entre todos los vecinos. Su misión era la de socorrer a los pobres y transeúntes que pasaran por la braña, ofreciéndoles cama y comida para que continuasen viaje. Jovellanos, con su entusiasmo ilustrado, los describe en sus cartas como el pueblo más libre de la tierra; “Créame usted, amigo mío, estas gentes lo serían del todo, y su independencia será la medida de su felicidad, si con tantas precauciones no los forzase todavía la necesidad a buscar otros medios de subsistir una fortuna más amarga y ganada con mayor afán Los vaqueiros de alzada constituyen una de las culturas vivas más importantes de Asturias por su inalterable variación a lo largo de los siglos y pese a las discriminaciones sufridas por la Iglesia y los xaldos, población asentada en las zonas agrícolas de Asturias desde la edad media. Los vaqueiros se extienden por todo el occidente de Asturias y en la actualidad se les reconoce por sus apellidos Gayo, Cano, Feito, Garrido, Barrero, Parrondo, Freige, entre otros. En la Casa de la Cultura de Tineo se constituyó hace casi ocho años la Asociación de Vaqueiros de Alzada (6 de octubre de 2.000) para tratar de recuperar sus costumbres, tradiciones y el orgullo vaqueiro, y difundir su conocimiento en la pagina web www.vaqueiros.es, así como en charlas, jornadas y en proyecto la elaboración de un libro con el testimonio de nuestros mayores vaqueiros. La asociación trata también de estimular el conocimiento de la cultura vaqueira a través de las universidades y fondos bibliográficos. En proyecto tengo la intención de recoger el testimonio vital de nuestros mayores vaqueiros y publicarlas en un libro, así como recuperar el testimonio sonoro de la cantante Rogelia Gayo que posee la BBC. 1.-TRASHUMANCIA Los vaqueiros de alzada ocupan desde el otoño a la primavera los pastos bajos con sus ganados, para subir a las montañas altas en primavera. Era una
forma de vida claramente trashumante, totalmente distinta a la de la población sedentaria que vivía cerca de ellos, muy apegada al terruño El término alzada deriva de «alzar la morada», cuando las familias vaqueiras cambian de residencia con el cambio estacional entre las dos moradas. Esta trashumancia es casi una alternancia de dos vidas sedentarias, pues con el cambio de residencia, se cambia de establecimiento toda la familia, todo el ganado y todos los enseres doméstico. Cuando el ganado regresa a las brañas de abajo, pasa gran parte del tiempo estabulado, pues los terrenos comunales de las brañas vaqueiras de invierno son de menor tamaño y calidad, y lógicamente hablamos del tiempo invernal. Entonces, el ganado es alimentado con la yerba o heno recogida en verano, dándosele al cabo del día tres paciones, que, como para las personas, son su desayuno, comida y cena. La población vaqueira es laboriosa como ninguna otra. La mujer es, como en la mayor parte de las aldeas asturianas, una verdadera esclava del rebaño o de la tierra. De niña, comienza apacentando al ganado y recogiendo en cestas por caminos y veredas públicas aquellas sustancias que han de servir de abono a la tierra; de joven es leñadora, ara y “sacha” la tierra, ordeña, extrae la manteca, fabrica requesones y baja, en los días de mercado, a la villa a vender leche, requesón, lino y manteca; de mujer súmanse en ella todas las rudas labores de la niña y la joven con los importantes cuidados de la maternidad. La principal actividad económica de la comunidad vaqueira, como su propio nombre indica, es la ganadería. Esta práctica constituía el principal sostén de una sociedad rural autosuficiente cuya principal fuente de ingresos es la venta de leche y terneros. Los vaqueiros asturianos al igual que los pasiegos cántabros y los vecinos maragatos leoneses, ejercían una ganadería de tipo trashumante que se fundamentaba principalmente en el ganado vacuno. La transhumancia trajo consigo actividades como la arriería y trajinería que aparecen asociadas a los vaqueiros desde tiempos inmemoriales , casi como una serie de actividades connaturales al grupo. Obtenían con ellas unos ingresos muy importantes con los que poder adquirir el maíz y el lino que no crecía en sus tierras. La braña no produce ni es capaz de producir lo necesario para la vida. Así es que muchos vaqueiros formaron recuas y se dedicaron al transporte