Con la moral por el suelo, nos vamos a casa, con una gatita malherida, que debió pasarlo muy mal en la calle y cuyo futuro no sabíamos cual iba a ser. Enseguida dijimos SI a Mika, decidimos luchar por ella, ayudarla. La leucemia, que es una enfermedad que asusta con solo nombrarla, no es más que una enfermedad más entre cientos de enfermedades felinas. El hecho que un gato no sea positivo a leucemia felina no nos garantiza una vida sana y larga. Entonces ¿porqué negarle la oportunidad de vivir feliz a Mika?
Seguimos adelante con los planes y preparamos a Mika para su intervención. Prequirúrgico completo con unos resultados increíblemente perfectos. Mika es una gata fuerte que desde luego no tiene desarrollada la leucemia.
Una vez más una lección de fortaleza que nos dan los animales. Una gata callejera, buscándose la vida para alimentarse, maltratada por el ser humano que se cebó en ella, con leucemia……y superando todo ella solita.
Nos pusimos manos a la obra, a buscarle una casa, primero de acogida, que entienda de gatos y pueda atenderla en su post-operatorio, porque no íbamos a dejar a Mika con su patita fracturada. Fue difícil, muy difícil. Mika tuvo que pasar varios días sola, en un piso sin calefacción y con una visita diaria de una compañera de tan sólo una hora. No había nada mejor. Nadie tenía un hueco para Mika.
Y por fín apareció un hada madrina que aún no sabiendo de gatos, decidió ayudar a Mika y le ofreció una habitación calentita, con camita blandita.
Mika es una gata con suerte. Ahora nos queda un empujoncito para que la historia de Mika tenga el mejor de los finales. Mika busca una casa, un adoptante definitivo, que sepa ver todo lo que tiene por dar, que quiera darle la oportunidad de ser feliz, que quiera acompañar a Mika el resto de su aventura por la vida, que seguramente será de muchos años. Es una gata joven de dos años y medio aproximadamente.
En una segunda visita al veterinario, se realiza un estudio radiográfico que nos confirma que esos bultitos son “balines”. Se aprecian claramente en las radiografías. Igualmente descubrimos la brutal fractura de su fémur, también ocasionada por el impacto de uno de estos balines. La cirujana experta en trauma baraja varias técnicas a utilizar en la corrección de la fractura. Una de ellas es colocar un clavo cerrojado centro medular, y la otra una placa de osteosíntesis.
Una última exploración de Mika antes de entrar en quirófano nos dejó a todos boquiabiertos. Su pequeño cuerpecito ha empezado a generar tejido fibroso alrededor de la fractura. Gracias a esto Mika cojea cada vez menos, ya no tiene dolor. Por todo ello la cirujana decide suspender la operación hasta una nueva valoración pasado un mes. Todo parece indicar que no va a ser necesario intervenirla.
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Texto y fotos (Concha)
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