Pioneras del cine. La paridad como objetivo

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PIONERAS DEL CINE

Imagen: Alice Guy Blache, Everett Collection

1896

Coetánea de los hermanos Lumière, Alice GuyBlaché (1873–1968) fue la primera directora de cine de la historia, y, con toda probabilidad, la primera persona que dirigió una película narrativa de ficción, El hada de las coles, en 1896. Entró a trabajar en Gaumont —la primera y más antigua compañía cinematográfica del mundo— como secretaria de su fundador Léon Gaumont, pero rápidamente se convirtió en directora de plantilla. Además de producir cortometrajes de calidad a un ritmo vertiginoso, también supervisaba la labor de los demás directores de la empresa. De 1896 a 1906 fue, seguramente, la única mujer directora de cine del mundo. En 1907 se casó con Herbert Blaché y la pareja se mudó a Estados Unidos, encargándose de extender las actividades de Gaumont al otro lado del Atlántico. En 1910, los Blaché se establecieron por su cuenta, fundando la Compañía Solax con un tercer socio, George A. Magie. Gracias a ello, Guy-Blaché volvió a dirigir cortometrajes mudos, y la empresa prosperó hasta el punto de poder construir su propio estudio en 1912. Durante el transcurso de su carrera, Guy-Blaché dirigió cientos de películas de diversa duración, ya fuera en solitario o en colaboración con su marido, y fue pionera en un buen número de técnicas cinematográficas como el coloreado de la película, las pantallas divididas o el primer plano. El último filme del dúo Blaché, Reputaciones manchadas, se estrenó en 1920. El matrimonio se divorció en 1922, lo que por desgracia marcó el final de la carrera de Guy-Blaché como directora.

Girl in tails. Ilustración: Kidler

1933

Karin Swanström (1873–1942) ocupa un lugar especial en la historia del cine sueco, como actriz, realizadora… y jefa. En 1933 pasó a ser la directora creativa de Svensk Filmindustri (SF), la principal productora de Suecia, lo que significaba que era ella quien decidía qué películas habían de realizarse en el país. Durante su permanencia en el cargo, entre 1933 y 1941, SF consolidó su posición como la fuerza cinematográfica dominante de Suecia, produciendo tanto melodramas como comedias elegantes. En cuanto realizadora, Swanström filmó varias películas mudas, la más importante de las cuales es Chicas de frac (1926). El filme —que muestra cómo la protagonista asiste a un baile vestida con el frac de su hermano y luego huye a una propiedad habitada por mujeres intelectuales— ha acabado por considerarse, no solo un clásico de la comedia, sino también como una pionera película feminista del periodo mudo sueco.

Desde la época del cine mudo, las mujeres han estado involucradas en la creación fílmica. Muchas de aquellas pioneras ahora han caído en el olvido, a pesar de la posición preeminente que ocuparon en su día. La industria cinematográfica mundial sigue dominada por hombres, si bien en muchos países las mujeres van cada vez más reivindicando sus derechos en este terreno. El Instituto del Cine Sueco ha puesto en marcha planes de acción para lograr la paridad de género en los ámbitos de la dirección, producción y escritura de guiones de largometrajes de ficción y documentales suecos. Estos planes han cosechado éxitos y han contribuido al progreso hacia ese objetivo, pese a lo cual todavía queda mucho camino que recorrer.

Imagen: Leif R Jansson/TT

1935

Las mujeres no lo tuvieron nada fácil en la España de los años treinta y cuarenta para dedicarse a la dirección de cine. Por eso, la presencia de una cineasta (también actriz y guionista) como Rosario Pi (1899-1967) durante el periodo de la Segunda República (1931-1939), aunque con una trayectoria corta con apenas dos títulos en su haber (El gato montés, de 1935 y Molinos de viento, de 1938), constituye un acontecimiento esencial en la Historia del Cine Español. Rosario Pi abrió el camino que transitarían después, durante la posguerra y el franquismo, otras dos pioneras esenciales, Ana Mariscal (1923-1995) y Margarita Aleixandre (1923-2015). La primera, asociada al régimen después de su participación como actriz en Raza (José Luis Sáenz de Heredia, 1941), consiguió consolidar una trayectoria larga aunque con escasa repercusión, en la que destacaron títulos como Segundo López, aventurero urbano (1953) o El camino (1963). Por su parte, Margarita Aleixandre, también actriz, guionista y productora, desarrolló su carrera entre España y Cuba, donde vivió once años decisivos de su carrera en los que trabajó para el recién fundado Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos – ICAIC. Siempre con una mirada crítica hacia la dictadura, Aleixandre firmó, siempre junto a su pareja sentimental, el crítico de cine Rafael Torrecilla, tres títulos: el documental Cristo (1954), La ciudad perdida (1955) y La gata (1956).