de mercaderías a las poblaciones del interior, y al alquiler de sus mulas para largos viajes hasta incluso Madrid, viaje que se hacia en trece días desde Argumoso. Junto a las vacas, los vaqueiros tienen mulas y caballos (entre 3 y 5, normalmente), muy preciados por ellos, mejor tratados incluso que las vacas, pues obtenían de ellos las mayores riquezas. Poseían buenas recuas de animales, lo que junto a su conocimiento de las vías de comunicación entre Asturias y León, la abundancia de pastos en sus tierras y la necesidad de obtener recursos económicos con los que subsanar la falta de producción agrícola de sus comunidades, les llevó a desempeñar con asiduidad y con provecho estas actividades. Así, los vaqueiros desempeñaron un papel importantísimo en el comercio entre Asturias y Castilla. Llevaban manzanas, castañas, pescado en salazón… a Castilla; comprando y trayendo para Asturias centeno –sobre todo–, patatas, vino… Con las ganancias así obtenidas podían comprar el maíz en el que basaban fundamentalmente su dieta. Este comercio interregional era propio del
verano (arriería), cuando los pasos de la Cordillera estaban libres de nieve. En invierno se dedicaban al comercio dentro de Asturias (trajinería), poniendo sus recuas al servicio de madereros o carboneros, entre otros. La población vaqueira estaba muy dispersa por los diversos concejos asturianos en que habitaba. Algunas de las brañas vaqueiras son argumoso, Carlangas, Lago, Brañaseca, La Rondiella, Gallinero, Busfrío, Llendepín, La Bordinga, La Puerca, Teixidiello, Los Gayuelos. Los vaqueiros poseen además apellidos propios, que hasta hace pocos años, no se encontraban fuera de las brañas, ya que durante siglos no se contrajeron matrimonios entre los habitantes de las mismas y los xaldos. Gayo, Feito y Garrido son dos de los apellidos vaqueiros más comunes, puesto que la copla lo dice “Antes que Dios fuera Dios y el sol diese nestos riscos, ya los Feitos eran Feitos y los Garridos, Garridos”. Otros apellidos característicos de las brañas son Ardura, Acero, Antón, Arnaldo, Berdasco, Calzón, Cano, Blasón, Gancedo, Parrondo, Riesgo, Redruello, Mayo, Sirgo, Gavilán, entre otros. Como cabe suponer, entre los vaqueiros no abundaban los nobles y la proporción de éstos en las brañas era muy baja en comparación con los poblados no vaqueiros. No obstante, dice Jovellanos que únicamente el apellido Gayo tenía ejecutoria de hidalguía entre los vaqueiros de las brañas de la marina. Hoy en día se puede apreciar el escudo de armas de los Gayo en la fachada de casa Capellán junto a la capilla en Argumoso en Valdes. También eran hidalgos los vaqueiros apellidados Gavilán, Gancedo, Sirgo y otros. Los vaqueiros arrieros que eran hidalgos colocaban a la mula delantera de su recua una collera con campanillas, como símbolo de nobleza, en vez del cencerro habitual. 2.-ORIGEN DE LOS VAQUEIROS Sobre el origen de los vaqueiros podría decirse que la localización geográfica de los distintos clanes vaqueiros coincide con el territorio ocupado anteriormente por las tribus pésicas que poblaron la tierra asturiana durante la época castreña si bien la primera referencia a brañas data del 780, año en que Adelgaster dona varias al monasterio de Santa María de Obona. Los vaqueiros estuvieron presentes prácticamente en la totalidad de los concejos asturianos aunque habría que decir que la gran mayoría de los clanes se asentaron en las parroquias pertenecientes a los concejos occidentales e interiores del Principado en torno a pequeñas aldeas dispersas llamadas brañas. El término braña hace referencia al hebreo branna pasto de verano y a la palabra brano que en bables es estación veraniega. Actualmente las mejores conservadas se encuentran en los concejos de Tineo, Valdés, Cudillero, Villallón, Somiedo y Cangas de Narcea. Las brañas están ubicadas en las laderas de los valles y suelen estar rodeadas de campos ricos en pastos y abundantes recursos acuíferos, donde el ganado se alimenta en semilibertad. Aunque la compleja tipología de las brañas se ve influida por las distintas evoluciones de estas rudimentarias construcciones a lo largo de la historia y por las variaciones en el tamaño, estas se pueden clasificar básicamente en dos tipos. Las habitadas durante los meses de verano y las de invierno.
