Galería de toreros

Page 77

Al sustituir al marqués de Mancera,31 Pedro Nuño Colón de Portugal causó una gran desilusión entre el pueblo pues creyó encontrar una figura apuesta, de digno respeto, y lo que halló es lo que nos cuenta A de V-A. Y es que mientras el marqués de Mancera se preparaba para abandonar la Nueva España Los caballeros discutían festejos; se correrían sortijas en carrillos con listones, se correrían parejas; habría justas, encamisada, pirámide, maroma, comedia y lides de toros (…) Además Se decía que el duque de Veragua era hombre de a caballo, gustador apasionado de los nobles ejercicios a la jineta, y los señores, para atraérselo a su amistad, pensaban en torneos, en pasos de armas, en quebrar cañas, en cacerías, en alancear toros bravos; (…) Y cuando numerosos contingentes populares le fueron a recibir a Otumba o a Guadalupe ¡Oh decepción!, se hallaron con un anciano imposible, achacoso, temblequeante, de mirada vaga y habla tartajosa; su rostro, de color de limón, está poblado de pellejos y arrugas, y se adivinaba, sin mucho esfuerzo, un cuerpo cadavérico entre las holguras de su traje de seda. ¿Ese era don Pedro Nuño Colón de Portugal? ¿Ese era el mentado duque de Veragua y marqués de la Jamaica?32

Virrey, don Pedro Nuño Colón de Portugal y Castro, Duque de la Veragua. Después pasó a Chapultepec, donde ocurrió la entrada el 16 de noviembre. Por desgracia no hay datos que confirmen su hubo o no los tradicionales festejos, donde se corrían toros. ¡Pues vaya impresión la que se llevaron! Tanto preparativo, tanta desmedida algazara para que don Pedro, apenas diera muestras de gusto, porque lo demás era el semblante de un desfallecido, a tal extremo que el besamanos tuvo que posponerse. Pero La gente estaba desilusionada, triste. ¡Tanto y tanto preparativo para nada! ¿Cuándo luciría el coruscante esplendor de sus trajes de corte? No hubo corridas de toros, ni hubo mascaradas, ni justas, ni tocotines de los indios, ni nada. (…) a la gente del pueblo, embozada en sucias sábanas, le salió más a los ojos su tristeza ancestral, porque perdió los festejos, aquellos festejos que de cuando en vez miraba atónita, embelesada en una somera alegría. 33

Mecenas, el más importante que tuvo, junto a su esposa, sor Juana Inés de la Cruz. Artemio de Valle-Arizpe: Virreyes y virreinas de la Nueva España. Tradiciones. Leyendas y sucedidos del México virreinal. (Nota preliminar de Federico Carlos Sainz de Robles). México, Aguilar editor, S.A., 1976. 476 p. Ils., p. 161. 33 Ib., p. 163. 31 32


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.