La Filosofia de La Libertad -Steiner-Rudolf

Page 99

durante tres días tengo suficiente que comer, pero para ello tengo que pasar hambre otros tres, no por eso es menor el placer de los días en que como. Pero tengo que imaginármelo repartido entre seis días, por lo cual su valor para mi instinto de nutrición se reduce a la mitad. De la misma manera se relaciona la cantidad de placer con el grado de mi necesidad. Si tengo ganas de comer dos rebanadas de pan, pero sólo puedo comer una, el valor del goce que obtengo se reduce a la mitad del que tendría si después de comerla hubiera quedado satisfecho. De esta manera se determina el valor de un placer en la vida. Nuestros apetitos son la medida; el placer es lo medido. El goce de saciarse adquiere valor sólo porque existe el hambre; y obtiene un valor determinado por su relación con la intensidad del hambre. Las exigencias insatisfechas de nuestra vida ensombrecen también los deseos insatisfechos, y menoscaban el valor de las horas agradables. Pero también se puede hablar del valor actual de un sentimiento de placer. Este valor es tanto más reducido cuanto menor es el placer en relación con la duración y la intensidad de nuestro deseo. Una cantidad de placer tiene para nosotros pleno valor cuando coincide con la duración y el grado de nuestro deseo. Una cantidad menor de placer en relación con nuestro deseo reduce el valor del placer; una cantidad mayor produce un exceso no pedido que sólo se experimentará como placer mientras durante el goce mismo podamos intensificar nuestra apetencia. Si no podemos intensificar nuestro deseo en la misma medida en que aumenta el placer, éste se convierte en displacer. El objeto que en otro caso nos daría satisfacción, nos asalta en contra de nuestra voluntad y nos produce dolor. Esto es una prueba de que el placer sólo tiene valor para nosotros en tanto que podamos medirlo en relación con nuestro deseo. Un exceso de sentimiento agradable se convierte en dolor. Esto podemos observarlo especialmente en las personas cuyo deseo por un tipo de placer determinado es muy pequeño. A las personas cuyo instinto de nutrición está atrofiado, comer puede producirles fácilmente asco. De esto también se desprende que el deseo es la medida del valor del placer. Sin embargo, el pesimismo puede sostener que el instinto insatisfecho de la nutrición produce no sólo displacer por la privación del goce, sino verdadero dolor, sufrimiento y miseria en el mundo. Puede apelar a la indescriptible miseria de los hombres azotados por el hambre; a la suma de displacer producida por la escasez de alimentos. Y si el pesimismo quiere también extender su afirmación y va más allá de la naturaleza humana, puede señalar el sufrimiento de los animales que mueren de hambre en ciertas estaciones del año por falta de comida. El pesimista afirma que estos males exceden en mucho la cantidad de placer que el instinto de la nutrición produce en el mundo. No cabe duda de que el placer y el displacer pueden compararse mutuamente, determinarse el exceso de uno o de otro de la misma manera que lo hacemos con la ganancia y la pérdida. Pero si el pesimismo cree que existe un exceso de displacer y cree poder deducir de ello la falta de valor de la vida, comete un error porque hace un cálculo que en la vida real no se efectúa. Nuestro apetito va dirigido en cada caso a un objeto determinado. El valor de la satisfacción será, como hemos visto, tanto mayor cuanto mayor sea la cantidad de placer en relación con la intensidad de deseo.5 Pero de la intensidad del deseo depende también la cantidad de displacer que estamos dispuestos a aceptar para conseguir el placer. No comparamos la cantidad de displacer con la de placer, sino con la intensidad de nuestros apetitos. A quien el comer le proporciona mucho placer, soportará más fácilmente un periodo de hambre, debido al placer de mejores tiempos, que otro a quien la satisfacción del instinto de nutrición no le causa placer. La mujer que quiere tener un hijo no compara el placer que le proporciona el tenerlo con la cantidad de displacer que produce el embarazo, el parto, los cuidados del niño, etc., sino únicamente con su deseo de tener el hijo.


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.