El futuro del ayer, hoy. Año 3, Número 1

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CARTA DEL COMITÉ EDITORIAL Tijuana, Baja California, a 31 de julio de 2020

Desde la salida de nuestro último número el mundo ha cambiado drásticamente alrededor de todos, una serie de eventos que ha cambiado la manera como percibimos el mundo ha culminado con la crisis generada por la pandemia del COVID-19, este nos ha enseñado duras y valiosas lecciones de cómo nuestro mundo vive, respira y existe en el Siglo XXI en donde con avances tecnológicos, medicina y transporte no estamos exentos de aprender nuevamente que la vida humana sigue siendo algo precioso y delicado que debemos aprender a apreciar, cuidar y nutrir para vivir en un mundo mejor.

En este número nos encontramos con una increíble y agradable cantidades de poesía, relatos y ensayos, no dejamos de impresionarnos por la calidad, la ambición y los sueños que se escriben y nos dan a conocer, viendo de vuelta caras conocidas y saludando a nuevos escritores que quieren dar el primer brinco hacia el enorme mundo de las letras.

No podemos dejar de agradecer enormemente la confianza y el seguimiento de cada uno de los escritores y lectores de esta revista, porque lo hemos dicho antes y lo reiteramos, no existe el mañana, ni el ayer, existe solo hoy para escribir, publicar y extender las alas, por ello el nombre de nuestra revista: “El futuro del ayer, hoy”.

Presidente del Comité Editorial Vicente Manuel Muñoz Milchorena


NOTA SOBRE LOS DERECHOS DE AUTOR Y LA REVISTA Los derechos de autor pertenecen a los autores correspondientes, la revista “El futuro del ayer, hoy” extiende la licencia CC BY 4.0, Licencia de Atribución 4.0 Internacional, para proteger los derechos de autor la cual requiere dar créditos de manera adecuada, brindar un enlace a la licencia e indicar si se han realizado cambios.

Las obras contienen el nombre o seudónimo que los autores han seleccionado para proteger su identidad, de requerir otra revista, página, editorial o individuo la información de los autores esta petición será consultada con los autores correspondientes de manera inicial ya que creemos en la libertad y el derecho a expresión al igual que creemos en el derecho a la privacidad y anonimidad. En enlace a la licencia puede ser encontrado por medio de la siguiente liga: ​Licencia de Atribución 4.0 Internacional.

El contenido de las obras de los autores se ha mantenido tal cual como ha sido mandado a nosotros, las modificaciones que hemos realizado son de formato que incluyen tipo de letra, tamaño de letra e interlineado.

El Comité Editorial de esta revista mantiene los derechos de autor del producto final, la revista en su formato digital y físico, y reconoce que es un trabajo colaborativo sobre el cual no mantiene ningún derecho.

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NOTA SOBRE LAS OBRAS PRESENTADAS Las obras presentadas en esta compilación pertenecen a los autores correspondientes, por este motivo no hemos modificado la gramática ni estructura general de esta, únicamente hemos cambiado el tipo y tamaño de letras para cumplir con los requerimientos estipulados en la convocatoria, adicionalmente indicamos que presentamos algunas obras en dos números debido al tamaño final de la obra que se entregó al Comité Editorial.

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CARTA DEL COMITÉ EDITORIAL

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NOTA SOBRE LOS DERECHOS DE AUTOR Y LA REVISTA

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NOTA SOBRE LAS OBRAS PRESENTADAS

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POESIA

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GERARDO MEJIA JIMÉNEZ

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SIHUATL TLEN TLALNAMIQUI

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SABIA MUJER RAÍZ

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JUAN ANTONIO JIMÉNEZ

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DUELO

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MI VERDAD

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TONAL

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DIANA LAURA GARCÍA REYES

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QUIERO

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SOLO QUIERE

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CARIÑO

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RUBÉN EMILIANO GÓMEZ DOMÍNGUEZ

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CARTA A MI AMADA

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LO INSIGNIFICANTE

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A LA LUNA

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YESSIKA MARÍA RENGIFO CASTILLO DUELES EFRÉN G.

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ME QUIERO QUEDAR

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SUEÑO DE ARENA

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LA TORMENTA

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DOMINGO FÉLIX CONTRERAS

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UNIVERSO

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FUGAZ

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NO SOY DE MAR

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ALFONSO CASIÁN SANDOVAL EXTRAÑO DALÍ JIMÉNEZ

31 31 34

DONDE TE ENCUENTRES

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EPILOGO DE LO QUE FUE

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CIELOS DESPEJADOS

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LUNEZANA INFANCIA ODETTE RODRÍGUEZ IBARRA

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SUEÑOS

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CARTA DE PRESENTACIÓN A UN AMANTE

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EN MENOS DE UN BESO

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ANGI MELANIA CRISTEA

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VIBRATO

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MEZCLADORA

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HORAS DESARTICULADAS

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CUENTO CORTO CAMET MONÓLOGO DE UN HOMBRE ROXANA AGUILAR REBOLLO TERROR, HORROR Y ALARMA JESÚS DAVID BECERRA ALONSO ¿QUIÉN MATÓ A EMILY?

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ERNESTO LÓPEZ RAMÍREZ

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RITUAL DE FUEGO

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VICO YO(D) GABY A. PALABRAS DIFERENTES PERO CON UN MISMO SIGNIFICADO, INICIANDO UNA NUEVA AMISTAD JESSICA PAOLA ROJAS REYES CONCIDENCIAS ANDRÉS CHÁVEZ LA APUESTA FERNANDO FLORES ÁLVAREZ

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DECEPCIÓN

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SUEÑO LUCIDO O ALGO PARECIDO

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MI GIRASOL SE MARCHITO

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VAUGHAN STANGER UNO ES UNO JONATHAN FICKE EL AULLADOR EN EL PISO DE VENTAS DENNIS MOMBAUER UN COMUNICADOR CON OBJETOS ANIMADOS ENSAYO MARÍA FERNANDA CUAHUIZO PESTAÑA LAS MULETILLAS

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NUESTRA SEGUNDA CARTA DE PRESENTACIÓN MARIO ALVAREZ EL RETO DE LA EDUCACIÓN EN TIEMPOS DE COVID19

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POESIA

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GERARDO MEJIA JIMÉNEZ SIHUATL TLEN TLALNAMIQUI SABIA MUJER RAÍZ

Labios quetzal Corazoncito tojolobal Lengua mía Ñañu ñañutzita Magueycito verde Ven, ven de prisa que quiero verte. Volví a verte correr , jadear, Usar tus pies, Usar tus ojos para enseñar a tepiztin a volar, Para enseñar a tepiztin a amar, Alma tolteca, Maíz, brecha, verbena, Ven y con tu risa cúrame está pena,

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Que de mi se apodera cuando siento por la mañana tu ausencia, Alma mía Alma mixteca Alma mixe Sonríe como aquellos grandes árboles de la sierra zapoteca. Soy de ti mazorca Soy de ti quelite Soy de ti colibrí Soy de ti la malva que rebelde crece en tu jardín Y tú, Tú mujer para mí eres Aire,viento,lluvia y raíz. Eres vida y rezo, Dios quetzal Coatlicue Hikuri Mujer eres pecho, Leche, Pezón,

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luna, Eres río,cielo y cada lengua hablada por los abuelos y abuelas que vivieron por aquí.

Chontal Tepehua tzotzil chinanteco Náhuatl mam. Mujer coatl, Mujer mariposa, Ven deprisa y aticemos el clecuil, Dame una caricia, Comamos la tortilla, Y hagamos con la brisa una nueva de descripción del amor, Ven de prisa que hasta Tonatiuh envidia el brillo de tu mágica sonrisa.

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JUAN ANTONIO JIMÉNEZ DUELO

Beberé del amargo néctar que ha dejado el fulgor de tu recuerdo Me embriagaré con aquel vino que obtuve a cambio de tu ausencia y brindaré por todas esas veces que no nos embriagamos Besaré las úlceras del luto infernal que aún hostigan mi presencia e inundaré mis labios en la sonrisa que habita en tu retrato Quemaré las cartas que nunca quise entregarte y escribiré otra historia aun cuando la tinta se haya terminado Bailaré con una botella de aguardiente en mi cabeza al compás de la música que guardaban tus abrazos Lloraré en silencio

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para que no puedas escucharme, para impedir que mis sollozos quiebren el pacífico mundo de tu descanso eterno Bendeciré la piel vacía que falta en mi regazo aquella que cuelga de una enagua y sus múltiples colores Después gritaré, gritaré tu nombre a ángeles y santos y repudiaré su decisión inapelable te recordaré mil veces, porque para olvidarte bastará enterrarte solo una.

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MI VERDAD

Soy una paloma que defeca en el árbol de la vida Un útero que guarda las gotas de lluvia Soy un recuerdo árido que se extrae de la copra Un colibrí que succiona el alma de las rosas Dos pies que caminan por una vereda colmada de cornizuelos Soy el rostro de un pueblo tatuado en una estela El eco de una estirpe olvidada que resuena en las montañas La unión de tres culturas que forman un solo poema.

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TONAL

La astucia del lagarto me acompaña en el navegar de esta laguna llamada vida. Heredé de mis ancestros el hostil vuelo de las aves y la fuerza infinita de sus plumas. La garra de una pantera que rasga las huellas de una historia que no se repite. El ímpetu de un perico que habla a cambio de un pedazo de tortilla. Los ojos de una iguana que reflejan los poros de las estrellas y aquellos poemas perdidos en Júpiter. El garbo de una gallina empedrada que cararea por sus huevos. Las escamas de un jalmiche que barren las larvas del infierno. El pelaje de un venado hecho con granos de mostaza y cánticos tonos de miel. La coraza de un cangrejo que guarda la rectitud de la canícula. Herede el carácter del jaguar.

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El contraste de una serpiente que emerge de la dualidad de las almas, Y el salvaje vigor de los hijos del sol, Y de todos aquellos parientes, hermanos de la lluvia.

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DIANA LAURA GARCÍA REYES QUIERO Que mis versos sean capaces de envolvente como te envolvieron sus mentiras. Que mi amor te sea suficiente para que quieras quedarte conmigo toda la vida. Que mis manos puedan tocarte el alma así como lo hacen con tu piel. Que mis labios no solo sirvan para besar los tuyos sino que ayuden a articular que te quiero. Que mis fuerzas no solo sirvan para soportar cosas materiales que también lo hagan para abrazarte, sostenerte cuando sientas que no puedes más. Que tu amor me sea suficiente para luchar por él, no me quiero ir.

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SOLO QUIERE Ella solo quiere a alguien que la acepte y la quiera tal cual es, con los errores que marcan su vida, las pocas cualidades que posee, la respete y valore. Ella quiere que seas tú, no para que seas un talismán. Quiere verte cumplir tus sueños y celebrarlos contigo, cuidarte, respetarte, admirarte y amarte sin importar la adversidad. Ella quiere que la mires profundamente, puedas ver sus sentimientos hacía ti y descubras que son los más nobles y sinceros que puedas hallar. Por favor, permítele demostrar que puede dar más de lo que quieres, aunque eso implique vaciar su alma.

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CARIÑO He llorado muchas veces, llegué a preguntar con mucho dolor en el corazón alrededor de personas: ¿qué me hace falta para gustarle? No paro de intentarlo y pareciera que los cinco lenguajes del amor son una total falacia, no sé qué más hacer ¿esto quiere decir que jamás voy a gustarte? No logro comprenderte y me encantaría saber qué pasa por tu mente cada que me miras e incluso cuando miras a la nada. Sin embargo, me destrozaría el alma saber que no soy lo que tú deseas. Me permito suponer que estamos en el tiempo incorrecto, y si lo estamos, graba esto en tu mente: Voy a quererte siempre, inclusive si llegases a olvidarme o por fin encuentres a la persona que siempre has querido. En la distancia, voy a celebrar contigo cuando consigas cada uno de tus anhelos, no te permitas fracasar porque tienes más de mil capacidades que necesitan ser explotadas. Estoy segura que antes de dar el último suspiro estarás

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orgulloso de ti, como yo lo estoy ahora. Moriría a mis sueños con tal de estar siempre contigo, seguramente los cumpliría a través de los tuyos. Pido al cielo dejar de quererte y si no ocurriera, aprender a aceptar que la mayoría de las cosas no son como queremos.

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RUBÉN EMILIANO GÓMEZ DOMÍNGUEZ CARTA A MI AMADA

Te veo cada vez más bella, a pesar de la radiante blancura de tu resplandor, iluminas todo con sutileza, y las tenues sombras contrastan con mi bohemio sentimiento al verte; tanto así que me haces despedir suspiros, como los vapores de una olla cuando mamá cocina. Me haces congelarme como si en ti viese alguna asombrosa visión, pero, lo cierto es que me pierdo en tu dulce luz amiga mía. Te admiro con sinceridad, estando así, elevada y tierna, que me dan ganas de ser cual celestial para a abrazar la magnitud de tu ser y acariciar con besos suaves el aroma de tu piel, como aquel que da sorbos al mezcal. Por mucho tiempo he guardado este sentimiento hacia ti divina, pero me desbordo por dentro al pensarte, y con elevada probabilidad me terminaré por derramar, me consumiré al verte como la cera al calor. Salvaje estupor, fiero tornado, latidos tan agitados como un océano bajo tormenta. Amada mira con profundidad y sondea mis intenciones, observa y confirma que esto no es solo un efímero sentimiento. ¡Oh amada amiga! Pues es para mí una necesidad el amarte. Aparentemente fuerte y con mucha voluntad, pero, bajo el efecto de tu presencia me siento como un débil sin libre albedrío, como si la divina Providencia me hubiese destinado a darte mi ser como pago por tu inconmensurable bondad y hermosura. Salgo a mi solitaria caminata para reflexionar, y de repente cual arrebato noto tu rastro. Deslumbras todo, lo que tocas ha de quedar con algún brillo, como reflejo de luna sobre el agua. Hemos de amarnos, hemos de vivir amalgamados, hemos de ser eternos en memorias, hemos de besar mutuamente nuestras almas a sorbos, hasta que llegue el día que nuestro polvo deba también unirse. Para: ti, aún desconocida en apariencia.

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LO INSIGNIFICANTE

Cada día que pasa me enamoro más de lo que no importa, me gusta más aquello despreciado, aquello que es oculto por la ignorancia, por la poca práctica del acto de exploración. Me cautiva lo pasajero porque me hace recordar que, así soy, tan pasajero, tan consumible como el carbón, tan degradable como la hojarasca. Así soy y así es lo que me enamora, lo que no precisa tiempo, lo que no es definido, lo que se aleja de todo esquema, lo que no busca ser un patrón, lo que no necesita delimitaciones, así amo, así soy, así es la existencia: sin definición, sin propósito, sin rudimentos. Pero todas estas mentes transgreden la verdad, violan lo genuino por vanas visiones, profanan la sutileza con la que te vistes ¡oh vida mía! Así que he de enamorarme, así hasta que la eternidad se termine, me enamorare así siempre, de esta forma tan irreverente e inusual, así he de amarte amada mía, así he de ver tu rostro, así he de preocuparte, sin patrones y sin reglas pseudoamorosas. No te necesito desprotegida para amarte cual poderoso a un débil, no necesito que representes el amor de mi madre porque ese lugar solo lo ocupará ella, solo quiero que seas tú, y amarte así con todo lo que detestas y con lo brillante de ti que no observas. Así he de amarte amada, sin método alguno que me guíe, así te amo sin precedentes.

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A LA LUNA

Cada noche baña con su brillo todo a su alrededor. No importa si una nube se interpone en nuestra directa y limitada visión de ella, siempre estará ahí para hacer que el cielo se vea como una perpetua obra de arte que ni el corazón más sensible podrá interpretar durante el tiempo de toda su vida. Está ahí, justo ahí, espiando por tu ventana, ligando tu mirada a otro corazón dispuesto a apreciar lo hermoso de la vida. Abre la ventana, ata las cortinas y deja que su luz inunde tu noche y reconfortante tu descanso con la idea de que estás aquí viendo la misma luna que acerca los corazones distantes...

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YESSIKA MARÍA RENGIFO CASTILLO DUELES

En la tarde silencios profundos cayendo en nuestras rosas.

Ojos perdidos de tristeza contemplan nuestras fotografías que se aniquilan hoy.

Dueles sobre la brisa que arrulla tu ausencia sobre mis días luna mía.

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EFRÉN G. ME QUIERO QUEDAR Quiero que conmigo una eternidad te quedes, Contigo quiero viajar hasta la luna Y mil años juntos pasar.

Y es que no sabes El daño que me hace Que ahora conmigo no estés.

Quiero caminar de tu mano, Recorrer el mundo entero Y sentir que volando estoy Porque contigo, toda la vida me quiero quedar.

Y es que cuando por la calle voy, Me preguntan que si contigo me quiero quedar Y yo les contesto: Si muero y vuelvo a nacer con ella quiero estar.

Quiero que nunca te canses de a mi lado estar Y así juntos poder ser felices Para toda una eternidad.

Quiero caminar de tu mano, Recorrer el mundo entero, Y sentir que volando estoy,

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Porque a tu lado, yo siempre quiero estar.

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SUEÑO DE ARENA

Voy caminando entre ríos de arena, Me siento a la orilla de una marea Y sigo buscando aquel despertar En el que realmente pueda triunfar.

Siento que estoy soñando, Veo cosas con un brillo tremendo, Voy buscando algo que siento perdido, Algo de lo cual puedo sentir su suave textura.

Leo el periódico todas las mañanas, Busco entre hoja y hoja alguna señal, Imagino cómo sería mi vida Si estuviera todo conmigo.

Yo sé que algún día llegara a mi vida Y feliz e ingenuo seré, Brincare con entusiasmo Hasta agotar todas mis fuerzas.

Bajo la lluvia me sentare a pensar, Cuanto tuve que pasar, Cuanto tuve que esperar, Hasta llegar al final.

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LA TORMENTA Imagina al mundo Imagina a la gente Imagina que todo está bien Que nada te puede pasar.

Imagina a un mundo Un mundo lleno de esperanza Un mundo con el corazón arriba Un mundo lleno de alegría.

Imagina que todo lo tienes, Que a tu lado todo está bien, Que nada más te puede pasar.

No puedes rendirte, Por más que el corazón duela y el alma llore, No debes dejarte caer.

Trata de vencer al miedo, Trata de ayudar al prójimo, En tus manos está la solución, Tu puedes cambiar la realidad.

Y aunque caiga una tormenta, Sigue intentando, No puedes abortar la misión, Debes salir victorioso.

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DOMINGO FÉLIX CONTRERAS UNIVERSO

Le grito al sol. Con la luna lloro. De las estrellas me enamoro

En la tierra no puedo flotar. Maldigo a la gravedad. Este no es mi lugar.

Yo no soy de acá. Solo quiero poder flotar. Ser uno con el vacío y la oscuridad.

Al final es lo que soy. Únicamente una extensión… Del universo otra constelación.

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FUGAZ

Me convertí en fugaz. Cuando te volviste especial. Me retiro de esto. Ya no puedo perder más.

Me miraste como si valiera la pena. Quise creer que era realidad. En mi interior todo daba vueltas. El hechizo hizo efecto sin darme cuenta.

Te convertí en el sol de mi constelación. Yo probablemente era tu Plutón. Que débil corazón… No confía en la razón.

Cuando llego el momento. Yo mismo rompí la ilusión. Como un planeta errante, deje atrás mi constelación. Evitando romperme en pedazos.

Tú te volviste especial. Yo me volví fugaz. De esa forma… no perderé jamás.

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NO SOY DE MAR

Cuéntame mar, ¿Que se siente? Ser tan imponente, tan misterioso. Ser tan real.

Como es estar vivo de verdad. A mí me cuesta respirar. Aire enséñame a flotar.

En tu manto la gravedad no funciona igual. Ya no me hundo, ya no caigo. Simplemente no voy a ningún lugar…

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ALFONSO CASIÁN SANDOVAL EXTRAÑO

Extraño morir entre espacios vacios respirar el polvo del tiempo que me envejece sin voluntad.

Ahogarme en el lodo negro de mi mente y disfrutar de su frescura.

Rondar hambriento por los bosques perdidos en mí ser aullar a la luna de sangre sentir la libertad del viento nocturno.

Tocar el fuego imperdonable

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de cada pensamiento que me parte y me asesina me congela los pulmones.

Extraño la música de mis cuerdas vocales en la cúspide de su dolor volverme una sombra y perseguirme en círculos continuos.

Ingerir la niebla tóxica de los cuervos que me acosan esperan la muerte de mi carne el derrumbe de los huesos.

Extraño ver hacia adentro y sus horrores probar de nuevo

el sabor de las heridas

marcas de un ayer enloquecido.

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ExtraĂąo la furia de tambores la guerra y dioses paganos la espuma entre los dientes manos ensangrentadas y la melodĂ­a macabra de un violĂ­n.

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DALÍ JIMÉNEZ DONDE TE ENCUENTRES Si estás en casa viendo películas con tu familia, no pienses en mí, yo estaré donde te encuentres. Si te encuentras a lado de mamá mientras pinta tacitas, por favor piensa en ti y olvida lo demás. Si te corrieron de la casa por alguna estupidez con tus hermanos, tranquila, yo estaré donde te encuentres. Si estás en el departamento sufriendo un ataque de ansiedad, respira, estaré a 10 estaciones de ti. Si de nuevo te invaden los malos pensamientos, la idea de que todo saldrá mal, cariño, estaré donde te encuentres. Si el mundo se te vino encima después de que te enteraste de esa situación, no pasa nada, todo mejorará. Si extrañas verla brillar en medio de tanta gente, no te preocupes, ella estará donde te encuentres. Si vuelves a pensar que el balcón no suena tan mal, por favor, recuerda que todos estamos a una llamada de ti. Ahora, si me recuerdas, si me ves en el café, en el parque, en tu casa, en la ciudad, dime que todo estará bien pero que esta vez, no estarás donde me encuentre.

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EPILOGO DE LO QUE FUE En este tiempo que ha pasado sin vernos estuve pensando en todo por lo que me quiero disculpar, en lo que necesitaba que fueras o dijeras, en las veces que te hice sentir insegura en el amor que te tenía, cuando parecía no importarme en lo absoluto. Quiero disculparme por el daño que llegamos a hacernos mutuamente, siempre voy a llevar una parte tuya a donde quiera que vaya porque de alguna forma crecimos juntos y me ayudaste a ser quien soy ahora. Yo sabía que estaba en el lugar correcto cuando tomabas mi rostro entre tus manos y sonreías, Sabía que al decirme que me amabas casi susurrándolo yo no podía estar en un lugar mejor. Nunca quise que te compararas con alguien más, nunca quise que tuviéramos que distanciarnos tanto, tampoco quiero cargarte de culpa por las veces que alguien me veía llorando por ti, por lo insoportable que me volvía sin ti, sólo quiero que recuerdes lo orgulloso y feliz que estoy por todo lo que has hecho, recuerda siempre todo lo que fuimos estando juntos; no me cansaré de agradecerte por el amor y el cariño, por los ratos viendo películas, por las fiestas, por los besos, por las sonrisas… Por todo.

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CIELOS DESPEJADOS La madrugada de hoy es la última que te dedico. Estas últimas lágrimas son para ti y tu sonrisa, son para tus ojos, son para tus palabras, son para tus besos. Quiero apoyar mi cabeza una última vez en tu hombro, quiero que el cielo se despeje de una buena vez. Quiero que te vayas como lo hizo nuestro café preferido, quiero que estés mejor de lo que estabas conmigo, quiero que el frío nunca llegue a ti, quiero que tu cuerpo sea arropado por otro suéter tejido que no sea el mío. Me di cuenta de que tu "adiós" no tiene significado alguno, que no hay un mensaje secreto tras el0, solo era un adiós simple, un adiós sin despedida larga, un adiós sin ti, un adiós sin mí. Besé y recé tu nombre por 365 días, Besé y le recé a tus manos por cuatro años. Besé y le recé a nuestra despedida. Y al final, nada de eso hizo que te quedaras. No te veré allá, no te esperaré, no te buscaré y no pasaremos diciembre juntos así tenga que enfrentar los edificios, los cielos, los árboles, los autos, todo lo que está entre tu y yo, así tenga que enfrentarme a mí, a mis sueños, a mis lloriqueos, a mis anhelos y a mis desvelos; dejaré de verte, de esperarte, de buscarte y extrañarte por más que me carcoma el corazón en las noches. Sé que nos amamos tanto que tuviste que decírmelo despacio mientras te abrazaba antes de llegar a casa. Te hubiera preferido una última vez antes de llegar a mi cumpleaños, te hubiera ido a buscar antes de que arribaras de nuevo a mi corazón, te hubiera necesitado para todo si dejabas que me

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quedara en el sillón de tu casa, te llevaría conmigo para conocer a mamá si tan solo hubieras dejado tu mano un segundo más aquella vez en el concierto. Donde quiera que vayas te mandaré mi amor. Donde quiera que vayas habrá un beso en la frente para que continúes sin miedos. Mi cielo, lo siento por despejarte, pero no puedo esperar tu eterno verano cuando estamos en invierno. Mi vida, lo siento por quitarte de mis sueños y volver a ponerme como prioridad. Cariño, perdón por acabar con nuestra palabra favorita para agregarle "mutuo" y no "nuestro". Dejaré de extrañarte, lo prometo por ti y por mí, sobre todo por mí.

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LUNEZANA INFANCIA

La abuela dice que la lluvia nos romperá la cabeza. No salgas a la calle cuando llueva, niño inquieto. Dice: - ¡No te laves la cara en los espejos cuando haya truenos! Cuando es de noche no te asomes a las calles, el diablo merodea y ve tus ojos. Y tenía razón la anciana. Elocuentes locuras. Atardeció de nubes intempestivas. Yo me sentí de pronto, ultrajado. Siempre pregunte el por qué nadie jugaba a las escondidas bajo la lluvia y decía divertirme ver el agua roja correr hacia el vacío. Ella decía: - ¡Están matando cerdos! Me bañaba con mi madre y en ciertas ocasiones de tormenta me pareció inmóvil en el espejo gracias a los truenos. Y la abuela decía: - ¡Que la muerte! Y ahora lo entiendo. La lluvia siempre parece un suceso interminable. Ojos absorbidos por la carne, los relámpagos dan su golpe de estado. Yo me observo en el reflejo y tiemblo. No puedo dormir. Parece ser una gracia, querer permanecer en un sueño. Recuerdo. Que debo alzar mis plegarias al cielo.

