El Filandar / O Fiadeiro, n.º 19 (2012). Publicación Ibérica de Antropología y Culturas Populares

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En muchos otros casos, el concurso de la población local ha permitido datar con razonable precisión ciertos elementos del templo. Así, en San Esteban de Gormaz, gracias a la memoria de uno de los informantes supimos que los pares de la cubierta de la galería porticada de la iglesia de San Miguel procedían del desmonte del antiguo coro, con lo que se registran varias informaciones a un tiempo. En Bocigas de Perales la memoria vecinal resolvió los problemas del perímetro inicial del murete que delimitaba el recinto propio de la parroquia, alterado hace unas décadas e invisible en los libros de fábrica. Para documentar la presencia de exvotos (trenzas, una bandera militar, pañuelitos y ramos de novia) conservados en la ermita de la Virgen del Val en Pedro, datados de 1929 en adelante, las narraciones sobre los mismos han sido el único soporte documental que hemos encontrado disponible, dado que por su propia naturaleza son objetos que no suelen aparecer en ningún otro lado… De cada intervención, realizado el muestreo correspondiente, podrían escribirse muchas páginas. Finalmente, el concurso de la tradición oral puede resolver usos y denominaciones que aparecen en la documentación histórica parroquial de manera confusa, ambigua o directamente desconocida. Es el caso, por ejemplo, de la “claustra” en la iglesia de Ntra. Sra. del Castillo, en Calatañazor, que en los libros de fábrica se cita en diversas ocasiones, pero también alguna vez con doble denominación como “claustra alta” y “claustra baja”, y los naturales (Santiago Vinuesa Soria, nacido en 1934, y Andrés Soria Salas –1929–) sitúan indefectiblemente en el antiguo cementerio de la parte septentrional del edificio. Beneficios colaterales: informaciones recogidas que no atañen a intervenciones Integrar la fuente oral como fuente documental desde un aspecto estructural del propio proyecto de Intervención, bien planteada, tiene también una serie de beneficios sinérgicos. Se trataría de no considerar a la población local simplemente como una fuente de información, sino aprovechar y vincularla al proyecto escuchando su opinión y presentándole una propuesta de trabajo, al menos cuando se trata de edificios que esa misma población ha utilizado secularmente. De este modo, además del gesto de respeto y consideración (al fin y al cabo, esa gente lo ha disfrutado, y serán los principales usuarios una vez nos marchemos), se imbrica el sector técnico (quienes restauran) con la gente de a pie. Por otro lado, la relación de confianza que se puede establecer da la posibilidad de descubrir, y dar noticia, de bienes culturales que se hallan en poder privado, o que se desconocían, permitiendo incluso su pactada recuperación en ocasiones. Interesantes, por otra parte, son las informaciones que atañen a leyendas tipificadas que explican la despoblación de un lugar, como la que se recogió en Gormaz, de boca de José Palomar Galán (nacido en 1932), hijo del pueblo, quien cuenta, referente al despoblado de Torrevides, situado al norte del pueblo, a unos dos kilómetros, los porqués del abandono del pueblo y de un convento, achacando la causa de este último a los mosquitos, sustituyendo a las hormigas, tradicionales responsables de este tipo de narración mítica (Pedrosa, 2010): me decía mi abuelo Fernando que eran veinticinco mil habitantes, y empezaron a atacar, atacar y atacar las dos ligas y se tuvieron que marchar, qué te parece, en Torrevides (…) Como aquí en la desa que se llama el convento, allí había un convento de frailes, y por los mosquitos me decía mi abuelo Fernando los tuvieron que llevar al convento la Vid, se tuvieron que deshacer de esto y marcharse al convento la Vid, ¡por los mosquitos!

Benita Molina (nacida en 1943), de Aguilera, contaba un curioso relato de un presunto tiempo en que el pueblo quedó con un único habitante: Luego, yo le he oído a mi padre contar, ya no sé si tiene que ver mucho con la iglesia o no, que llegó a quedarse un vecino solo en el pueblo (…) Bueno, pues ya,

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