Cercadas en algunos casos por muros de piedra, estas propiedades albergan en su interior unas de las construcciones más interesantes y arcaicas de toda la Península Ibérica. Además, hay una característica muy común, las brañas están situadas en zonas con grandes pendientes y desniveles en un principio por nsu caracter defensivo evitando así las constantes invasiones que sufrçian las poblaciones de la costa. Esto influye tambien en el modo de vida, aprovechándose los terrenos principalmente para el pasto del ganado y de forma secundaria para la agricultura. La altura y las características de los suelos marcan el modo de vida aislados del resto de poblaciones en la costa y dedicandose en exclusiva a la ganaderia y el comercio de mercancías con Leon. En las zonas altas es mas difícil dedicarse a cultivar, porque las condiciones no son las mas idóneas. Por eso los vaqueiros siempre se dedicaron a la cría de ganado como actividad principal para poder subsistir. Hay algo muy común dentro de las brañas, y es el cuidado y el abonado de los prados, que hacia que estos obtuvieran un rendimiento mucho mayor del que se le podía esperar. 3.-LA VIVIENDA La casa vaqueira típica se construye de piedra, con una cubierta vegetal. Son los llamados teitos que abundan en Somiedo y que Los principes de Asturias visitaron en Villar de Vildas, en cuyo acto tuvimos ocasion de entregar la maxima distinticion de la Asociacion Cultural Vaqueiros de Alzada La Brañina a la Princesa Leticia ya que amablemente habiamos sido invitados al acto por el alcalde de Somiedo, por lo que aprovechamos el acto para entregarle personalmente la distincion a la princesa. La vivienda típica vaqueira tiene el techo de paja, generalmente de centeno, de forma cónica que descansa sobre un muro de piedras sin argamasa. Tienen unas pocas y pequeñas ventanas, y la estructura es sobria y pesada. Cada casa tiene su propio espacio. Su emplazamiento en la aldea queda condicionado únicamente por la riqueza del terreno, sobre todo en los pueblos de verano. Normalmente, las casas vaqueiras aparecen disgregadas, separadas unas de otras, contrastando esto con las aldeas de xaldos o marnuetos, donde el poblamiento es más concentrado. La parte más importante de la vivienda vaqueira es la cuadra. Cuando se construye una nueva vivienda, la forma y el tamaño van siempre en relación con el espacio necesario para el ganado. 4.-MUSICA Y FOLKLORE En el panorama de la música vaqueira, la vaqueirada, se caracteriza por un predominio del ritmo sobre la melodía; por el uso de instrumentos de percusión que requieren de un tono de voz alto y de un estilo adecuado para este acompañamiento, es decir, cortado pero no carente de melismas y adornos, pues éstos son propios de toda creación popular si bien es cierto que son mucho más acusados en la asturianada". El vaqueiro es bullicioso y expansivo en sus fiestas populares como si con ellas quisiera pagarse de las tristezas que le agobiaron, o de compensarse del duro. En invierno destacan sus filazones o filandones, los domingos sus