1960

En España, con el arranque del periodo de la Transición solo tres mujeres consiguieron lanzar (con irregular repercusión tanto de crítica como de público) sus trayectorias como cineastas: Cecilia Bartolomé (n. 1943), Josefina Molina (n. 1936) y Pilar Miró (1940-1997). Ellas fueron no solo las primeras en diplomarse en la Escuela Oficial de Cine de Madrid en los años sesenta (con lo que ello supuso de ruptura con la norma) sino también las primeras capaces de incluir en sus películas un discurso feminista que reflejaba, por primera vez en la Historia del Cine Español, una crítica a la sociedad patriarcal y una reformulación del retrato femenino convencional. Cecilia Bartolomé, que también se dedicó a la publicidad y la televisión, cuenta en su haber con cuatro filmes: Margarita y el lobo (1969), ¡Vámonos, Bárbara! (1978), Después de… (1983) y Lejos de África (1996). Por su parte, y siempre a la vanguardia, Josefina Molina –quien destacara con su film Esquilache (1989)–, fue cofundadora en 2006 de la Asociación de mujeres cineastas y de medios audiovisuales (CIMA). Y quizá la más popular de las tres, Pilar Miró, quien obtuviera por su film El perro del hortelano (1980) el primer premio Goya a la Mejor dirección conseguido por una mujer en esta categoría, fue además Directora General de Cinematografía entre los años 1982 y 1985 y Directora del Ente de Radiotelevisión Española (entre 1986 y 1989).

1964

La actriz, guionista y directora Mai Zetterling (1925–1994) se encontró con la oposición de la industria, que con frecuencia trató de disuadirla de que hiciera algo más que actuar. Sin embargo, sus ambiciones la empujaron contra la corriente y acabó accediendo a un puesto detrás de la cámara. Los temas que abordó en sus guiones y largometrajes, que la han convertido en un icono feminista, siguen siendo relevantes hoy en día. En 1964, hizo su debut como directora con Los Enamorados, una película que recibió el juicio en su mayoría tocar de modo muy abierto cuestiones sexuales. Su siguiente filme, Juegos de noche (1966) también levantó ampollas, esta vez en Venecia, debido a su contenido sexual. Las siguientes películas, Doctor Glas (1968) y Las chicas (1968), recibieron críticas tan feroces que prácticamente cerraron a Zetterling la posibilidad de recaudar fondos para nuevos proyectos en Suecia. Pasaron catorce años hasta que se le presentó la oportunidad de realizar otro largometraje, Scrubbers, producido en Gran Bretaña en 1982. Antes de regresar a Suecia con Amorosa (1986), trabajó en una serie de cortometrajes y documentales.

Barry Lyndon. Image: CAP/RFS / CAPITAL PICTURES / TT

1973

Como editora de y redactora de The Hollywood Reporter, Tichi Wilkerson Kassel (1926–2004) se había dado cuenta de la escasez de trabajo para las mujeres en Hollywood. Por tanto, en 1973 fundó Women in Film, una organización sin fines de lucro que ayuda a las mujeres en la industria cinematográfica, mediante la asesoría y la concesión de oportunidades. Desde sus inicios, la organización también ha incluido el ámbito televisivo. La sección sueca de Women in Film, WIFT Sverige, se creó en Estocolmo en 2003 y surgió de la Asociación de Mujeres Cineastas Suecas (SKFF), fundada en 1976. Desde 2013, es presidida por Helene Granqvist (n. 1961), quien en 2018 también se convirtió en presidenta de Women in Film & Television International, que cubre seis continentes, 50 redes y cuenta con más de 20.000 miembros.

