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. . . Cuando se acercaba su fi n en forma de meteori to se di eron cuenta de la gravedad del asunto y tramaron un plan que aun esta por completarse. . .
. . . al no poder perpetuar mas su especi e, planearon perpetuar su i magen e i r dejando caer a las especi es futuras de que algun di a volveran.Jurassi c Park no la escri bi o Spi elberg, era parte de su plan orquestado!Las galletas “Di nosaurus� son la forma de dejar su osti a consagrada!
Poco a poco van apretando mas las cuerdas y saben que algun di a nos destrui remos los unos a los otros. . .
. . . la manera en como apareceran aun me es desconoci da pero apareceran y nos mataran atodos,de lo que estoy seguro es de que no se les ocurri ra uti li zar nuestros restos fosi les
los di nosauri os eran peNa muy i nteli gente. . . . . . en ci erta manera nos si guen observando,en cadaobjeto de plasti co estan ellos observandonos, anali zando nuestros comportami entos para ani qui larnos cuando vuelvan. . .
DIAS DEl FUTURO
PASADO
Ladies and gentlemen, el Creatura llega a su numero 100 y vuestro querido korbinito Bill regresa a una seccion que tenia aparcada desde el pasado diciembre - es lo que tiene perpetuar la especie. Lo primero agradecer a Marsupilami el estupendo trabajo llevado a cabo en nuestra ausencia y a continuacion volver a nuestras...
RESEÑAS COMIQUERAS Por Bill Rayos Beta
GUÍA DEL MAL PADRE 1 Y 2
SEX REPORT: DIARIO DE UN PUTERO EN JAPÓN
En esta sección estamos enamorados del trabajo de Guy Delisle (“Shenzhen”, “Pyongyang”, “Crónicas birmanas” y “Crónicas de Jerusalén”) y ahora que tenemos prole, no hemos podido evitar hacernos con sus guías para el mal progenitor. Y es que son exactamente eso, porque no hay otra forma mejor de definirlo cuando el autor finge cortarse un brazo con la motosierra para asustar a su hijo o le alerta de un posible asesino en serie que le dará varias puñaladas. En resumen, Delisle desata ese humor perverso que se anticipaba en las obras anteriores y se revela como un padre mezquino, irresponsable y canalla que disfruta retorciendo el imaginario infantil ¿Hasta dónde llega la línea que separa la realidad y la ficción? Pues da que pensar, porque según el autor: “Todo es casi 100% verdad”
Hiromi Hiraguchi es un periodista, mangaka y actor porno japonés que después de alcanzar el éxito con su obra “Alma de putero”, lanzó al mercado está recopilación de más de 400 páginas de encargos sobre locales de prostitución. Es decir, más que un cómic, es una guía sexual para informar a los lectores de determinadas revistas sobre sexo de en qué lugares merece la pena dejarse la pasta y que servicios los van a ofrecer. Y si bien al principio nos sorprende mucho el concepto de la prostitución en Japón y, sobre todo, las diferentes prácticas permitidas y las formas tan diferentes de alcanzar la excitación en comparación con occidente, con el pasar de hojas la cosa se vuelve muy monótona y repetitiva. En definitiva, está muy bien como curiosidad pero si encuentro a alguien que haya sido capaz de leérselo entero, le doy un premio.
EL PEQUEÑO LIBRO DEL ROCK
DEATHMATCH
A Hervé Bourhis ya lo conocía por su anterior cómic “El pequeño libro de Los Beatles”. Ahora regresa con un nuevo estudio cronológico mucho más amplio y diverso en “El pequeño libro del Rock” (que de pequeño no tiene nada, la verdad). En esta ocasión nos presenta los orígenes del género musical por antonomasia, el rock & roll, a través de varios hechos acaecidos entre 1915 y 1950 para a continuación, y año a año, visitar los momentos más memorables de esta forma de vida desde 1951 hasta 2012. Little Richard, The Crystals, MC5, Motörhead o Franz Ferdinand entre otros, tienen cabida en este cómic, ya sea por momentos decisivos en la historia del Rock o por pequeñas anécdotas que seguramente desconocías pero que te darán una nueva perspectiva del género. Cada año suele tener dedicadas 2 o 3 páginas y leído del tirón transmite una enorme sensación tanto de evolución como de oposición, es decir, la aparición de tendencias totalmente contrarias a las destacadas en el momento. En definitiva un cómic que debes leer si te gusta la música y que debería ser objeto de estudio si eres un rock ´n´roller. Para los que seáis lectores del Creatura desde el ya lejano número 0, os recordará enormemente a los “Episodios del Rock” que estupendamente ilustraba y guionizaba Ángel Rodríguez Robles ¡Va por ti, amigo!
