A pesar de que se ha entendido como un golpe maestro contra la corrupción de TVE el hecho de acortar los programas —y quizás lo sea—, parece que los tiros van por otra parte y aunque no llegue la sangre al Prado del Rey, ya han salido plazas mayores que la de Oriente y ya ha habido alguien que ha encontrado sugestivas interpretaciones a títulos de programas como "300 millones".