1976

Una producción cinematográfica es un esfuerzo de equipo, que generalmente involucra a cientos, si no a miles, de personas. Si bien los puestos principales de director, productor y guionista han estado tradicionalmente ocupados por hombres, las mujeres suelen estar mejor representadas en ámbitos como los de dirección documental, montaje, casting y diseño de vestuario. Por lo que respecta al diseño de vestuario, al menos una mujer ha sido nominada en cada edición de los Óscar desde que se introdujo la categoría en 1948, y dos mujeres suecas han dejado su huella en este terreno. En 1976, Ulla-Britt Söderlund (1943–1985) ganó un Óscar al mejor diseño de vestuario conjuntamente con Milena Canonero por la epopeya de Stanley Kubrick, Barry Lyndon. Posteriormente, en 1984, Marik Vos (1923–1994) siguió los mismos pasos cuando ganó el Óscar por su trabajo en la obra maestra de Ingmar Bergman Fanny y Alexander, una película que también le valió a Anna Asp (n. 1946) un Óscar al mejor diseño de producción.

LA PARIDAD COMO OBJETIVO

Imagen: Ingalill Rydberg, Stadsteatern

1982

La madre de la directora y escritora Suzanne Osten (n. 1944) fue una crítico de cine cuyos frustrantes esfuerzos para dirigir una película en una industria cinematográfica dominada por hombres son el tema de la ópera prima de Osten, Mamma (1982). Osten retoma la lucha de su progenitora en la película La niña, la madre y los demonios (2016). Esta vez, son la psicosis y la esquizofrenia de la madre las que se cuentan desde el punto de vista de la niña. Osten fue galardonada con un Guldbagge (el equivalente sueco del Óscar) a la mejor dirección por Los hermanos Mozart (1986), un éxito tanto crítico como comercial. El ángel de la guardia (1990), como muchas de sus películas, aborda temas políticos y fue seleccionada para la sección Una cierta mirada en el Festival de Cine de Cannes en 1990. ¡Habla alto! Está muy oscuro (1993) trata acerca de la ola de neonazismo que se extendió por Suecia en los años 80 y 90. Osten, pionera en el desarrollo del teatro infantil, ha abogado a lo largo de su carrera por el arte y la cultura para niños y jóvenes. En 1975, formó Unga Klara, una sucursal del Teatro Municipal de Estocolmo, con el propósito de producir representaciones teatrales para niños y jóvenes. Allí trabajó como directora de escena y directora artística hasta 2014. Ese mismo año, Osten fue nombrada la primera Embajadora del Cine Infantil de Suecia por el Instituto del Cine Sueco.

Imagen: Lise Åserud/NTB scanpix

1992

Imagen: Jessica Scanlon

1985

Pocos escandinavos relacionados con el cine han tenido el amplio éxito internacional de la actriz, escritora y directora Liv Ullmann (n. 1938). Las nominaciones a los Premios BAFTA por sus actuaciones en Secretos de un matrimonio (1973) y Cara a cara (1976), ambas dirigidas por Bergman, así como las nominaciones a los Óscar por esta última y por Los emigrantes (1971), le allanaron el camino para una fructífera carrera internacional.

La historietista estadounidense Alison Bechdel (n. 1938) escribió por primera vez sobre lo que ahora se conoce como Test de Bechdel en su tira cómica de 1985 Unas lesbianas de cuidado. Bechdel atribuyó la idea a su amiga Liz Wallace, por lo que a veces también se lo llama el Test de Bechdel-Wallace. Para aprobar el test, una película debe tener:

En 1982, Ullmann probó suerte por primera vez en la dirección, realizando uno de los seis cortos integrantes de la antología Amor, escrita, dirigida y producida por mujeres. Sin embargo, tardaría diez años en, por fin, dirigir su primer largometraje, Sofie (1992), el cual le valió amplios elogios a nivel internacional.

2. que hablan entre sí

Posteriormente, en 1995, Ullmann retomó su faceta de directora con Kristin Lavransdatter, una epopeya medieval de tres horas sobre una mujer que desafía las convenciones a fin de estar con el hombre que ama en lugar de aceptar un matrimonio arreglado. Mientras tanto, Bergman, quien estaba retirándose de la dirección, encontró a Ullmann perfectamente capacitada para dirigir sus guiones. El resultado fueron los largometrajes para televisión Encuentros privados (1996) e Infiel (2000): este último mereció a su realizadora la nominación a la Palma de Oro en el Festival de Cannes. En 2014, Ullman dirigió a Jessica Chastain y Colin Farrell en una adaptación cinematográfica del drama de August Strindberg, La señorita Julia.