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Pero no puedo dormir y me quedo muy quieto alejado de las cosas: Pasos, gemidos, otros sueños que escucho, otra mente. Es ahí cuando ella se ríe de mi miedo sobre su mecedora a las tres de la mañana, sabe que desobedeceré y que me asomaré por la ventana.

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ODETTE RODRÍGUEZ IBARRA SUEÑOS

En bondadoso sueño te miro, realidad frágil, disuelta en fantasía. no entiendo que es cierto y que es mentira!

Desesperación y bruma, poca cordura. hechizo lamentable de razón, pensamiento enterrado como aguijón.

Sueños de esperanzas se desatan, incontenibles alas de anhelo esperan emprender el vuelo

Tu compañía me alivia la carga, es duro no saber cuando el sueño acaba.

Te sueño, me sueñas… nos soñamos. Odette Rodríguez Ibarra Facebook: @notasdiarias

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CARTA DE PRESENTACIÓN A UN AMANTE Esta soy yo entregando el corazón. Es mi carta al mundo, a ese que me vio nacer. Es el alma furibunda amorosa… muerta nunca.

Todo te entrego antes del día, Antes de tiempo, antes de hoy. Fuiste ávido, elocuente mensajero, yo portaba treinta y tantos años de amor encarnado y tú, diez años más atado al pasado.

Nos vi nacer desde el inicio, en esa primera y eterna cita, después del amor. Después de nacer.

Pero a la medida del cielo, del sueño, del mundo entero… mi amor, mi corazón, mi locura por quererte, va quedando tan grande como el olvido mismo.

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EN MENOS DE UN BESO

Nos hacemos cenizas, desvanecer la melodía sin tregua significa inexistencia. Soy aventura y testimonio… De mí hago la propia desmemoria.

Naufragar al paisaje de un comienzo nuevo, vuelo más alto, nube diferente, el adiós definitivo me borra, relámpago en penumbra iluminando, el brote renaciente… un nuevo cielo.

Los brazos sujetarnos para despacio caer en el consuelo, dibujarnos en lienzos decorados de recuerdos.

Las flores que en tu boca dejé viviendo morirán en poco tiempo.

Nos habremos deseado tanto, que en menos de un beso estaremos muertos.

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ANGI MELANIA CRISTEA VIBRATO ¡guau! me enamoré mis manos ruedan a través de lava y dolomita mis manos crecen/ árboles de aguas de luna/ hasta que toquen el cielo grabado o la corona del mundo en un vibrato imaterial la sal de los mares fluye sobre nuestros cuerpos como una serpiente imperial

cae la noche junto a los erizos de mar y las medusas calcinadas nuestras almas respiran bajo aguas ásperas descoloridas huesos de humo/ los segundos se escapan en silencios de alabastro el amor llegó a la Osa Menor con un solo sagrado ojo

el tímpano en el esternón suena naranja como la luz mi alma cubierta de flores como de nieve ¿veré otra vez los vapores del bosque? el amor se convierte en un condor que vuela sobre el pico de caraiman* ¡guau! me enamoré mis mundos llegaron hasta la otra orilla

* el pico de Caraiman - 2.384 m, en los montes Bucegi (Rumanía)

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MEZCLADORA el poeta en su reino de médicos menos y miles de personas deprimidas el poeta él este magnate de los días futuros siente la presencia de los canallas de la vida y a estos don nadie nuevos ricos de la política o la poesía que acaparan todo el espectro del mundo actual

en un eterno delirium tremens el poeta disminuye la factura de las vidas pasadas y le enseña a sus corifeos que Platón no es un griego que baila sirtaki y la democracia no es sinónimo de falocracia

las mujeres entraron en la aula magna el universo está conspirando y nacen más y más mujeres que pilotan aviones sacrifican a los hombres y escriben una poesía-manifiesto sus bebés no se parecen a ningunos otros entran en la mezcladora del otoño frustrados ya

el orden del poeta es el orden del mundo de los ángeles con buenos y menos buenos fieles y más infieles totalmente santos o verdaderamente mal encarnados

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los poetas tienen ataques de pánico a cada respiro y no se permiten uno al otro ningún jaque mate

el mundo este universo extravagante puede existir sin aroma poética sin la ambrosía catada por los poetas pero nada puede ser más simple que un poeta cerca de una partitura a dos manos y cerca del estado de resistencia de la cultura

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HORAS DESARTICULADAS el mundo por cuyos callejones paseo a los perros de mi ansiedad es maravilloso verde el viento sopla desde los sauces hojeando recuerdos con mis padres locamente bellos y jóvenes las aromas del tilo envuelven la noche que sube en mi pecho mientras disuelto el silencio grita en el asfalto como si fuera una diva: ¡eres tan hermosa, mujer, que ato el hilo de tu vida a la Osa Mayor!

el sol a extendido lentamente sus horas desarticuladas el aire humeante sopla a sueño o a muerte con dedos rojos por miedo cavo los segundos como si un topo cavara una galería vertical en la tierra es tan azul este verano lleno de atentados que tengo sabor a tierra en la boca mi herida entre los omóplatos la cosiste con hilo de luz ¡estoy viva! te dije, pero, como nunca, se produjo una hemorragia de palabras

fosforescente la soledad se desliza en el arena, libre como un caballo de pradera en un mundo que está faroleando con almas

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CUENTO CORTO

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CAMET MONÓLOGO DE UN HOMBRE

No lo creí. Ella y yo habíamos terminado tantas veces nuestra relación, que aquella noche para mí, sólo era una más: «seguramente» pensé, «terminaremos de gritarnos, nos iremos a dormir y al día siguiente, ella me servirá café, tal y como cada fin de semana solía pasar, cuando a su juicio ella sentía que yo no era muy amoroso ó lo era demasiado, situación que sucedía con mucha frecuencia» -¡Me voy a ir!- afirmó. -¡Esto se acabó!- gritaba colérica mientras agitaba las manos y fruncía la boca, al tiempo que pestañeaba con rapidez, después tosía hasta ponerse pálida, acto seguido entrecerraba los ojos finalizando aquel drama con una media vuelta y brazos cruzados. Todo aquello me resultaba curioso quizá al punto de ser simpático, pues hacía tiempo que me había dejado de interesar en el argumento de los pleitos que ella protagonizaba, a decir verdad me daba un poco igual, pues sabía que al cabo de un par de horas ella se cansaría de gritar, entonces yo haría el mejor papel pues pondría mi cara de clérigo en misa, acercándome a ella la vería a los ojos, le diría –Tienes razón mi amor, perdóname- y punto final, el cuento acabaría. En realidad lo que me obsesionaba era cada gesto facial que hacía, las miradas, el movimiento de su boca, las arrugas en su nariz, el sudor de su frente, el rubor de sus mejillas, la cadencia de su pelo, el arqueo de las pobladas cejas y los apretones que le daba a sus manos se habían convertido en una imagen impuesto en mi conciencia. Todos sus movimientos me los sabía de memoria, cada expresión tenía un inicio y un final acorde a sus palabras; siempre que empezaba su rutinario pleito caía aquella interminable lluvia de gestos, con tanta puntualidad que parecía tratarse de una gran obra teatral, siendo, ¡claro! las gesticulaciones de su rostro los actores interpretándola. No había ninguno que se retrasara u olvidara su acto, ninguno que perdiera el dialogo, todos estaban ahí en optima sincronía; y yo ahí también como fiel espectador. No se, si

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yo sentía algún placer en saber que sólo para mí representaban aquella obra, ó que era yo el único en ocupar un palco en la función, pero cada vez que empezaba y terminaba aquella escena, mi mente no tenía cabida para nada más. Sin embargo aquella noche fue distinta, pues no sólo se presento a tiempo el espectáculo teatral, sino que además, ella agregó nuevos movimientos al guión, ya que al finalizar su sabido monólogo, se dirigió con rapidez al armario, lo abrió rápidamente y saco de ahí dos maletas, mismas que se notaba habían sido preparadas horas antes, y dirigiéndose a la puerta ella se fue. Entonces no hubo miradas, ni gritos, ni gesticulaciones, ni manoteos, sólo yo y el silencio de aquella noche que ya empezaba a amanecer. Sentado en el borde de la que recientemente se había convertido en mi cama, quede observando el vacío en la habitación y el panorama tan novedoso que se me presentaba, pues por primera vez escuche la gotera en el lavabo del baño que incansable hacía desfilar cada gota al piso de mosaico sobre el que seguramente había ya un pequeño charco; ni que decir del olor a humedad que el tapete gris de la entrada despedía, seguramente en los cinco años que llevaba puesto en ese lugar, nunca había sido lavado, o las paredes ¡que vanas estaban! que descoloridas sin un toque de calidez de hogar o de pintura en el mejor de los casos; en esas y otras cavilaciones me encontró la mañana cuando furtiva y vestida de luz entró por mi ventana, acariciando mi rostro con amorosa calidez, iluminando aquel solitario lugar. Así tal y como ella me dejó permanecía yo, pegado a aquella cama viendo cada detalle de aquel cuartucho viejo, que por algunos años se había convertido en mi puerto seguro y donde ella era la capitana que decidía cada cosa que sucedía dentro del mismo: desde lo que comíamos hasta lo que debíamos vestir, desde lo que se compraba hasta lo que se tenía que decir; prácticamente nunca en todo el tiempo que estuvimos juntos tuve que pensar o tomar decisión alguna, pues ella se encargaba la vida de los dos, ahora libre y sólo tenía tiempo y oportunidad, de pensar en realizar cosas nuevas, que a mi me gustarían, por ejemplo decorar aquel cuarto a mi antojo, practicar ese deporte que me gusta tanto, viajar a donde siempre he querido, comer lo que me

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gusta, vestir como me plazca, hablar, callar, hacer o dejar de hacer a mi gusto y antojo; en fin ser quien soy. Para el medio día estaba convencido, de que esta nueva etapa que iniciaba en mi vida, traería consigo en primer lugar libertad en mi trabajo, poder expresar sin miedo a las criticas, mis capacidades y aspirar a ocupar un mejor cargo en mi trabajo, de esta manera empezaría a ser exitoso, y así la recepcionista que siempre me había gustado, al fin se interesaría en mi; por supuesto que yo le hablaría de mi reciente fracaso amoroso, haciéndole creer que debido a eso estoy incapacitado para volver a enamorarme y seguro que caería rendida a mis pies, obviamente que al tener una relación con la recepcionista, se harían las cosas tal y como yo las quisiera. Viendo todo esto, mis compañeros pensarían que soy alguien poderoso, y no querrían dejar de salir conmigo, yo me volvería entonces popular; sería solicitado en cada fiesta o reunión que realizara, me pedirían mi opinión a sus problemas, y le encontrarían sentido a sus empobrecidas vidas si vieran en mí, a alguien interesado en ellos; no sólo sería exitoso y con un amor fiel a mi, sino que me volvería alguien especial e indispensable para el mundo. Al atardecer, ya me lo estaba imaginando, me veía andar por la calle usando un traje nuevo en color café y para combinar los zapatos de piel color marrón, el reloj de moda en la muñeca derecha anunciaría la noche y el olor de mi loción le pondría costo a mi presencia, entonces, la vería a lo lejos sentada en una sucia banca en el parque, con la mirada perdida y el aspecto triste, seguramente yo me detendría un momento observándola y sintiendo un poco de lástima por aquella alma desolada, entonces ella levantaría la cabeza y me vería, la mirada seguro se iluminaria y en su mente desearía que yo me acercara a ella; sin embargo, yo desviaría la mirada y como si no hubiera visto nada, seguiría mi camino, «¡Pobre!» pensé al terminar de maquilar aquella fantasía, «cuanto ha de sufrir», si no fuera tan controladora y celosa incluso pensaría en perdonarla. A punto de anochecer yo seguía clavado en aquel rincón de la cama, como extasiado imaginaba mi nueva vida, y todo lo que se me presentaría, me volvería un don juan con las mujeres, mi elegancia y porte sería imitado por muchos, todos querrían tener amistad conmigo, me buscarían,

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me llamarían me pedirían siquiera una mirada, se enaltecerían si yo les diera la mano, y la empresa me consideraría su mas preciado activo. Y así, navidades y primaveras pasarían en mi calendario, muchos cumpleaños muchos happy birthday recibiría cada año, quizá mi aspecto cambiará, me saldrán canas, debido a las continuas fiestas subiré de peso, y los desvelos empezarán a notarse. Tal vez por tanto esfuerzo en el trabajo empiece a caerse el pelo y mi condición física en el sexo empiece a menguar, podría ser que los nuevos profesionistas se conviertan en mi competencia y por tanto estrés de cuidar mi puesto me enferme de gastritis, colitis, migraña presión alta y demás achaques de la edad, luego entonces mi rendimiento laboral caerá y en esas condiciones perderé el trabajo, mis amigos dejarán de buscarme ya no seré atractivo para las mujeres, mi chequera empezará a cerrarse y mi estatus a sepultar else. En el fin de mi carrera y el inicio del desplome absoluto, sin dinero, sin amigos, sin trabajo, sin mujeres, sin admiración, sin éxito y sin poder, me vería solo, lleno de años y achaques, y así imposible seguir viviendo, desesperado, terminé aquella historia imaginaria, no podía creer mi triste final, para que esperar una vida tan vacía mejor era de una vez concluirla y morir en paz, como dominado por un impulso me levante de aquella cama, di unos cuantos pasos y quede frente al tocador, abrí un cajón saque una navaja y a punto de dar la ultima estocada. Ella regreso… FIN.

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ROXANA AGUILAR REBOLLO TERROR, HORROR Y ALARMA

I

A Pedro no lo dejaron pasar hasta la mañana siguiente. Aquella tarde había llevado en un vuelto en una crisis a su pequeño hijo Santi, la diabetes se había presentado sin avisar, el niño había entrado en el hospital desmayado aparentemente en un ataque de hipoglucemia, los enfermeros le arrebataron a la criatura a media carrera y el policía lo sacó casi a empujones del área de entrada. Se dispuso a esperar noticias elevando su mirada hacía un vacío aparente. Algunos campesinos esperaban también en las afueras del hospital la respuesta de la salud de sus enfermos, pero él no quería conversar con nadie, así que ahí mismo se acurrucó con su chamarra a pasar el frío de la noche. Los campesinos permanecieron en silencio, y él aún los examinó un rato con los ojos cansados antes de dormirse.

II -¡Familiares de Santiago Jiménez!, ¡Familiares de Santiago Jiménez¡ El sonido lejano de una voz hosca lo recobró a su realidad de espera, Pedro se incorporó para encontrarse con la noticia que había estado ansiando toda la noche. -Yo soy su papá. -Firme aquí, es una responsiva para que dialisemos al niño, hubo una falla renal irreversible por la crisis hipoglucémica que tuvo ayer, debe autorizar o el hospital no se hace responsable si el niño fallece. La mujer completamente vestida de blanco, jóven, tenía rostro de actriz, ojos estrechos, cejas bastante pobladas y delineadas, lo miró con frialdad señalando el lapicero que debía tomar para dar el permiso. Pedro la observó, el hecho de su voz gritando por la búsqueda del familiar de

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Santiago, su anuncio latente impregnado de muerte y aquellas señas de apuro, fueron tomados por él con indignación. Levanto el lapicero y firmo. Entonces volvió el silencio. La enfermera Penélope- al menos ese mostraba el Gafete- se fue con otras dos que la esperaban frente al mostrador y le hacían muecas de desagrado por la espera que provocaba, Pedro permaneció como hasta entonces, ni siquiera se dio la vuelta, no pareció mostrar curiosidad alguna, se limitaba a mirar ante sí. La noticia lo sumió en un letargo de completo aturdimiento, solo podía escuchar una especie de rumor o canto entre aquel bullicio de hospital, la sangre se le helo, y pensar en Santi le provocaba una inmensa tristeza.

III

Pasarón quince días, Santi se recuperaba lentamente y no había momento que no preguntará cuándo volverían a casa en aquella acentuada fragilidad. Pedro se mordía los labios pensando en el camino de regreso probablemente inútil, en en los días probablemente perdidos, en la esperanza probablemente vana. Envuelto en la desesperación que el aburrimiento de un estado de inmovilidad forzada provoca en un niño, Santi, lloraba y se retorcia cansado de aquella cama de hospital. La enfermera de guardia de las mañanas se llamaba Elena, era alta y esbelta pero su ímpetu aparentaba una fuerza que podría destrozar ciudades, a pesar de su seriedad tenía un rostro agradable, sin embargo, los gestos que constantemente mostraba hacia los pacientes transformaban aquella belleza en horror. Su mal humor era ya legendario en aquel hospital, y su impunidad también gloriosa, era una de las hermanas de la jefa de enfermeras y por tanto su puesto era inamovible. -Debe hacer que el niño guarde silencio, hay otros enfermos que desean descansar, no debería ser tan permisivo con esos berrinches -Solo esta incomodo, y el doctor lleva ya dos días sin presentarse a la guardia para que yo sepa cuando va darle de alta. -El doctor González está en un simposio y no vendrá hasta mañana por la tarde, así que deje de insistir, ahora se de donde sacó lo berrinchudo ese niño.

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Sin más, la mujer se dio la vuelta, la jefa de enfermeras Dora y Penélope la esperaban con un bulto que aparentemente era un desayuno compartido, aquella apresuró el paso dejando atrás quejas y gemidos de dolor y molestias. Pedro la miró con desprecio, juntas parecían una bestia que compartía extremidades y órganos, quizá los ojos, tal vez los dientes para comer, su mimetismo era hipnótico y desagradable.

IV

Dos días después, el ruido de las enfermeras despertaron a Pedro que dormía en una silla vieja e incomoda junta a la cama de Santi, salió de la habitación y descubrió a las tres hermanas impecablemente blancas,rodeando al doctor González extasiadas por su regreso, esté no paraba de sonreirles pareciendo que las petrificaba a cada mirada, y ellas, parecían olvidar todas las recomendaciones de silencio que ordenaban casi a grito de guerra a cualquiera que osara quebrantar la paz, sin embargo, el trato delicado y salamero del doctor González parecía adormecerlas. A Pedro el espectáculo le pareció irritante puesto que había dejado mucho por hacer con esa salida tan inesperada. Molesto y decidido se propuso embestir sin cuartel y atajar al galeno. -Doctor González, hace dos días que espero la revisión de Santiago Jiménez, necesito saber que procederá o si puedo llevarlo a mi casa, el niño ya no quiere estar aquí y yo debo volver al trabajo. González miró en la lejanía a su alrededor, como tratando de ocultar la atención que aquel hombre quería obtener sin importar qué. Dora lo miro fríamente como si no lo reconociera y Elena deseaba asesinarlo ahí con una mirada más eléctrica que un rayo, sin embargo, todos se mostraron ausentes, pero Pedro no retrocedió, insistió de nuevo y con más ímpetu. -¡Necesito respuestas doctor! Dijo, ahora más frío que ellos recuperando así la posición de atención, continuo con algunas otras preguntas y lo miró inquisitivamente, sin embargo, su aspecto tenso no cambio. Al fin, Gonzalez incapaz de seguir el juego pernicioso de ignorarlo tuvo que contestar. -En seguida paso a verlo

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Sin más, nuevamente se volteo hacía las enfermeras e hizo una seña con los ojos a Elena, que de inmediato captó el mensaje, está camino hacía el archivero, sacó el expediente de Santi, y produjo una mueca extraña al verlo, que a Pedro le había parecido una sonrisa o quizá solo la confirmación de una idea. Se dirigió al doctor. Los tres se condujeron a la habitación donde el niño compartía espacio con dos enfermos. González se limitó a ver el expediente, tomarle la presión, preguntar por los niveles de glucosa a Elena y finalmente le comento a Pedro que por la tarde le informaría el dictamen de los análisis que esa mañana le había practicado al niño. Se fueron. Sus perfiles se difuminarón en lo largo del pasillo, y todo permanecía como siempre en calma, Pedro cayó en la cuenta que no había percibido jamás un signo de misericordia y humanidad en aquel lugar, quizá era imposible reconocer algo así desde ese contexto de enfermedad, y sin embargo, una amenaza latente le reclamaba en el pecho, él no podía soportar aquella quietud donde lo habían dejado instalado.

V

Santi se miraba repuesto, el color en sus mejillas había retornado, su sonrisa aunque lánguida había vuelto a surgir, y el apetito había mejorado considerablemente, Pedro se sentía satisfecho de lo fuerte que era aquel pequeño hijo suyo, imagino que su vida estaba enmarcada en una turbia neblina de dolor y soledad. Desde la muerte prematura de la madre, hasta el descuido involuntario de un padre que se trataba de ganar la vida para el sustento de ambos, pensó, que jamás había pasado tanto tiempo a solas con el pequeño, y hacerlo ahora bajo esas negativas circunstancias lo ahogaban en remordimiento, pero se mostraba salvo de emociones pueriles para estabilizar la angustia del niño. De repente, sus cavilaciones fueron interrumpidas por la impetuosa llegada de Dora, la mayor de aquellas extrañas y antipáticas enfermeras, una silla de ruedas la acompañaba y sin decir palabra, se dispuso a desenredar aquellas mangueras del suero y otros medicamentos que auxiliaban las molestias de Santi, Pedro, evidentemente conmocionado la atajó.

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-¿Qué hace?, ¿A donde quiere llevarlo? Se supone que el doctor González me vendría a dar informes sobre Santi, ¿a donde lo lleva? no hay programado análisis a esta hora. Algo dentro de Pedro luchaba por impedir que sustrajeran al niño, sin embargo, la seriedad inmutable de la enfermera lo petrifico. - Debemos programar urgentemente otra terapia de diálisis, pero si lo que prefiere es que el niño vuelva a recaer puedo ahora mismo llamar al doctor. Verá, los resultados de los análisis no son favorables, pero bueno, al fin de cuentas usted es el responsable y único culpable de la salud de esta criatura. Ante aquella fría respuesta, Pedro no pudo más que cederle el espacio y ver cómo se llevaban al niño famélico en aquella silla, un sentimiento de agonía y extrañeza lo invadió, era como si no hubiera quedado nada, como si no hubiera un alma, y de repente en ese mar de angustia vio algo que creía invisible, su propio fin del mundo.

VI

Solamente silencio obtuvo a lo largo del tiempo de espera, el ausente cuerpo de su hijo quejoso en la cama lo arrobarón en una tremenda tristeza hasta las últimas luces del día. De repente, caminatas nerviosas a lo largo del pasillo comenzaron a sonar, el aumento del ritmo en la prisa del personal se hacía latente, a Pedro lo único que le parecía coherente en aquel bullicio excitable era aquello que llevaba dentro, aquella suerte de infelicidad.

VII

Casi llegada la medianoche, Penélope entró a la habitación donde Pedro se consumía en espera. Ella tenía tanta fuerza e iba siempre con tanta prisa que, daba tremendos portazos y golpes a los muebles de la pequeña estancia. Llevaba un archivo en la mano e intentó inútilmente aliviar la densidad de angustia que se sentía en el ambiente con preguntas pueriles y sin sentido hacía Pedro, pero no obtuvo respuesta, este la miraba desencajado, nervioso y con la tribulación del

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mal presentimiento que se acercaba como una tormenta. Penélope no tardó en darse cuenta de la verdad, que en el hecho de anunciar las trágicas noticias no había cabida para nada más, quizá la inexperiencia a la que la hermana mayor había decidido poner fin, mostraba en ella la torpeza como un ataque sardónico de muy malas bromas o

quizá ser la portadora de alarmas la

regodeaba de un absoluto placer de saberse poseedora de la noticia que derrumbaría al otro frente de sí. -¿Qué pasa con mi hijo, porque no lo han traído a la habitación?, hace dos horas que la sesión de diálisis debió terminar. -Verá Señor Pedro, debo informarle que el niño falleció hace unos minutos. Pedro la miró con aquellos ojos tristes inmensurablemente llenos de dolor, hubiera dado media vida por estrangularla en aquel momento ante ese desplante de simplona mensajería hueca en sentimientos. Parecía actuar como una emperatriz de la antigüedad que se desnudaba ante su esclavo con toda tranquilidad puesto que no considera a este como un hombre. Un hombre verdadero. Pedro se derrumbó en aquella vieja silla que había sido su estancia durante aquellos días, Penélope lo observó sin inmutable sentido a la empatía y prosiguió. -Vendrán hablar con usted para que firme los papeles del acta de defunción. El llanto de aquel hombre aparentemente fuerte inundaron el ambiente, Penélope sintió asco ante el dolor ajeno y decidió salir sin más de ahí. A Pedro el corazón no le cabía en pecho, el llanto lo anegaba cegando por completo aquellos ojos que no volverían a ver Santi, lo llamó en aquel agobio, aquella ansia, aquel desasosiego pero no obtuvo respuesta, cuando sus ojos pudieron ver de nuevo el dolor se le había impregnado tanto a la piel, que lo habían secado ya por dentro, ahora solo era un cascarón que caminaba y vivía por aquella inercia de la desdicha.

