Al respecto, debo señalar que la diferencia entre humanos y animales, es absoluta: mientras ellos solo han evolucionado biológicamente, nosotros lo hemos hecho por la cultura. El asunto en cuestión es ¿hasta dónde resulta justificable el dolor y estrés innecesario causado a un animal, surgido de acciones humanas crueles, directas o indirectas, como fruto de la negligencia, la tortura, la mutilación o el sacrificio, cuando los móviles son la recreación y el negocio soportados en el espectáculo? Por: Gonzalo Duque-Escobar; Documento del Museo Interactivo Samoga de la Universidad Nacional de Colombia. La Patria. Manizales, Noviembre 25 de 2012. (Act. 2021)