bailes, que celebra al volver del mercado, bajo un sombrío castañedo o a campo raso, en un recodo del camino, deteniéndose donde otros vaqueiros les esperan con la “paietsa” y el pandero preparados. En las brañas se tiene por "antiguo" aquello que va "marcado" con la sartén y el pandeiro; y por "mocierno", lo que se acompaña con las castañuelas de los danzantes o el acordeón, instrumento éste que, como veremos, penetró muy tardíamente en el ámbito vaqueiro, pero con una gran pujanza. Según esto podríamos hacer una primera división de los bailes vaqueiros según el tipo de instrumento con el que se acompañan. El grupo de bailes "antiguos" lo forman aquellos que desde "siempre" y por separado -y desde hace unos años de forma correlativa-, se bailan formando la "vaqueirada". Estas son las danzas más propias de los vaqueiros de Alzada y se ejecutan con un primitivismo que es causa de su encanto; gozan de gran variedad según las brañas o Concejos la "gallegada", baile de alegre compás en seis por ocho; la "Media Vuelta", y la "Araña", ambas con compás de tres por cuatro. Los bailes vaqueiros más representativos son: el baile del pandero, la araña, la media vuelta y la vaqueira o vaqueirada. El baile del pandero se halla muy difundido en toda Asturias, no sólo entre los vaqueiros de los que es propio. Su ritmo casi exclusivo es el de seis por ocho. Se colocan hombres y mujeres en dos hileras respectivas, frente a frente, y portando cada bailador unas castañuelas o crótalos. Detrás de una de las hileras se sitúa la cantadora, que al tiempo que entona la copla marca el ritmo suavemente con el pandero mientras que los bailadores hacen el paseo (se balancean rítmicamente hacia los lados, manteniendo los brazos en posición natural y todos estos bailes son acompañados de la "payetsa" y el pandero. Un segundo grupo de bailes, según esta clasificación por instrumentos, lo constituyen los bailes que los vaqueiros consideran más "modernos" y son aquellos en que acompañan con las castañuelas la danza, siendo la voz frecuentemente la de los danzantes, a este grupo pertenece el "Arrobau". La "payetsa", es una sartén corriente de hierro "como las de antes", de unos veinticinco centímetros de diámetro, provista de un largo mango. La llave es también de hierro. Para conseguir los ritmos rápidos de seis por ocho, muy comunes entre los vaqueiros, las mujeres pasan la llave sobre el filo del mango de la sartén siempre hacia arriba, sin levantar en ningún momento la llave de la "payetsa", produciendo un sonido que como ellas dicen debe ser: "Táctan-Tácatan...". De entre los instrumentos usados por el. pueblo vaqueiro, es el pandero redondo el más usado y conocido. Compartido con el resto de las gentes asturianas y las del norte español, el pandero acompaña con la sartén lo más "antiguo" que se baila en las brañas vaqueiras. El pandero redondo usado por los vaqueiros es en su materialidad un gran aro de madera (aproximadamente de unos 40 ó 50 centímetros de diámetro), muy frecuentemente de castaño. Este listón de madera tiene normalmente unos 10 ó 12 centímetros de ancho, presentando una escotadura en el borde para facilitar el agarre con la mano izquierda; la madera se doblaba formando el arco por medio de un complicado procedimiento a base de calentar la madera en calderas de agua hirviendo.
