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voz en off
Palabras que descubren universos Tarde de julio, calor infernal. Una sala de teatro de Madrid, una obra, dos actores, un texto... un experimento sin saber muy bien qué esperar. Las cosas transcurren con normalidad entre el sonido de los abanicos cortando el aire y el ceño fruncido intentando indagar qué me querían contar. En un momento dado de la función, cuando el ritmo estaba ‘in crescendo’ ella se gira y le dice: “Quédate”. No quédate conmigo o quédate a mi lado, no, tan solo “Quédate”. Y me pareció maravilloso. A partir de ahí empecé a introducirme en la historia y descubrí la verdadera naturaleza de la obra y me reafirmé en el hecho de comprender por qué me dedico a esto. Porque es pura magia, joder. Podría estar haciendo cualquier otra cosa en esa tarde de julio de 2015, el tiempo invitaba a ello, pero estaba allí, en ese instante estaba allí viviendo algo que no se volvería a repetir jamás. Aunque la obra fuese prorrogada 2 meses, que no es el caso, yo viví ese momento en el que sentí que lo que ella le decía a él era puramente real y me lo transmitió a mí y yo salí de esa sala pensando y sintiendo de manera diferente a como había entrado. Y por eso voy al teatro. Y por eso comparto teatro. Porque a partir de ahí descubrí también una nueva palabra. No fonéticamente (ya la había escuchado antes, obviamente), ni su significado literal. Comprendí su verdadera dimensión.
Sergio Díaz
Hay palabras preciosas que nos evocan millones de sensaciones y sentimientos. Esa es la grandeza del lenguaje. Cada persona recorre los recovecos de su imaginación cuando escucha hablar de lluvia, felicidad, amor, sol, amistad, paz, risas... cada uno de nosotros asocia esa contrucción lingüística a diferentes momentos de su vida. Y los dimensiona y clasifica. Y así los recuerda y los vive. Quizás por mi naturaleza esquiva, acaso tímida, ansiosa de libertad y de procaz independencia quizás no había logrado descubrir el verdadero significado de “Quédate”. Y al escucharlo en el contexto de esa obra teatral me pareció de una profundidad abismal. Surgida desde lo más íntimo de uno mismo, de las entrañas de una oscura necesidad, pero que se expandía y resonaba en el aire mostrando un amor luminoso. Esa misma noche, al llegar a casa y acostarme no dije “te quiero” como tantas otras noches, simplemente dije: “Quédate”. Una temporada más desde Godot informaremos sobre todo lo que acontezca en el amplio universo de las Artes Escénicas, tratando de transmitir la magia que supone esta manifestación cultural ancestral. Una temporada más, nos quedamos.