VIII

Pedro se encontraba a la espera de aquel trámite inhumanamente inoportuno de la firma del acta de defunción en la fría sala del hospital, su rostro se reflejaba frente al cristal de la entrada, se

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había quedado absorto contemplandolo, no comprendía nada en aquel, el de los demás tenían un sentido, el suyo no. Se quedó mirando las paredes, los marcos de las ventanas llenos de las primeras horas de la tarde, y una luz que golpeaba un nido de dolor en su cabeza. Puso los ojos en blanco y bostezo pensando entonces que quizá había algo grotesco que en él se gestaba, como una bestia que se despereza y poco a poco despierta de un sueño milenario, le caían por la cara lágrimas de agotamiento y sentía

cómo sus huesos se astillan tan profundamente hasta

convertirse en un cristal en talco. -¿Usted es el señor Pedro Jiménez? Una pareja lo miraba con aquella comprensión de verse cobijados por el mismo dolor. Trémulamente la mujer extendió su brazo y sujeto el suyo delicadamente. -Señor Pedro, se que es intransigente, incluso me atrevo a pensar que estoy cometiendo un crimen contra su persona al hacerle esta petición bajo estas trágicas circunstancias, pero estamos desesperados. Pedro no alcanzaba a dilucidar nada bajo aquella tormenta iracunda de desconsuelo ante la pérdida de Santi, la miraba pero no veía nada, sin embargo, cuando el hombre hablo, fuerte pero suplicante, volvió en sí. -Nuestra hija, necesita urgentemente un trasplante de pulmón o morirá, esperar a ser la siguiente en la lista puede tardar años, sabemos que su hijo a fallecido y queríamos pedirle, suplicarle, que por favor autorice la donación de sus órganos. Se que su pérdida debe de ser tremenda pero aun puede ayudar a otros. Pedro comprendió aquel tono de súplica, y se hermano con aquellas personas en un segundo, era cómo no sentirse tan solo en el mundo y que hubiera gente que comprendiera a grandes rasgos lo que ahora él sentía, un poco de consuelo llego hasta ahi. - Ya no hay remedio con Santi, pero por supuesto que trataremos de ayudar a su hija,¿Cuales son los trámites? La pareja sintió que aquel hombre era el más hermoso del mundo, y no por su aspecto, sino por aquella luz que irradiaba dentro de sí, estuvieron seguros que la maldad jamás tendría cabida en aquel ser humano.

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IX

Pedro se encontraba al mismo tiempo cansado y sumamente excitado. La espera los consumía ante los análisis pertinentes para ver la compatibilidad de ambos niños, la madre de aquella pequeña, parecía más menuda y frágil de lo que realmente era, el miedo se le desbordaba en cada poro, en cada cabello, en cada gota de sudor que transpiraba, el padre hacía un esfuerzo sobrehumano por ser el sostén de aquella situación mostrándose estoico, sin embargo, Pedro conocía bien aquella apariencia de estabilidad, ya no quería pensar más en lo que ocurría, ya no quería pensar más en aquella sombra de muerte. -¡Familiares de Ana Ortiz! -Somos nosotros -Lo siento, el niño Santiago Jiménez no es un apto donador de órganos, deberán seguir con la búsqueda. Pedro estaba lleno de compasión por la desventurada pareja, se derrumbaban tan fácilmente como un castillo de naipes o una torre de arena, no podía verlos sin sentir repugnancia de sí mismo, desdoblándose en ellos, aquello no era su culpa, tenía ahora una herencia sumamente pesada que había dejado la muerte de Santi. De repente, algo llamó su atención como un chispazo más allá de la desolación de aquellos padres al borde de la orfandad. -Doctor ¿Cuál fue el dictamen para determinar a mi hijo incapacitado para la donación? El doctor lo miró, con cierta curiosidad y algo de misterio se escapó por su aliento, luego le sugirió. -Señor Pedro ¿es cierto?, sugiero que deba hacer la petición de una autopsia clínica, el caso de su hijo es... peculiar, entiendo que la causa de muerte fue una arritmia ventricular de forma súbita, sin embargo, el estado en el que encontramos los órganos de Santiago, no es natural. El horror volvió a instalarse triunfal como si encontrara un trono justo en lo más profundo del alma de Pedro. -¿A qué se refiere? que tenían sus órganos. -No quiero apresurarme con nada señor Pedro, pero el niño presentaba una alta necrosis en casi todo su organismo, un estado así debe detectarse desde hace mucho.

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-¿Quiere decir que podríamos estar hablando de una negligencia? -No, negligencia hubiera sido pasar por alto algo, no señor, el estado de necrosis del niño debió causarle un inmenso dolor, esta muerte súbita creo que tiene que ver con lo veloz de la misma necrosis. Como le repito, no quiero adelantarme pero quizá pudieron administrarle un medicamento que alteró sus tejidos de esta manera inmediata. El doctor, en un acto de complicidad y sincera indignación lo sostuvo del brazo y habló en tono mesurado. -No deje pasar esa autopsia, no deje por nada del mundo que lo incineren, exija la autopsia clínica, y que resuelvan ese misterio cruel, hay cosas en este hospital que no logran gustarme del todo. ¡Hágalo! -Pedro sintió en esa última palabra la fuerza que necesitaba para tener una última batalla por Santi, averiguar lo que había ocurrido no se lo devolvería, pero era lo único que lo mantenía en pie en ese momento.

X

Los resultados llegaron y explícitamente enmarcaron lo que al entendimiento poco técnico de Pedro significaron un asesinato, no entendía el móvil, pero tenía claro quienes eran los asesinos. Aquellas tres monstruosas y poco humanas enfermeras y su lozano doctor González tenían todo que ver en aquella tragedia. Los resultados de la autopsia había arrojado un medicamento denominado dializador Althane A-18, de diacetato de celulosa, sustancia eventualmente tóxica y altamente mortal, era obvio que un niño pequeño no resistiera más allá de dos terapias hasta que su cuerpo colapsara de esa forma estrepitosa. Tenía la verdad, podría destruirlos o eso quería pensar, pero no se sentía aligerado, ni contento; al contrario, eso lo aplastaba. Aquella sensación de asco que sintió desde la platica con aquel doctor que sugirió la autopsia no lo había abandonado, y tampoco creía que lo fuera abandonar pronto, aquello, ya no era soportable, no era una sensación, era él mismo.

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Pensó en lo que debía hacer, y definitivamente la opción de denuncia se redujo a cero, lo que aquellas bestias necesitaban, no era justicia de hombres, sino más bien, un heroe mitologico dispuesto a cargar con la ira de los dioses por obtener la justicia meritoria ante aquellas criaturas y entonces tuvo la iluminación.

XI

Pensar en las consecuencias de lo que había decidido eran en ese momento infantilismos que Pedro no intentaba siquiera reflexionar, su mente dilucidaba cada detalle, y cada posible eventualidad, no por la necesidad de no ser descubierto, sino, por la intranquilidad de ser detenido a mitad de aquella obra que ya había idealizado. Llevaba ya dos semanas comiendo discretamente en aquella fonda frente al hospital, las hermanas Guzmán aparecían aquello de las 2 de la tarde, siempre juntas, miméticamente unificadas en las miradas, el andar, el alma podrida. A pesar de que cada una poseía un cuerpo, la imagen que demostraban era la de un solo ente amorfo, con una sola voluntad. Pedro sabía que después de la comida, esperarían el fin de turno a las 4 de la tarde y retomarían el camino a su casa; la idea era seguirlas e irrumpir en el inmueble estando ellas dentro, pero dos días antes cambió de opinión y decidió esperarlas dentro, sin embargo, durante aquellas dos semanas se le había vuelto costumbre observar al monstruo comer, pues se hacía presa de extrañas pasiones del espíritu sin las cuales tal vez no hubiera tenido el ímpetu de construir aquella gran proeza a la que se aproximaba. Las mujeres entraron nuevamente al hospital, él las vio desvanecerse como la espuma en el mar. Pagó su cuenta y se dirigió a la cueva de aquella bestia. El día laboral había terminado y Dora, como siempre, se dispuso abrir la puerta de su hogar, las tres entraron desperezándose y rápidamente subieron a sus habitaciones a cambiarse de ropa, el cuarto inmediato, era el de Penélope, la menor, aquella que había llegado con su alarma a destruir su vida. Pedro la esperaba detrás de su puerta con un bate. Un golpe seco simbro su cabeza, y la inconsciencia la arropo, la sangre manaba de ella como un manantial virgen, Pedro

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se detuvo un instante, para sopesar que el golpe no hubiera alertado a las dos hermanas restantes, pero al parecer el ruido de la televisión en el cuarto de Dora, había disimulado su ataque. Desmayada, la amarró y amordazó. Sigilosamente, se apresuró al cuarto de Elena, esta se encontraba ya semidesnuda únicamente con un brasier, pantaletas y las medias blancas del uniforme, y a pesar de la hermosura de sus formas, Pedro no se inmutó, el resplandor rojizo de la tarde, hacía parecer al sol agonizante entre las sábanas de aquella habitación, caminó lentamente hacia Elena y sintió que la frente se le inflamaba bajo el sol, todo ese calor se apoyaba en él y lejos de oponerse a su avance lo potencializo en su ataque, fuertemente sometió a la mujer sobre la cama y de un puñetazo la aminoró. Sin embargo, su enfrentamiento esta vez sí alertó a la Mayor de las hermanas. -Elena, ¿qué pasó? ¿Elena? ¿Penélope? Un gélido y sospechoso silencio congeló la sangre de Dora, su sentido de alerta y el olor a muerte era algo que ella había desarrollado a lo largo de los años en aquella sala de hospital, tomó un tubo con el que colgaba su ropa y salió al pasillo en busca de respuestas. Cuidadosamente abrió la habitación de Elena y lo que vió la aterro, Elena sangraba de la cara mientras lloraba despavorida, tirada en el centro de la habituación, Pedro apareció de frente y sin más también la sometió, ahora ya no le interesaba cuanto ruido hicieran. Era el momento de verlas gritar, en un hermoso canto coral.

XII

Las tres mujeres lloraban y desorbitaron los ojos ante aquel hombre que parsimoniosamente las acomodaba frente de sí para observarlas como hasta ahora se las imaginaba, como un solo ser. El esfuerzo del trabajo, le había causado un sudor acumulado en las cejas que corrió de pronto sobre sus párpados y lo cubrió con un velo tibio y espeso.

El espacio se había recubierto de un

soplo pesado y ardiente y a Pedro le pareció aquello una señal de Dios donde el cielo se abría en toda su extensión para vomitar fuego. -¿Se acuerdan de mí? El silencio y el calor de la habitación era tan denso que podía cortarse, Pedro volvió a insistir.

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-

Quizá, si no se acuerdan de mi se acuerden de mi hijo

Pedro sacó de su pantalón una pequeña fotografía del niño, y se las acercó a cada una.

El

estupor de las mujeres brotó al unísono después de aquellas preguntas, comprendieron que estaban viviendo el peor momento de sus vidas, pero Pedro ya había decidido que algo peor que su sola existencia no debía ser posible, habría que borrarlas de la faz de la tierra.

XIII

Tres días después los periódicos de toda la ciudad mostraban en primera plana, la tragedia de aquellas hermanas enfermeras, sus cuerpos habían sido localizados maniatados y torturados en el interior de su casa, a Penélope le habían extraído el ojo derecho que fue encontrado más tarde en las manos de Dora, junto con varias piezas dentales extraídas de Elena. Las tres habían sido degolladas. Pensar en el acto mismo del asesinato, es completamente insano y repugnante, por algo dicha acción es severamente castigada, sin embargo, muchas veces detrás del horror encontramos la gracia salva de la redención, la búsqueda intrínseca de la justicia y la protección de almas humanas, frágiles y puras. Todo esto pensaba Pedro mientras observaba, la cara negra llena de sangre, de aquella cabeza completamente desprendida del cuerpo, de lo que en vida fue el lozano Dr. González, sus ojos estaban más salidos de las órbitas de cuando aún tenía vida, su pelo erizado, y las fosas nasales completamente ensanchadas en el forcejeo. Ahora estaba muerto. Ya no es más, y él tampoco quiere ser. Esa es la clave del asunto. Pedro ve claro ahora el aparente desorden de su vida, en el fondo de aquella maraña de sombras que ahora habitan en él, y encuentra el mismo deseo; arrojar fuera de sí su existencia y vaciar los instantes del pasado para así librarse del peso que lo carcome en angustias de la ausencia del hijo que yo nunca será.

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JESÚS DAVID BECERRA ALONSO ¿QUIÉN MATÓ A EMILY?

Es un día caluroso, un cielo sin nubes es iluminado por un sol tan brillante que puedes sentirlo penetrando tu piel, la gente camina despreocupada por la calle y se puede escuchar el ruido de los autos y de los pájaros en las azoteas. O al menos así imagino que sería mi día de no estar atrapado en este agujero de mierda. Ni siquiera puedo recordar cómo llegué aquí. No sé cuánto tiempo he estado encerrado (¿un minuto?, ¿una hora?, ¿un día?) y lo único que puedo hacer es intentar cobrar sentido de lo que me rodea. Me encuentro sentado en una cama demasiado pequeña e incómoda para mí (lo sé, lo sé: estoy atrapado en un infierno y el primer pensamiento que pasa por mi cabeza es éste, lo siento). Me incorporo de la cama, haciendo crujir el suelo de madera bajo mis pies, y noto una solitaria bombilla en medio del techo, alumbrando tenuemente las paredes recubiertas por un horrible tapiz color rosa chillón. Lo peor de todo son las ventanas: no hay ninguna. Al menos la bombilla solitaria y el tapiz chillón me permiten tener una visión más clara de los objetos que me acompañan. Frente a mí puedo apreciar un ​collage de dibujos hechos con crayones y dispuestos sin ningún cuidado por el muro: dibujos de personas, tal vez una familia (Dios, lo que daría por ver a mi familia en este momento). A mi izquierda hay una imponente puerta de acero, a la cual me acerco de un salto rápido y la fuerzo para confirmar que se encuentra cerrada firmemente (¡qué sorpresa!). Finalmente vuelvo mi cabeza hacia atrás para observar junto a la cama una mesita de noche sobre la que se halla posada una lámpara y una pequeña muñeca de trapo. La muñeca es fea y poco especial, se nota que sus mejores momentos han pasado hace mucho, pero aun así no puedo evitar sentir un poco de simpatía al verla. Después de todo, ella también ha sido encerrada y olvidada a su suerte. Quizá a mi hija le guste esta muñeca: siempre le ha gustado los objetos extraños y viejos, no sé de quién lo habrá sacado.

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¡Oh no! Mi hija. Mi esposa. ¿Qué le habrá pasado a mi familia? ¿porqué mi estúpido cerebro no puede recordar nada? ¿quién es tan cruel como para separarme de todo lo que amo sin ninguna explicación? La nube de mis pensamientos hacen que el aire se vuelva cada vez más denso. Me siento en la cama, comienzo a estrujar mi cabeza lo más fuerte que puedo y cierro los ojos hasta que veo estrellas. Empiezo a balancearme hacia delante en un intento por controlarme, pero es muy tarde: estoy sucumbiendo a la desesperación, tal vez nadie vendrá a salvarme, tal vez nunca recuerde lo que le pasó a mi familia, tal vez… -¡¿Te puedes calmar por un momento?! Me estás poniendo los pelos de punta -escucho una voz de mujer. Joven, agradable y dulce, pero con un aire imponente. Abro los ojos. No hay nadie en la habitación conmigo. Se me ocurre que la voz pudo haber venido de fuera pero me doy cuenta de que eso no es posible: la voz es demasiado nítida para provenir de otro lugar que no sea la misma habitación, es como si la hubiera escuchado justo a mi… -Bien, has despertado. Tranquilo, sé que estás asustado en este momento. Pero pronto ya no tendrás nada de qué preocuparte. ¡La muñeca! ¡La muñeca ha hablado! Me estoy volviendo loco, es lo más seguro. Y aun así, no puedo evitar sentir alivio al tener alguien que acompañe mis oscuros pensamientos. -¿Qué está pasando? -le pregunto intentando sobrellevar mi confusión- No entiendo dónde estoy, ni lo que hice para merecer esto. Por favor, sólo quiero salir de aquí -en este punto me acerco a la mesa y apoyo mis manos sobre su superficie, a ambos lados de la muñeca. ¡Si pudieras verme ahora! Un patético y desesperado hombre rogándole a un juguete imaginario. -Así que no recuerdas nada, ¿verdad? -me dice la muñeca- Bueno, antes que nada me gustaría introducirme. Mi nombre es Emily, pero puedes llamarme Emmy. Fui asignada para cuidarte y hacerte compañía mientras estás encerrado aquí. -¿Estás loca? Eso no tiene ningún sentido, ¡quiero saber que está ocurriendo ahora mismo! - mis manos aprisionan a la estúpida muñeca y la empiezo a sacudir de forma frenética.

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-Perder la calma no te ayudará. ¿Puedes dejar de ser tan idiota por un momento y dejarme explicarte todo? Vamos, tenemos tiempo, no es como vayas a salir de aquí pronto- a pesar de que su boca no se mueve, puedo ver la sonrisa asomada en su voz. Me detengo. Tiene razón. No tiene sentido pelear con un pedazo de tela, mucho menos en esta situación. Así que respiro profundamente, deposito a la muñeca donde estaba y le digo: -Está bien...Emmy. Me calmaré. Sólo ayúdame a comprender qué es este lugar. ¿Sabes dónde está mi familia? -Sé que tienes muchas preguntas. Pero para obtener respuestas primero tienes que recordar quién eres. Primero que nada, ¿sabes cómo te llamas? Después de considerarlo un poco, decido seguirle la corriente: -Mi nombre es Abraham Johnson. Tengo 35 años y soy originario de Cleveland, Ohio, pero llevo casi 20 años viviendo en Austin, Texas. Soy parte de una compañía constructora y tengo una esposa y una hija. -Bien, estamos progresando. Ya que mencionas a tu familia, ¿cuál es la memoria más reciente que tienes de ella? Me quedo pensando por un momento. Recuerdo a mi hija. Se llama Abigail y acaba de cumplir 7 años. Su piel es aceitunada como la de su madre, además de que tiene sus ojos (aquellos hermosos ojos verdes que irradian alegría e inocencia) y su cabello negro y sedoso; es una pena que haya sido maldecida con la misma nariz larga y respingada que yo, pero qué importa, no la hace menos hermosa. Eso sí, que no te deje engañar su ternura, esa niña es un demonio. Siempre está corriendo de un lado a otro queriendo ver y tocar todo a donde sea que vaya, lo que vuelve mi trabajo muy agotador. Claro que eso no me hace quererla menos. Después de todo, es mi pequeña. Ahora mi mente empieza a divagar hacia mi mujer. Dios, es tan bella. Recuerdo el primer día que la conocí: era una noche solitaria en un pequeño bar de la ciudad y me disponía a abandonar temprano el lugar después de una pelea con algún desconocido (ni siquiera recuerdo por qué fue, quizás sólo tenía ganas de golpear algo). Cuando estoy en la calle, ella sale del bar, se acerca y me dice: “Bonito espectáculo armaste ahí dentro”. Vestía como una chica cualquiera

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en un bar de mala muerte, pero eso no impidió darme cuenta de que que lo especial que era. Creo que fue su mirada; sí, definitivamente esa mirada tan brillante y seductora fue lo que evitó que me fuera indignado en ese mismo momento. “He tenido días peores, el dueño lo olvidará en poco tiempo”, le dije mientras encendía un cigarrillo. Ella sonrió: “Sí, bueno, estoy segura de que el otro tipo tendrá problemas olvidando este día cada vez que se toque las pelotas”, se acercó más hacia mí, atravesando la cortina de humo que nos separaba. No pude evitar devolverle la sonrisa. Siempre he tenido problemas para dejar entrar a la gente en mi vida. Soy hijo único, mi padre me abandonó antes de que aprendiese a hablar y mi madre prefería drogarse junto con su novio en turno a cuidar de mí (para ser honesto, nunca lamenté cuando murió sola y abandonada en su triste apartamento), nunca he tenido amigos íntimos ni otro tipo de parientes. Como te habrás de imaginar, mi vida ha sido algo turbulenta y solitaria. O al menos lo era hasta que conocí a Kate. Ella era la chica perfecta para mi: sabía cuándo dejarme solo con mis pensamientos, conocía todos mis hábitos y cada aspecto de mi personalidad, además de que nunca perdía el control cuando me entraba un ataque de ira. Claro que teníamos problemas como toda pareja (ella siempre me reclamaba lo distante que podía llegar a ser), pero siempre supimos resolverlos y hacer las paces. Cuando llegó Abigail tuve miedo de que nuestra relación se viese afectada, pero Kate supo cómo manejar todo, a diferencia mía. Yo nunca he sabido ser un buen padre, y sin embargo siempre he intentado hacer todo lo que puedo para que mi hija sea una persona respetable, no importa cuán duro tenga que ser, o cuánto tenga que sacrificar. ¡Eso es! Todo esto me ayuda a recobrar mis memorias más recientes. Volteo a ver a Emily y le digo: -Lo último que puedo recordar es una noche dónde arropé a mi hija y fui a dormir. Puedo recordar que había una tormenta, y que a pesar de los truenos logré escuchar a Abigail gritando desde su habitación. Me desperté y vi que mi esposa no estaba en la cama. Así que rápidamente me dirigí a la habitación de Abigail y… De repente la habitación en donde estoy pierde todo su calor. Mi pecho y estómago se comprimen en una bola de pánico y desolación. La nube dentro de mi cabeza empieza a llenar el cuarto de nuevo y lo único que puedo ver es a Emily mirándome fijamente con sus ojos de botón, esperando a que continúe.

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-Mi Abbie...Kate… Mi pobre niña sostenía en brazos a su madre… desangrándose en el suelo -ni siquiera pienso en lo que digo, sólo sé que es lo que Emily espera oír-. Lo único que pude hacer cuando llegué fue observar cómo el hombre parado detrás de mi hija...le disparaba en la cabeza con una pistola…- la voz se me empieza quebrar- Y… y luego se mira las manos con horror...-¿horror por qué? ¿por lo que acaba de hacer? ¿cómo puede sentir pena alguien así? Siento cómo mis lágrimas empiezan a quemarme la cara como carbón ardiendo- Ni siquiera lo pensé... me lanzé contra el hijo de puta y aplasté su cabeza con una lámpara… El infeliz no se defendió, sólo dejó caer el arma y se quedó tirado en el suelo como si esperase morir. No pudo darme la satisfacción de su sufrimiento... Ya no lo soporto más. Me cubro la cara y rompo a llorar desconsoladamente. De repente sé exactamente dónde estoy. Puedo escuchar las sirenas afuera de mi casa. Puedo sentir los fríos aros de metal cerrándose sobre mis muñecas, percibo unas manos dirigiéndome hacia el exterior de mi casa y arrojándome al interior de un coche de policía mientras la gente en el exterior grita cosas sin sentido. Me descubro la cara y de repente ya no estoy en la habitación de mi hija. El suelo es de concreto, las paredes no son rosadas sino blancas completamente, los dibujos y la mesita han desaparecido y han sido reemplazados por una tabla de madera clavada al muro a modo de escritorio, un retrete y un lavabo (ambos hechos de metal). Lo único que no ha desaparecido es la puerta de acero y Emily, ahora posada encima de la tabla y siempre penetrándome con su mirada. Esto no tiene sentido. ¿Por qué fui arrestado yo? ¿No era obvio que el otro hombre me había despojado de los dos amores de mi vida? Yo lo único que hice fue defenderme, no es muy difícil entender eso. Si tan sólo pudiese recordar un poco más… -¿Y sabes quién era este hombre? ¿Tienes algún recuerdo anterior de él?- pregunta Emily, leyendo mis pensamientos. La miro fijamente. Recuerdo a esta muñeca. Mi hija estaba obsesionada con ella. Un día Kate y Abbie la trajeron a casa. “Su nombre es Emily, pero yo le digo Emmy” me decía Abbie. Les pregunté de dónde la habían sacado y Kate sólo mencionó que había una tienda a dos cuadras de donde estábamos: “No tiene importancia, Abe. Es sólo una muñeca”.

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¿Por qué recuerdo esto...? ¡Su mirada! Kate me miraba de forma efusiva, incluso culpable. Otra oleada de recuerdos me sacude: -¡Yo conocía a ese infeliz! ¡Mi esposa tuvo relaciones con ese bastardo...! Cuando lo descubrí estuve a punto de dejar a Kate, pero ella no pudo separarse de mí, ni yo de ellas… Decidimos dejarlo todo atrás y empezar de cero, yo sería un mejor esposo, un mejor padre... -Y sin embargo ese hombre nunca pudo perdonar a tu pareja -Emily prosigue por mí-. El tiempo pasa y una noche, lleno de odio y resentimiento, decide entrar a tu casa y asesinarla a ella y a tu hija. -¡Exacto! -ya no sé cómo debería sentirme ante todo esto. ¿Aliviado por poder recordar?, ¿desconsolado?, ¿enojado?-. Pero eso no explica porqué estoy aquí. No entiendo cómo podría haber acabado en prisión si… -Mira, no te conviene saber más de lo que te he dado. Créeme, es por tu bien. Lo único que quiero es protegerte… -¡¡¡No!!! -me levanto repentinamente de la cama- Tú empezaste esto, ¿y ahora lo único que quieres hacer es ​protegerme​? -.agarro a la muñeca por el cuello lo más fuerte que puedo, como si la estuviera ahorcando. Ya nada me importa, lo único que quiero es destrozarla , acabar de una vez con todo- ¡¡¡Tú empezaste esto!!! -le repito en la cara. De repente, sus ojos de botón salen disparados de su cara y son reemplazados por dos chorros de un líquido rojizo que se deslizan por su cara a modo de lágrimas. Unas gotas me salpican en la cara y puedo sentir el sabor metálico de la sangre. Rápidamente suelto a la muñeca y me miro las manos llenas de sangre. Me las empiezo a tallar frenéticamente contra el overol naranja. Esto es una pesadilla, no veo cómo... ¡Click! Me volteo hacia la puerta para ver cómo se abre lentamente, dejando pasar a un hombre de mediana edad en uniforme de policía. Su expresión es solemne y seria. -Abraham M. Johnson, es hora - me dice, y entra a la habitación para rodear mis manos con unas esposas. Yo me quedo quieto y no opongo resistencia, sólo agacho la cabeza, reconociendo mi destino. El guardia no repara en mis manos ensangrentadas, ni en la muñeca tirada en el suelo (cómo lo va a hacer, si todo eso está en mi cabeza).