Os vaqueiros son vaqueiros, etchos mismos lo xuraron; y vale más un vaqueiro que veinticinco aldeanos. La Braña de Candanosa ta metida entre dos rius; quien la pudiera sacare a lus compus más floridus. Vaqueirinas de Cezures ¿dundi tineis la vacada en la Braña de Brañietcha frente a la Rebotchada. Si vas a Puerto Somiedo has de traeme una vaqueira; no me la traigas muy grande que la quiero medianeira. En Genestosa hay un mozo, en Paniceires no hay nada; en San Fructuoso da el sol y en Orderías la helada. Lus Vaqueiros vansi, vansi, quedan las penas oscuras, ya que se acabou la parola y el cortejar de dalgunas. Vaqueirina, las túas vacas son de bouna condición, van de beber a la laguna y se vuelven cara al sol. La alimentación fundamental consistía en las “pulientas” o papas hechas con harina de maíz, sal y agua. Se cocían y se comían con leche. El “gurupu o grupu” eran las pulientes blandas a las que se les añadía un refrito de grasa de cerdo y chorizo. De la leche (tseite) se elaboraba la manteca, la cuajada o “cuayada” (especie de requesón aderezado con azúcar o sal) y el queso. Y completaban la dieta la borona, de harina de maíz o de centeno, y los embutidos de cerdo. 5.-LIBERTAD Y DISCRIMINACION El comercio, la arriería y la trajinería son actividades que otorgan al colectivo vaqueiro ciertos visos de modernidad económica, lo que fue motivo para que la Iglesia católica recriminase duramente las actividades y formas de vida de los vaqueiros de alzada, sancionando la marginación y el aislamiento del colectivo, que llegaba a cotas muy altas en el ámbito eclesiástico. Las familias privilegiadas (nobles, señores, etc...) si no fueron los creadores de los injuriosos orígenes atribuidos a los brañeros si contribuyeron eficazmente a
mantenerlos y divulgarlos, de forma, que arraigaron fuertemente ante la población asturiana. Esta característica, y las muchas leyendas que circulaban acerca de la procedencia de los vaqueiros, hicieron que existieran muchas rencillas entre los dos grupos. San Martín de Luiña, importantísimo núcleo de población en tiempos no muy lejanos, es en la actualidad uno de los puntos claves de la historia vaqueira Antiguamente, en muchas de las iglesias en donde abundaba la población vaqueira, se colocaba en el suelo o en una viga del techo una inscripción en la que se señalaba la prohibición de que los vaqueiros se colocaran en la parte delantera del templo. En el pavimento de la iglesia de San Martín de Luiña, se puede leer todavía la inscripción “no pasan de aquí a oír misa los baqueros”. En Santiago de Novellana (Cudillero) se llegó al máximo en la discriminación con los habitantes de las brañas. Acababa de constituirse en parroquia separada cuando pasó por el lugar Jovellanos, en 1792, quien anotó en sus Diarios que “hay un pleito escandaloso con los vaqueros , a quienes no se les quiere dar la Sagrada Comunión sino a la puerta de la iglesia, ni dejar internarse en ella a los divinos oficios. Es el caso que los hijosdalgo tienen lugar preferente en la iglesia para toda concurrencia. Los plebeyos, conforme con esto, pretenden lugar preferente a los vaqueros, y éstos luchan por no ser menos que los plebeyos. ¡Cuánto querrá el Cielo vengar a la mayor parte del género humano de tan escandalosas y ridículas distinciones”. También los frecuentes enfrentamientos por las propiedades y principalmente por los pastos, dieron lugar a rencillas y envidias entre vaqueiros y otros campesinos o aldeanos, sobre todo durante los años de malas cosechas y hambrunas. A ello se suma su doble domicilio les permitía no empadronarse en uno de ellos con lo que se libraban de las levas forzosas del ejército, con el consiguiente fastidio de los aldeanos que si tenían que cumplir con las exigencias del poderLos vaqueiros se conceptuaban como “extranjeros y viandantes no vecinos” según se dice en un pleito de 1527, y todavía en 1752, el ministro de Fernando VI, Marqués de la Ensenada, ordenaba que se apremiase a los muchos vaqueiros de Asturias que vivían