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AÑO VII NO. 86
por
¿A dónde vas? Por: S. Pedro
PRETENDIDA CONTINUIDAD CALDERÓNICA. Durante la inauguración del cuarto Foro Nacional sobre Seguridad y Justicia realizado el 22 de mayo pasado, Felipe Calderón Honojosa conminó a los candidatos presidenciales actuales, a aclarar si van a seguir o no con la política de seguridad pública de su administración, si van a seguir luchando contra los criminales o no y si van a reconstruir las instituciones y forzar a quienes no las han reconstruido o no. Enseguida, el mandatario aseveró faltan a la verdad quienes afirman la solución al actual problema de seguridad está en la educación y la creación de empleos, además dijo existe la alternativa en esa materia entre seguir enfrentando a los criminales y luchando por la seguridad o arreglarse con los grupos delictivos. Semejantes declaraciones son confusas no sólo en la forma sino también en el fondo, y además, faltan al respeto a la investidura presidencial. Inicialmente al apremiar a los aspirantes presidenciales a definirse sobre la continuación de la actual política, Calderón olvida el próximo 30 de noviembre termina su administración por lo cual no tiene margen alguno para proyectar la continuidad de directriz política o económica más allá del fin de su administración, sin extralimitarse en sus atribuciones legales y sin incurrir en una abierta distorsión de la institucionalidad democrática. De por si, tal pretensión es inaceptable en cualquier ámbito del ejercicio gubernamental, en este caso es peor de improcedente al referirse a una de las líneas más cuestionadas, oscuras y contraproducentes del actual régimen: a contrapelo de las proclamas triunfalistas del discurso oficial, la política de seguridad adoptada por su administración no sólo es ineficaz al combatir a las organizaciones criminales y restablecer el estado de derecho en las franjas del territorio bajo ese control, antes al contrario arroja saldos catastróficos en pérdidas humanas y materiales además de implicar un retroceso inadmisible en materia de soberanía nacional. De tal forma, la intención de perpetuar en su forma actual la cruzada de combate al narcotráfico y el crimen organizado es como pedir al país y a su población resignación para padecer un nuevo ciclo de muertes, destrucción y catástrofe social e institucional, más el declive nacional para ejercer un poder transexenal a todas luces violatorio del marco legal y de la lógica republicana. Lo peor de la perorata presidencial es su afán para incidir en el proceso electoral en curso mediante el descrédito. Finalmente los cuatro aspirantes han pintado su raya con respecto a la infausta estrategia de seguridad, ha sido el abanderado del Movimiento Progresista quien ha hecho explícita la necesidad de hacer frente a la criminalidad, la violencia y la inseguridad con una política sustancialmente distinta: ir a las raíces profundas de esos fenómenos y atender sus causas originales, entre otras la pobreza, la falta de empleo y la deficiente educación, así es lógico inferirla la dirección de estos destemplados dichos. Tales expresiones colocan a Calderón a la par con Vicente Fox hace seis años cuando favoreció la candidatura presidencial de su partido, la cual en su momento fue considerada
el
3 Tribunal
Un gran legado Electoral del Po-
der Judicial de la Federación como una grave intromisión que puso en riesgo la validez de la elección, y a la postre resultó uno de los componentes principales del déficit de legitimidad arrastrado desde su origen por esta administración espuria. SE SIENTE INTOCADO. Bueno está tan jodido el ocupante de Los Pinos que se lanzó al ruedo con una provocación traHelguera gicómica, según él en México no se protesta contra el presidente (así se autodenomina él desde 2006), sino contra otros actores políticos. Felipe Calderón tiene un sitio patético en la historia pues se hizo de él mediante el fraude electoral, pero vamos esa no es su más negra presea, sino el baño de sangre al cual ha sido sometido México durante seis años de guerra contra el narcotráfico. No han cesado en su contra los reclamos, sin embargo ya ni siquiera es tácticamente necesario distraer la crítica hacia sus tierras anegadas en rojo. SIEMPRE FUE PATITO(A) FEO (A). Como malograda del calderonismo se ve a la candidata preManager sidencial panista quien lucha arduamente por aparentar su competencia cuando es innegable su rezago, ya sea por sus propias limitaciones o porque su presunta fuente de poder, es decir el panismo felipista, estuviera sacrificándola por arreglos partidistas. Su irreversible despeñadero multiplica las especulaciones y los llamados en relación con una posible declinación de la panista en favor de López Obrador, con lo cual Josefina Vázquez Mota rompería con el calderonismo, donde jamás la han aceptado ni apoyado realmente.