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Otros cuatro o cinco hombres entran a la celda y me escortan a la habitación de al lado. El camino no es largo (unos 3 metros), y aún así puedo sentir cada paso que doy, cada latido de mi corazón, cada respiro que despide una parte de mi alma. La puerta de la habitación donde me llevan se abre. Dentro que hay más personas esperando, pero lo único en que me puedo concentrar es en la camilla con correas de cuero en el centro. -Siéntate y recuéstate en la camilla -me ordena uno de los hombres que me acompañan. Obedezco sin rechistar. Siento como si mi alma abandonara mi cuerpo y puedo ver desde el exterior cómo atan mis extremidades fuertemente con las correas. Pasa un tiempo, otro hombre me pregunta: -¿Quiere decir sus últimas palabras? Ahora lo comprendo todo. Siento un vacío en el estómago, mis manos tiemblan y mi cabeza da vueltas. No quiero morir, no quiero morir, ¡no quiero morir! Y aun así sé que me lo merezco. Lo acepto. No pude contenerme esa noche y ahora estoy pagando el precio. Es sólo que no podía soportar la idea de estar solo otra vez, de mirarme al espejo todo los días y volver a ver ese perdedor sin nada por lo que vivir. El infeliz quería arrebatarme todo mi mundo… y yo...no lo podía permitir… y ahora todo lo que puedo decir es: -Lo siento, Abbie -. Dios, si hubiera sido un mejor padre, un mejor esposo, una mejor persona, tal vez las cosas serían diferentes. Pero no lo son. Mi único consuelo es que ya no me tengo que preocupar por nada de eso, ahora puedo descansar. Mi cuerpo se relaja. Mis manos dejan de temblar, el vacío de mi estómago desaparece y mi cabeza tiene un último momento de claridad. Un hombre en uniforme de hospital entra con un bandeja metálica, sobre la que se hallan distintas jeringas. Levanta una, la prepara y se me acerca. Siento la aguja deslizarse por mi brazo y cierro los ojos. En mis últimos momentos lo único que puedo ver es a Emmy abandonada en el suelo de la celda contigua, la cara cubierta con sus lágrimas de sangre, aguardando mi muerte pacientemente.

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Resignada, como yo, al castigo que se nos ha dado…

Hola. Soy Emmy. Escucha, no tenemos mucho tiempo (el veneno hará efecto en cualquier momento), pero sé que todavía tienes dudas y creo que te debo una explicación ahora que Abraham ya no puede escucharnos. Si te hace sentir mejor él nunca quiso matar a su propia hija. Cuando Kate lo abandonó, su ira se apoderó de él hasta el punto de no pensar en nada más que su venganza. Encontrarlas no fue difícil. Sólo tuvo que seguir a su esposa desde su trabajo hasta la casa de su amante. Entonces decidió comprar un arma y una noche tormentosa aprovechó el momento para escabullirse en la habitación de Abbie. Nunca se detuvo a pensar en lo estúpido de su plan. Él sólo quería hacerse cargo de las dos personas que tanto daño le habían hecho y recuperar lo que le pertenecía. Y cuando entró por la ventana (después de todo, sí había una ventana en la habitación) se encontró de inmediato con una de ellas. Su mujer se encontraba de espaldas arropando a Abbie, quien me estrujaba con ternura y cariño contra su cuerpo. De repente, ambas escucharon un golpe seco por detrás. Kate se volteó y miró estupefacta a una figura demoníaca, iluminada tenuemente por la bombilla solitaria del techo. Supongo que creía que estaba teniendo una pesadilla. Dio unos pasos al frente con cautela para reconocer la cara de la silueta. -¿Abe? -Kate levantó las manos a modo de escudo cuando notó la pistola que sostenía su exmarido-. Abe, no sé qué pretendes hacer pero por favor te pido que…

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Abraham no necesitaba escuchar más de ella. Ya lo había hecho sufrir demasiado. Le disparó a su mujer tres veces: dos balas en el pecho y, cuando su cuerpo se encontraba tendido en el suelo, una más en la cabeza. Abbie gritó y saltó de la cama. Corrió hacia el cadáver de su madre y cayó de rodillas junto a ella. No entendía nada de lo que estaba pasando. En ningún momento dejó de abrazar mi cuerpo de algodón. Ambas estábamos cubiertas de sangre. Abraham se acercó a su hija y se agachó. Ella lo miró llena de miedo. -Tranquila, pequeña -le dijo Abe-. Pronto estaremos juntos en algún lugar lejos de aquí y verás cómo nuestras vidas finalmente se arreglarán. Abraham intentaba acariciar la cara de su hija cuando escuchó la puerta del cuarto abrirse de un portazo detrás de él. Se volteó para ver a la segunda persona que había arruinado su vida. Los dos hombres se miraron aturdidos sin saber qué hacer. Antes de que Abraham pudiera levantar el arma, el otro hombre se arrojó contra él y los dos cayeron en un violento abrazo. Abraham intentaba apuntar el arma hacia la cabeza del hombre, pero éste se resistía. Abe comenzaba a cansarse, su oponente era más fuerte y lentamente se iba apoderando de él… ¡BANG! Los dos se quedaron paralizados mientras veían cómo el cuerpo de Abigail golpeaba el suelo. En ningún momento me separé de su lado. Abraham fue el primero en actuar. Rodó sobre sí mismo y en segundos se encontraba encima del otro hombre, apresándolo. Empezó a desfigurar su cara una y otra vez, primero con los puños y luego con una lámpara que encontró arriba de la mesita de noche junto a él. Se olvidó completamente de su arma; no la deseaba ni la necesitaba, lo único que quería era golpear algo. Una vez descargada toda su ira, se levantó para admirar los tres cadáveres tendidos en el suelo de madera y se miró las manos ensangrentadas, su cara llena de horror. Abe no se movió del lugar hasta que los policías irrumpieron en la casa para sacarlo al jardín delantero. A pesar de que la tormenta era estrepitosa, se podía escuchar a la gente gritar desde lejos: "¡Asesino!", "¡Eres un monstruo!", "¡Ojalá te mueras!" En este punto el vecindario

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ya se había dado cuenta de lo ocurrido. Así, Abraham realizó su camino hacia el coche de policía rodeado por la lluvia, los truenos y un bullicio de personas que deseaban a gritos su muerte. Ya en el juicio, él nunca se defendió. Recibió la sentencia de muerte sin rechistar y por quince años esperó su castigo con ansias. Tienes que entenderme. Abe nunca pudo soportar ni aceptar lo que había hecho, así que tuve que actuar, al menos tenía que intentarlo. Después de todo, ser la víctima de tu historia siempre es la manera más fácil de vivir contigo mismo. Por favor, no te enojes conmigo. Sé que sus acciones han sido de lo peor, no te pido que lo perdones. Pero él ya ha sufrido demasiado, incluso ahora. Yo no podría haberme permitido torturarlo aún más. Piensa todo lo que quieras de él, pero yo no soy un monstruo. ¿Y tú?

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ERNESTO LÓPEZ RAMÍREZ RITUAL DE FUEGO

Jakob Buhl sostiene a su esposa, Katrine, con sus brazos atados alrededor de ella, y con su frente contra la suya. Le tararea la melodía y canta la canción con la que le prometió vivir y morir por ella. Si fuera por él, desearía quedarse a su lado, poder disfrutar de su embriagante cuerpo en ardiente pasión, y dormir en calma en la misma cama para despertar al día siguiente a su lado, como si no tuviera preocupación alguna en la vida, pero cuando ve fuera de su ventana, ve como el sol se empieza a ocultar sobre las montañas del horizonte, y el cielo se vuelve cada vez más de un tono profundo de azul, y las primeras estrellas comienzan a aparecer.

Desde el inicio del solsticio de invierno, cuando el sol tarda en salir y se oculta temprano, vivir se ha vuelto una complicación en todo el continente, las noches son peligrosas y han crecido mortales. El ocaso se ha vuelto una señal de todos los padres para ocultar a sus esposas e hijos dentro de sus casas, de cubrir cada puerta y ventana con una línea de sal, de empuñar una vez más el hierro y la plata, pero sobre todo, de encender una luz que te guíe a través del manto espeso y devorador de la oscuridad, y reza por lo que sea que se esconda dentro de ella, ya sea el dagovos de cien colmillos, o el pequeño inagarakos con su cuerpo reptante, no huela tu esencia o tu miedo. Los amaneceres solo dejan los vestigios de la devastación y masacre de las bestias originales. Pocos son los que pueden decir que sobrevivieron a los acechos de merodeadores nocturnos, y aun menos son los que conservan todos sus miembros intactos. Muchos otros no pueden decir nada, y su único vestigio en el mundo son los murales y caminos de sangre que salpicaron al ser devorados y asesinados.

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Los pueblos, villas y ciudades están en constante guerra contra las fuerzas de la naturaleza. No solo tratando de lidiar con las rutinas y necesidades de la gente en tiempos de escasez, sino con las interminables hordas de depredadores. Así es en todos lados, de norte a sur, menos en las tierras dentro del reino de Phalkos; el valle del sol, seno de paladines e hijos del dios Belaar, el león blanco. Y Jakob Buhl es el hijo favorito de este reino, el príncipe heredero a su anciano padre. Mira a los ojos de Katrine, en ese azul reflejante y hermoso que se doblega en su ceño y sus labios que se doblan como un arco en tristeza. Con su mirada entabla la conversación de cada noche: <<¿No podrías quedarte? ¿Dejar qué alguien más se encargue?>> Y Jakob le responde con la misma mirada seria y decidida de siempre: <<No puedo abandonar a mi gente nunca.>> Lentamente, su agarré va soltándola, y es ahí cuando se acerca a la puerta, dispuesto a irse, pero se voltea hacia ella y le lanza un último vistazo: <<Esta noche, peleare por ti.>> Dejarla sola siempre es la cosa más dolorosa de cada día, pero no puede detenerse a sufrir. Recorre el sendero laberintico del castillo central de la ciudadela, subiendo los escalones caracol hasta llegar a la cima de la torre, y con una antorcha siempre prendida, enciende en brasero. Un estandarte flamígero, brillando ámbar, tan alto que todos pueden verlo, un símbolo de que la lucha más intensa esta por empezar, una promesa de que cuando vuelvan sanos y salvos, él lo apagará, una luz en la oscuridad. Y después otro se enciende, más abajo en la villa, fuera de los muros de la ciudadela, y otra después de esta, y una más y así hasta que son más de una docena en todos lados. Al ver el último iluminado, no puede evitar sentir más que confort, pero sabe que eso no es todo, es apenas el inicio de la velada.

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Las puertas de la ciudadela se cierran cuando Jakob sale montando a caballo en su armadura de cadenas, y a su frente, cinco caballeros le esperan también montados. — ¿Preparados? —preguntó Jakob — ​“¿Preparados?”​ —dijo Garryk— Nosotros somos los que te hemos estado esperando. — ¿Todo bien en el paraíso? —preguntó Marija. — Tu hermana está bien, todo está bien. El silencio se zurció sobre el aire durante un segundo, la palabra “hermana” arma ese escenario inusual, una relación más complicada que la cómoda amistad que esos seis forjaron en el inicio. — Entonces, ¿Qué tal si nos vamos? —dijo Warren. — Andando.

Mientras pasaban por los alrededores del pueblo, farolas y antorchas se iluminaban como luciérnagas al anochecer. Las puertas y ventanas se cerraban y colgaban lirios de ellas, lanzaban líneas de sal, y más de uno saludaban a este quinteto al pasar. Mientras van saliendo de los límites del reino, Abel y Elliot, cada uno en costados opuestos disparan sus flechas incendiarias a las alturas; vuelan lejos como cometas, guiándolos a lo desconocido. Al entrar en las llanuras del exterior, bajan de sus monturas y se preparan. Desempacan un par de cosas de sus costales: un par de frascos de aceite, esferas de cristal llenas de pólvora, ballestas y sus virotes, cadenas de hierro, y una caja de madera. Abandonan a los caballos en un establo de un granjero el cual ha prometido cuidarles hasta el amanecer a cambio de protección. El resto de camino deben recorrerlo a pie, solos.

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En verdad no es lejos de donde los dejaron, sin embargo, es dentro del bosque hacia donde marchan. Ni los búhos ni los grillos se atreven a sonorizar, y los paramos arrebolados callan más que un cementerio. La soledad se empieza a transformar en aquella desconcertante sensación del peso de miles de miradas fantasmas. Los cinco pueden sentirlo. Cada uno sigue su mecanismo de supervivencia; aprietan las ataduras del cuero que protege sus antebrazos, dejan caer el yelmo de sus cascos, se detienen a mirar cada ángulo de sus alrededores, revisan una y otra vez que sus instrumentos estén preparados, y Jakob se aferra fuerte a la empuñadura de su espada. Por fortuna, logran llegar a su asentamiento de caza; una pequeña zona, que lograron despejar de árboles, al menos en un limite de su espacio. Inician una fogata habitual y se alistan para la guerra. De la caja de madera, sacan tres corazones de cabra, y con una daga curvada, los abren y riegan su pestilente sangre alrededor, como cebo para los carroñeros. El aroma de la carne muerta es uno que hasta ellos no pueden evitar notar, y al poco rato, son visitados por la primera criatura, un mirak; el cuerpo de un ciervo escuálido y pálido, astas negras como carbón y colmillos que salían de su hocico. Se acercaba lentamente, con cuidado y con sus presas en los ojos. Warren cargo el virote en la ballesta, mientras se tensaba, la criatura se acercaba más y más, y cuando su gruñir se volvía amenazante, disparo justo en su cabeza. Por alegre que estuviera de que lo hubiera logrado sin esfuerzo, podían oír como las hojas secas se rompían bajo las pezuñas de otros tres como ese a espaldas de ellos, dos se acercaban por su izquierda y uno por la derecha y un par detrás del cadáver. Los cinco vertieron el aceite sobre las hojas de sus espadas y las unieron en la hoguera, y al sacarlas, las llamas danzaban sobre el acero.

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Fue con el grito salvaje del de astas mayores que todos atacaron. Abel se enfrento a este alfa, quien lo embistió al suelo y sus dientes amenazaban con la cercanía sobre sus ojos. Apenas y lo contenía, agarrándole de los cuernos. De un empujón y jalón, lo lanzó a su lado, dándole una oportunidad para poder volverse a poner de pie, recupera su espada de su lado, y la clava de un golpe certero sobre su costado. Marija lanzó corte a los ojos de uno, haciendo que cayera al suelo, sin embargo, el otro dio una mordida sobre ella, afortunadamente su antebrazo esta protegido y su mandíbula no llego a clavarse tan profundamente, y con su quijada concentrada en roerla lo tuvo quieto para poder clavarle su espada en el cráneo. Garryk y Elliot ahuyentaron a los dúos que les acechaban con explosiones de chispas de las esferas de cristal cuando las lanzaron frente a ellos, y cuando retrocedieron en temor, fueron ellos los que estocaron y rebanaron con sus sables. Jakob fue el que se tuvo que enfrentar a los tres al mismo tiempo, sus bufidos ardían con rabia. En su mano derecha sostenía su espada, en la izquierda la cadena de hierro. Cuando se acercaban al mismo tiempo, les lanzaba el azote de un extremo, y aunque eso los detuvo por un segundo, solo los hizo enojar aun más. Al final, decidieron atacar. Rápidamente lo tumbaron y cayó, entre los tres, las mordidas iban en todas partes de su cuerpo, eran tan feroces que empezaban a traspasarse de su armadura, podía sentirse sangrar de cada punzada de dolor. Aun así, no estaba dispuesto a rendirse, y con los nudillos metálicos, golpeaba para librarse. Cuando Warren vio a Jakob a la merced de los mirak empezó a disparar más tiros de la ballesta. A uno le dio en la espalda, otro le logro dar en una de sus piernas, con el tercero, sin embargo, con el último, estaba tan cerca de Jakob que no podía arriesgarse a dar el tiro sin las posibilidades de llegar a lastimarlo. Con el momento libre que tiene, puede pelear, y de un rodillazo, lo derriba y se vuelve a poner sobre sus pies. No tiene idea de donde esta su espada, la cadena esta atada alrededor del cuello del de la pierna lastimada, en desesperación y necesidad, se cubre la mano izquierda de aceite y

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la mete al fuego. Quema y arde, pero ese es el punto, y entonces se abalanza sobre la criatura y pone su mano sobre su rostro. Se agita, tambalea y pelea, pero el agarre de Jakob es más fuerte, y su mano golpea con fuerza e ira, se sumen sobre su piel y con cada impacto, rompe más sus huesos. Su mano sufre mucho, pero tiene que imponerse ante esto. Al fin, deja de moverse. El vigor y la sangre consumen la llama que envolvía su puño. Cuando mira a los otros dos que estaban heridos, ellos se regresan arrastrándose, lejos de él, claro que el resto no les iba a dejar irse tan fácilmente, lanzándoles todo lo que les quede. Cuando al fin parece haber cesado el combate, se toman un momento para atender a su amigo. Bajo los guantes de piel, sus manos están cubiertas de quemaduras y sus dedos cubiertos de ceniza. Bajo su armadura, cortadas que corren con carmesí. Un rayo de luz golpea los ojos de Abel, y al levantar la mirada, puede ver el inicio del cielo rojizo del amanecer. El alivio de saber que sobrevivieron a otra noche no puede expresarse sin ser minimizado. Con la hoja lavada de la daga, la ponen contra el fuego, y cuando esta tan caliente que brilla naranja, la pone contra sus heridas hasta que cicatricen. El dolor se lo guarda en gruñidos, el siseo calórico pinta su piel oscura, la sangre no corre más.

Cuando regresan al reino, las personas empiezan a salir de su casa y los reciben con gratitud, Katrine se envuelve con Jakob, volviendo a sentir la paz que no sentía desde la mañana. Por mucho que quisiera poder decir que todo ha terminado, tiene una ultima cosa que hacer. Sube a la cima de la torre más alta de Phalkos y apaga el brasero. Desde el inicio del solsticio de invierno, cuando el sol tarda en salir y se oculta temprano, vivir se ha vuelto una complicación en todo el continente, las noches son peligrosas y han crecido

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mortales. El ocaso se vuelto una hora de duelo, la oscuridad llama a los seres mĂĄs salvajes, y en estos momentos, buscan una luz que los guĂ­e, este es su ritual de fuego.

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VICO YO(D)

La puñeta canción había parado, no podía ser la bateria y tampoco eran los audífonos, eran nuevos los dos y el aparato aunque viejo todavía funcionaba bastante bien, posiblemente era los discos que usaba del Walkman que ya estaban tan usados que simplemente ya no daban más.

No sabia que le preocupaba más a ese punto, el hecho de que varios de sus discos tenían esas fallas, que todavia seguia usando aquel Walkman viejo que había comprado hacía casi diez años, que el Walkman estuviera en mejor condición que ella o que las canciones que no se escuchaban eran las más deprimentes.

Pensaba más en eso mientras subía por el elevador hacia la oficina donde trabajaba, le traía en mente un cover de Thirsty and Miserable de Hatebreed, no dejaba de amar el original de Black Flag pero se siente más identificada con el video del cover, a veces ya ni sabia por que se esforzaba en seguir viviendo y después se acordaba del loco de Death, ex-vocalista de Mayhem, y el mensaje que dejó.

-Perdonen el desastre, no encontré una mejor manera de hacerlo. O algo asi.

No queria sonar tan deprimente y a la vez sabia que su situacion era diferente a la de muchos locos de verdad que se daban un tiro en la sien o se colgaban con sus agujetas, algunos de sus amigos ya lo habian hecho y le habia quitado el espanto del suicidio, antiguas culturas habian visto el suicidio como algo normal, el hacerlo no tenia nada de malo y el estigmatizar a la gente que pensaba de esa manera la molestaba cuando hablaban de tomar una decision.

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-Que puta mierda saben ellos de lo que uno vive y de por que quiere acabar con su vida, somos ya un chingo en el planeta, mejor me hago un favor y a todos. Pensaba mientras seguía batallando con el aparato.

-Una boca menos que alimentar, unos pulmones menos que respiran el poco aire que se acaba, asqueroso y lleno de químicos como el agua que tomamos, y un par de manos menos para el sistema capital que se podía seguir chingando a otras personas y al cual no le faltaba gente buscando trabajo, todos pueden meterse a Marx por el culo.

Le había perturbado algo el viaje en transporte público, siempre le molestaba pero esta vez había puesto más atención de lo habitual y quedó marcada por lo que vio, los usuarios del camión no dejaban de observar sus teléfonos, desde adultos mayores hasta niños de seis años de edad.

Le sorprendía que un perro que llevaba uno de los usuarios no tuviera conectado alguna clase de visor o aparato, le ánimo de cierta manera que ese perro era el unico que ponia atencion a lo que estaba alrededor y estaba feliz de verla a ella poniendo el mismo tipo de atención.

Un solo animal no compensaba la soledad desafortunadamente, alrededor no socializan entre ellos y quien sabe si lo hacían en casa, siempre un aparato de por medio los conectaba a la gran nada, los imaginaba a todos con los ojos brillando en miles de colores, en la oscuridad no eran más que el reflejo de un enorme vacío que compensaba.

Les dominaba el ego. Yo soy el ego.

En la oficina no se sentía diferente a como miraba el mundo exterior, gente en sus veintes y treintas, con jefes que pasaban en algunos casos de los cuarenta y cincuenta, que sabían lo que hacían y que tenían años entendiendo el mercado en el que trabajaban.

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Tan bien lo entendían que cuando pego la última crisis ellos fueron los primeros en volar fuera de la compañía, al olvido en donde su vejez no les daría más que pocos lujos. Si pudieran también los hubieran hecho volar por la ventana para que pagaran algunos de sus exagerados lujos que se dieron por años y años a revienta espalda de todos los miserables empleados que tecleaba, pujaban y corrían por ellos, el sudor y la sangre, si fueran una moneda de intercambio, no tendrían mucho valor en este oficina.

Pero lo del sudor era una metáfora nada más, nadie sudaba con el aire acondicionado y les corría mierda por las venas a todos por que eso es lo que tenían en el cerebro, la moneda de intercambio de esta oficina sería realmente el estrés y si lo pudieran manejar en cubetas muchos ya estarian retirados.

Algunas personas en sus treinta ya tenían canas, no se le hacia nada raro hacía algunos años pero empezar a ver a jóvenes en sus veintes con canas le preocupaba por la salud general de todos y verlos perder tan rápido la voluntad de ser lo que quisieran ser también la mataba al igual que a ellos.

Estar atrapada en un cubículo al igual que los demás le hacía perder la cordura con cada día que pasaba, su jefe la entendía y también entendía que por políticas de inclusión debían tener:

-Una loca o desadaptada social, para ser políticamente correctos, y así dar a ver al mundo que somos una empresa que le importan todos, aunque sepamos que un dia puedes llegar a la oficina con un arma y matarnos a todos.

La gracia de sus chistes pendejos y ofensivos no le hacía que llevarán su relación de mejor manera, tampoco la de sus compañeros de trabajo que no tenían la menor idea de lo que hacían la mayor parte del tiempo, el que le llamaran a altas horas de la noche o en la madrugada no era el problema, tampoco los cientos de correos con los que amanecía, era el simple y sencillo

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hecho de que a la larga nadie sabía o entendía lo que estaba haciendo o por que lo estaba haciendo.

Las interminables juntas daban pie a que se hicieran más juntas para discutir las últimas juntas, se creaban nuevas medidas y procedimientos con los cuales difícilmente todos podían estar al día, los entrenamientos necesarios los daba gente que no entendía lo que estaba haciendo, explicaban las cosas como podían y cualquier duda quedaba en el olvido por que no existía manera de mandar alguna clase de retroalimentación a la gente que mandaba la información a diario debido a lo saturado que estaba su agenda.

Por eso ella no les hacía caso, trabajaba las horas que tenía que trabajar, hacia las cosas con procedimientos obsoletos de los cuales ya estaba segura y nadie se daba cuenta por que nadie podía estar a la fecha con lo que les pedían, entregaba todo antes de salir y dejaba que los demás lidiaran con lo que no quedara resuelto, hacia el trabajo mínimo que le pedían básicamente y salía limpia sin que nadie le reclamara nada por que la mayoria del tiempo todos se encontraban sumidos en lo que fuera que tuvieran que hacer.

Ni recursos humanos ponía pretexto a su comportamiento por que de todos a ellos eran a los que menos les importaba la situación en la que los empleados vivían, solo les interesaba saber que no se estuvieran muriendo de alguna enfermedad que fuera a ser costosa a largo plazo y que la empresa tuviera que cubrir por obligación o que no estuvieran al borde de perder a media oficina, si ninguna de estas dos cosas pasaban entonces todo estaba en orden. El ​status quo que vivía día a día era un horror comparable a una dictadura, tal vez exageraba pero lo asume tomando como base la cultura, tendencias y lenguaje que se usaba para comunicarse. Si algo tan asqueroso como un correo con faltas de ortografía por parte del Presidente de la empresa era aceptable entonces no había más que hacer.

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Al menos el dinero seguía llegando y ella seguía escapando de todos del mundo sin reclamo alguno.

La primera acción del día una vez que había llegado a la oficina era dejar su saco largo, bufanda y guantes en su cubículo, una lonchera que llevaba consigo la dejaba en su escritorio mientras de un gabinete cerrado bajo llave tomo una taza que ya había limpiado el dia anterior pero que volvía a limpiar por higiene, no sabia que clase de cosas volaran en la oficina y con una parte considerable del personal de la oficina siempre enfermo era mejor no arriesgarse.

Llevaba su propio café y lo preparaba a su gusto, no le gustaba cómo preparaban el café en la oficina, estaba aguado o quemado por que nadie sabía que debian quitar el maldito café después de prepararlo, difícilmente sabía a café, le gustaba pesado pero no de la manera asquerosa como lo preparaban en la oficina.

Su comida era sagrada y no permitía que estuviera en el comedor o en cualquiera de los refrigeradores de la empresa, se las había arreglado para meter un pequeño refrigerador hasta su cubículo sin que nadie le diera mucha importancia por que en los fines de semana a nadie le importaba lo que hicieras, estaban cansados, hartos, pedos, crudos o en medio de un viaje, que metiera un pequeño refrigerador era el menor de sus problemas y de esa gente que vio algo no quedaba nadie laborando en la empresa.

Pronto sería cinco años que la empresa pagaba el costo de electricidad de aquel pequeño y no era lo único que había metido a la empresa que le servía de una manera muy precisa. Una laptop descansaba dentro de los cajones bajo llave de su escritorio, pertenecía a la persona con la que compartía el cubículo, cuando desapareció el departamento de sistemas nunca se tomó el tiempo para venir por ella y posiblemente la había dado por perdida.

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Había sido sabia al preguntar si podían cambiar su equipo, una vieja computadora de escritorio que no podía con su alma y dejaba prendida todo el dia para evitar las dos horas de reinicio que tomaba, y recibir como respuesta que ya se había reasignado a otra persona.

Ella no iba a pelear contra eso.

