rebeldes parte 4

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entendido nunca por qué estudiábamos tanto-. Venga, no fastidies ahora con el atletismo. -Soda -le dije de repente-. ¿Qué dije mientras estaba delirando? -Bueno, la mayor parte del tiempo creías que estabas en Windrixville. Después no hacías más que decir que Johnny no quería matar a ese soc. Y no sabía que no te gustaran las chucherías. Me quedé frío. -No me gustan, Nunca me han gustado. Soda se me quedó mirando fijamente. -Pues antes solías comerlas. Por esa razón no querías comer nada mientras estabas enfermo. No hacías más que decir que no te gustaban las chucherías, sin importarte que intentáramos darte de comer. -No me gustan -repetí-. Soda, ¿llamé a Darry cuando estaba enfermo? -Claro que sí -dijo mirándome con extrañeza-. Nos llamabas a los dos. A veces, a mamá y a papá. Y también a Johnny: -Ah. Creí que' a lo mejor no había llamado a Darry. Eso me estaba jodiendo. Soda sonrió. -Bueno, pues sí que le llamaste, así que no te preocupes. Estuvimos tanto tiempo contigo que el médico nos dijo que íbamos a terminar nosotros en el hospital si no dormíamos un poco. Pero no dormimos nada, de todas formas. Le miré de arriba a abajo. Tenía todo el aspecto de estar hecho polvo. Teníá ojeras, y un aspecto demasiado tenso y cansado como para ser él mismo. Pese a todo, se le reían los ojos y estaba despreocupado y tranquilo. -Estás hecho una pena -le dije con franqueza-. Me juego cualquier cosa a que no has dormido ni tres horas desde el sábado por la noche. Sonrió, pero no intentó negado. -Te dejo -reptó por encima de mí y se dejó caer, y antes de que volviera Darry con la sopa, estabamos dormidos los dos.

CAPÍTULO 11

Tuve que quedarme en cama una semana entera después de aquello. Eso me jodía; no soy de esos que pueden estarse tumbados y mirando al techo todo el tiempo. La mayor parte del tiempo leía y dibujaba. Un día me puse a hojear uno de los anuarios de Soda y me encontré con una foto que me resultaba familiar. Ni siquiera cuando leí el nombre, Robert Sheldon, caí en la cuenta de quién era. Por fin me di cuenta de que era Bob. La miré durante un buen rato. , . El de la foto no se parecía gran cosa al Bob que yo recordaba, pero nadie se parece nunca a la foto que sale en el anuario. Aquél era su segundo año; eso quería decir que tenía dieciocho años cuando murió. Sí, era un guaperas incluso entonces, tenía una sonrisa que me recordaba la de Soda, una sonrisa inquieta. Era


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