Para el final dejamos la obra que más me ha impactado este mes y que me tiene desesperado por que publiquen el número dos: “Deathmatch” del conocido guionista británico Paul Jenkins. La serie podríamos definirla como un cruce de “Secret Wars” con “Battle Royale”, y Siguiendo el patrón del libro de los escarabajos así nos encontramos a los supers y a los villanos del planeta Tierra de este universo recluidos en una especie de “prisión” (poco más se sabe, la verdad) en la que se ven obligados a mantener luchas a muerte entre ellos. Da lo mismo si son amigos, enemigos, amantes o nunca habían cometido un asesinato: Después del combate solo puede quedar uno. Quien los ha llevado a esta situación nos es también desconocido, pero debe ser lo suficientemente poderoso para poder contenerlos a todos y mantenerlos retenidos, sobre todo a Meridian (el equivalente a nuestro Superman). Y para aumentar la intriga, los combatientes, reacios lógicamente a luchar entre ellos, una vez se encuentran en la arena descubren el verdadero motivo que los ha llevado allí y lo aceptan como inevitable y necesario, para luego el ganador olvidarlo al regresar junto al resto de “capas” y nuevamente cuestionarse el porqué de esta situación e intentar averiguar cómo escapar. Si a esto le añades algunos secretos de los protagonistas, las averiguaciones que otros van haciendo y muuuchos homenajes a DC y Marvel, tienes como resultado la serie más adictiva que hay en el mercado actualmente ¡Nos vemos en 30 días!... Bamf!!!
Tenés que saber inglés (Lou Reed- Walk on the wilde side) Cristian Bertolo
Yo sabía muy pocas cosas de inglés, apenas si decía mi nombre y algunas palabras sueltas. Había llegado hacía un mes y ya tenía laburo. Para eso me había convencido de que iba, para laburar, para intentar vivir mejor y lejos de todo. Quería demostrarme que podía yo solo hacerme una vida. Y mi primer laburo fue de bachero en una
sandwichería de la Washington. Fregaba los baños y lavaba los platos de lunes a lunes, turnos de doce horas, los de la barra me dejaban poner música y yo le sonreía a todos en señal de que les había entendido lo que me decían. Pero yo no entendía ni papa si hablaban ligero y mi jefe se aprovechaba. Pasado un tiempo empecé a comprender más el lenguaje y me fui de la sandwichería a trabajar de repartidor en una pizzería. Estaba avanzando, ya tenía un off cada dos semanas y había comprado un scooter usado en los judíos de la 5th para manejarme con mi propia moto y quedarme con todas las propinas. Trataba de ver los canales de tele en inglés, sobre todo los infantiles, para adquirir unas primeras nociones con palabras y frases simples. Veía Friends y Seinfeld con los subtítulos para sordomudos, así aprendí a leer y a escribir. Después me colgué con el programa de Howard Stern, The Osbournes, el History Channel, Jerry Springer, y ya no prestaba tanta
atención en las conversaciones y ganaba más confianza al expresarme. No solo me ayudó a conseguir mejores laburos aprender el idioma, sino que a la vez comencé a enterarme de que iban las letras de los temas que me gustaron de siempre. Yo escuchaba mucha música cantada en inglés y nunca me interesó saber de qué iban las letras. A mi me gustaban las canciones y punto, eran los estados de ánimo los que mandaban. Así llegué a desilusionarme mucho con algunos; y a otros los admiré aún más al enterarme de los significados de sus letras. Algunas parecían estar expresamente conectadas con situaciones cruciales de mi vida, a cada nueva escena le correspondía una canción en particular que registraba en mi cabeza como a fuego y así duraría por siempre, perfecta. Digna de ser recordada toda la vida. No había mejor escenario que la Washington a las cuatro de la madrugada para plasmar lo que Lou me decía al oído, en la esquina con la 9,
bajo las luces de neón del walk con el semáforo en rojo, apretando el contenido de la mano metida en el bolsillo de la campera de jean, goteándome la nariz una mezcla acuosa de ribetes rojos, perseguido por las aves rapaces de la noche y el vértigo que se me abalanzaban en carrera. El mismo espanto que nos cruzaba la mirada a los que andábamos sueltos a esas horas, esa fauna estúpida, desesperada y paranoide de la sabana, que son la base alimentaria de las aves rapaces de la noche y el vertigo. Antes de que cortara el semáforo al verde lo que cantaba Lou de mi walkman comenzaba a tener sentido para mí. Me di cuenta de que no debía engañarme. Era traicionarme a mí mismo. Vivir como yo quería me costaría la vida. Y yo, borracho y loco, lo quería todo. Por eso realmente estaba ahí. Por nada más. Y Lou me lo decía todo al oído y yo sonreía porque entendía. Y arranqué.