1. al menos dos personajes femeninos con nombre propio 3. sobre algo que no sea un hombre. Después de que en la década de 2000 este baremo se popularizara, comenzaron a surgir test similares. El Test de Bechdel es una herramienta imperfecta para medir cómo de avanzada se muestra una película en cuestiones de género, pero incita al público a reflexionar de forma crítica sobre el medio cinematográfico. En 2013, la empresaria de cine Ellen Tejle (n. 1984), junto con WIFT Sverige y cuatro salas de cine suecas, crearon un logotipo para el test, el cual reza: “Aprobado en el Test de BechdelWallace”. En 2013, solo el 30 por ciento de las películas suecas pasaron la prueba. Al año siguiente, ese porcentaje aumentó al 60 por ciento, y en 2015, el 80 por ciento de las películas suecas obtuvieron la “calificación A”. El sello de esa calificación se aplica actualmente en más de diez países.

2006

La activista estadounidense de derechos civiles Tarana Burke (n. 1973) comenzó a usar la expresión “Me Too” (“Yo también”) en una página de MySpace en 2006. Lo hizo como parte de una campaña destinada a promover el “empoderamiento a través de la empatía” entre mujeres de color que hubieran sufrido abusos sexuales. Burke, ella misma víctima, ha declarado que lo que la motivó a usar la frase fue el arrepentimiento por, cuando una niña de 13 años le confesó haber sido agredida sexualmente, no haberle respondido “yo también”. Más de una década después, en 2017, la actriz Alyssa Milano (n. 1972) tuiteó el hashtag #MeToo, con el objetivo de llamar la atención sobre las agresiones y el acoso sexuales que se desprendían de los informes de conducta sexual inapropiada sobre el productor de Hollywood Harvey Weinstein. La respuesta fue enorme, con 85 países involucrados en el movimiento en diez días. En Suecia, las reacciones en línea fueron particularmente numerosas, lo que resultó en etiquetas separadas para cada ámbito profesional, incluida #TystnadTagning (#SilencioAcción), una carta abierta y manifiesto firmado por unas 800 actrices que detallaban la prevalencia del abuso sexual en la industria del cine y el teatro.

2011

Anna Serner (n. 1964) se convirtió en presidenta del Instituto del Cine Sueco en 2011. Con ella en el cargo, la perspectiva de igualdad de género impregna todas las actividades de la fundación, desde la financiación de las producciones hasta la contratación de nuevo personal. El fomento de la igualdad de género y de la diversidad son uno de los siete objetivos establecidos en la nueva Política de Cine que promulgó el gobierno sueco en 2017. En 2016, Serner presentó en el Festival de Cine de Cannes el plan de acción del Instituto de Cine Sueco denominado “50 / 50 antes de 2020: Igualdad de género en la producción cinematográfica, tanto delante como detrás de la cámara”, con el objetivo de concienciar acerca de la igualdad de género en el cine, así como poner de relieve las iniciativas suecas en este sentido. En comparación con otros países, Suecia ha llegado muy lejos en lo tocante a la igualdad de género dentro de la industria cinematográfica. Aún queda, sin embargo, margen para seguir avanzando, a juzgar por el informe de igualdad de género presentado por el Instituto del Cine Sueco en 2018. Uno de los grandes problemas por resolver en la industria cinematográfica sueca es el tema de la financiación. Estadísticamente, las mujeres y los hombres están representados con bastante paridad en las películas de bajo presupuesto. En cambio, cuanto más dinero entra en juego, menos probable resulta encontrar a mujeres en el rol de directoras, guionistas, productoras o protagonistas. Pocas mujeres en Suecia logran dar el salto a proyectos de alto presupuesto, merced a una suerte de círculo vicioso: el número de entradas vendidas se halla muy relacionado con los presupuestos de las películas, y las películas con directores, productores o protagonistas masculinos generalmente logran una distribución más amplia, lo que a su vez significa más espectadores.