Desde ese día aprendió nuevas habilidades de sistemas que seguía cultivando a la fecha, poco a poco había aprendido a usar estas habilidades para su beneficio personal desde instalar un nuevo sistema operativo hasta ingeniería social, incluso con la misma gente de sistemas, y abuso de vulnerabilidades, por herramientas que están libremente disponibles y que jamás hubiera imaginado eran tan fáciles de obtener, para acceder a sistemas a los cuales solo usaba unos minutos al mes, meter un kilo de papel para obtener ese permiso se le hacia lo más retrógrado posible y no quería lidiar con imbéciles que regresaban papeles porque faltaba un punto.

El departamento de sistemas no había dado con la máquina y aunque sospechaban de que algo pasaba internamente no podían verlo, probablemente tampoco querían lidiar con eso ya que la larga cadena de eventos que tendrían que explicar para llegar a ese punto les podría costar su trabajo, y el de ella pero tenía menos que perder que muchos de ellos.

Lo mejor de todo ello era la posibilidad de usar la red de la empresa para obtener material, de manera ilícita obviamente, de manera encriptada y llevarse todo a casa sin que nadie se diera cuenta de que existía un túnel privado entre un servidor que había creado en la nube y esta laptop, a veces le interesaba unirse a sistemas para poder hacer todo esto pero recordaba el tipo de gente que trabajaba en el departamento de la empresa y se le quitaban las ganas.

No tenía ganas de lidiar con gente tan mediocre y sin ganas de progresar en la vida, ya lo hacía dia a dia y se había acostumbrado a ser invisible. -Mejor así. Pensaba mientras tomaba el primer sorbo de su cafe.

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Su rutina diaria era un tedio mortal, los correos que le llegaban de sus compañeros de trabajo le irritaba, las cadenas que empezaban y nunca parecian terminar continuaban así ad infinitum, lo poco importante se quedaba en la bandeja de entrada, lo demás botaba de inmediato al bote de basura y se perdía una vez que cerrará la aplicación para verificar sus correos, pensar que miles de años de evolución de la lengua escrita terminarían en millones de palabras siendo descartadas en minutos le daba nauseas pero que sabían los Sumerios o los Chinos de estas cosas en su momento, o si lo sabían no querían preocuparse en su momento por que eso estaba muy lejos para ellos.

Imaginaba si los dioses que representaban en las épicas, mitos e historias que contaban serian gente de sistemas atrapadas en un mundo de gente ignorante que apenas si sabía que podían plantar comida y dejar de correr por todos lados desnudos.

Que triste su vida y caso.

Los reportes que le pedían estaban automatizados gracias a su curiosidad por aprender algo de programación, nada muy complicado, código sucio que le daba exactamente lo que necesitaba después de teclear algunas palabras clave, eso era básicamente todo lo que hacía durante el día, de hecho su posición se había vuelto parcialmente obsoleta por el paso del tiempo pero su eficiencia en la entrega de lo que pedían le mantenía ahí, misma paga, mismo trabajo asqueroso.

Pero podría lidiar con eso si la dejaran trabajar desde casa, todavia no habia encontrado el sistema para dar entrada y salida con su tarjeta, sus contactos no eran lo suficientemente importantes o capaces de darle permisos para dar esas entradas y salidas desde casa y si bien entendía ese mismo sistema estaba ligado a contabilidad y cobranza, el entrar a estos sistemas era un riesgo con el que no quería lidiar si es que alguien se daba cuenta.

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Estaba dispuesta a tomar riesgos pero no tanto como para buscar años en prisión por la pinche desidia de no querer levantarse, prepararse, tomar el transporte público y aplastarse más de ocho horas al día en un escritorio para repetir lo mismo el dia siguiente.

Pero la loca era ella.

En sus ocho horas se dedicaba a visitar foros, leí libros enteros y tomaba notas que utilizaba en su vida personal y en alguno que otro escrito que ponía en su blog que estaba abandonado desde hacía meses, aprendía cosas nuevas que podía dar uso práctico la mayor parte del tiempo, dejaba que la máquina trabajará para que ella pudiera hacer lo que le gustaba, vivir como a ella se le pegara la gana y hacer lo que quisiera sin mayor consecuencia que la de perder un trabajo en el cual ya tenía años y dentro del cual era de los miembros más veteranos, despedirla sería razonable pero un error que era visible debido a su "productividad fantasma".

O eso pensaba, asume, realmente no entendía porqué recursos humanos, su jefe o alguna otra persona que tuviera relación con ella realmente la querría tener en aquella posición, tal vez lo hacían para que no causara más problemas en algún otro puesto o potencialmente por que siendo la única persona que quedaba ahí con suficiente experiencia no era factible moverla a un lugar donde haría lo mismo que los demás, cagar todo infinitamente y vivir con las consecuencias.

Su último interés se había vuelto todo aquello que tuviera que ver con lo esotérico, aprender de las filosofías herméticas y cabalísticas de occidente le daba una nueva manera de ver las cosas, no era fiel creyente, no había sido bautizada ni ingresada a alguna religión a contra de su voluntad, curiosamente su madre nunca busco eso para ella, a su padre le daba igual lo que hiciera con eso, le dio la oportunidad de conocer lo que le rodeaba y de tomar una decisión conforme a lo que ella considerara apropiado, hasta la fecha no encontraba nada que realmente le llamara la atención en ese ámbito y debido a sus costumbres, muchas de las cuales no quería librarse, no pensaba que fuera propicio tomar alguno de esos caminos.

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Pero algo le había llamado la atención durante sus largos periodos de lectura, alguna vez había escuchado de un cuento llamado el aleph y de su significado y relevancia, el hebreo parecía tener bastantes cosas interesantes y ocultas dentro de las cuales encontró algo conocido como la Yod.

-El Yod es un símbolo de Unidad, el punto, el principio y fin de todo, es el punto dentro del círculo del cual deviene Dios y que emana sobre todo lo que existe, toda palabra, letra, número y existencia comienza con un simple punto y así también termina su existencia cuando alejamos el lapiz de el.

Mientras lo decía pensaba que un lápiz ya no era algo que existiera pero considero que el cero y el uno era algo muy parecido, el número uno es único y su valor no puede ser modificado, representa todo lo que está unido y el cero representa algo que existe de la misma forma pero no tiene un valor como tal, aquella concepción le hizo pensar en todo lo que le rodeaba.

Todo alrededor era un cero, no contribuia absolutamente nada a nadie ni ayudaba al progreso general de la humanidad, un trabajo es algo que proporciona algo mas que una remuneracion por un esfuerzo inutil, es un castigo divino que el Dios cristiano habia emitido sobre el hombre, sobre la mujer el sangrar cada puto mes, ahora le tocaba lidiar con ambos casi al mismo tiempo, que se le castigara doblemente solo podia ser algo que un Dios tan horrible podria concebir para sus hijos queridos.

De ahí recordó entonces el uno, el punto, la Yod hebrea, por que todo lo que existe está alrededor de uno entonces el centro de todo siempre lo es uno mismo y en teoría todos los demás son su propio centro, ella era la Yod de su propio mundo, tal vez de este, y tenía todo el poder de hacer o deshacer todo a su gusto como ya lo estaba haciendo.

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O tal vez no funcionaba así, pudiera ser que realmente lo que pasaba alrededor de ella era solo una extensión de su mente y sus deseos, había encontrado algo así alguna vez que se denominaba ​solipsismo.​ ¿Considerando eso entonces por qué seguía trabajando aquí?

Sencillo, por que como el Dios cristiano lo deja todo tirado y que se arregle solo como pueda, una vez que el experimento le había aburrido lo había dejado todo a su propio cuenta por medio del libre albedrío y la decisión de que pueden hacer cuando quieran y como quieran, ella seguiría oculta de todos y viviendo una vida más plena, sorprendentemente, que los demás y su labor automatizada le daba todo el tiempo del mundo lejos de todo aquello que aborrecía.

-¿Así será todo para Dios? Se preguntó mientras meditaba el tema, no había leído la biblia lo suficiente como para estar segura de esa aseveración pero sospechaba que no podía estar muy lejos de confirmar lo que sospechaba.

En un momento de iluminación le vino a la mente algo que debía dejar escrito.

-Ella es Yo(d), Yo(d) soy ella. Escribió lentamente en un papel y observó cómo el mundo se desvanecía alrededor de este pequeño papel.

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Palabras diferentes pero con un mismo significado, iniciando una nueva amistad. Gaby A. Estábamos ahí los dos, una habitación desnuda. Sabíamos que el propósito por el que nos encontrábamos en el lugar era simple. Si hace unos meses me hubieran planteado la idea de un encierro con lo desconocido, me hubiera burlado de ello. Nuestras lenguas, físico, pensamiento y estatus eran muy diferentes, aunque nuestra situación era la misma. Primero llegué yo, estaba disfrutando de los jardines cuando todo se torno oscuro, al poder observar lo que había en mi alrededor solo encontré una habitación, grité todo lo que pude, sin embargo, nadie llegó a mi ayuda. Las comidas eran escasas y la higiene era casi nula. Los días pasaron, pero nada cambio, parecía que me encontraba en la oscuridad completa y una soledad que me consumía lentamente. Un día llegó él, su vestimenta era diferente, aunque sus rasgos distintivos lo hacían muy atractivo. A juzgar por las pocas joyas que le permitieron quedarse, su estatus social era alto. La habitación se volvió una cárcel callada, a pesar de mi nueva compañía, el silencio reinaba. En un principio tratamos de comunicarnos, pero fue inútil ninguno comprendía lo que decía el otro. Unas bombas interrumpieron nuestro pequeño lugar, estábamos aturdidos, un golpe fue suficiente para que los dos quedáramos inconscientes. Despertamos en un lugar en ruinas, nos miramos, aunque ninguno entendía a palabras lo que quería decir, nuestros ojos comunicaron nuestros deseos. Ambos caminamos en busca de una ayuda, cuerpos colocados de diferente manera, estaban sin vida y sus rostros mostraba su desesperación por seguir viviendo. Agarrados de la mano, observamos aquel pueblo lleno de vida, convertido en fantasma. Lamentablemente ninguno de los dos conoció ese lugar en su esplendor. Unos aviones nos recordaron que nuestras vidas prendían de un hilo. Corrimos hasta un edificio en ruinas y esperamos a que las bombas cedieran. Mi acompañante miraba al cielo, comenzó a decir palabras cuyo significado no sabía, pero sus ojos mostraban el odio guardado en él. Al igual que él yo sentía un odio a esas personas, durante años la guerra entre etnias a traído ese tipo de pensamientos, aún mantenía la esperanza de que nuestro lado, el bueno, ganará. La noche la pasamos en el exterior, nos dormimos alrededor de la fogata, aunque nadie estaba cerca de nosotros, sentíamos que alguien nos

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acechaba. Despertamos con una serpiente atravesando nuestros pequeños cuerpos, el impacto hizo que gritara. -

¡Auxilio! -dije a todo pulmón- Esa serpiente me va a comer.

Mi compañero se levantó de golpe, con su dedo me señaló que guardara silencio. La serpiente era muy grande, pero finalmente se fue y nos dejó solos. Estaba aliviada de todavía permanecer viva, sin embargo, un recordatorio llegó a mi cabeza, esa serpiente era uno de nuestros mínimos problemas, nos encontrábamos en un lugar desértico, el agua y comida no podría ser conseguida tan fácilmente en ese ambiente. Caminamos hasta donde nuestras piernas resistieron, estábamos sedientos, mi compañero desapareció unos instantes, cuando regreso tomo mi mano, me guío hasta unas rocas, un pequeño agujero dejo ver agua en su interior, corrí hacia él y sacié mi sed. Los dos nos sonreímos y agradecí a Dios que no me despojaron de mi recipiente para guardar líquidos, extraje agua para el camino. Aún nos faltaba mucho, ninguno de los dos sabía dónde nos encontrábamos y mucho menos si saldríamos vivos de ese lugar. Sin darme cuenta estábamos en un espacio boscoso, el cambio de ambiente me sorprendió bastante. Teníamos hambre, comencé a realizar una lanza con un palo, talle por varios minutos, hasta que una punta se formó. Había aprendido a cazar gracias a mí hermano, aunque era una niña, él pensó que sería útil saber conseguir tu propia comida. Aquella velada fue exitosa había casado varios conejos para alimentarnos. Mi compañero ya tenia la fogata lista, mientras esperábamos unos aviones pasaron encima de nuestras cabezas. Hice un gesto de preguntándome quién sería. Él dibujo en el suelo la bandera de mi país, seguido de eso un cráneo y unas espadas. Su mirada mostraba el odio que le tenía a mi país. Señalé con una equis todos sus dibujos y volví hacer el gesto de quién era, pero ahora señalando a él. Mi compañero dibujo su bandera y comprendí que estaba cara a cara con el peor enemigo de mi país. Aquella noche ambos nos dormimos más separados, entendimos sin decir una palabra, que nuestro destino era el odio. A la mañana siguiente emprendimos nuestro viaje, a pesar de ser enemigos sabíamos que no sobreviviríamos si nos separábamos, los días transcurrieron, pero los dos manteníamos la distancia. Mientras buscábamos un lugar donde dormir unos hombres nos interceptaron, despojaron a mi compañero de las pocas joyas que le quedaban e internaron abusar de mí, pero él

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me salvó diciendo algo en su dialecto. Los hombres huyeron del lugar y él me consoló de tal acto tan cruel que puede ser para una mujer. Estábamos en silencio los dos, observando las brasas de la fogata, cada uno inmerso en sus pensamientos. Yo estaba tratando de asimilar lo ocurrido, deseaba tanto que matarán a esos hombres, ojalá la guerra terminará para que personas como ellos no hicieran eso con las mujeres, odie tanto el país de mi acompañante. Parecía que había leído mis pensamientos, él comenzó a dibujar ambas banderas, señaló el lugar donde habían querido abusar de mí, luego miro mi bandera y después la de él, entendí con aquellos gestos que mi país hizo lo mismo. Dibujo una corona y se señaló, yo también hice lo mismo, al fin revelábamos nuestra identidad. Ambos reinábamos en nuestros países, era irónico que miembros de realeza se encontraran en esa situación, aunque ocupamos grandes cargos en la política, ese título no nos servía en lo absoluto. Comencé a mirar las estrellas y decía sus nombres en mi lengua y él la decía en la suya. Los días continuaron y finalmente nuestros caminos se separaron al ver a los lejos las respectivas bases militares de nuestros países, ambos lloramos porque no queríamos decir adiós, pero fue así. Al presentarme a mi base militar, varios soldados apuntaron sus armas. -

¿Quién es usted?

-

La princesa de este país.

Los soldados me miraron sin creerme en absoluto, en el cuartel arribo mi hermano y me abrazo al verme, no pude evitar romper en llanto, los últimos días fueron una tortura para mí y mi nuevo amigo. Regresé a mi casa, estando en mi habitación llena de lujos comencé a pensar en toda la gente que sufrió perdidas, hambre, abuso y muertes de miembros de su familia. Le pareció muy cruel todo eso. Ella misma había sufrido en carne propia las maldades de la guerra. Entendió que en esos momentos que la guerra solo ocasionaba un dolor del cual es difícil deshacer, es cierto que los líderes de ambos bandos se justifican en un discurso y se lamentan de las cifras, realmente no saben lo que es vivir una guerra. Los pensamientos, las costumbres y las diferencias físicas son simples motivos para comenzar un conflicto. Ambos bandos dicen ser los buenos, aunque ninguno de ellos lo es, está claro que buscan cambiar el mundo, pero a costa del sufrir del pueblo. La princesa decidió hablar con los políticos de su país y su amigo hizo lo mismo, de esa manera una guerra sin fin termino. Sin importar de dónde provengas las personas

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tienen que aprender a respetar sus diferencias, porque este mundo se desarrolla de forma diferente. Al igual que estos amigos debemos tomar su ejemplo y dejar de criticar a las personas por su cultura y diferencia ĂŠtnica, porque todos somos de una misma raza.

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GABY A. PALABRAS DIFERENTES PERO CON UN MISMO SIGNIFICADO, INICIANDO UNA NUEVA AMISTAD

Estábamos ahí los dos, una habitación desnuda. Sabíamos que el propósito por el que nos encontrábamos en el lugar era simple. Si hace unos meses me hubieran planteado la idea de un encierro con lo desconocido, me hubiera burlado de ello. Nuestras lenguas, físico, pensamiento y estatus eran muy diferentes, aunque nuestra situación era la misma. Primero llegué yo, estaba disfrutando de los jardines cuando todo se torno oscuro, al poder observar lo que había en mi alrededor solo encontré una habitación, grité todo lo que pude, sin embargo, nadie llegó a mi ayuda. Las comidas eran escasas y la higiene era casi nula. Los días pasaron, pero nada cambio, parecía que me encontraba en la oscuridad completa y una soledad que me consumía lentamente. Un día llegó él, su vestimenta era diferente, aunque sus rasgos distintivos lo hacían muy atractivo. A juzgar por las pocas joyas que le permitieron quedarse, su estatus social era alto. La habitación se volvió una cárcel callada, a pesar de mi nueva compañía, el silencio reinaba. En un principio tratamos de comunicarnos, pero fue inútil ninguno comprendía lo que decía el otro. Unas bombas interrumpieron nuestro pequeño lugar, estábamos aturdidos, un golpe fue suficiente para que los dos quedáramos inconscientes. Despertamos en un lugar en ruinas, nos miramos, aunque ninguno entendía a palabras lo que quería decir, nuestros ojos comunicaron nuestros deseos. Ambos caminamos en busca de una ayuda, cuerpos colocados de diferente manera, estaban sin vida y sus rostros mostraba su desesperación por seguir viviendo. Agarrados de la mano, observamos aquel pueblo lleno de vida, convertido en fantasma. Lamentablemente ninguno de los dos conoció ese lugar en su esplendor. Unos aviones nos recordaron que nuestras vidas prendían de un hilo. Corrimos hasta un edificio en ruinas y esperamos a que las bombas cedieran. Mi acompañante miraba al cielo, comenzó a decir palabras cuyo significado no sabía, pero sus ojos mostraban el odio guardado en él. Al igual que él yo sentía un odio a esas personas,

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durante años la guerra entre etnias a traído ese tipo de pensamientos, aún mantenía la esperanza de que nuestro lado, el bueno, ganará. La noche la pasamos en el exterior, nos dormimos alrededor de la fogata, aunque nadie estaba cerca de nosotros, sentíamos que alguien nos acechaba. Despertamos con una serpiente atravesando nuestros pequeños cuerpos, el impacto hizo que gritara. -

¡Auxilio! -dije a todo pulmón- Esa serpiente me va a comer.

Mi compañero se levantó de golpe, con su dedo me señaló que guardara silencio. La serpiente era muy grande, pero finalmente se fue y nos dejó solos. Estaba aliviada de todavía permanecer viva, sin embargo, un recordatorio llegó a mi cabeza, esa serpiente era uno de nuestros mínimos problemas, nos encontrábamos en un lugar desértico, el agua y comida no podría ser conseguida tan fácilmente en ese ambiente. Caminamos hasta donde nuestras piernas resistieron, estábamos sedientos, mi compañero desapareció unos instantes, cuando regreso tomo mi mano, me guío hasta unas rocas, un pequeño agujero dejo ver agua en su interior, corrí hacia él y sacié mi sed. Los dos nos sonreímos y agradecí a Dios que no me despojaron de mi recipiente para guardar líquidos, extraje agua para el camino. Aún nos faltaba mucho, ninguno de los dos sabía dónde nos encontrábamos y mucho menos si saldríamos vivos de ese lugar. Sin darme cuenta estábamos en un espacio boscoso, el cambio de ambiente me sorprendió bastante. Teníamos hambre, comencé a realizar una lanza con un palo, talle por varios minutos, hasta que una punta se formó. Había aprendido a cazar gracias a mí hermano, aunque era una niña, él pensó que sería útil saber conseguir tu propia comida. Aquella velada fue exitosa había casado varios conejos para alimentarnos. Mi compañero ya tenia la fogata lista, mientras esperábamos unos aviones pasaron encima de nuestras cabezas. Hice un gesto de preguntándome quién sería. Él dibujo en el suelo la bandera de mi país, seguido de eso un cráneo y unas espadas. Su mirada mostraba el odio que le tenía a mi país. Señalé con una equis todos sus dibujos y volví hacer el gesto de quién era, pero ahora señalando a él. Mi compañero dibujo su bandera y comprendí que estaba cara a cara con el peor enemigo de mi país. Aquella noche ambos nos dormimos más separados, entendimos sin decir una palabra, que nuestro destino era el odio.

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A la mañana siguiente emprendimos nuestro viaje, a pesar de ser enemigos sabíamos que no sobreviviríamos si nos separábamos, los días transcurrieron, pero los dos manteníamos la distancia. Mientras buscábamos un lugar donde dormir unos hombres nos interceptaron, despojaron a mi compañero de las pocas joyas que le quedaban e internaron abusar de mí, pero él me salvó diciendo algo en su dialecto. Los hombres huyeron del lugar y él me consoló de tal acto tan cruel que puede ser para una mujer. Estábamos en silencio los dos, observando las brasas de la fogata, cada uno inmerso en sus pensamientos. Yo estaba tratando de asimilar lo ocurrido, deseaba tanto que matarán a esos hombres, ojalá la guerra terminará para que personas como ellos no hicieran eso con las mujeres, odie tanto el país de mi acompañante. Parecía que había leído mis pensamientos, él comenzó a dibujar ambas banderas, señaló el lugar donde habían querido abusar de mí, luego miro mi bandera y después la de él, entendí con aquellos gestos que mi país hizo lo mismo. Dibujo una corona y se señaló, yo también hice lo mismo, al fin revelábamos nuestra identidad. Ambos reinábamos en nuestros países, era irónico que miembros de realeza se encontraran en esa situación, aunque ocupamos grandes cargos en la política, ese título no nos servía en lo absoluto. Comencé a mirar las estrellas y decía sus nombres en mi lengua y él la decía en la suya. Los días continuaron y finalmente nuestros caminos se separaron al ver a los lejos las respectivas bases militares de nuestros países, ambos lloramos porque no queríamos decir adiós, pero fue así. Al presentarme a mi base militar, varios soldados apuntaron sus armas. -

¿Quién es usted?

-

La princesa de este país.

Los soldados me miraron sin creerme en absoluto, en el cuartel arribo mi hermano y me abrazo al verme, no pude evitar romper en llanto, los últimos días fueron una tortura para mí y mi nuevo amigo. Regresé a mi casa, estando en mi habitación llena de lujos comencé a pensar en toda la gente que sufrió perdidas, hambre, abuso y muertes de miembros de su familia. Le pareció muy cruel todo eso. Ella misma había sufrido en carne propia las maldades de la guerra. Entendió que en esos momentos que la guerra solo ocasionaba un dolor del cual es difícil deshacer, es cierto que los líderes de ambos bandos se justifican en un discurso y se lamentan de las cifras, realmente no saben lo que es vivir una guerra. Los pensamientos, las costumbres y las

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diferencias físicas son simples motivos para comenzar un conflicto. Ambos bandos dicen ser los buenos, aunque ninguno de ellos lo es, está claro que buscan cambiar el mundo, pero a costa del sufrir del pueblo. La princesa decidió hablar con los políticos de su país y su amigo hizo lo mismo, de esa manera una guerra sin fin termino. Sin importar de dónde provengas las personas tienen que aprender a respetar sus diferencias, porque este mundo se desarrolla de forma diferente. Al igual que estos amigos debemos tomar su ejemplo y dejar de criticar a las personas por su cultura y diferencia étnica, porque todos somos de una misma raza.