sin residencia fija, sin entrar en los sorteos de quintas para el ejército y sin pagar tributos, y se les obligase a empadronarse… Las peculiaridades culturales consecuencia del aislamiento de estas comunidades no eran muy bien recibidas por el resto de los vecinos, que miraban a los vaqueiros con recelo y desconfianza. En Naraval se acotaba el lugar de los vaqueiros una viga tendida de través; en otros puntos, un arco; en algunos, una puerta, y en algunos, una línea... Cuando los vaqueiros bajan al mercado o a la romería a alguna villa, tenían que armar sus bailes en un lugar apartado de los demás xaldos o marmuetos. En algunas tabernas cuentan nuestros mayores que se les servía la bebida en vaso de cuerno en vez de cristal. En las Constituciones Sinodales del Obispo Agustín González Pisador, publicadas en el año 1786 se recogen recomendaciones a los párrocos de que no permitan la promiscuidad sexual que se daba en las brañas, majadas, vegas e invernales, pero sin especial mención hacia los vaqueiros,. En 1844 se emitió una orden en la cual se decía que debian quitarse todas las marcas que impidiesen a los vaqueiros mezclarse con el resto de la población y
asi empezó a cambiar la situación en el siglo XIX nhasta la plena integración si bien no faltaron episodios como en 1820 cuando los vaqueiros de la parroquia de Novellana, cansados de sufrir injusticias, un domingo, a la puerta de la iglesia, arremetieron a ocupar un lugar en el templo mezclados con los del estado llano. No obstante en 1844 todavía encontramos una instancia dirigida al jefe político o gobernador civil a fin de que los vaqueiros de Brañalonga cumpliesen la inmemorial costumbre de situarse en el templo separados de los restantes parroquianos. La resolución, favorable a los de las brañas, se publicó en el Boletín Oficial de Oviedo de 7 de junio del citado año. Hoy, para explicar la marginación de los vaqueiros de alzada, aún vigente en ciertos casos, debemos recurrir nada más que a su aislamiento respecto a los aldeanos asturianos o a la inercia de la tradición. Tras la constitución de la Asociación de los Vaqueiros de Alzada solicitamos a la Iglesia Por otro lado, en la romería que se celebra el ocho de septiembre en el Santuario de Nuestra Señora del Acebo, en pleno monte, tiene lugar la bendición de ganado que pasta por los alrededores. Terminada la función religiosa, el cura sale a la campa, reza unas oraciones, bendice con el hisopo en las cuatro direcciones y concluye diciendo: “La virgen os conserve el ganado y os lo aumente”. A este antiguo santuario han estado siempre vinculados los vaqueiros de Tineo, Luarca y Cangas del Narcea, principalmente que ofrecen a la virgen lacones, ovejas, xatos, dinero, manteca u otros presentes a cambio de curaciones de familiares o animales. Otras cumplen promesas como subir trechos del empinado camino descalzos o de rodillas. San Antonio es asimismo santo de gran devoción. A él se encomiendan contra el mal de ojo (San Antonio te lo guarde) y cuando pierden algún animal. Existe para esta última circunstancia una Oración a San Antonio de la que se conocen infinidad de versiones, entre las que podemos citar la que sigue: “Si buscas milagros, muerte, horror y terranos, miserias, demonios, odios, enfermos, leprosos y sanos; el mar sosiega su ira derrimes encarcelados miembros y bienes perdidos, recobra mozos y ancianos, del peligro se retiran los pobres van remediados cuentan los socorridos digan los paganos ruega Cristo por nosotros Antonio, divino santo, que mi oración a ti llegue donde hago favor y amparo. Gloria al Padre, gloria al Hijo y gloria al Espíritu Santo.” El día que los vaqueiros llevaban a bautizar a un niño, entregaban el “pan del choru” (pan del llanto) a la primera persona que encontrasen en el camino, pretendiendo con tal acto que el bautizado fuese persona de buen genio. Sin embargo, en el concejo de Cangas de Tineo denominaban “pan del choru” al cantelo, debido al llanto en que prorrumpía la novia al abandonar la casa paterna.
