El paraguas se había puesto de moda en Paris durante el reinado de Luis XV en Francia, unos treinta años antes de los sucesos de 1810. Los talleres que los hacían competían en diseños exclusivos y colores elegantes. Aquí llegaron con la apertura de la aduana de 1809. Para cubrirse de la lluvia la mayoría de los hombres usaba capotes y sólo la gente adinerada podía darse el lujo de tener un paraguas de Francia o de Inglaterra. Muchos los verían por primera vez el lluvioso 25 de mayo cuando fueron llevados por algunos hombres que esperaban las decisiones del Cabildo en la Plaza Mayor. 44