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JESSICA PAOLA ROJAS REYES CONCIDENCIAS Resumen: Susan, una mujer que recuerda sucesos lamentables, trata de llevar una vida mejor, aunque los actos anteriores seguirán fuera de la ley. “Casi he terminado de llevar algunos informes para la reunión de mañana, sólo necesito la luz de mi lámpara y un poco de café cargado con espuma, sé que a la mayoría de mis familiares les gusta otro tipo de bebidas no muy agradables, pero prefiero llevar una vida mejor lejos de ellos. Extraño a mis padres, en especial a mi abuela, ella se preocupaba por mí todos los días, me daba regalos cuando llegaba de sus viajes, ahora sólo lo que me queda de recuerdo algunos videos y fotografías, mi hermana por supuesto vino a vivir conmigo, algunas veces tenemos problemas pero los resolvemos lo antes posible. Me alisto para ir a dormir, lo mejor de todo es que es fin de semana, no me gusta dejar todo para el final. He despertado con un gran dolor de espalda, en lo personal a veces quisiera que mi hermana se hubiese ido a vivir a otro lugar, no sé cómo es que consiguió un excelente empleo, donde le pagan muy bien, no soy celosa, solo que trabajar de chofer no tendría que ser la gran maravilla, con buenas prestaciones y mayores que las mías, mientras yo, cada día sueño con tener un auto.18/11/2022”. Leo y vuelvo a leer aquellos textos de mi diario, el cual está descuidado, tiene las páginas amarillas y polvo en la portada, sigo sin entender cómo se terminó todo, solo quisiera regresar a ese día en el que pude haber rescatado del accidente a mi hermana, han transcurrido cinco años, he progresado en mi empleo, aunque falta mucho por terminar de pagar mi nuevo hogar ya me he mudado, durante mis vacaciones he observado que la mayoría de personas tiene dinero en esta zona, un hombre ha comprado la casa de en frente, por lo que veo es soltero, tiene mascotas y lo que me impresiona es que cada semana compra un auto de reciente modelo, se deshace del anterior y sigue así, algunos vecinos rumoran que él pasó algunas semanas en coma. Comienzo a sentirme con mareos, pienso que se trata de algo común, pero llega un dolor de estómago intenso, es tan fuerte que me tiro, ni siquiera puedo levantarme del piso, quiero estar

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en la cama, me arrastro para ir a la cocina por un poco de agua, necesito refrescar mi garganta, finalmente, estoy inconsciente, despierto cerca de un lago, no tengo dolor, no me siento mal, observo y parece que no es posible, esto no es real, debe ser algún sueño, me encuetro exactamente en el lugar del accidente de mi hermana, todo parece tranquilo, me siento en el césped para recapacitar todo, un hombre un poco mayor de edad se coloca a mi lado, usa lentes, viste muy bien, está leyendo un periódico, le pregunto amablemente si puede darme la fecha, y dice sin mirarme: “24 de abril”, guardo unos segundos y pregunto de nuevo: “¿pero… de qué año?”, a lo que responde con una mirada seria: “deberías de estar en paz, hiciste lo que pudiste”. Me siento confundida, cierro mis ojos y despierto en mi habitación, es extraño, el vecino de en frente toca a la puerta y grita: “¡hola, ¿disculpe, está bien… se… se siente bien?!, anoche usted llegó a mi casa muy exasperada, ¿puede abrir la puerta y hablar un momento conmigo?”. No recuerdo que haya ido a su casa, tal vez trate de ayudarme, no confío en esas personas de un día a otro, pero no quiero ser grosera, me acerco a la puerta, tocando la manija mi mano suda, así que le respondo observando por mi ventana: “prefiero otro día, tengo algunos pendientes por hacer”. Está atardeciendo, enciendo el televisor, veo las noticias, buscan a una persona que ha hecho productos de mala calidad y los vendía como si fueran excelentes a un precio elevado, fabricó miles de llantas e hizo que se perdieran muchas vidas, algunas pudieron salvarse gracias a que viajaban a una velocidad baja. Cuando ella falleció, no me dejaron investigar absolutamente nada, mis padres no quisieron involucrarse con sus hijas, la policía parecía nerviosa y no me dijeron nada al respecto. Al siguiente día mi vecino toca a la puerta nuevamente, me invita a su jardín, ve que me gustan mucho las flores, así que me convence de ayudarle a mejorar el aspecto de sus macetas, después de varios meses nos hemos hecho amigos y me regala uno de sus autos seminuevos, no lo utilizo ya que aun tengo el trauma con el accidente. Estamos en la sala y le pregunto si tiene un paquete de hojas blancas para realizar un proyecto que tengo en mente, afirma y me ha dicho que está en unos cajones frente a la pecera, mientras tanto él está en el sanitario, voy, saco las hojas y veo que debajo del primer cajón hay algunos documentos que sobresalen, trato de meterlos para que estén en orden pero me da curiosidad por saber qué son, hay bastantes fotografías de personas, muchos archivos, los cuales son acerca de accidentes automovilísticos, encuentro la imagen de mi hermana fallecida, me quedo atónita, mi

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amigo es el responsable de su muerte, leo lo siguiente: “…más del 50% del cuerpo fracturado, muerte instantánea, sobrevivientes: 1, el cual permaneció 5 semanas en coma, atendido por los mejores médicos del estado… la mujer trabajaba como chofer del señor Michael”. Detrás de mi escucho: “me equivoqué de automóvil, pensaba que había escogido el que tendría los neumáticos en buen estado, pero terminé cayendo en mi propia trampa, gané bastante dinero en ese tiempo, lo siento mucho”, me alejo naturalmente para no causar sospechas, pero un asesino no me dejaría vivir, cuando solo suenan sus pasos y me toma por el cabello para intentar llevarme hasta su sótano, uno de los escalones se rompe y los dos caemos, intento subir lo más rápido posible pero me jala del pie, me clavo varias astillas en el rostro, lo pateo varias veces y obtengo ventaja, llego a su jardín, grito para pedir auxilio, pero mi mente está bloqueada por lo que voy directamente a mi hogar, mi vista se ha nublado y un zumbido por mi cabeza no deja que piense correctamente. Está dentro de mi casa, lo he escuchado entrar, no tengo mi teléfono celular cerca, necesito salir lo antes posible de aquí, me encuentro en el segundo nivel, menos mal que las escaleras de mi ático estaban abiertas, subo cuidadosamente, las cierro, pero han hecho ruido y no tengo idea si él está armado. He pasado la noche aquí, no puedo quedarme más tiempo en este sitio, está atardeciendo y tengo una gran sed, observo a través de un agujero que había hecho al remodelar mi hogar, no nay nadie, no está, mi corazón palpita lo suficiente para tener el valor de bajar, cuando estoy en mi cocina veo un arma sobre el comedor, sin pensarlo la tomo, doy la vuelta, al mismo tiempo él entra y se detiene bruscamente, me pregunta; “¿qué es lo que haces, te parece gracioso?, deja eso, puedes lastimar a alguien”, levanto el arma y apunto hacia él, pero de la nada aparece aquél viejo al que le había preguntado la fecha, con voz confundida y desesperada le pregunto: “¿y usted qué hace aquí?”, a lo que responde: “he venido por ti…Susan, soy la muerte”. Veo a mi vecino con una gran sonrisa en su rostro, pero yo ya no tengo el arma, la tiene él, la guarda detrás de sus pantalones, bajo la mirada y tengo un disparo en mi estómago, no puedo hablar, no puedo estar de pie con un dolor tan intenso y caigo al suelo, sé que parece inútil pero solo me queda arrastrarme para tratar de huir, cierro mis ojos, cuando los abro, observo todo esto, un gran campo con tranquilidad y paz, así es como llegué hasta aquí…hermana.

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ANDRÉS CHÁVEZ LA APUESTA

Un día cualquiera, el chico de negro y la chica del tren conversaban en la estación mientras este esperaba el próximo tren. –sabes, hoy vi una escena muy bonita, en el que una anciana que a duras penas caminaba se le acerca un anciano aún más viejo, él se apresuraba a ayudarla tomaba el bolso que llevaba la anciana y amablemente le tomaba del brazo para pedirle un taxi-sabes – dijo ella – yo no me veo con alguien hasta esa edad- ¿enserio? - Contesto el -si es que no creo mucho en esas cosas como tú ya sabes – sentencio ella con una mirada al horizonte - amiga mía, eres joven aún, no sabes lo que traerá la marea del tiempo. Así que te propongo una apuesta - ¿una apuesta? –exclamo ella con intriga -si una apuesta, veras estos son los términos, yo digo que, si compartirás con alguien llegando a esa edad, tu como es obvio tomaras la partida contraria, ¿te parece? -bien, aunque sé que ganare – y lanzo una risa traviesa -y cuál será el premio – dijo ella con curiosidad - un chocolate de los mas finos y caros, ¿te parece bien? - bien tenemos un trato- y le ofreció la mano para sellar el pacto-trato hecho- dijo el chico de negro con una sonrisa pícara en su rostro.

El tiempo paso, y aquellos amigos tomaron caminos diferentes. El comenzó a estudiar psicopedagogía y ella se especializo en la electricidad. Ambos tuvieron diferentes parejas, pero al poco tiempo se sentían ahogados, presos de esas pobres almas que no sabían comprenderlos, y

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terminaban con ellas. Siempre se mantenían en contacto y eran mutuos los socorros que se prestaban y así, fueron bailando ese vals con en el tiempo, año tras año, década tras década, en un baile que parecía infinito. Hubo un tiempo en el que ambos fueron afortunados en el amor y ya no se veían tanto como antes, pero eran sagradas las llamadas una vez al mes, tenían esa conexión que muy pocas personas tienen de saber cuando el otro necesita de una palabra suya para encontrar el camino de nuevo. Pero la vida es en sí misma una contradicción, y ambos fueron despechados nuevamente, ya más maduros lo tomaron con naturalidad y simplemente entendieron que hay lazos que son débiles como la llama de una vela en una noche de duro invierno, y otros que son tan duraderos como la esperanza de que después de esa misma noche, saldrá el sol en todo su esplendor.

Han pasado casi sesenta años, la ciudad ha cambiado mucho. Nuevos edificios, centros comerciales e incluso un aeropuerto para el nuevo transporte que inventaron hace pocos años. Pero aun así hay lugares que se niegan a morir y están al servicio de los nostálgicos. Uno de estos lugares, que conserva aun la belleza del pasado, es la estación de trenes, lugar de románticos, melancólicos y de unas cuantas cafeterías en cada estación, en este lugar en la estación más icónica dos viejos amigos se reúnen a ver pasar los trenes cada tarde. Una bella anciana de unos setenta y nueve años, vestida con una túnica azul (la moda del futuro) con una trenza en sus cabellos que niega el color blanco de la edad. Con sus parpados con un suave tono azulado y sus labios de un rojo, que recuerda a una delicada rosa de terciopelo. Espera sentada en un escaño con un bolso pequeño y un chocolate, bombones para ser más preciso, mirando como pasan los vagones de un tren de carga. En tanto, un anciano de unos ochenta y siete años vestido a la vieja usanza (negando las modas actuales) con un pantalón de tela negro a la medida, camisa y unos zapatos negros muy bien lustrados, cubierta su calva cabeza con una boina azul y en el cuello un collar de un ala de plata. Acompañado de su nieta mayor quien lo deja a las puertas de la estación. -abuelito te pasare a buscar a la hora de siempre ¿está bien? - dice ella con un tono muy dulce -si mi pequeña Amanda, no te preocupes aquí estaré con mi querida amiga – dijo el anciano.

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El anciano entra en la estación, toma el ascensor que lo lleva a los andenes y a lo lejos en la banca de siempre divisa a su querida amiga muy guapa por lo demás. Se acerca con una sonrisa de oreja a oreja y toma asiento tímidamente a lado de ella. Pasa un tren de pasajeros y a anciana de azul le dice al anciano de negro. -han pasado ya sesenta años querido amigo y a pesar de todo lo que ha pasado en nuestras vidas sigues aquí al lado mió- dice la anciana de azul con los ojos llenos de brillo -fue una promesa que me hice a mí mismo, amiga mía aquella vez que hablamos de nuestros miedos –dijo el anciano con una voz dulce llena de juventud. Ella sonrió, y le tomo las manos a su amigo que ya estaban azotadas por el paso de los años El subió la mirada hasta encontrarse con la de ella, seguía tendiendo los ojos que a el tanto le fascinaban, unos ojos como si las estrellas vivieran en ellos, ella rompió el silencio cómplice del momento y dijo: -mi querido chico de negro han pasado sesenta años ya desde que hicimos la apuesta y siento que perdí irremediablemente, como soy una mujer de palabra traigo estos bombones como muestra de que tenias razón y que aquí estoy anciana ya contigo mi amigo compartiendo el tiempo que nos quedeEl anciano le devolvió una mirada y una pequeña sonrisa, miro al cielo como tantas veces lo había hecho y luego contesto -te lo dije – y lanzo una pequeña carcajada de la cuál una lagrima de emoción se le escapa. Tomo los bombones, abrió la caja y los puso en su regazo, ambos comían de la caja con una sonrisa en sus rostros mientras miraban a la gente pasar y a los trenes dejar la estación. Cuando ya solo quedaba uno, él le dijo con ese tono amable que te brinda la edad -ese, mi chica de la estación es tuyo – Ella lo tomo y la partió en dos y luego le dijo algo que el anciano recordaría hasta el ultimo de sus días - no, es nuestro-

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FERNANDO FLORES ÁLVAREZ DECEPCIÓN Me he decepcionado y he herrado, duelen y con el tiempo a veces las decepciones se vuelven cada vez más profundas, tan profundas que al final del día lo único que quieres es no saber nada de nadie más, pero también hay esas decepciones en las que al paso del tiempo te pones a reflexionar y no queda nada mal lo que te sucede a partir de ese momento; es más, hasta gusto te da el recordar el momento de decepción y sentirte agradecido porque de lo contrario no estarías en este lugar, o con ese empleo, o con un amigo nuevo, en una relación. ¿Esas decepciones serán buenas? ¿En qué momento te das cuenta de que lo que sucedió fue algo bueno o no? Creo que no existe respuesta alguna para eso, ya que todo es a su tiempo y sin darte cuenta ya estás en un buen momento y es ahí donde dices -que bien que me pasó tal cosa- o expresiones como -si no lo hubiera hecho no estaría aquí- entonces si esto siempre pasa, porque no desde un principio sentirte con la fortuna de que algo malo te acaba de suceder; y es que como decir que fue algo malo, eso es muy subjetivo; pero, en fin. No es sencillo lidiar con la respuesta cuando las expectativas son muy altas, siempre terminas decepcionado y no puedes evitar sentirte vacío o que ese sentimiento de plenitud no está lleno; la única forma de superarlo y sentirte bien contigo mismo es ignorando lo demás y centrarte en tu vida y no en la de los demás. Una forma de superar una decepción es abrazar el sentimiento, dejarte fluir en tu sentir, decir que estas triste o incluso en los casos un poco más profundos llorar es bueno; sacarlo y no dejar nada guardado ya que si no lo haces nunca encontrarás descanso alguno. Una vez que hayas pasado por esto, la situación cambia de forma y se vuelve más que un fracaso o un mal momento, en una experiencia de la cual puedes aprender o repetir lo mismo hasta que decidas tomar acciones distintas para obtener resultados diferentes, y creo que de eso se trata el vivir, es levantarte cada día con la incertidumbre de que pasará hoy contigo, pero

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buscar una respuesta antes de que suceda solo trae agonĂ­a y preocupaciĂłn, la forma menos dolora para vivir es que cada que uno cae, levantarse y aprender de ese error.

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SUEÑO LUCIDO O ALGO PARECIDO Platicando con unos amigos en la mesa de un bar, sentados los tres con una cerveza cada quien y alegres disfrutando el momento contando inquietudes; les comento a mis amigos que cada que sueño algún momento perturbador, bizarro o intrigante me gusta plasmarlo ya sea en una idea, un dibujo o por lo menos un boceto, me comenta mi amigo Alan que los sueños no pasan por nada, tienen una razón de ser y un porque de los sueños, aunque el ´´por qué´´ casi siempre es una incertidumbre para nosotros. Entonces un sueño es energía libre donde todo puede pasar, desde predecir ciertos eventos, tener creaciones de buenas ideas o decirte subconscientemente que es lo que te abruma, necesitas o te altera. Con el contexto anterior podemos decir que no tenemos ni la mas certera idea de lo que son los sueños, pero siempre obtenemos un aprendizaje de este, y más si se trata de un sueño lucido de esos en los que recuerdas hasta el más mínimo detalle de lo ocurrido ahí, casi como si hubiese sido una experiencia real. Pero entonces ¿qué ocurre cuando estamos viviendo en un sueño?; una situación real en la que lo que sucede no te lo puedes creer por la razón de ser muy impresionante, pero siempre nos pasan cosas impresionantes, ¿será que esto rebasa lo impresionante?, ocurrido hace días, lo que menos me esperaba que sucediera en el mejor de los sentidos, porque vamos, yo soy de las personas que se hacen expectativas enormes y aun así se superaron, recuerdo cada detalle de ese día y me sigo lamentando por haber quedado en shock pero cuando conoces a alguien con esa intensidad es imposible actuar bien a la primera, irradiaba una energía y vibra tan positiva que pareciera que iluminaba la habitación con su presencia, realmente un ´´alma libre´´ dentro de toda la expresión de la frase. Dicha la sensación, sientes que esa persona es un sueño, y me atrevo a decir que es un sueño lucido porque aun recuerdo con claridad cada detalle de la chica a la que apareció de visita, estaba de que no me la creía y puedo asegurar que ni ella se lo esperaba. Aprender de ese sueño es el objetivo, pero desearía poder ver ese sueño lucido mas veces por la razón de que los sueños siempre son buenos y la gente se la pasa soñando despierta porque la realidad en la que se desenvuelven no es en la que ellos desean estar, ¡y hombre!, a quien no le gusta soñar; sin darme cuenta me volví fanático de las cosas irreales que existen, de la aberración

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de lo congruente que suena ser incongruente, fan de la obscuridad que aclara y de la cura que mata, a lo largo o corta que es mi vida me fui convirtiendo en la persona que nunca imaginé que quería ser pero que deseo ser en el aquí y el ahora, llenarme de lecciones de vida, pero ¿y si la vida se trata de evitar vivirla y necesitar soñarla despierto?, ¿no suena mas congruente realizar tus sueños a simplemente gastar vida?, tal vez difieran pero para mi la realidad se puede rebasar y puedes encontrar cosas irreales que para otros a su perspectiva es totalmente real y simple, a veces debemos ser abiertos a nuevas corrientes de pensamientos para entender que lo irreal de una persona puede ser encontrado, una clave para ver con mas claridad es ser incongruente, porque tal vez para ti un sueño no tenga significado alguno, pero para mi sentir que los momentos que pasé fueron un sueño es vivir; y sin percatarme de nuevo, estoy escribiendo un sueño que tuve.

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MI GIRASOL SE MARCHITO Tengo un girasol, y hoy se marchitó; tal vez se secó hace meses y yo sin darme cuenta, pero es solo porque la tengo presente todo el tiempo y nunca le di la atención indicada para ver si le faltaba agua o no. Da igual, de todas formas, tarde o temprano se iba a morir, es el ciclo de la vida; sin embargo, me he percatado de que sin agua y sin vida alguna esa flor conserva claramente sus colores, sus colores en sus pétalos bien cuidados y contraídos por la falta de agua, su verde claro del sépalo de la flor. Se ha marchitado, quedó sin vida, pero aún se conserva, frágil, dulce y tierna como siempre, la única diferencia es el que ya no la puedo rosar con mis dedos, se ha vuelto sensible al tacto, pero especialmente al rose físico que proviene de mí. Aun con tanta belleza después de haber colapsado, se me hace raro verla, pero solo puedo hacer eso, contemplarla; eso está bien, si no tengo nada mejor para ofrecerle creo que lo mas acertado que uno puede hacer es contemplar sin tocar o afectar ya sea su ecosistema o la flor en sí. Vivimos tantas experiencias, cosas que nos conectaban y formaban un vínculo, las pequeñas cosas que nos conectaban las dejé de hacer, la des procuré, sentí que aguantaría el sol, pensé que no ocupaba mas agua y eso se sentía tan bien para ser tan fácil. Algunas cosas siguen conservando su color a pesar del paso del tiempo, y eso es una virtud muy grande, ya que después de acontecimientos de gran impacto nada vuelve a ser igual o si consigue conservar sus colores, se vuelve frágil, una fragilidad al tacto que se vuelve imposible volver a sentir; creo que no se lo suficiente de plantas y mucho menos cuidar de sus flores, pero a pesar de eso siempre habrá una flor para cada jardín, que soporte climas extremos, que a pesar de los malos días ahí seguirá firme en tu jardín; y esa flor cuidará de ti, cuidará de ti y te regará.

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VAUGHAN STANGER

UNO ES UNO

El tipo que había estado esperando para que las luces cambiarán en Quinta y Main tambaleaba sobre la calle, cambiaba su rumbo hacia mí como un torpedo fijo en su blanco a pesar de tratar de quitarme de su camino. Yo debía ser su blanco, ya que nadie más estaba parado afuera de Geraldos en aquella amarga tarde de Febrero.

Probablemente quería quitarme un cigarrillo.

Imagine que era una persona de la calle. Cualquiera otra persona hubiera tirado ese abrigo y gorra hace muchos años. Adicionalmente tenía una barba de una semana y un olor corporal que daba la impresión de no bañarse en ese mismo tiempo. Sus lentes cubrían por completo sus ojos y no podía verlos. Asumi que sus ojos estaban enrojecidos, esperaba no por alguna gripe. Cuando comenzó a hablar, su voz estaba ronca como si no la hubiera usado recientemente. No es como que pudiera entender lo que decía con el ruido del tráfico.

-¿Que dijo?-

Se quitó los anteojos, revelando una feroz mirada que me recordó varias conversaciones que había tenido con el espejo del baño.

Lo intento nuevamente. -Te traigo un mensaje…-

-¿Oh si?-

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-¡Un mensaje de la verdad del multiverso!-

Esa debió ser mi señal para cortar y correr, pero alguna extraña cualidad en su voz --una insinuación de remordimiento-- hizo que mis piernas se quedaran fijas donde estaban. Me resigné a escuchar la mierda que estaba vendiendo.

-Mira, amigo,- Le dije. -¿Solo dime lo que crees que debo saber-- y después los dos podremos continuar nuestro camino, okay?-

-¿Estás seguro que estás listo para escucharlo?-

-Que, ¿tu mensaje? ¡Si, dimelo ya!-

-Okay,- Dijo, pero se detuvo, como si reconsiderara si estaba listo para recibir su sabiduría. Finalmente, con mi paciencia casi acabada, suspiro profundamente y me lanzó una mirada penetrante.

-Uno es uno-

-¿Eh, que, eso es todo?-

Asintió con la cabeza mientras se estremecía como alguien que ha sido librado de un peso.

-Pasalo,- Dijo, como si fuera algo que se le ocurrio despues.

Y con eso, El Tipo del Uno --como subsecuentemente lo nombraría-- desapareció. Y si, realmente ​desapareció​. No corrió o se paró en algún vehículo estacionado. En lugar de eso

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simplemente desapareció, como si algún productor cósmico de Televisión hubiera presionado el botón de ‘Disolver’.

Le di un ligero golpe a mi cigarrillo que ya era mitad ceniza mientras pensaba que debía tomar menos.

-¡Uno es uno!- Anuncia a un vehículo que pasaba cerca. Moví mi cabeza de lado a lado. No había manera que pasara ​esto​ a otros.. Pero al parecer no podía estar más equivocado.

Uno es uno​.

La mañana siguiente, la frase había burbujeado en mi mente el momento que desperté. Me fastidiaba mientras sorbía mi café, distrayéndome de mis insignificantes actividades diarias.

¿​Qué es lo que quiso decir El Tipo del Uno con aquella frase? ¿Y por qué parecía tan aliviado después de decirla?

-Uno es uno- podría significar un mundo de cosas distintas. Todo depende de como uno define “uno”

Con una especialidad en las Humanidades no estaba calificado para un trabajo que valiera la pena, pero tampoco había saciado mi curiosidad personal.

Uno: significado de unidad; unido. Uno: significado único, sencillo, solo, distinto.

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Uno: significado yo, vos, singular en segunda persona.

Otras posibilidades existen, pero esas son las principales.

Entonces, ¿qué significa “uno es uno”?

¿Podría significar algo como: “estas solo por tu cuenta”?

Olivia podría haber mandado una despedida tardía, pero era más fácil que le mandara algo más insultante por mensaje de texto. Entonces el mensaje del Tipo del Uno no venía de ella. Pero como sea, él decía que estaba entregando un “mensaje de la verdad del ​multiverso​”. Leyendo por encima el artículo relevante de Wikipedia fui introducido a la Teoría Cuántica y la Interpretación de los Universos Paralelos. Mi cerebro rápidamente sacó una bandera blanca.

-Uno es uno- Murmure a mi mismo

Basicamente inutil, decidi.

#

En retrospectiva, debí quedarme con aquella frase, en lugar de dejarla suelta en un mundo que no la esperaba. Pero a la miseria le gusta la compañía por lo tanto:

Michael Templeton @mikenofuture 11:15

El acertijo de hoy “Uno es Uno”. ¿Qué significa para ti? #lascosasquelagentedice #uno-es-uno #wtf

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Como era normal, el único que contestó fue Ziggy, probablemente mientras tomaba un descanso de sus actividades corporativas en Sistemas.

@mikeonfuture No tengo idea, hermano, pero lo compartiré por ahí.

Lo deje a la sabiduría de los que saben para entregarme una respuesta.

Gracias a Ziggy, ​#uno-es-uno se volvió viral de un día para otro. Cuando entré después de desayunar, Twitter estaba inundado con el meme. Una semana después, el primer juego temático de ​#uno-es-uno salió en televisión nacional. Llegó al punto donde no podía entrar a mi bar favorito sin que alguien me estuviera acosando haciéndome preguntas sobre este tema.

-¿Oye, amigo, cuál es tu ángulo con ‘uno es uno’?-

Por lo general agitaba mi cabeza y me alejaba de ellos, perplejo pero a la vez encantado, aunque había perdido mi oportunidad para explotar el meme. En cualquier caso, no era mi creación. El Tipo del Uno podía absorber toda la culpa, porque era obvio que habrían consecuencias.

-Uno es uno-

-Uno es uno-

-Uno es uno-

Un mundo de gente cantaba la maldita frase.

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En algunos días, todos los edificios públicos de la ciudad estaban cerrados, mientras que las instituciones mentales estaban llenas de víctimas. Peor aún, el fenómeno de ​#uno-es-uno ​se había vuelto global, desde que la frase del Tipo del Uno había sido traducida casi de manera universal. Aún más preocupante: mi mejor amigo había sido el primero en caer.

Caminaba como alma en pena por todas las instituciones mentales de la ciudad hasta que encontré a una enfermera que parecía estar siendo acosada en todo momento quien se mantenía firme en la recepción, ella me confirmó que Ziggy había sido admitido.

-Pero no puede entrar, por su seguridad,- Me dijo ella, sus ojos brillando con manico. -Esta cosa es horriblemente infecciosa-

La ironía no se me escapaba.

Le roge a la enfermera sin éxito.

Afuera, me senté en una pared baja mientras golpeaba el concreto.

¡Buen trabajo ahí, amigo!

Afortunadamente mi propia lastima se transformó en una decisión firme para arreglar las cosas. Después de todo, si podía infectar a gente con un meme, entonces podría desinfectarlas; siempre y cuando el internet no se muriera en ese periodo de tiempo.

Uno es nada. ¡Pasalo! #limpiamental #mataelmeme Uno es muchos. ¡Pasalo! #limpiamental #mataelmeme Uno es estupido. ¡Pasalo! #limpiamental #mataelmeme

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Observando varios retweets me hizo ir a la cama con un optimismo que tomaba con pinzas. Durante la noche soñé que estaba colgando de una lámpara de calle con una cuerda atada al cuello.

Desperté para un armageddon memetico.

# La fase terminal de la infeccion sucedió durante uno de esos ​reality shows d​ onde tienen gente dentro de una casa de la cual no pueden salir. A pesar de todas las precauciones, “Uno es Uno” había logrado llegar. Tal vez alguno de los asistentes de producción no había notado un chip telefónico que se podía esconder en un implante molar. Los productores del programa inmediatamente ordenaron cerrar todo, pero el daño estaba hecho. La atmósfera febril en la casa junto con el aburrimiento eran las condiciones perfectas para una polimerización memetica, así es como lo había indicado uno de los comentadores del programa antes de que ella también sucumbiera.

-¡Uno!-

-¡Uno es uno!-

-¡Uno es uno es uno!-

-¡Uno es uno es uno es uno...!-

En segundos todos aquellos que miraban el programa estaban recitando la frase. Para la media noche, el ahora siempre creciente meme estaba atascando las mentes de innumerables cantidades alrededor del mundo. Bueno, la mía no, obviamente. Inmune pero infeccioso. Era como Maria Tifoidea de las transmisiones memeticas.