Pequeño Lemming Series Serias
Las tremendas ganas de odiar me suben del bajo vientre a la boca. Creo que es un reflejo concupiscible muy platónico. O al menos eso creo cuando me da por filosofar en ratos libres. Los dragones que dibuja George R. R. Martin son mi sopor cotidiano. El estiaje a medio dibujar, recién descubierto por una plebe aculturada. Demasiado pendiente del
mundo de la imagen y los mass media. Un populacho impresionable que jamás se hubiera acercado a un universo multiforme y fantasioso de miles de páginas. Pero que se ven azotados por el oleaje de una marea de gafapastas iletrados que promocionan la nueva literatura anglosajona infinitamente inferior al viejo Tolkien. Buena, al fin y al cabo, pero caída y postrada en una vorágine de marketing, tías en pelota, fornicio desatado y vísceras chorreantes. Me pierdo en el universo de las series buceando hacia lo más desconocido para huir de la ambiental impureza, que diría Don Pío Baroja. Hace unos meses descubrí The Americans. Un trepidante relato de dobles vidas en la Guerra Fría. Pero no cualquier período lejano. La Guerra Fría de nuestra infancia. Incluso de nuestros recuerdos. A medio camino entre Goodbye Lenin! y alguna miniserie estilo Tom Clancy. Me turba ese subconsciente colectivo de lo vivido que, a veces, se pliega convirtiéndose en lo añorado. Es una especie
de grito organizado de esa “Yugonostalgia” que parece más viva que nunca. Que amenaza con trazar nuevas fronteras, levantar viejos espíritus y resucitar algún que otro fantasma. Mirad al Este. Mirad, incluso, más allá de Crimea y veréis el resplandor. El brillo del fuego en rostros con ansias nuevas. Que se levantan. Que ante las alambradas empuñan fusiles que suenan como antaño. Y veréis gentes corriendo por las calles, nuevos odios desatados, semillas del mal y del bien. De la vida por hacerse nueva. La eterna Historia de la Humanidad que no para. No se detiene. Para decepción de Fukuyama y algún otro que pronosticaban el fin y muerte de la Historia. Hay más. Surgen bellas imágenes en el panorama audiovisual pero solo me quedaré ante una pequeña perla. Desasosegante. Irreverente. The Black Mirror. Seis capítulos que hunden al ser humano ante la inquietante perspectiva de un futuro a la vuelta de la esquina. Una serie que va de Google a la fe más transcendente.
Del marketing viral a los sentimientos que se compran y venden. De la podredumbre de la política a la desesperación y la falta de identidad. Algo que va más allá de una serie. Es un aviso. Para que corrijamos gran parte de nuestros errores actuales y, especialmente, futuros. Los errores por venir. No me detengo porque me crispo. Escribo estas líneas para no contagiarme. Se me quedan unas cuantas en el debe. Zombies apocalípticos incluidos. La lástima es la lectura sesgada. El análisis paupérrimo. El consumir series sin acompañarlas de una literatura profunda, políticamente incorrecta y olvidada. Allá va mi ráfaga de ametralladora para el centenario explosivo y bestial que celebramos. Allá va mi patada en las costillas bienpensantes. Para este año es inexcusable. Todos a leer “Tempestades de acero” de Ernest Jünger. Temblad porque era alemán. De los “malos”. Joderos. Y dejaros de mierdas, mariquitas y chicas bien.
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21 100 Rubén Bravo
Las normas para publicar en Creatura eran pocas, pero eran claras: nada de política y nada de fútbol. Lo del fútbol iba por el partidismo, y también porque es fácil que la gente se enfade muchísimo por algo que es un poco estúpido. Y porque es algo que se escapaba un poco al ámbito de Creatura: las disciplinas artísticas. Cualquier otro tema era posible y factible y
además se buscaba la variedad. Tratar de repetir poco los temas de los que se hablaba. Eso significaba que Creatura era un oasis, era un lugar en el que descansar y en el que olvidarse de todo lo que día a día te agobiaba en los medios de comunicación, nada de Cristianos Ronaldos, nada de gobiernos corruptos, nada de quejas y lloriqueos, sólo aquello que nos gusta, aquello que nos hace sentir bien, aquello que nos lleva a otro lugar mejor. Y con ese espíritu ha crecido Creatura. Cuando hoy alguien quiere publicar en Creatura las normas siguen siendo las mismas, nada de política, nada de fútbol, nada de ofender a nadie. Trabajamos para seguir siendo un oasis en el desierto, para que aquel que se acerque a nosotros se divierta, abra el fanzine en un bar, o en su casa y sonría, o aprenda algo, o tome nota de aquello que podría estar bien leer, escuchar, ver, saber. Hemos repetido el número cien veces, sin política y sin fútbol, pidiendo perdón cuando hemos ofendido a alguien, provocando sin ofender, siendo atrevidos y hasta duros a veces,
mostrando lados ocultos de la realidad, mostrando qué nos ha gustado ver o leer o escuchar, mostrando lo que no nos ha gustado. Y esos gustos son muy variados: desde la música electrónica al rock and roll, pasando por la clásica, por la literatura renacentista o el cómic ultramoderno, de las vanguardias al románico, de los viajes en bicicleta o por Brasil a los cuelgues oníricos en un sofá. Hay tantos Creaturos como autores y como lectores. Tantos gustos como disgustos. Hemos hablado de la historia de las religiones, de la del rock and roll, de literatura, de ciencia, de informática, de fotografía, de pintura, de pornografía, de cerveza, de tiburones en celo, de cosas que aún no entendemos. Han pasado por Creatura gente de todo el mundo, desde Esquivias hasta Carranque. Y Creatura ha llegado a varios rincones insospechados de nuestro planeta, desde Manchester hasta Ecuador. Y tras cien números seguimos buscando lo mismo: contar otra realidad, la que vivimos día a día y que está por encima de la realidad política o
deportiva, que está más allá de los telediarios, que está escondida en un tebeo que nadie recuerda, en un videojuego que llevas jugando tres días seguidos, que está envuelto en una dieta de panteras rosas y vodka. Porque Creatura está hecha de realidad pura y dura, de una realidad que se evade de la otra, que se escapa de todo lo que pasa día a día y se nos queda grabado en la memoria, de una realidad en la que podríamos vivir mucho mejor, más felices, si quisiéramos quedarnos allí. Todas esas mentiras que hemos visto, eso que al verlo nos ha hecho pasar de ser un tonto a ser dos tontos, son las que hacen nuestra realidad, esa en la que no entran la política y el fútbol, donde sólo se ofende a los que hacen malas ficciones, a los que son torpes a la hora de divertirnos, los que se equivocaban cuando querían crear. Un espacio abierto cien veces, para todos, gratis; un espacio bizarro y extraño y real; un espacio en el que hemos cabido todos; un espacio que ha dejado momentos inolvidables. Cien números de Creatura.
