discovery of metals

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conocimiento de la metalurgia adquirido por los pueblos del próximo oriente no solo se extendió hacia occidente, al continente europeo y desde allí a las islas británicas, sino también hacia el este, hasta el subcontinente indio, y quizás, por alguna ruta desconocida, hacia China y el sudeste de Asia. Sea cual fuere el modo de expansión del metal, su difusión se vio favorecida por el creciente conocimiento del fuego por parte del hombre, ya que descubrieron que el calor producido por la leña en un lugar cerrado era ideal para la fundición y con ello la extracción de los metales, a partir de sus gangas. La fundición, a su vez permitió extraer mayores cantidades de cobre. Hacia el 4000 antes de nuestra era, mediante una tosca forma de fundición, los metalistas extraían plata y plomo de sus minerales; hacia el 3000 antes de nuestra era, los minerales de estaño fueron también fundidos, permitiendo la elaboración del bronce, una aleación o combinación, de estaño y cobre; y hacia el 2700 antes de nuestra era, los herreros habían logrado temperaturas suficientemente elevadas como para fundir el hierro. Además de fundir metales a partir de minerales, aprendieron a licuarlos, con lo que fue posible verterlos en moldes e incrementar la producción de artículos de metal especialmente útiles. La necesidad de metales lanzó al hombre a la búsqueda de minerales, lo que a su vez incrementó el intercambio de mercancías e ideas entre gentes muy alejadas. Además los metales incrementaron los contactos internacionales con otro factor: el propio trabajador del metal. Esto fue porque las habilidades requeridas para realizar este

trabajo hacían del artífice un especialista que no estaba restringido a una sola comunidad, sino que desempeñaba su trabajo en cualquier lugar en donde pudiera obtener provecho. Durante años el saber de estos especialistas se transmitió de generación en generación por la vía oral hasta el Renacimiento, cuando la totalidad de su saber fue suficiente para llenar un libro. El primer volumen impreso sobre metalurgia, Pirotecnia, fue escrito por un sienes llamado Vannoccio Bringuccio y publicado en 1540. Bringuccio fue obrero de fundición y llegó a ser arquitecto y senador. En su libro describía todos los minerales y donde podían ser encontrados, explicó también las técnicas de fundición, aleación y moldeado al detalle, además de describir emocionadamente la vida de un herrero.


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