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Exactamente como debía serlo, me di cuenta, mientras recordaba como el Tipo del Uno me había interceptado y seguido sin que pudiera escaparme.

Las señales de un colapso global inminente eran obvias, calculado tristemente por la caída precipitosa de tweets.

Dos días después la red eléctrica falló.

Entonces: Hasta nunca internet; adios televisión; hasta la vista con todo lo que tenía guardado en mi refrigerador. En algunos dias todos estarian muriendo de hambre, aunque estarian demasiado aturdidos como para que les importe. Cantando de manera colectiva su perdición desde sus sofás y camas, serán carne de cañón fácil para las ratas.

-Uno es uno es uno es uno es uno es uno…-

Escuchando la frase en mi cabeza me daba náuseas, pero cuando me arrodillé cerca del escusado no salió nada.

Nuevamente de pie, me tambaleaba de aquí a allá mientras que el baño bailaba alrededor de mi. Mis extremidades dolían; mis senos nasales parecían como si alguien hubiera inyectado plomo derretido.

Era gripe aviar.

Me tragué unas pastillas para el dolor y me tiré en mi sofá.

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Lo que debió ser una siesta corta debió durar algunos días, al menos tres, juzgando por la sed epica que tenía cuando desperté. Después de saciar mi sed, con agua que salía de las llaves del lavabo, me sorprendí, decidí salir a buscar comida.

Cuando la puerta de mi apartamento se cerró de golpe me di cuenta que la energía había regresado mientras dormía.

#

Caminaba como alma en pena por las aceras congeladas, templando por el frío. Al principio racionalice la falta de cuerpos en las calles asumiendo que todos se habían quedado en casa. Pero cuando encontré a una persona durmiendo en la puerta de una casa, sus ronquidos confirmando que todavía estaba en el mundo de los vivos, me di cuenta que mi entendimiento de la situación estaba completamente equivocado. Un camión de entregas a domicilio dio mayor evidencia de esto.

La persona que dormía en la puerta no se dio cuenta cuando le robe su sucia gorra y abrigo, lo dudaba viendo la botella de licor abandonada y vacía. No me sentía bien con el hecho de robar --totalmente todo lo contrario-- pero me di cuenta que, en mi estado actual sumamente frágil, necesitaba más protección que él.

El sonido de un claxon por la calle principal me sacó de mi momento de introspección. No podía reconciliar la evidencia de mis sentidos con lo que sabía que había sucedido, entre a Geraldos, donde me encontré a los mismos de siempre sentados cerca de la barra, quejándose de los precios de la gasolina.

¿Seguramente la frase no puede drenarse tan rápido de sus mentes mientras estaba comatoso en aquel sofá?

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Mire fijamente aquella televisión montada en la pared por varios minutos antes de preguntarle al barman si podía cambiar canales. Nada: no habia mention de “Uno-es-Uno”; ningun juego tonto, sin ilusos entonando aquella frase. Solo podía pensar en tres posibilidades: Me había imaginado todo; o había viajado en el tiempo al pasado; o…

El Tipo del Uno me había dado un mensaje del multiverso. Lógicamente entonces, este debe ser otro mundo, uno que difiere del mío en un sencillo, pero vital aspecto. Aquel mareo que había experimentado no era por la gripe aviar, había indicado mi transferencia a este lugar, al siguiente mundo en una serie. El tiempo que quede fuera debió ser la respuesta de mi cuerpo al shock de lidiar con eso.

Pobre nuevo mundo: perfectamente preparado para una infeccion memetica, igual que el mio.

Espere unos segundos, por si acaso, pero mi mente estaba lista. Evidentemente mi inmunidad había sobrevivido a la transferencia. No sabía si sentirme aliviado o preocupado, pero al menos ahora que entendía mi situación-- y la decisión que debía tomar. Ahí estaba parado, bebiendo una cerveza, mientras pensaba las cuestiones éticas de murmurar una frase capaz de desatar el Armageddon.

Solo por que podía no significaba que debiera hacerlo.

Hecho, una versión paralela de mi había sido seleccionada para infectar mi mundo con el meme, pero eso no significaba que debía hacer lo mismo. ¿Por qué elegiría aniquilar a todos los que viven en este mundo?

Contemple las múltiples versiones de mi habitando el multiverso. Tal vez no seamos santos, pero no podía creer que fuéramos pecadores, al menos no a un grado alarmante.

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Simplemente no podía hacerlo.

Pero él --más bien, yo-- había hecho eso precisamente. Entonces debía existir una razón. Si pudiera averiguarlo, entonces yo también podría.

Que tal si “Pasalo” no era nada más el vector para el virus de “Uno es Uno”, pero también un tipo de un tipo de bastón que se le entrega a un relevo. De cualquier forma, el acto de pasarlo al siguiente viajero en la línea podría liberarme de la infección. ¿Pero que de aquellos que se habían quedado atras? ¿También quedarian libres?

Necesitaba un brinco de fe de mi parte, pero el no realizarlo significaria tomar la peor decisión para siete mil millones de almas, sin mencionar a Ziggy. Cualquier cosa que fuera, no era un cobarde.

Me tome lo que quedaba de la cerveza y salí al aire frío.

#

Como había anticipado, el sonido del tráfico ahogo mis palabras.

El pregunto, -¿Que dijo?-

El pobre tipo mantenía su expresión de perplejidad durante nuestra plática.

Su mundo comenzó a desvanecerse en cuanto termine de decir -Pasalo-

De vuelta en casa, no había luces en la calle que brillarán, ni sonidos de vehículos transitando. Nada había cambiado, al menos no todavía.

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Consciente de que salvar al mundo requería de alguien con mejores habilidades y mucho más conectado que yo, empecé con Ziggy.

Mi mejor amigo yacía en una cama de hospital, parecía la muerte y olía peor que eso. Una bolsa vacía de solución salina estaba conectada a su brazo esquelético. Sus ojos cerrados.

-Uno es uno- Murmuró el

Deje caer algo de agua en su lengua hinchada

-Uno y uno es dos- Le dije

A la sexta repetición, sus ojos parpadearon hasta abrirse. Una sonrisa de lado a lado comenzó a formarse en su rostro.

-Bienvenido de vuelta, Ziggy.-

-Cool, amigo,- El dijo

#

Ziggy y yo distribuimos los antídotos lo más rápido posible para salvar a una cantidad considerable de gente. Es sorprendente lo que puedes hacer con hacer con algunas laptops viejas y redes de conexión auto-configurables que usan energía solar. Afortunadamente mi esfuerzo inicial para desinfectar había hecho algún bien. Aquellos que se dieron cuenta habían visto el mensaje en la pared, por así decirlo, y esperaron a que llegara el Armageddon. Aun así, tenemos una cantidad considerable de cuerpos.

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La infección sigue siendo un problema grave, pero esta vez es biológico. Va a pasar un largo y difícil periodo para la raza humana, pero no dudo que lo logremos.

Pocos saben la historia completa, por ende a quien culpar. Ziggy ha hablado con ellos a solas. Ellos saben que yo hice todo lo posible para compensar por ello, lo cual debería servir de algo. Y durante el día, mi arrepentimiento sirve de algo. Si tan solo fuera lo mismo durante la noche. Estoy aquí en mi cama de campo, dando vueltas en la oscuridad, tratando de cuadrar mi buen corazón con la cantidad de muertos.

Creo que es innecesario admitirlo, pero no lo he logrado.

Sin embargo, no importa que tanto piense en algo que no puedo cambiar, me encuentro preguntando cómo es que empezó esto en primer lugar-- y que dice eso de mi.

Por que no hay manera de escapar de ello:

Yo soy el elegido, el uno.

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JONATHAN FICKE EL AULLADOR EN EL PISO DE VENTAS Luces fluorescentes metidas en el plafón parpadeaban y pulsaban mucho más rápido que el ojo humano podía percibirlo, pero para los ojos formados en el antiguo torbellino del caos de la Vorágine, bañaban el cuarto de conferencias en una luz agradable. Era suficiente para enloquecer a cualquier persona.

Afortunadamente, Nya había nacido de la locura. Las luces caóticas lo reconfortaba.

Nya estaba sentado alrededor de la mesa de conferencia mientras tomaba un café insípido. Bob Dudly, su desaliñado gerente, un hombre que se estaba quedando calvo con una barba sin cuidar que le crecía debajo de la papada y lentes gruesos se sentaba al otro lado de la mesa. Bob estaba sentado al lado de Julia Andersen, la demonio más allá de la nada. Era tiempo de la revisión trimestral del desempeño de Nya, su cobarde gerente había llamado refuerzos en la forma de esta mujer usando faldas de tubo, austera con características aguileñas que comandaba las fuerzas oscuras de las artes conocidas y desconocidas del cosmos: Recursos Humanos.

-Nya, tus números de ventas son exquisitos, como siempre- Bob pasaba por los documentos en el folder manila, cada vuelta de página agitaba la llamativa corbata que usaba. Inclusive en los pozos más hondos de la locura Nya no había visto un patrón tan horrendo. Su mente, forjada en el crisol de la demencia, batallaba para comprender en qué realidad una corbata como esa podría existir.

Bob pregunto, -Igual que el trimestre anterior, ¿debo preguntar cómo es que lo haces?-

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-Mis clientes ven la encarnación de la desesperación y la locura en mis ojos, y la futilidad de su existencia puesta frente a ellos. No pueden entonces hacer más que comprar varias cantidades de papeles en un vano intento de cubrir las revelaciones oscuras de llegar a este mundo- Nya proyecto sus pensamientos directamente a la mente de Bob y resistió sonreír mientras el hombre se retorcía. -Dime cuánto incrementa mi compensación mortal-

Julia fijó sus ojos verdes en los de él. -¿Realmente crees que es el momento apropiado para pedir un aumento?- El perfume de ella, aceites aromáticos suspendidos en vómito de ballena, si no se equivocaba, los repudiaba y lo atrapaban al mismo tiempo.

-¿No es mi revision trimestral?-

-Claro que si, Nya. Relajate- Dijo Bob

Julia pregunto, -¿Cuántas veces Recursos Humanos ha necesitado recordarte acerca de proyectar realidades oscuras en las mentes de tus compañeros de trabajo?-

-Así es como habla mi gente.-

Ella no se movió, Nya miró fijamente a los ojos de ella y logró contener un gruñido. El logro concentrarse y no dejar que las líneas finas de su rostro, su cabello rubio, o cualquier otra cualidad que podría hacer que un mortal fuera influenciado a sus deseos y caprichos de la carne mortal le distrajeran. Que terrible adversario

-Siete- Respondió con un tono de voz alto

-Ocho- Dijo Julia -Necesitamos hablar de Daryl-

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-Yo no soy responsable por la mente débil de Daryl- Nya se concentró en formar palabras con su boca y no su conciencia

-Redujiste al pobre hombre a masa balbuceante- Bob contradijo -Hacer a nuestros competidores locos, bien. Atormentar a los clientes para firmar órdenes de compra, mientras los números sean buenos, puedo vivir con ello. Pero tus compañeros de trabajo son tu familia-

-Mi familia existe en un plano más allá de su comprensión mortal. Ellos no podría aguantar mi voz-

Julia abrió un portafolio de piel color negro. -Después de que el gerente de Daryl te reporto y pidió a Recursos Humanos realizar una investigación, en tu reporte dijiste: ‘Soy el mensajero de la Vorágine, la Voluntad Devoradora hecha carne.’ Continuaste diciendo que tú ‘abriste los ojos de Daryl a la Tormenta que viene dentro de la cual domina la locura y el dolor más allá de la comprensión’- Ella se recargo en la silla y miró con fulgor a Nya. -¡No puedes hacer amenazas como esas!-

Nya busco como explicarlo. -Él debía encantar mi máquina de vuelta a la funcionalidad. Incluso en la Voragine no teníamos la pantalla azul de la muerte. ¿Su trabajo no es tecnología de la información? ¿No es su tarea entonces arreglar esos problemas para que yo pueda regresar a vender papel, que es mi tarea?-

-Pero, ¿locura y dolor más allá de la compresión?- Preguntó Bob sin ver a Nya a los ojos

-Ni siquiera los Señores del Caos de la Vorágine usan Microsoft Word. ¿Que clase de infierno nuevo es este lugar?-

-Este lugar es Howel Percival Lomington, LLC,- Bob dijo -Y tenemos un contrato muy favorable con Microsoft para su paquetería de productividad-

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-Bob, creo que fue una pregunta retórica-

-La bruja de RH tiene razón-

Julia se inclinó hacia adelante, amenazante. -También, tus compañeros de trabajo han reportado por algo que ya está en tu archivo, el ‘uso persistente de un lenguaje arcaico irrespetuoso’. ¡No me puedes llamar bruja!- Julia golpeó la mesa -También quiero aprovechar este momento para recordarte que ‘meretriz’ y ‘patán’ son inapropiados. Finalmente, ninguno de nosotros ha logrado averiguar qué significa ‘ebien’, ‘eibata’, o ‘tenum’, pero tu tono parece indicar que es algo irrespetuoso. Voy a marcar límites con esas palabras también-

-¿Te robas palabras de mi lengua, como no es esto brujeria?- Nya presiono los dientes. El cuerpo mortal que usaba mostraba expresiones violentas de furia impudente menos dramático que cuando podía lanzar tentáculos creados de espacio y tiempo retorcidos.

-Viendo tu historial, esta vez habrá consecuencias- Dijo Julia -Pasaras por siete horas de entrenamiento de sensibilidad, también escribirás una disculpa formal a Daryl, y al psiquiatra del pobre hombre. Por el amor de Dios, tuvimos que ofrecer al psiquiatra dinero solo por las cosas que le dijo Daryl durante sus terapias-

Nya se encontró con la mirada de la ella-demonio, fija y fría en las luces fluorescentes parpadeantes.

-Harías una excelente sirviente de la Tormenta. Mi padre te usara como una cuchilla para sacar todo el trigo de este mundo para el fuego-

-Yo pienso que eres un excelente elemento del equipo, también- Contesto Julia -No llegues tarde para tu primera sesión de sensitividad, siete sesiones de una hora que empiezan a

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las cinco de la tarde después de los siguientes siete días de trabajo. Tu primera sesión empieza a las cinco el dia de hoy en el cuarto de conferencias ​Praderas Ondulantes-​ -¿Cinco? ¡A esa hora tenemos softball de oficina!-

-Bueno, tendrán que arreglárselas sin ti,- Dijo Julia. -Y deja de proyectar desesperación. Ese es todo el punto de esta junta-

-Los universos infinitos se doblan ante la fría, oscura y sin esperanza fin del que nadie puede escapar.- Nya se levantó de su silla, elevándose sobre su adversario sentado. -Tengo llamadas de ventas que realizar-

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Una línea blanca, el cable de su auricular, colgaba de un lado de la visión de Nya. Los dulces tonos de las flautas de pan bailaban en sus oídos, distrayendo de las interminables filas y columnas de números de ventas que demandaban su atención. Cerró los ojos y pensó en casa, en los lugares profundos, los lugares oscuros donde uno podía gritar sin que le importara nada y sin preocuparse de un reloj, sin atraer quejas de ruido o noticias de desalojo.

Cuando abrió los ojos, los números de ventas seguían ahí. Un calendario con gatitos jugueteando con hilo estaba colgado de la pared de su cubículo. Ocho días habían pasado desde el choque con Recursos Humanos. Había aguantado dolor, siete horas de monótonas pláticas de consejeros de sensibilidad. Era el mensajero de la Vorágine. Era su firme deseo y misión el continuar la devolución del plano mortal a uno de oscuridad, caos y entropía, e incluso él había odiado esas siete horas.

Tomó un último sorbo de su café que estaba demasiado frío de su taza y frunció el ceño. Se levantó y de manera acechante dejó su escritorio con dirección a la cafetera, solo para

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encontrarla vacía. Suprimió su urgencia de buscar al culpable que había fallado en preparar otra cafetera para mandar su traicionera psyche a vagar en un cementerio sin fin del alma. Comenzó a preparar otra cafetera.

-Buenas tardes, Nya,- Marty, un hombre algo corto de estatura de contabilidad usando una camisa de manga corta color mostaza dijo mientras caminaba a la cafetera. -¿Tu amas Nueva York, eh?-

-¿Que?- Dio vuelta para mirar al hombre, cafetera en mano.

-La--uh--la taza,- Marty apuntó a la taza blanca con un corazón rojo que había traído Nya consigo a la cafetera.

-Un día iré a Nueva York,- Nya entono sin emoción, regresando la atención al café.

-Claro, es un lugar muy bueno para visitar.-

-Iré ahí y llevaré sermones del más allá a las masas. Les enseñare las profecías de las cuales el hombre no se atreve a mencionar.-

-Claro, ¿como presentaciones de ventas? No sabía que estábamos expandiendonos al mercado de Nueva York, pero claro. Eso suena como una gran idea- Marty cambió su peso de una pierna a otra. -Entonces, ¿softball en la noche? Necesitamos ganar este juego contra TI. Estamos detrás de ellos en las posiciones. Te necesitamos allá afuera-

-Usare mis brazos largos y superior apoyo,- Prometió Nya, -Para mandar la pequeña esfera blanca a las dimensiones más allá del outfield-

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-Eso-- claro. Ese es el espíritu. Hey, gracias por no, ya sabes, hacer eso que haces donde explotas mi cabeza con tu voz-

-Entrenamiento de sensibilidad.- Nya movió el interruptor de la cafetera. -Me han dicho que los mortales pierden su comprensión de la realidad cuando les hablo directo a las profundidades de su alma. El entrenador me dijo que lo encuentran ‘desconcertante’-

-Algo así- Dijo Marty -De cualquier manera, nos vemos en el diamante-

Nya observaba como el cafe oscuro comenzaba a gotear lentamente, lentamente llenando la jarra son su recompensa agria cafeinada. Podía tener poder casi infinito, y aun así estaba a la merced de este aparato tomándose su tiempo con sus gárgaras y explosiones de vapor para producir el néctar que él necesitaba para la larga tarde.

-No puedo creer que hablaras con él- Dijo suavemente una voz femenina desde una esquina cercana. Hablaba bajo, pero los oídos de Nya eran mucho más perspicaces de lo que los humanos asumian.

-Hey, Angela,- Dijo Marty. -Es un poco raro, pero no es un tipo malo-

-¿Haz visto a Daryl?- Dijo Angela. -Difícilmente puede alimentarse a sí mismo. He estado esperando a que arregle la firma de mi correo por semanas, y ahora todo lo que ese hombre puede hacer es murmurar acerca de ‘los caprichos de la oscuridad infinita’ y algunas cosas sin sentido acerca de flautas de pan.-

-Tal vez Nya se paso un poco. Dime si no te has enojado con la gente de TI de vez en cuando-

-Molesta, tal vez, pero no lo suficiente para volver a un hombre loco-

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-Es bueno para la primera base,- Dijo Marty. -Y todavía tenemos oportunidad de alcanzar a TI en las posiciones-

Nya lenno su taza ‘Yo amo Nueva York’. Sin dejar la jarra, dio un trago largo al café hirviendo. El entrenador de sensibilidad le había dicho que tomar café que está obviamente demasiado caliente que podría quemar a sus compañeros de trabajo es otra cosa que encontraban ‘desconcertante’. Frunció el ceño y agregó ‘esperar a que el café se enfríe’ a la lista de cosas que tenían poder sobre él.

Levanto la taza a la altura de sus labios y comenzó a soplar sobre la superficie del café, gentilmente dispersando los delicados tentáculos de vapor.

-Bien,- Dijo Angela. -¿Dime que al menos no le dijiste que iríamos a Finnegans después del juego?-

-No, me imagine que los demas querian dejarlo fuera, entonces no lo invite-

Enojado, Nya tiró la jarra al piso sin importarle que el contenido estaba hirviendo o los cristales rotos. Entro de golpe a los cubículos que lo separaban de Angela y Marty.

El rostro de Ángela palideció y se echó atrás. Una pared de cubículo le impedía el escape. La cara de Marty se había blanqueado. Parecía como si su vejiga estuviera a punto de fallarle-como le había pasado a Daryl.

-¡Mis oídos escuchan todo! ¿Soy lo suficientemente bueno para golpear la bola para su equipo de softball, pero no lo suficiente para el consumo mutuo de alcohol?-

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-No es lo que piensas, Nya,- Marty dijo mientras caminaba hacia atrás. Angela se encogía.

-Angela, prepárate para confrontar las profundidades de la profecía no hablada.-

Los ojos de ella se agrandaron mientras miraba las visiones de oscuridad inevitable que él había puesto en su mente. Con cada segundo que pasaba un coro de dolor sin fin-- majestuosos gritos de almas perdidas en una eternidad de tormento-- forzaron el piso de ventas fuera de su visión. Para la deshilada conciencia de Ángela, cada momento pasaba a un paso agonizante, lánguido. Nya permitió que se revolcara en su desesperación y forzarla a aceptar un frío y despreocupado universo en el que todo lo que ella había querido se marchitaba en la nada.

Las pupilas de Angela se dilataban aún más, hasta que consumieron su iris por completo con oscuridad. La dulce cadencia de sus gritos llenaron la oficina, dando pie a una calma pacífica durante la tarde.

Nya sonrio y rio. A él no le importaba quien pudiera incomodarse por disfrutar mediante una expresión mortal.

-Nya,- Bob gritó sobre los gritos de Ángela mientras llegaba al lugar. -Vamos, hombre. Ya hablamos de esto-

El gerente se hinco cerca de Angela, tratando de confortarla, pero Na sabia que nunca podría recuperarse de las cosas que le había mostrado.

-Tal vez si ella hubiera pasado por un entrenamiento de sensibilidad,- Nya ofreció -sabría que no se debe excluir a un miembro de la familia de la recreación-

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Marty logró escabullirse por una de las esquinas de los cubículos. Nya examinó la oficina, la gente estaba de pie, observando sobre las paredes de los cubículos con dudosa pero implacable curiosidad. Él les ofreció a todos un vistazo a la oscuridad del otro lado del velo, porque en lo profundo, todos querían esas visiones.

-Voy a tener que reportarte,- Bob amenazó

Nya sonrio. La locura de Angela lo mantenía. Era tiempo de probar su fuerza contra su enemigo más temido.

-Deseo entrar en batalla una vez más. ¡Llamen al demonio de los recursos humanos!FIN

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DENNIS MOMBAUER UN COMUNICADOR CON OBJETOS ANIMADOS

Pocas personas han hecho todo el viaje desde la Tierra en aquellos días, desde la superficie a través de la atmósfera y directamente al espacio: por el precio correcto, Hakon Ambrose era uno de ellos.

Había comenzado desde uno de los muelles sin elevación, pasó rápidamente a través rafagas de arcologías y sus paneles solares en ascenso, luego aceleró hacia arriba a lo largo de una aguja de gravitación, donde la gente salta millas y millas en vuelo libre.

El cielo se había mezclado en la noche de ónix del espacio, salpicada de luces de hábitats artificiales y asteroides capturados, una región fronteriza de buscadores, granjeros y máquinas de minería robóticas. Hakon había dirigido su pequeña nave a través de este grupo de mundos en miniatura, luego pasó por las casas satélites de sistemas de construcción y arte bastante ingeniosos, abriéndose a su alrededor como flores de origami con sus pétalos constantemente alineados hacia el sol.

Más allá de ellos, después de las últimas instalaciones de comunicación, había líneas de conchas espaciales juntas, ostras artificiales en las que las personas flotaban en la ingravidez, inmersas en sueños inducidos por drogas o meditación profunda, y finalmente, lo más lejano de la Tierra, Hakon llegó al final de su viaje.

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Hakon Ambrose era un ‘experto’, un comunicador con objetos animados y experto en el lenguaje de los sueños, muy cuidadosamente entrenado y seleccionado.

La Precogniciencia Exaltada, uno de los paneles más altos de la administración de la Tierra, le había ofrecido con voces roncas una gran remuneración para ir más allá de su alcance y traer algo muy valioso: una respuesta a la crisis actual de manipulación mental. Una guerra secreta se desencadenó bajo la superficie consciente de la mente humana en ese momento, idea contra idea, esperanza contra esperanza, miedo contra miedo: y en el espacio, bañado por los fotones sin filtrar de soles lejanos y moribundos, una criatura podría enseñar algo a Hakon - y por lo tanto a la Precognisciencia Exaltada - un método de defensa.

La nave de Hakon ahora se aproximaba rápidamente a su destino, un hábitat muy alejado de la frontera o de las conchas espaciales a continuación: un mundo en miniatura encerrado en cristal como un insecto en ámbar, que contenia la réplica en parte auténtica de un antiguo templo asiático. Era una nueva versión extremadamente cuidadosa, a gran escala, hasta la última brizna de hierba y el más pequeño trozo de musgo a su alrededor: una ruina cubierta de maleza que viajaba por el espacio.

La nave de Hakon aterrizó en las afueras del templo, en un pequeño claro rodeado de árboles muy viejos. El aire era fresco y al mismo tiempo antiguo, lleno de recuerdos de lluvias monzónicas, de pájaros y viento susurrante en las copas de los árboles. No había pájaros, por supuesto, solo una libélula solitaria que brillaba a la luz de la luna simulada, artificial como todo lo demás aquí, llena de sensores y dispositivos electrónicos, pero que, sin embargo, parecía muy real, flotando en el aire, luego giraba bruscamente, zumbando, alejándose de Hakon.

El templo en sí era un edificio de tamaño mediano con techos curvos y pilares de madera pintados, accesibles a través de una serie de escaleras que subían las colinas boscosas. Al subir, Hakon vio un pozo y algunos jardines infestados de malezas debajo de árboles retorcidos; entonces, una delegación de peregrinos bajó a saludarlo.

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-Bienvenido a nuestro templo, honrado visitante. Nos complace saludarlo como nuestro venerado huésped-. Uno de los peregrinos se inclinó ante Hakon en un gesto arcaico, y Hakon hizo una imitación precisa en respuesta. -¿Has venido a vivir aquí y estudiar con el maestro? Vamos, vamos.-

Los peregrinos condujeron a Hakon a través de la puerta de entrada principal y hacia un patio cubierto con losas de piedra. La piedra era real, al igual que los pequeños arbustos que crecían en sus grietas, pero Hakon también podía sentir el revelador vacío del suelo bajo sus pies, la inesperada ligereza de sus pasos.