MEET THE CREATUROS Hoy: Julio Vegas, hombre e irónico 1. ¿Cuándo comenzaste en Creatura? El 23 de noviembre de 2005, en el Stoner. 2. ¿Cuál es tu sección favorita del Creatura (tanto antiguas como actuales)? Joder, me lo pasaba pipa con “Canalnostalgia” ¡Una pena que el Sr. Rossi decidiera dedicarse a vivir la vida! 3. ¿Qué opinas de Rubén Bravo, el Redactor Jefe? Muy currante pero muy pesao. Y muy malo editando artículos. No sé si será por el Linux que utiliza o porque no tiene ni puta idea, pero no me convence el resultado. 4. Y el líder en la sombra, el enigmático presidente de Creatura, ¿Qué sabes de tan misterioso personaje? Un gran tipo, sin ninguna duda ¡Nuestro Charlie particular con la salvedad que aquí solo hay demonios! Lo que está claro es que sin él Creatura no sería nada.
toda regla. Y al final todo queda atado y bien atado, no como la mierda de “Lost” (¡Qué bien hice dejando de verla!) 7. Ahora algo opuesto: ¿Qué película no recomendarías en absoluto? “Piratas del Caribe 3” ¡Menuda sobada me pegué! 8. Hablando de cine, ¿Recuerdas tu primera película porno? ¡Sí, claro! “Radio Pepperonni Sexo” o algo así (espero que esto no lo esté leyendo mi padre, porque la cogí de su armario). 9. Pues no sé si eso responde a la siguiente pregunta: ¿Best Porn Actor/Actress ever? Actor, por simpatía, Ron Jeremy. Actriz… en un completo, Shyla Stylez. Mamando, Chica, sin ninguna duda. 10. ¿Cuál es tu fantasía sexual no realizada? Zumbarme a Sigourney Weaver después de acabar con una reina alien. 11. ¿Qué cadena de televisión eliminarías de la parrilla? Son todas necesarias, la verdad, incluso las teletiendas ¡Si no a ver como teníamos “Batamanta” o “Pajilleitor”! 12. ¿Y el programa más basura de todos los tiempos? La publicidad. Sobre todo esa que te la presentan como “Volvemos en 30 segundos” ¡Ya que me interrumpen prefiero que me planten 7 minutos seguidos que no esa puta mierda!
5. ¿Nos recomiendas un libro? Pues el último que me he leído: “Los chicos que coleccionaban tebeos” ¡Toda una declaración de amor a aquellos que crecimos en los 80!
13. Si pudieras cargarte a un político, ¿Quién sería y cómo? La mejor forma de cargarte un político es no votándolo. Lo único es que hace falta que los demás hagan como tú. La idea de acabar con él, pese a lo atrayente que es, implica un toque fascista que nos metería en un bucle sin fin.
6. ¿Y un cómic? “Fear Agent”, recién publicado en España el primer tomo. Horror, Sci-Fi, "Zombies", Piratas... Una odisea espacial en
14. ¿Cuál te gustaría que fuera tu epitafio? “Juler, Juler, Juler Night, Juler Night, Juler Night” (Gracias por la idea, Víctor D)
El FABULOSO HOMBRE IRÓNICO… en ¡Si la vida fuera deporte! Políticos y empresarios
¡¡¡Fuck yeah!!!
Fuerzas del estado
Esa cabeza ahí… un poco más cerca…
Clase obrera
¡acabo de empezar y ya no puedo más!