SUPERSTICIONES Existen supersticiones como la de la Noche de San Juan, que se hacia una hoguera de helecho, laurel, hinojo, sándalo y excrementos de cerdo para ahumar al ganado y a los niños con el fin de prevenir males. (Este rito ya lo
practicaban los celtas), el mal de ojo, que solo era causado por personas de otra braña, el mal del filo (cuando un niño se ponia enfermo, se llamaba a la curandera y con hilo se media primero al niño a lo alto, y luego a lo ancho con los brazos extendidos, si el niño media lo mismo no poseia el mal del filo, pero si por el contrario la medida no era la misma, se cortaba el hilo en nueve trozos, luego se echaban al fuego todos menos uno, que era colocado en la muñeca del niño, para ser quemado dias después. El mal del filo se denomina así por la forma en que se diagnostica. Cuando un niño no come y deja de crecer, se llama a la entendida para que lo mida con un filo (hilo). El niño ha de medir exactamente lo mismo en horizontal que en vertical; es decir, ha de haber igual distancia entre las puntas de los dedos de las manos extendidas en cruz que la que hay entre la cabeza y el centro del pie. Si el resultado es negativo y se confirma que tiene el mal del filo, hay que cortarlo, para lo cual la entendida pasa el hilo de la medida alrededor del niño, de arriba abajo y circularmente, nueve veces. Cada una de las veces pasa los extremos del hilo por la cabeza del enfermo. Seguidamente corta el hilo en nueve trozos y los va echando al fuego, por detrás de sus espaldas, de uno en uno. Una vez quemado el último trozo de hilo, recita el conjuro final: El mal del filo te corto, el mal del filo te paso. En el nombre del Padre y del Hijo, y del Espíritu Santo. El qu´el mal de filo t´echó seque como el filo secó Durante un corto periodo de convalecencia, el niño debe llevar atado al cuello o a la muñeca un trozo de hilo, hasta que se quema de igual manera. El mal de las lombrices, causado también por una mirada envidiosa, se da en los niños desde el nacimiento hasta los dos o tres años de edad. Son unas pequeñas lombrices negras o maleficiadas que se introducen en el interior del niño y que pueden producirle la muerte. Para cortarlas, la entendida hace una especie de papilla con un pedazo de jabón que no haya sido usado, un poco de sarrio o ceniza de la cocina cribada previamente y agua limpia. Le hace la señal de la cruz al niño y coloca la papilla en la espalda, a la altura de la columna vertebral. A continuación aclara con agua la papilla aplicada a la espalda y examina minuciosamente la piel del niño. Las cabezas de las lombrices maleficiadas asoman y entonces la entendida las corta con una navaja. Al morir los parásitos el niño mejora. ARIESTEBANO Y LA JUGLARESA DE LAS BRAÑAS Año tras año el último domingo del mes de julio las gentes, ataviadas con el traje tradicional, suben hasta la braña de Ariestebano para iniciar la marcha en dirección a la ermita de la Divina Pastora. Aristébano se sitúa en lo alto de
una loma que se apoya sobre la sierra de Silvallana, asomándose a modo de balcón el valle de Paredes. Es la braña más famosa de la parroquia, y posiblemente de Asturias, ya que de allí procede la folklorista vaqueira más conocida, Rogelia Gayo ( la Rogelia ), y, además, es el lugar donde se celebra anualmente el Festival Vaqueiro y de la Vaqueirada ( fiesta declarada de Interés Turístico ), el último domingo de Julio, y que cuenta con gran asistencia de público. El núcleo principal de este Festival es la boda que, rememorando las antiguas ceremonias vaqueiras, se lleva a cabo entre vaqueiros o, en su defecto, sus descendientes en la celebración de una boda vaqueira. Los novios parten de la braña a caballo, ataviados con el traje tradicional, seguidos por un carro del país en el que viajan el ajuar de la novia y la escanda y el multicolor cortejo de músicos y curiosos. El Festival comienza sobre las doce de la mañana, partiendo la caravana del centro de la braña hacia la capilla de la Divina Pastora en un cerro próximo. Al frente van a caballo los novios y los padrinos, y, tras ellos, un carro del país cargado con el ajuar de la novia ( una cama y un arcón ). El final del cortejo lo conforman los invitados. La boda es celebrada sobre una plataforma próxima a la capilla. Llegados a la ermita de la Divina Pastora los novios son recibidos por el párroco que oficia