Imagen: Claudio Bresciani / TT

2013

2013 es considerado un año decisivo para las mujeres en el cine sueco. En los Premios Guldbagge, el largometraje Come, duerme, muere (2012) se llevó los máximos galardones: a la mejor película, mejor director y mejor guion. Gabriela Pichler (n. 1980, directora y guionista) y China Åhlander (productora) recogieron las respectivas estatuillas. Los Premios Guldbagge se instauraron en 1964, y hasta la fecha, han premiado la dirección de una mujer en ocho ocasiones, siendo Pichler la ganadora más reciente y Marianne Ahrne la primera en recibir el galardón, con Cerca y lejos (1977). Aunque estas cifras tal vez no parezcan impresionantes, podemos verlas bajo una luz distinta si consideramos cuántos premios internacionales de relevancia se entregan a mujeres. En Estados Unidos, por ejemplo, Kathryn Bigelow se convirtió en la primera y única mujer ganadora de un Óscar a la mejor dirección en 2010 por En tierra hostil (2008). Y Jane Campion es la única directora que ha recibido la Palma de Oro en Cannes, la cual le fue otorgada en 1993 por El piano.

Imagen: Chris Pizzello \ INVISION \ TT

2016

En 2016, Alicia Vikander (n. 1988) ganó un Óscar a la mejor actriz de reparto por su papel en La chica danesa, siendo así tan solo el segundo actor sueco (hombre o mujer) en ganar un premio de la Academia, después de Ingrid Bergman. Vikander había comenzado a darse cuenta de la ausencia de directoras y coprotagonistas en los platós. Hasta que durante el rodaje de Tulip Fever (2017), después de completar una escena con la actriz inglesa Holliday Grainger, tuvo una revelación. “Acabo de hacer cinco películas seguidas, y esta ha sido la primera en la que he tenido una escena con otra mujer”, dijo Vikander en una entrevista con The Guardian. Junto con su agente Charles Collier, en 2016 Vikander creó su propia productora, Vikarious Productions, con el objetivo de atraer a más mujeres a los principales puestos creativos. El primer largometraje de la compañía, Euphoria (2017), fue un drama escrito y dirigido por Lisa Langseth, con Vikander y Eva Green en los dos papeles protagonistas. Existen buenas razones para tomar medidas como esa: en 2016, la empresa de investigación Polygraph analizó aproximadamente 2.000 guiones y reveló que las actrices tenían la mayor cantidad de diálogo en solo el 22 por ciento de las películas. Además, la cantidad de diálogo por rango de edad se encuentra en una proporción inversa respecto de las mujeres y los hombres. El diálogo disminuye sustancialmente para las mujeres mayores de 40 años. En el caso de los hombres, en cambio, hay más papeles disponibles para los actores mayores. Con un período de carrera más corto, uno podría esperar que las actrices ganasen más, pero según Forbes, entre el 1 de junio de 2016 y el 1 de junio de 2017, los diez actores mejor pagados del mundo recibieron sumas 2,8 veces superiores a las de las diez actrices mejor pagadas.

2020

El cine es uno de los medios más globales y poderosos con que contamos hoy en día. En muchos sentidos, refleja los estereotipos que existen en la sociedad, pero también puede contribuir a cambiarlos. La representación, la diversidad y la paridad de género son cruciales para el proceso cinematográfico. La igualdad de género no es solo un derecho humano fundamental, sino una base necesaria para un mundo pacífico, próspero y sostenible. No en vano constituye el quinto objetivo de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. Al igual que el Instituto del Cine Sueco, otras organizaciones cinematográficas nacionales han desarrollado planes de acción para lograr la paridad de género, entre ellas Telefilm Canada, Screen Ireland, Eurimages, el Instituto del Cine Noruego y la Comisión Cinematográfica de Nueva Zelanda, por nombrar solo algunas. Una forma de alcanzar el objetivo es controlar la concesión de subvenciones a la dirección, la escritura de guiones y la producción. Otra estrategia pasa por subrayar el papel de mujeres importantes en la industria del cine, cuya historia en gran medida aún se desconoce. En este último sentido, el Instituto del Cine Sueco ha lanzado la iniciativa Mujeres Nórdicas en el Cine (Nordic Women in Film). Se trata de un banco de conocimiento y una fuente de inspiración sobre mujeres cineastas, con un catálogo compuesto por entradas onomásticas, retratos temáticos, artículos detallados, entrevistas y fragmentos de películas, todo ello destinado a promover el conocimiento y la conciencia de las contribuciones profesionales de las mujeres al cine, tanto desde una perspectiva histórica como actual. A partir del Festival de Cine de Cannes de 2018, cuando se estableció el Compromiso por la Paridad e Inclusión de Género, casi todos los festivales de cine con calificación A del mundo lo han firmado, con la excepción de los asiáticos. Al suscribirlo, los festivales se comprometen a aumentar la igualdad de género en la programación así como dentro de las organizaciones para 2020.


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