por Julio Vegas
schriftlich festhalten
Tito 1. Antes de nada, por favor, preséntate. ¡Claro hombre! Pues muy buenas, mi nombre es Tito y es un placer hablar con los chicos de Creatura. 2. ¿Un dj es un músico? Buena pregunta, pero de difícil contestación. En mi opinión, el dejota de toda la vida, es ese capaz de transmitir un sentimiento a la pista de baile durante una sesión, utilizando la música de otra gente. Por lo cual creo que la capacidad de creación musical se la daría al que es capaz de crear algo de la nada. Ese sería el músico, y el Dj sería el hilo conductor de ese sentimiento, a la pista. Luego entraríamos en el extenso debate, de si todos los productores de música electrónica, son músicos… 3. ¿Un dj es un creador? Aquí si estoy de acuerdo. El Dj sí crea cuando está trabajando. Cuando te pones delante de una pista abarrotada de gente, eres tú el que tiene que crear la atmósfera necesaria para que la gente disfrute y baile. Y esa atmósfera la creas con la música. Sea propia tuya, o de otros. No se puede describir la sensación cuando estas pinchando y sabes que tienes a la gente entregada a ti. Y que el próximo tema que vas a lanzar, imaginas la
reacción de la gente, y cuando lo lanzas, compruebas que no te equivocabas. Se me erizan los pelos solo de recordar tantos momentos como ese. Y espero que siga así muchos años, sino perdería la gracia el mezclar. 4. ¿Qué es un dj? Pues a mi modo de verlo, sería un maestro de ceremonias, capaz de mover a la gente a su antojo. Soy un romántico, como Bécquer. Que le vamos a hacer, jejeje. 5. ¿Qué define el estilo de un dj? Depende de muchas cosas. Normalmente, el estilo se suele diferenciar por el tipo de música que pinchas. Pero también influye cómo eres dentro de la cabina. Si transmites a la gente con tu forma de moverte. No hace falta ser un showman estrafalario para transmitir y conectar con la gente de la pista. 6. ¿Ser dj es un trabajo o es un hobby? En mi caso nació como un hobby. Y con el paso de los años he tenido la suerte de poder llegar a vivir de mi hobby. Lo que me hace sentirme un privilegiado. Desde luego que el estar todos los fines de semana de un sitio a otro, incluso entre semana, hace que se convierta en un trabajo, en el que también tienes que dar el callo. Y en el que la rutina y la vida diaria también te afecta a la hora de afrontar los sets. 7. ¿Se puede vivir sólo siendo dj? Desde luego que se puede. Pero ahora cada vez es más difícil. A día de hoy con un desembolso no muy grande, puedes acceder a comprar un ordenador y un programa que mezcle por ti, y ya eres Dj (eso piensa mucha gente). Lo cual hace que las nuevas hornadas quieran pinchar en todas partes, y no valore su trabajo y esfuerzo. Haciéndolo por cantidades irrisorias (por meter a sus amigos en la
fiesta), gratis o incluso pagando por pinchar. Triste, pero pasa. Si el dueño de un local paga al camarero por poner copas, al portero por la seguridad, ¿cómo no va a pagar al Dj que es quien hace que la gente se mueva? Si uno mismo no valora su trabajo, está claro que el empresario de turno no va a mirar por ti. Y al final sino te valoras, eso nos perjudica a todos. 8. ¿Qué opinas del panorama actual de la música? Bueno, creo que me he adelantado en la respuesta anterior. El panorama no pasa por su mejor momento, pero quedan buenas ofertas musicales, y gente que hace muy buena música. Creo que el mayor problema es como siempre de cultura. En este caso de cultura musical. Todo lo que la gente oye con un compás de bombo 4x4 es House. Y no es así. Echa la vista atrás, cuando lo que se escuchaba en las radio fórmula de la época era la denominada pachanga, y ahora toda esta pachanga es con base electrónica. El mes pasado murió el padre del House, Frankie Knuckles (DEP). Y la noticia fue portada en el Chicago Tribune. Impensable que algo así, pase en España. Pero bueno, afortunadamente las cosas siempre van mejorando. Tampoco hay que ser derrotistas. Y cada vez hay más gente joven que se preocupa por investigar cosas nuevas, que no son de tan fácil acceso como la música comercial, de usar y tirar. 9. ¿Ha muerto la industria musical?, ¿ha muerto el
disco? Para nada, y lo digo desde el conocimiento. Las ventas de discos siguen en aumento. Y estos últimos años, la venta de vinilo ha aumentado. Nosotros en el sello lo hemos notado, y que siga creciendo, eso es buena señal. La gente sigue consumiendo música. Ya sea para pinchar, o como mero objeto de colección. 10. ¿En vivo o en disco? La verdad que poder ver a un artista del que quemas sus discos de tanto ponerlos, es un lujazo. Y a día de hoy puedo decir que poquitos me quedan por ver en directo. Eso sí, te arriesgas a decepciones épicas como el día que veía a Moodyman por primera vez. Un cúmulo de despropósito. Y lo peor es que la segunda vez, fue peor todavía. Pero bueno, sus discos siguen siendo una sobrada. En vivo, ya dependes del día en que le pilles. De ahí lo distinto de ser buen productor y buen Dj. No siempre van de la mano ambos términos. 11. Espacio libre, di lo que quieras. Daros las gracias por este ratito en el que uno puede dar su opinión libremente. Y si alguien tiene curiosidad por investigar algo más sobre nuestro modo de ver y vivir la música, que se de una vuelta por nuestra página web www.troubledkidsrecords.com Que un poco de promoción nunca viene mal, jejeje. 12. ¿qué pregunta te hubiera gustado encontrar en este cuestionario? Pues me ha extrañado no ver la típica que me hacen siempre, de qué prefiero, si vinilo o mp3. Es una de las clásicas. Pero bueno, es el absurdo y cansino debate de siempre. Ha sido un placer chicos. P.D Vinilo siempre :D
las freaky portadas by Scott Summers
¡Nuestro regreso al Creatura después de unas merecidas vacaciones en un número tan especial como el 100 se merecía que volviéramos a los orígenes y os deleitáramos con los ya famosos “Squirt, squirt, splack!”. Y así para empezar, el primer lefazo le cae a nuestro querido arácnido Spidey. Y nos parece bien, la verdad. Tanto dar el coñazo a los malosos con sus frases ingeniosas y chistes malos y por fin alguien le calla la boca con un espectacular lefada en toda la frente que prácticamente le deja sin palabras ¡Toma “Splootch”, por listo! El siguiente en recibir su ración de leche condensada es Batsy, en un
“facial abuse” cuya autoría desconocemos pero casi que votamos por el grácil “Petirrojo” Y finalizamos con el más agradecido de todos por el “cumshot”: la adorable Cosa de ojos azules, que nos dice: “Al menos has tenido la decencia de que sea mi favorito: Merengue de banana” ¡Muajajajajá! ¡Encima es un cachondo! Mira que conocíamos nombres para la lechada, pero lo de “merengue de banana” es nuevo ¡Y muy acertado, la verdad! Pues con esto os dejamos y seguid el ejemplo de estos héroes y “spread the milk”. Vuestros amigos y amigas esperan que os corráis en su cara ¡No los defraudéis!
