La Panera Num. 33

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“es el tiempo de emocionarnos, de emprender y de crear. ¿Cómo cambiar ahora este modelo por un modelo más participativo y, en definitiva, más creativo, capaz de generar esas nuevas ideas necesarias para reinventarlo todo? para mí, el cambio pasa por dos retos fundamentales: la educación y el liderazgo”.

alejandra acosta

jor calidad y al menor coste posible, se deja un amplio terreno a la imaginación y las empresas competirán sobre todo en diferenciación. Para ello será preciso invertir en investigación e impedir la fuga de talentos”.

desde un punto creativo, Latinoamérica tiene mucho que decir, pues la creatividad se desarrolla en circunstancias muchas veces adversas y la diversidad también es un componente que propicia esa creatividad. Creo que el dicho popular “la necesidad agudiza el ingenio”, tiene mucho de verdad. Por eso, en sociedades de la abundancia, ese ingenio corre el riesgo de ser poco desarrollado, mientras que sociedades que han sabido hacer frente a circunstancias adversas son muy ricas en el ‘petróleo de la creatividad’ ”. LA HORMA DEL ZAPATO

–Representante de este nuevo modelo de economía es uno de sus entrevistados, el diseñador Adolfo Domínguez, para quien, España ha invertido más en construcción que en conocimiento. “Estoy de acuerdo con nuestro gran diseñador y empresario en que nos ha faltado y nos falta ‘cultura de inversión’ más allá de lo tangible. En cualquier caso, nos faltó, no cabe duda, invertir en educación y en investigación, que son la base del conocimiento y de la innovación. Es fundamental diversificar la cartera de nuestras inversiones y como el propio diseñador apuntaba, ‘si te pasas más de

15 años invirtiendo en ladrillo, lo más normal es que te lleves un ladrillazo’, y eso es lo que nos ha pasado. Pero el corazón de la crisis actual está en el derrumbamiento del sujeto y la pérdida de valores. Creo imprescindible introducir en el sistema educativo esas grandes preguntas: ¿de dónde venimos y hacia dónde vamos? y encontrar cuanto antes cuál es mi cometido en este mundo. Es necesario introducir un sistema de valores que se apoye en la ética como factor de desarrollo personal, social y económico. El desarrollo de un pensamiento humanista que ayude a los jóvenes a pensar por sí mismos, a tener sus propias ideas y pensamiento crítico, y que les encamine en la búsqueda de ese trabajo que sea la ‘horma de su zapato’. Entonces, la felicidad vendrá sola, la productividad en las empresas se incrementará y la sociedad estará más cohesionada y será más justa”. –¿Hay realmente tiempo para imaginar? “Todo está cambiando, lo que prevalecerá serán las ideas. Se valorará la diferenciación del producto, su diseño y su originalidad sobre la posible estandarización del mismo. En esta nueva economía, en la que prima el proceso de producción flexible, artesanal o por proyectos, en ese producir menos pero de me-

Belén Elisa Díaz “No es que las empresas culturales y creativas puedan tener algún futuro, es que son el futuro de nuestra economía. Y si no, que se lo digan al Parlamento Europeo, que acaba de dotar de 1.800 millones de euros al Programa de Europa Creativa (2014-2020) para el desarrollo de estas Industrias como nuevos modelos de negocio”.

–¿Cree que los empresarios querrán apostar a la sociedad de la imaginación? “La nueva economía ya no es posible sin la cultura y sin el petróleo de la creatividad. Los sectores tradicionales deben reinventarse y a su vez aparecen otros nuevos. Se ha generado una economía con cierta dosis de ‘promiscuidad’, pues esta nueva economía debe dialogar con la cultura y ésta a su vez con el ocio y el turismo. Así, por ejemplo, ya no es posible vender vino sin ligarlo al paisaje, al arte o al patrimonio del lugar”. –¿Cuánto vale una idea? “El valor de una idea no viene determinado únicamente por el beneficio económico que ésta pueda generar, que es fácil de determinar –por el precio de la entrada al cine, el precio de un cuadro–, pero lo particular de los productos culturales es que, además, generan otros beneficios como sociales, emocionales, muy difíciles de cuantificar y en algunos casos de valor ilimitado para una persona. Es tanto como decir ‘¿cuánto vale que nos hagan sentir vivos?’ ¡Eso no tiene precio! Es preciso desarrollar un nuevo pensamiento humanista integrador, que sitúe al hombre en el centro del sistema. Probablemente la actual crisis de identidad que, a mi modo de entender, es más bien una profunda crisis espiritual, nos lleva a esa búsqueda incansable de respuestas a esas grandes cuestiones que mencionaba antes y que hacen que exista una importante demanda de Cultura. Sí, pienso que llegó la hora de pensar y de emocionarnos, de emprender y de crear”.

Tienes derecho a la Educación. Los castigos en la escuela no deben ser ni humillantes, ni indignos.

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