Comprender los medios de comunicación

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COMPRENDER LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN

comprender fácilmente la televisión, porque sienten cuánta implicación táctil es necesaria para la apreciación del arte plástico. Las cualidades estructurales de la imprenta y de los bloques tallados también se dan en la historieta; dichas cualidades comparten un carácter de participación y de «hagalo usted mismo» que también impregna una gran variedad de las actuales experiencias de los medios. La imprenta es la clave del tebeo, y éste, la clave para comprender la imagen de televisión. Muchos adolescentes arrugados recuerdan su fascinación por la que fue una obra cumbre de la historieta: el «Ycllow Kid»? de Richard F. Outcault. Se publicó por primera vez en el Sundav World de Nueva York con el título de «Hogan's Alley».!" Narraba las' aventuras de los niños del barrio, cama modernos Maggie y Jiggs.!' Este diseño vendió muchos periódicos de 1898 en adelante. Muy pronto lo compró Hearst, que empezó a publicar suplementos de tebeos a gran escala. Al ser de baja definición (como se explica en el capítulo sobre la imprenta), los tebeos son una forma de expresión altamente participativa y perfectamente adaptada al aspecto en mosaico del periódico. Proporcionan, además, cierto sentido de continuidad de una día a otro. Por sí solo, el artículo de noticias contiene muy poca información y requiere compleción o relleno por parte del lector, igual que la televisión o la telefotografía. Es por este motivo que la televisión ha supuesto un duro golpe para el mundo del tebeo. Más que un complemento, ha sido un auténtico rival. Pero la televisión golpeó con más fuerza aún al mundo del anuncio gráfico, desplazando lo nítido y lo brillante a favor de lo enmarañado, escultural y táctil. De ahí, el repentino auge de la revista MAD, que no ofrece sino una repetición, fría y grotesca, de las formas de medios calientes corno la fotografía, la radio y el cine. MAD es la antigua imprenta y grabado en madera que hoy en día se van repitiendo en diversos medios. Su tipo de configuración llegará a dar forma a toda la oferta televisiva aceptable. La principal baja del impacto de la televisión fue «Li' 1 Abner» de Al Capp. Durante dieciocho años, Al Capp había mantenido a Li'l Abner al borde del matrimonio. La sofisticada fórmula que aplicaba a sus personajes era la misma, aunque invertida, que empleó el novelista francés Stendhal, que dijo: «No hago sino implicar a mis personajes en las consecuencias de su propia estupidez, y luego les doy entendimiento para que puedan sufrir». Así, Al Capp dijo: «No hago sino implicar a mis

9. Chico Amarillo. [N. de T"] HJ. El callejón de Hcgan. [N. de T.] 11. Alusión a la novela de Stephen Crane: Maggic, A Cirl IN. de T.)

ofthe Streets (Maggic, una niña de la calle) .

LOS TEBEOS

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personajes en las consecuencias de su propia estupidez, y luego les quito el entendimiento para que no puedan remediarlo». Su incapacidad para ayudarse a sí mismos creó una especie de parodia de todas las otras historietas de suspense. Al Capp llevó el suspense hasta el absurdo. Pero hacía ya mucho tiempo que los lectores venían disfrutando del hecho de que el trance de irremediable ineptitud de Dogpatch era un paradigma de la situación del hombre en general. Con la llegada de la televisión y de su icónica imagen mosaica, las situaciones de la vida cotidiana empezaron a parecer algo anticuadas. Al Capp descubrió de repente que esa clase de distorsión ya no funcionaba. Creyó que los norteamericanos habían perdido la facultad de reírse de sí mismos. Estaba equivocado. Simplemente, la televisión involucraba a todo el mundo con todo el mundo mucho más profundamente que antes. El frío medio, con sus requisitos de profunda participación, pedía a Capp que diera un enfoque nuevo a la imagen de Li'l Abner. Su confusión y consternación coincidían perfectamente con los sentimientos de cualquier miembro oc cualquier gran empresa norteamericana. De Ufe a la General Motors, y del aula al despacho presidencial, era inevitable un reajuste de las metas e imágenes para permitir una implicación y participación cada vez mayores por parte del público. Capp dijo: «Los Estados Unidos han cambiado. El humorista siente esos cambios, tal vez más que nadie. Ahora, en Estados Unidos, hay cosas de las que uno no puede burlarse». Una implicación en profundidad anima a todo el mundo a tomarse a sí mismo más en serio que antes. A medica que la televisión iba enfriando al público norteamericano, dándole nuevas preferencias y orientaciones para la vista y el oído, el tacto y el gusto, se iba haciendo necesario rebajar la maravillosa mezcolanza de Al Capp. Ya no era necesario tomarle el pelo a Dick Tracy o a las rutinas del suspense. Como lo descubrió la revista MAD, el nuevo público encontraba tan divertidas las escenas y temas de la vida cotidiana como el lejano Dogpatch. La revista MAD no hizo sino transferir el mundo de los anuncios al mundo de las historietas, y lo hizo justo cuando la imagen televisiva empezaba a eliminar el tebeo compitiendo directamente con él. Al mismo tiempo, la imagen de televisión hizo que se volviesen borrosas las nítidas y claras imágenes fotográficas. La televisión enfrió al público de la publicidad hasta que la continua vehemencia de los anuncios y del entretenimiento convinieron perfectamente al programa del mundo de la revista MAD. De hecho, la televisión convirtió los medios previamente calientes de la fotografía, del cine y de la radio en un mundo de historietas con sólo retratarlos como paquetes recalentados. Hoy día, el niño o niña de diez años agarra su ejemplar de MAD (<<Aumenta tu ego con MAD}}) del mismo modo que


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