lo que el ojo no ve 100 días Noemí Benito
La noche que Fernandito se dio cuenta de que no era más feliz por pereza, pensó que el día siguiente sería el primero del resto de su vida. Por la mañana, el resto de su vida le pareció mucho tiempo así que decidió darse 100 días para probar. Día 1: Comienza con buen pie cuando, antes de salir de casa, ve colarse al puto gato de la vecina por la ventana y, en lugar de abrir la puerta y darle una patada como siempre, le invita a irse de forma pacífica. Curiosamente, se siente mejor que cuando le pateaba el culo. Día 2: Al ir a la panadería y escuchar el saludo del panadero "Fernandito, hijo ¿una poco hecha?", Fernandito consigue dominar la ira que le domina cada vez que ese hombre le llama así, que con cinco años era gracioso pero con treinta y dos le
toca bastante los huevos. Siente que está aprendiendo algo importante. Día 3: En el trabajo sonríe a todo el mundo, no importa lo que le digan ni lo que le hagan, él sonríe y trabaja mejor que nunca. Como si fuera cosa de magia, la gente se vuelve más amable y él se siente bien. Día 4,5,6,7,8,9,10,11,12,13,14,15,16,17,18,19,20,...,50: con no patear el culo al gato, no tener ganas de partirle la cara al panadero y entrenar su cara para sonreír y su actitud en el trabajo sin morir en el intento, tiene más que suficiente. Día 50: es amable con el gato sin pensarlo, el panadero le da la mejor barra de pan y le llama Fernando por primera vez en su vida y en el trabajo todos le quieren, le admiran y le dan ese ascenso que lleva años persiguiendo. Esto funciona, piensa Fernandito ahora Fernando. Día 51: el universo es maravilloso y le ha regalado a la vecina de sus sueños en el tercero que llevaba dos años sin alquilar. Duda si bajar a presentarse o no, pero su nuevo yo es un buen vecino y un hombre atrevido. Baja, se presenta y le monta una mesa y dos estanterías del Ikea que le hacen perder toda la tarde y ganar, presumiblemente, muchos puntos. Día 52,53,54,55,56,57,58,59,60,61,62,63,64,65,66,67,68,69 y 70: disfruta apasionadamente del los frutos de su tarde de montaje altruista, adora a los gatos, al panadero y a todo el mundo que se cruza en su camino. Día 80: Fernando y su novia organizan una cena para todos los amigos a los que Fernando y ella han tenido algo olvidados en el furor del principio. Todos lo pasan genial y deciden quedar más frecuentemente.
Día 81: La pareja visita a la familia de Fernando, que no puede creer que su Fernandito sea ese chico alegre y jovial que viene con novia después de que lo habían dado por perdido y creían que sería un freaky solitario y huraño para el resto de su vida. Día 82: Fernando se cruza por la calle con la chica de la que ha sido pagafantas los últimos quince años y que, al verle con su flamante novia, se traga todas las palabras que tenía preparadas por haberla dejado desatendida los últimos meses. Fernando, que la conoce muy bien e intuye su enfado/ataque de celos, le presenta a su novia, le dice que están viviendo juntos y que está feliz porque la vida le haya hecho semejante regalo. Lo deja tan cerrado, que espera que ella no se atreva a reclamar nada que no es suyo, que ya se sabe lo que pasa cuando un pagafantas encuentra novia. Día 83: La chica no se da por vencida y le pide tomar un café para hablar. El nuevo Fernando le dice que, si quiere que queden, que lo harán para cenar, pero con sus respectivas parejas y que si eso no le es suficiente es que sus intenciones no son las de una charla amistosa. Se siente tan bien al hacerlo, tan liberado, que cuando cuelga el teléfono va a buscar a su novia y vuelca toda la pasión que lleva dentro convirtiéndola en la mujer más satisfecha del día. Día 84, 85, 86, 87, 88, 89: La energía renovada de Fernando no tiene límites. Día 90: Después del trabajo deciden darse un descanso y hacen un picnic improvisado en el parque invitando a todos los amigos que pueden ir. Pasan una tarde estupenda. Día 91: Se produce el primer conflicto de la pareja y pilla a Fernando desprevenido: ella está harta del reparto de tareas y
estalla en un ataque de rabia. Fernando se atrinchera en la cocina unos minutos para pensar mientras ella se desahoga a gritos en el salón. Cuando nota que ella está más tranquila le da un abrazo, le pide perdón y le explica que él no es adivino, que siempre ha vivido solo y que debía haberle dicho mucho antes las cosas que le estaban molestando. Hablan para que, a partir de ese momento, el reparto sea más equitativo. El sexo de reconciliación le parece tan bueno que piensa provocarla de vez en cuando. Día 92, 93, 94, 95, 96, 97, 98 y 99: todo parece fácil y bueno. Fernando fluye por su vida sin esfuerzo. Es feliz. Día 100: cuando suena la alarma del movil para decirle a Fernando que ese era el día en que terminaba su prueba no puede creerlo. Ha estado tan concentrado en los cambios, que había olvidado la decisión que le había llevado a hacerlos. Sonríe pensando en la noche que todo había cambiado. Mira a su alrededor y piensa que cien días han sido suficientes para él y deberían serlo para cualquiera. Decide que es el momento de ayudar a otros, espera poder descubrirles lo que él ha descubierto, que cualquiera tiene el poder de ser quien quiere ser, sólo tiene que tomar una única decisión y darse el tiempo suficiente. Gracias, lector, por estos 100 números y gracias Creatura por dejarme formar parte de esta pequeña familia de escritores, poetas, pintores y músicos. ¡100 FELICIDADES!
