RESIDENCIAL ALFONSO XII, ELCHE
Residencial Alfonso XII Se trata de un edificio de viviendas de cuatro alturas con semisótano y dos plantas para garaje, localizado en el centro de la ciudad de Elche, en un entorno privilegiado. Posee dos viviendas por planta, diez viviendas en total. El edificio está en una localización estratégica: en una ladera del río Vinalopó, con una visibilidad máxima, no existen elementos que bloqueen sus visuales. Puede ver y ser visto desde la ladera contraria y desde los puentes que salvan el río Vinalopó a su paso por el centro de Elche. Está enmarcado por vegetación y quiere formar parte del pulmón de la ciudad. Destacan dos palmeras que pasan a formar parte del imaginario de la fachada.
El edificio consta de una entrada principal por calle Alfonso XII y dos entradas independientes a nivel del río para las viviendas situadas en planta semisótano, generando un imponente espacio común de dos alturas en los accesos del edificio. La volumetría del edificio se determinó por un estudio de detalle realizado varios años atrás, con el objetivo de realizar la mejor integración posible con los edificios colindantes y las volumetrías existentes, ya que forma parte del centro histórico de la ciudad. La cubierta inclinada cobra gran importancia, porque es un elemento con gran visibilidad desde la ladera del río y los puentes del centro de la ciudad y que es característico de las edificaciones colindantes. El edificio da respuesta a los dos frentes a los que se presenta: lienzo de piedra con huecos funcionales en la calle Alfonso XII, dando respuesta a un entorno urbano dentro del núcleo histórico; fachada de grandes huecos y lectura abstracta, con espacios exteriores tamizados, buscando una imagen moderna y funcional, orientada al cauce natural del río Vinalopó.
La fachada que da al río está pensada para conservar la privacidad de sus usuarios, con una piel secundaria de lamas de aluminio, que permite la ventilación y crea espacios interiores protegidos y cómodos, a pesar de tener grandes huecos abiertos. Esta fachada está orientada a poniente y está pensada con especial cuidado, ya que debe proteger y filtrar el calor de la tarde en una ciudad que alcanza unas altas temperaturas en verano. Así, esta piel de lamas que protege del sol de poniente ayuda a mejorar la eficiencia energética. La fachada que da a la calle Alfonso XII tiene la voluntad de integrarse con el resto de centro histórico de la ciudad, materiales suaves y huecos que cumplen con las proporciones de los balcones clásicos. Se crea una relación amable con las edificaciones colindantes, ayudada además por la entrada retranqueada, que general un soportal.
Planta baja Calle Alfonso XII
Planta baja ladera del rĂo
Planta piso 1
Planta piso 2
Planta piso 3
Planta piso 4
Planta cubierta
Planta sรณtano
En cuanto a color, predominan los colores suaves; en la fachada que da al rĂo, se emplean colores grises en el gres porcelĂĄnico laminado y en las lamas de aluminio. En la fachada contraria, se ha empleado una piedra caliza natural color beige, para otorgarle mĂĄs sobriedad acorde con el centro histĂłrico.
Se realizó un proyecto lumínico, tanto para el interior como para el exterior del edificio. En la fachada que da al río, se implementa un sistema de luminarias en algunas de las lamas de aluminio de la piel exterior, enfatizando la linealidad de éstas y evocando la palmera imperial de la famosa Nit de l’Albà de Elche. La iluminación interior, destacan los leds empotrados y suspendidos, que combinan funcionalidad, eficacia y diseño.
Las viviendas son pasantes, dando a las dos orientaciones y permitiendo una ventilación natural. En las plantas superiores, las viviendas se abren a pequeños patios, que crecen en dimensión en las plantas inferiores, llegando a ser una parte importante de la vivienda dúplex de planta baja. Estos patios en planta baja están pegados a la fachada de Alfonso XII, y se protege su visibilidad de nuevo con lamas de aluminio. Permiten la entrada de luz natural a las dos alturas de la vivienda, ocupan todo el ancho de fachada, pero con son perceptibles desde la calle.
El edificio responde a la necesidad de integración de una pieza de arquitectura moderna, por un lado, con líneas contemporáneas en una zona de la ciudad marcada por la arquitectura tradicional; y por el otro lado, con una de las grandes zonas verdes de Elche, la ladera del río, con vegetación abundante y unas visuales inmejorables.