la boda vaqueira. Una vez terminada la ceremónia , se entregan los diplomas de Vaqueiros Mayores y Vaqueiros de Honor a personas o entidades que durante ese año hayan destacado, de una u otra manera, en aspectos relacionados con el mundo vaqueiro. Una vez casados los novios, tiene lugar la comida, basándose en platos típicamente vaqueiros tales como la empanada, el chosco, el lacón, pulientas y las natas vaqueiras. Tras la comida viene el baile, los honores y los regalos, que suelen ser abundantes para los novios, para emprender, cuando ya atardece, el regreso a casa. Antiguamente, precedían a las bodas, los conciertos entre los padres y los novios, en lo que se ponen de acuerdo sobre la dote que cada uno de los jóvenes aportará al matrimonio, y en los que, a veces, interviene un curioso personaje, el “Embustero”, comisionado por los padres del novio. Los matrimonios de los vaqueiros, más que al bien de las familias, parecen dirigidos al de los mismos pueblos. Cuando alguno se contrae, todos los moradores concurren alegres a la celebridad, acompañando los novios a la iglesia y de allí a su casa, siempre en grandes cabalgatas, y festejando con escopetazos al aire y gritos y algazara aquel acto de júbilo y solemnidad públicos, como si el interés fuese común y dirigido a la prosperidad de una sola y gran familia. En el caso de los entierros también se congrega toda la braña; otro general convite reúne a sus vecinos en el oficio de consolar a los dolientes. Colocado el cadáver al frente de la mesa, recibe en público la última despedida. Todos asisten después a presenciar el funeral, y dicho el último responso, los concurrentes, empezando por los más allegados, van echando en la huesa un puñado de tierra, y dejando al sepulturero la continuación de este oficio, se vuelven a sus casas pausados y silenciosos. En los días próximos llevan los parientes y dejan sobre la sepultura algunas viandas, prefiriendo aquéllas de que más gustó en vida el soterrado. Costumbre antigua derivada de la
gentilidad y común a otros pueblos, y que se tolera mirando estos dones como ofrendas hechas a la iglesia por vía de sufragio. Ariestebano fue la cuna de la mas importante folklorista vaquera de todos los tiempos: Rogélia Gayo. Su hijo Benino y su nieto Ramón que vive aun en la braña fueron dos de los más importantes exponentes de ese folklore como cantantes de coplas vaqueras y de careo. Este festival data de 1959, cuando los alcaldes de los ayuntamientos de Valdés y Tineo decidieron organizar un festival con el fin de recuperar las costumbres y la cultura tradicional de los vaqueiros de alzada y 1965 fue declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional, cumpliendose el proximo año su 50 aniversario, siendo su presidenta, Carmen Martínez. Desde la Asociación Cultural Vaqueiros de Alzada de Asturias nos hemos puesto en contacto con la BBC para recuperar unas grabaciones con la voz de Rogelia Gayo.
Por todo ello, Ruego a V.I. tenga por presentada la candidatura al candidatura del grupo humano “Los vaqueiros de alzada de Asturias” al PREMIO PUEBLO DE ASTURIAS EJEMPLAR 2011 con la certeza de que muchas personas mayores que viven en las brañas se sentirán orgullosas de participar en esta iniciativa dado el cariño que les une a nuestros Príncipes y por su defensa de las raíces de los asturianos así como la necesidad de preservar esta rica cultura milenaria y tradiciones en estos tiempos de globalización. Así mismo adjunto documentación que permite ampliar la información al jurado. En caso de ganar el premio supondría una enorme alegría y reconocimiento a la labor de nuestros mayores en la transmisión de la cultura vaqueira. Respecto a la cuantía del premio se insta su deposito en la Fundación Príncipe de Asturias hasta a determinar su mejor inversión en defensa de la cultura vaqueira mediante un concurso de ideas público. Para la celebración del Premio y visita de Sus Majestades los Príncipes sugerimos que sea en Ariestebano, Bustillan o Las Tabiernas, según estime oportuno la Fundación para su organización, en la que concurrirían asociaciones culturales, grupos de baille y música, así como representantes de los concejos del occidente y del Principado, entre otros. En Argumoso, a treinta de julio de 2011 Un fuerte abrazo Gonzalo Gayo Corbella Presidente de la Asociación cultural Vaqueiros de alzada La Brañina.