De ruta con Abelius a: madrid-IllescasToledo II Continuamos con el viaje de Madrid a Toledo con parada en Illescas. Vamos con la segunda parte, Illescas - Toledo: Salimos de Illescas desde la conocida popularmente como Plaza de las Cadenas dirección al Arco de Ugena. Una vez aquí bajamos una cuesta y nos dirigimos por la Vereda de Cedillo a Pantoja hasta Cedilllo del Condado para ya enlazar con la Cañada Real del Camino de Toledo a Madrid. Recordad que la idea inicial era hacer todo el recorrido por esta cañada pero debido a las nuevas construcciones, resulta imposible. Una vez en esta
cañada nos vamos dirigiendo poco a poco a la capital de Castilla-La Mancha pasando por grandes tierras de cereal y muchas otras de olivos. Al pasar por encima de la Autovía de la Sagra (CM41) me pregunté porqué los responsables de esto no están obligados a pagarla de sus bolsillos, ¡una de las autovías menos transitadas del Estado! Ay aquella burbuja que planificaba miles y miles de viviendas nuevas en esta zona, será la #MarcaEspaña. Más adelante crucé la carretera que une Recas con Lominchar y recordé una ruta circular en la que se puede ver un panteón de 7 republicanos muy cerca del lugar por el que pasé. Continua el pedaleo y llegamos a Cabañas de la Sagra, lugar en el que hago un pequeño descanso para posteriormente cruzar la autovía Madrid –
Toledo A-42 un par de veces y encarar destino a Olías del Rey. En este punto abandono definitivamente la Cañada Real del Camino de Toledo a Madrid. Desde Olías hasta el asentamiento gitano de El Cavero voy por un camino custodiado por olivos a uno y otro lado con sus dueños trabajando la tierra. Una vez pasado el asentamiento comienza un bonito descenso de 6 kilómetros hasta Azucaica. Destacar que al pasar por debajo de la autovía TO22 pude ver dos graffitis muy guapos y un rocódromo. Desde aquí nos dirigimos ya a Toledo pasando por encima del Tajo dos veces, una de ellas por el puente de la vieja vía férrea Bargas-Toledo.
Una vez en Toledo, ciudad a la que entramos por la Puerta nueva de Bisagra –no confundir con la Puerta antigua de Bisagra que, según dicen, da nombre a la comarca de la Sagra- subida hasta la Plaza Zocodover, foto de rigor y a coger el bus destino Illescas. Buena ruta, buenos caminos ganaderos, buenos pueblos y ciudades.
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Era lunes Rosa Quirós Querencias
Siguió a la señora por el recibidor dispuesto a vender la primera póliza de seguros del día. La anciana le invitó a tomar asiento en un cómodo sillón orejero, junto a una mesita auxiliar en la que esparcidas, un buen puñado de fotografías antiguas formaban un mosaico en blanco y negro. Con una rutinaria sonrisa de circunstancia miró en derredor valorando la estancia como de íntima y acogedora. Opinó que estaba decorada
con sencillez y elegancia, con una calidez que invitaba a instalarse allí de por vida. - Pues bien como le decía, le garantizo que si contrata con nuestra compañía una póliza de decesos, usted no va a contratar un seguro, usted va a contratar tranquilidad. - Si ya me lo ha dicho usted, pero es que yo ya tengo una póliza de decesos, otra del hogar e incluso un seguro de salud. De todos estos trámites se ocupaba siempre mi marido. - Oh lo siento, ¿falleció? - No exactamente, dígamos que se marchó de viaje. Mire usted, es éste de las fotos, el del bigote fino y el cabello engominado. Era un hombre muy atractivo. El vendedor de seguros alargó su mano para coger la fotografía pensando que quizás podría subrogar las pólizas de la anciana a su compañía, no era la misma comisión pero podría salvarle el mes. Hizo pinza con sus dedos índice y pulgar para sujetar el retrato. Mirando la fotografía le vinieron cuarenta años de su vida como un flash. - María – balbuceó enlazando su vetusta mano con la de su esposa.