-No estoy aquí para quedarme y estudiar, pero necesito hablar con su maestro. ¿Donde esta el?-

-En todas partes.-

-Su lente de convergencia-. Hakon mantuvo su expresión y postura cuidadosamente esculpidas, mientras desterraba una oleada de ira en uno de sus próximos sueños de perturbación. ¿Pensaron los peregrinos que Hakon no sabía nada de los Pneumataphars, que había venido aquí ignorante y sin preparación? -¿Lente de convergencia?-

-Si. ¿Dónde se comunican con él? ¿Dónde habla y escucha?

-Yo... en ninguna parte. El maestro está en todas partes y nos enseña mientras dormimos, a través de su estructura, sus sonidos, sus toques y susurros -.

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Hakon estudió a los peregrinos y concluyó que no le estaban mintiendo, pero que, a través de una muerte o accidente no reportado, el conocimiento se había perdido. ¿Cómo podrían estas personas estar aquí sin saberlo? ¿Habían dejado la Tierra y desperdiciado sus vidas para venir a este templo y aprender de un maestro con el que ni siquiera podían hablar?

Hakon inspeccionó los terrenos y no encontró nada que se pareciera a una lente de convergencia, ni en los patios y jardines irregulares, ni en las salas de meditación llenas de incienso ni debajo de los tapices desteñidos. Había esperado que fuera un relicario dentro del templo, una pintura o un espejo tal vez , pero, por supuesto, era el pozo.

Regresó a la nave, donde había traído su equipo completo, y lo trasladó todo al sitio del pozo. Esta tenía que ser la lente de convergencia, definitivamente, justo a la misma distancia del templo en el centro del hábitat y las afueras boscosas ... mucho mejor colocado que la mayoría de las lentes que Hakon había visto.

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Hakon se dejó hundir en el pozo, el agua turbia se cerró sobre su cabeza, la humedad chapoteo contra los cientos de sensores precisos dentro de su piel sumergida. Podía sentir las corrientes eléctricas en el agua, las ondas cerebrales de comunicación del Pneumataphar, y comenzó a buscar conectores ocultos solo por el tacto.

Las piedras sumergidas, cubiertas de algas, se sentían ásperas y naturales, pero Hakon sabía que habían sido alteradas, que había nervios que las atravesaban, que tenían aberturas para sus cables de carga de datos. Por medio del sondeo con sus manos finalmente encontraron una, se enchufó rápidamente y cerró los ojos, justo a tiempo para que apareciera la primera imagen de sueño:

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-El cielo está oscuro y nublado, viene una tormenta. A medida que se desata y la lluvia inunda el camino a través de los arrozales, un grupo de viajeros se encuentra buscando refugio en un pequeño santuario. El brillo azul de un relámpago repentino revela un espadachín, un monje, un mensajero montado y un flautista.

Hakon entendió el mensaje y sintió la mente lenta y antigua debajo de él, como la depresión de un lago profundo debajo de sus pies. En su vida, el ser que creó este escenario había sido uno de los mejores y más brillantes que la Tierra había presentado, un psicólogo, gurú y médico con un intelecto muy por encima de la norma, un verdadero maestro de la mente.

Ahora, él era un Pneumataphar, una conciencia humana moldeada en la forma de un edificio: su base de piedra en parte ahuecada para bancos de memoria y poder de procesamiento, sus columnas descamadas y escalones desgastados cubiertos de terminaciones nerviosas y receptores, convirtiendo los antiguos templo en un cuerpo inmenso e inmóvil, sostenido por cables y generadores que zumbaban inaudiblemente debajo de las hojas caídas y las cargas de contenedores de tierra.

Hakon borró todo lo demás y convocó la imagen de su propio sueño en respuesta: -Otro rayo ilumina el santuario y la deidad pintada en su centro. El monje elige sentarse en el porche delantero en posición de loto y medita, despejando su mente de todo excepto sus propios pensamientos. Tiene éxito hasta que el flautista comienza a tocar para los demás, y las notas de su melodía gotea lentamente en la mente del monje, contaminandola como el aceite que gotea en un estanque transparente-.

El paisaje del santuario, la tormenta y los viajeros se desvanecieron, y Hakon se encontró flotando en la oscuridad de su propia conciencia. No hubo reacción durante tanto tiempo que comenzó a sospechar que algo había salido mal, que tal vez la piel de su sensor o la salida habían funcionado mal, pero había sido entrenado, por lo que esperó. Las personas se volvieron mucho

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más lentas cuando se convirtieron en Pneumataphars, sus sentidos se extendían por tantos metros cuadrados, informándoles de cada movimiento en su cuerpo, cada toque en su piel.

-El monje deambula por el santuario, pero la canción del flautista lo sigue a todas partes, incluso más fuerte y más inquietante que la lluvia que cae afuera-. La escena del sueño regresó y comenzó a moverse nuevamente, la forma más directa de comunicación del Pneumataphar con Hakon.

-Después de que ha pasado un tiempo, el monje se dirige a la deidad del santuario en busca de orientación: y ella le muestra una puerta oculta que conduce a la tierra. Aquí está oscuro, y los ojos del monje tardan en adaptarse a las sombras. Entra en una cueva, y la cueva no está vacía: hay formas que cuelgan de su techo atravesado por las raíces, docenas y cientos de formas, los cuerpos dormidos de muchos murciélagos.

La puerta oculta se ha cerrado por mucho tiempo detrás de él, y el monje no tiene más remedio que confiar en la deidad. Se sienta en la roca desnuda, cruza las piernas y trata de meditar nuevamente. Las alas susurran sobre él de vez en cuando, luego, pares de pequeños ópalos blancos comienzan a brillar, y uno de los murciélagos grita: -¡Gorah-Gar!-

El sonido dolorosamente estridente hizo eco en la mente de Hakon y casi lo hizo desconectarse del sueño. Se sentía como si le hubieran dado un puñetazo en una parte de su cuerpo que no sabía que existía, y todo lo que había allí (piel, grasa, músculos) había sido impreso con rigidez y dolor, un extraño tipo de memoria fantasma física.

-¡Gorah-Gar! ¡Gorah-Gar! Después del primer grito, todos los murciélagos se unen, y en cuestión de segundos, el monje se ve abrumado por el caos de cien voces de animales. El monje quiere callarlos, escapar de este terrible ruido, escapar con la mente aún intacta, pero el pasaje secreto no se puede abrir. Los murciélagos revolotean en el vacío de tinta sobre su cabeza, y sus gritos no se detienen: '¡Gorah-Gar! ¡Gorah-Gar!-

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El paisaje cambió, desde la oscuridad casi total de la bodega hasta el edificio del santuario en la superficie, todavía rodeado de lluvia y relámpagos ocasionales.

La lección parecía haber terminado, y Hakon recordó rápidamente el -Gorah-Gar- de los murciélagos, una y otra vez, hasta que estuvo seguro de que no podía olvidarlo. Comenzó el lento ascenso de regreso a la plena conciencia de su cuerpo y concibió un sol que se elevaba sobre el pequeño santuario, sus rayos atravesando las nubes como una forma de expresar su gratitud, pero ya no hubo respuesta.

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Hakon regresó a la Tierra y repitió la meditación de defensa en el camino, invocando la oscura cueva del sótano, los murciélagos y sus horribles gritos, sin saber cómo usarlos, pero convencido de que esta cacofonía de voces chillonas era un arma, Un ataque contra cualquiera que intente manipular sus pensamientos.

La nave de Hakon descendió entre las altas arcologías y sus brillantes paneles solares, aterrizando en un muelle a solo unas pocas millas sobre la Tierra, donde los representantes de la Precognisciencia Exaltada ya lo estaban esperando.

-Bienvenido de nuevo, ciudadano registrado Ambrose. ¿Has tenido éxito? Las voces de la delegación sonaban como cuervos, y sus ojos mostraban un brillo blanco brillante.

-Lo he hecho-.

Todos hicieron el gesto formal de paz y buena voluntad, antes de mudarse a una cámara Oneirophag ya preparada, donde Hakon transmitiría sus nuevas habilidades.

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-Espere.- Hakon sintió que algo estaba mal en él y se detuvo ante una de las sillas onirofágicas. -¿Cómo sé que realmente son la Precognisciencia Exaltada y que utilizaran esta técnica de manera responsable? ¿Cómo sé que no me estan manipulando? -Porque puedes confiar en nosotros y te pagaremos. En este momento, su cuenta ha recibido la suma exacta que le prometimos como compensación por sus esfuerzos, y un bono adicional como un signo de gratitud de la Precognisciencia Exaltada y de la gente de la Tierra. Gorah-Gar. -¿Qué dijo? ¿Qué fue lo último?-

-¡Gorah-Gar! ¡Gorah-Gar! Después del primer grito, todos los murciélagos se unen, y en cuestión de segundos, el monje se ve abrumado por el caos de cien voces de animales. El monje quiere callarlos, escapar de este terrible ruido, escapar con la mente aún intacta, pero el pasaje secreto no se puede abrir. Los murciélagos revolotean en el vacío de tinta sobre su cabeza, y sus gritos no se detienen: '¡Gorah-Gar! ¡Gorah-Gar!

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El chillido de los murciélagos arrastró a Hakon de vuelta a la oscuridad de la mente del Pneumataphar, y se dio cuenta de que su regreso a la Tierra y su conversación con la Precognisciencia Exaltada habían sido parte de la lección del sueño, aunque no lo entendió completamente. ¿Era una advertencia de que algo estaba mal con su empleador, que debía tener cuidado antes de enseñar la meditación de defensa cuando regresara?

Cuando las imágenes (la cueva, el monje, los murciélagos) cesaron, Hakon volvió a concebir un sol naciente sobre el santuario y emergió lentamente de la oscuridad del pozo. En su pequeña nave, volvió a descender a la Tierra, esta vez de verdad, más allá de los sistemas de pensamiento artificial en sus flores satelitales, que amplificaron y destilaron los sueños desde las capas espaciales hacia el planeta de abajo, más allá de los hábitats fronterizos y las agujas de gravitación.

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Saludó a la delegación y los siguió a la cámara Oneirophag, y al igual que el Pneumataphar le había mostrado, se detuvo. -Antes de hacer esto, necesito pruebas de que realmente representan a la Precognisciencia Exaltada, que no me estan engañando-.

-Tienes razón al hacer esta pregunta, pero me temo que no podemos tranquilizarte: porque, de hecho, no existe tal organización. Sabíamos que nunca ayudarías a una sola facción, excepto a la administración de la Tierra, por lo que te implantamos la convicción de que había algo llamado 'la Precognisciencia Exaltada', y que te encomendó la tarea de recuperar esta sabiduría del Pneumataphar -.

-Y eso-, agregó uno de los otros representantes, -también es una mentira-. De repente, tenía un dispositivo brillante en la mano, y todos los miembros de la delegación, excepto él, se desplomaron en el suelo.

-la Precognisciencia Exaltada es real, y yo soy su agente. Nos hemos infiltrado en esta otra... organización... y vimos cómo se desarrollaba su plan, pero teníamos que intervenir. Por favor, ciudadano Ambrose, estamos profundamente en deuda con usted por su servicio. Ha traído del espacio los medios para proteger a la gente de la Tierra de la manipulación, y por esto, estamos agradecidos. Muéstreme, si puede.

Se ataron a las sillas onirofágicas, conectaron los cables de los electrodos con movimientos de rutina y se conectaron. Dentro del sueño compartido, Hakon recreó el santuario y el monje, la cueva, los murciélagos y sus muchos gritos.

-¿Estás satisfecho? Te entregué lo que pediste, justo a tiempo, un arma mental utilizable para la defensa. Si esto complace a la Precognisciencia Exaltada, me gustaría recibir mi remuneración-.

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De repente, el otro hombre desapareció, abandonó la experiencia compartida, mientras que Hakon sintió que algo lo bloqueaba, algo que tenía habia sido instalado en la cámara, la silla, los cables.

-¿Qué está pasando? ¡Déjame salir!- Hakon tuvo que concentrarse mucho para percibir algo fuera del sueño, para formar palabras con sus pulmones y cuerdas vocales, no solo con su mente. -¿Estás escuchando? ¿Qué está mal?-

El representante restante yacía desplomado en su silla, con los ojos vacíos, la lengua colgando como un paño lleno de sangre. Alguien más estaba de pie en la entrada de la cámara de Oneirophag, una mujer con una sonrisa delgada que caminó lentamente hacia la silla de Hakon.

Siento haberte utilizado, ciudadano Ambrose. Te habrían dejado morir en tus sueños, ¿sabes? La silla está arreglada, pero restableceré su control.

Hakon pudo sentir que el bloqueo se aflojaba e inmediatamente se desconectó.

-Ninguno de ellos era la Precognisciencia Exaltada, pero sí existimos, y es nuestra tarea identificar las amenazas con mucha antelación-. La mujer ayudó a Hakon a levantarse de la silla mientras ella continuaba hablando con su cálida voz. -Sabíamos que sus habilidades poco comunes lo convertían en el candidato perfecto para enviar al Pneumataphar, y que al menos dos organizaciones estaban interesadas en hacerlo. Como realmente necesitamos una defensa contra la manipulación mental, no vimos ninguna razón para detenerlos; Pero tomamos precauciones. La leve desconfianza que sentía era el resultado del arma que le implantamos, un arma que se dispararía tan pronto como alguien intentara extraerle conocimiento; pero si ya tuvieras la defensa, y por qué más intentarían extraer algo, estarías a salvo -.

-¿Pero cómo sé que estás diciendo la verdad ahora? ¿Que representas a la verdadera Precognisciencia Exaltada?

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-¡Gorah-Gar! ¡Gorah-Gar!

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Cada grito de murciélago atravesó la cabeza de Hakon como un rayo de ira roja o un banco de niebla de miedo azul a través de uno de sus sueños de perturbación, donde desterró todas sus emociones negativas para tratar en un momento posterior.

-El monje se da cuenta de que no puede salir y hace lo único que puede hacer-.

El Pneumataphar hizo una larga pausa, pero esta vez, Hakon no pudo hundirse de nuevo en su cuerpo flotante, porque los gritos no se detuvieron, y quedó atrapado tan inevitablemente como el monje debajo de este santuario ficticio.

-El monje se rinde. Se sienta de nuevo, reanuda su pose de meditación y abre su mente a los murciélagos. Cada grito penetra en él y deja un hueco de dolor, una y otra vez, cada agudo -¡Gorah-Gar!- corta más y más profundo.

-¡Detente!- Hakon intentó escapar de esta tortura, pero las imágenes oníricas del Pneumataphar eran demasiado vívidas, los ojos de ópalo de los murciélagos eran demasiado deslumbrantes, sus voces gritando demasiado fuertes y múltiples. El arma de defensa se estaba usando contra él, era una trampa, una táctica en la guerra para el control mental en la Tierra, diseñada por alguna facción para sacarlo antes de que pudiera regresar con cualquier información. -¡Para! ¡Detente!-

Hakon quería defenderse, devolver el dolor que lo golpeaba, y sin ninguna otra arma disponible, lanzó todos sus sueños de perturbación acumulados simultáneamente en una explosión de rubíes rojos y zafiros azules, una lluvia de locura encerrada en veneno. piedras

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preciosas que amenazaban con lavar todo. Con cada oleada de emociones concentradas que surgían, la cacofonía de los murciélagos se volvió más superficial, más silenciosa, más inofensiva, los huecos de dolor se llenaron de ira y horror, hasta que de repente, abruptamente, todo se calmó por completo.

El paisaje cambió, desde la oscuridad casi total de la cueva del sótano hasta el edificio del santuario en la superficie, todavía rodeado de lluvia y relámpagos ocasionales. El trueno retumbó, pero el viento había perdido el tono, y Hakon no vio rastros de los compañeros de viaje del monje, del espadachín, el mensajero montado y el flautista.

Hakon todavía sentía las perturbaciones liberadas que bajaban por su conciencia, pero eran mucho más débiles de lo que estaba acostumbrado, sólo débiles ecos posteriores de un brote tan incontrolado y brutal que debería haberlo matado legítimamente. Todo se había ido, todas las emociones que había almacenado en los almacenes de su alma, y ​no tenía idea de lo que les había pasado.

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Hakon salió a la superficie del pozo y se hizo a un lado, su cuerpo tan profundamente exhausto como su cerebro. Bajó una sonda de medición al agua, pero no mostró signos de vida ni lentes de convergencia detectables.

Se quitó la piel de buceo y miró cuidadosamente a su alrededor, solo para ver confirmadas sus peores sospechas: había una libélula estrellada en la hierba, y los árboles ya habían comenzado a perder sus hojas en la conservación sin temporada de este hábitat espacial.

-¿Qué has hecho?- Los peregrinos avanzaron en grupo, sus rostros pálidos y conmocionados, sus ojos rápidamente llenos de miedo. ¡Todos pudimos sentir cómo te metiste en los sueños del

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maestro, cómo apareciste dentro de ellos y lo asesinaste! ¿Por qué? ¿Por qué vendrías aquí y harías esto?

El coro de sus voces enojadas le recordó a Hakon los murciélagos que gritaban, y él retrocedió, dejando su equipo empapado en el pozo. -Todo lo que hice, lo hice en defensa de mi propia integridad física y estabilidad mental-. Se concentró en su voz y su lenguaje corporal para ser lo más calmado posible, para crear el mayor efecto psicológico posible.

-¡Asesinaste al maestro!- A pesar de los esfuerzos de Hakon, la multitud parecía estar cada vez más agitada, como si las réplicas de todas esas emociones de sueño dispersas latieran a través de su sangre. Cuando comenzaron a correr hacia él, Hakon no dudó y huyó: y en una persecución por las colinas y a través del bosque, llegó a su nave solo unos segundos antes que ellos.

El plexiglás irrompible de la cabina tembló bajo las docenas de manos que lo golpeaban, pero Hakon sabía que estaba a salvo y arrancó constantemente los motores.

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La nave se elevó entre los árboles antiguos y salió de la esfera del hábitat, directamente hacia las estrellas y lejos de la Tierra. No podía volver a la Precognisciencia Exaltada con las manos vacías, y después de todo lo que había visto en sus visitas de ensueño a la Tierra, sospechaba que podrían ser responsables del ataque de Pneumataphar, que habían estado tratando de deshacerse de él o el Pneumataphar todo este tiempo.

No sabía a dónde iría, pero como ya estaba por encima de la Tierra por lo que uno podía estar, más allá de las arcologías, la frontera, los satélites pensantes y las capas espaciales, podía llegar a cualquier otro planeta sin necesitar mucho más combustible.

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Después de haber marcado un curso su nave comenzó a acelerar en la oscuridad interestelar, se instaló en el fluido helado que pronto convertiría toda su cabina en una cápsula de preservación. Sus ojos se cerraron mientras su temperatura corporal bajaba para disminuir la velocidad de su organismo, y una última secuencia de imágenes mentales, un recuerdo heredado del moribundo Pneumataphar, pasó a su lado antes de entrar en un sueño sin sueños:

-El flautista sigue tocando, pero cuando el monje se sienta y cierra los ojos, apenas puede escucharlo en medio del recuerdo de los murciélagos que gritan, y la música de la flauta ya no lo molesta ni lo influencia. Los murciélagos ahogan cualquier otro pensamiento, y el monje está ahora en paz, tan tranquilo como los viejos árboles alrededor del santuario o las gotas de lluvia cayendo sobre ellos.

FIN

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ENSAYO

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MARÍA FERNANDA CUAHUIZO PESTAÑA LAS MULETILLAS NUESTRA SEGUNDA CARTA DE PRESENTACIÓN

Resumen A lo largo de nuestra vida utilizamos palabras de manera constante e inconscientemente, que usamos a priori como un apoyo socorrido a la hora de expresarnos, pero a la larga, son un lastre y acaban por empobrecer nuestras conversaciones. En comunicación política es conveniente desterrarlas de nuestro lenguaje. Una muletilla es una palabra o frase innecesaria que se repite constantemente en una conversación, por costumbre o como apoyo pero en comunicación política estos comodines pueden resultar tan incómodos y tan lamentables que nos llevarían a un suicido político-social

Palabras clave Lenguaje, palabras, comunicación política, expresiones y muletillas

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Las muletillas son expresiones innecesarias o comodines Estos comodines son palabras que sirven para todo, si se abusa de ellas empobrece la lengua, estás no tiene contenido informativo directo; el oyente solo percibe que el interlocutor no tiene claro lo que quiere decir y que necesita “apoyarse” en frases o palabras vacías de sentido, o sin sentido para poder seguir con la misma conversación. Cabe resaltar que no se deben confundir las muletillas con lo que en alemán se llama Signagwort, palabra, frase o expresión que tiene una función fática y está dirigida al interlocutor para darle a entender que el canal de la comunicación sigue abierto, que uno está dispuesto a seguir comunicándose con el interlocutor o que quiere entablar comunicación con él, por ejemplo el uso de las siguientes palabras ¡Oye! ¡Cuenta!, ¡Qué me dices!, etcétera. Existen un cuatro categorías de muletillas: 1._ Muletillas conjuntivas Son las palabras entre las cláusulas, llenando los espacios que necesitan pausas. Por ejemplo en lugar de decir “Mi nombre es María Fernanda,soy escritora tengo 23 años, estudiante de ciencias políticas ” Suena así: “Mi nombre es Maria Fernanda y um tengo 23 años, um estudiante de ciencias políticas. 2._ Muletillas dramáticas Estas son palabras que se usan para dramatizar o hacer énfasis. Por ejemplo “Había literal como un millón de moscas.” Todos amamos las dramatizaciones cuando contamos una historia pero, como oyente, esas repeticiones son molestas y pueden destruir la credibilidad de una persona cuando habla. 3._ Muletillas de pasarela

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Estas palabras se filtran al principio de las oraciones, como una larga pasarela cuando iniciamos una idea y antes de que despegue. Es más fuerte si eliminamos estos repetitivos filtros. Por ejemplo : “como”… “en teoría”… “este”...”osea”. 4._ Muletillas de revisión Se usan cuando pides permiso, terminando la oración con un “¿verdad?” o “¿ok?” o “¿ya sabes?". Para eliminar o contrarrestar estás es necesario llevar a la práctica los siguientes consejos, te sorprenderá lo sencillo que puede llegar a ser 1._ Envía notas de voz, responde tus conversaciones diarias con audios propios, al final del día vuelve a escucharlas para identificar tus muletillas, te sorprenderá saber que tienes más de una, si te es más fácil usar una grabadora de voz ¡adelante!. 2._ No te deprimas, todos sin excepción tienen muletillas en mayor o menor medida pero las tienen, así que vive el proceso y trabaja en ello. 3._ Trata de exagerar una pausa. El poder de pausar tiene un impacto increíble. Rétate a seguir adelante solo cuando la siguiente cosa que salga de tu boca no sea una muletilla sino la siguiente idea. Puedes sentirte como que estás esperando una eternidad, pero no parecerá tan largo para tus oyentes. Después de un tiempo esas pausas se acortarán. 4._ Escribe un diario, esto te ayuda a hilar las palabras y también a tener mayor elocuencia. 5._ Cambia las muletillas por nexos, puedes empezar aprendiéndote tres o cuatro diarios y usarlos en tus conversaciones Eliminar las muletillas no te tomara tiempo extra, pero si un esfuerzo extra, lo positivo de esta práctica es que aumentarás tu credibilidad en el discurso y en tus conversaciones, presentarás un mensaje más claro y sin distracciones

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MARIO ALVAREZ EL RETO DE LA EDUCACIÓN EN TIEMPOS DE COVID19

Con la necesidad de permanecer en casa y evitar reuniones que pudieran propiciar el aumento de contagios de COVID19 en la población se hizo ineludible llevar las actividades académicas a casa de docentes, alumnado y directivos.

El reto no es menor, las instituciones de educación superior (IES) se encuentran en diferentes planos para atender esta exigencia, pero aun siendo una de las IES con mejor posición en el ranking nacional, es imposible no presentar alguna carencia.

En primer punto, el alumnado no cuenta con condiciones homogéneas de acceso a internet, equipos de cómputo e, incluso, ingresos, pues muchas de las personas que asisten a las IES tienen que trabajar de manera informal para costear sus estudios, situación que tiene que no debe ser perdida de vista por personal directivo y docente. No se trata únicamente de facilidades para el confinamiento e indicaciones de cuidado, el umbral del derecho a la educación, sobre todo en una etapa crucial como el nivel superior, debe considerar las condiciones personales de cada persona inscritos a los programas que la IES imparten.

Aunado a ello, las condiciones en que se encuentra el desarrollo de las actividades académicas no son, en absoluto, ordinarias, el confinamiento por sí mismo ha desarrollado en la población una predisposición a sentimientos negativos como la ansiedad y depresión que comienza a manifestarse en trastornos de sueño, por ejemplo.

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No menos importante es que, la mayoría de las docentes carecen de la didáctica para la impartición de clases en línea que va más allá de encargar actividades en línea sin una explicación previa y apelando a la disposición autodidacta que no siempre es posible encontrar en el alumnado dada diferentes circunstancias en que vive cada estudiante.

Igual consideración merece el tiempo que el cuerpo docente tiene que dedicar a improvisar el cambio de modalidad de sus clases de presencial a virtual, la selección del material, que en suma con las actividades propias de la familia demandan.

En suma, esta experiencia representa la oportunidad para replantear que, si bien se trata de mitigar los efectos de la pandemia, estas acciones extraordinarias deben considerar las circunstancias que han llevado a su activación y adaptarse para permitir tanto a docentes como al alumnado el desarrollo de los programas de estudio sin derivar, en la medida de lo posible en más afectaciones de las que ya se presentan.

Desde uniunida hacemos un llamado a la comprensión de cada una de nuestras funciones de modo que encontremos en cada persona una alianza y no un bloque en entorpezca aún más el rendimiento académico de nuestras instituciones de educación superior.

MOREIRA, M. (2005). Internet y la calidad de la educación superior en la perspectiva de la convergencia europea. ​Revista Española De Pedagogía,​ ​63(​ 230), 85-100. Retrieved April 11, 2020, from www.jstor.org/stable/23765796

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