Los hombres hemos descuidado nuestra relación con las mujeres. Olvidamos que no son ni verticales, como un obelisco, ni horizontales, como un catre. Entre las unas y las otras hay un universo infinito de ellas que ha lidiado con los problemas de pareja, sin perder su independencia, ni su femineidad. Mujeres que demuestran, a cada paso, sus ganas de salir adelante, su voluntad de trabajar en equipo y sus recursos para romper con las ataduras del amor mal entendido.