BECQUER EN VERDE
Roslac NOIipade
Sé lo que eres ( una aventura del inspector Aguilar) Antonio Zambrano tenía un encanto especial con las mujeres: no sólo era atractivo sino que sabía seducirlas mostrándose simpático y encantador, halagándolas en la justa medida para que cada una de ellas se sintiera única y maravillosa. No siempre le funcionaba, claro, pero era muy raro que su instinto se equivocase al seleccionar una víctima. Y aquella vez tampoco erró. Ésta se llamaba Lucía y estaba casada, pero no le hizo ascos a su compañía y con su verborrea le arrancó más de una risa que poco a poco vencieron su desconfianza. Cuando, elegantemente, se ofreció a acompañarla hasta su coche, estacionado en zona azul, ella aceptó, seguramente pensando que al despedirse se darían los teléfonos y la cosa no pasaría de ahí. No fue así. Cuando Lucía abrió la puerta de su coche y aquel hombre tan guapo y cordial le dio un beso en la mano, como aquellos caballeros de las películas, no
sospechaba que acto seguido iba a clavarle una pequeña jeringuilla en el cuello que contenía propofol y que la abrazaría con fuerza y le daría un beso en la boca para que no gritara. Intentó resistirse, pero era demasiado tarde. En sólo unos segundos estaba inconsciente y sólo se sostenía en pie porque Zambrano la sujetaba. Para cualquiera que los mirase en ese momento, eran sólo una pareja dándose un beso apasionado. Zambrano miró alrededor y, tras cerciorarse de que no atraían la atención de nadie, la metió en el coche, un Seat León nuevecito, por la puerta abierta y después la empujó hasta colocarla en el asiento del acompañante. Recogió las llaves, que se le habían caído al suelo a su presa, y volvió a otear en rededor. Algo le decía que aquel viejo chalado le estaba vigilando. Bien, que le siguiese. Ya veríamos quién ponía la trampa a quién. En Afganistán también hubo un tipo de la policía militar que quiso pasarse de listo y acabó en el fondo del río Hari Rud con una piedra en los pies y una bala en la cabeza. Antonio Zambrano sabía resolver sus problemas, así como los de sus jefes. Sólo una vez dejó un asunto a medias, con aquel tipo al que sus jefes le ordenaron quitarle un libro, vete tú a saber por qué, y luego se enteró de que el susodicho había sobrevivido. Pero no solía tener esos fallos a menudo. Salió de Barcelona por la Diagonal para coger la AP-2 y finalmente la E-90. Llevaba junto al cambio de marchas otra jeringuilla por si la mujer despertaba. Ésta, a pesar de haberle colocado el cinturón de seguridad,
continuamente se empeñaba en golpear con la cabeza en el salpicadero y tenía que ponerla bien cada dos por tres. No quería que se desfigurase, no por lo menos hasta que llegasen a su destino y lo hiciese él mismo para encontrar lo que de verdad había dentro de ella. Lo que de verdad era. Porque Zambrano sabía que no era en absoluto lo que aparentaba. Sólo él lo sabía. No lo había averiguado hasta hacía muy poco, cuando una criatura monstruosa disfrazada de mujer le atacó y estuvo a punto de matarle, aunque, por suerte, y sin saber muy bien todavía cómo, logró destruirla antes de que lograse su propósito. Aquel día entendió que en realidad siempre lo había intuido: que todas ellas eran monstruos, vampiros, demonios, brujas, y que él estaba allí para cazarlas. Hasta entonces había sido sólo un juego, ahora era una misión sagrada que sabía le había sido encomendada tan sólo a él, porque el resto de hombres estaban ciegos. Él era el ángel exterminador que libraría al mundo de aquella plaga. Antonio Zambrano miró por el retrovisor al Seat Almera blanco, desvencijado y sucio que hacía rato que se había dado cuenta de que le seguía. Sonrió. Se iba a divertir mucho hoy. El León salió de la autopista en la primera salida tras el peaje de Martorell y se internó por carreteras secundarias a través de las colinas de la Anoia. Aguilar se mantenía a una prudencial distancia para que aquel sádico no le descubriera. No le gustaba, sin embargo, que hubiese actuado tan pronto después de recibir su advertencia, cuando él esperaba una vigilancia larga y
más cautela por parte de quien suponía un asesino inteligente y metódico. Aunque, claro, ¿quién sabe cómo funcionan los procesos mentales de esos pervertidos? Cuando les asalta el ansia de matar, no consiguen controlarse. Sólo esperaba no perderle entre todas aquellas curvas, cruces y desvíos por los que pasaban, porque una vida dependía de ello. Por fin, Zambrano se metió en un sendero bordeado de árboles y maleza. El ex-inspector pasó de largo para no acercarse demasiado y despertar sus sospechas, pero luego tardó demasiado en encontrar un sitio donde poder dar la vuelta en aquella carretera serpenteante y sin arcenes. Renegando contra todos los santos y vírgenes habidos y por haber, tuvo que encomendarse a la suerte y realizar una maniobra arriesgada confiando en que no viniera ningún vehículo en dirección contraria, para luego buscar aquel camino dichoso en el que se había adentrado la mala bestia a la que perseguía. Llamó con el móvil al 112 diciendo quién era y el crimen que estaba a punto de cometerse, dejando luego conectado el GPS para que pudiesen localizarle. Ni siquiera el CNI podría proteger a Zambrano si le atrapaban en plena comisión de un delito. Pero no esperaría, aquello ya era algo personal. Tenía que atraparlo él, aunque luego tuviese problemas por no ser un agente en activo. Lem Ryan Continuará...